[align=center][b][font=Bookman Old Style][SIZE=3]Kaylee Echolls | Coche de Zack McLeod

[color=#E16C13]Primeras horas de la tarde[/SIZE][/color][/font][/b]

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Hacía tanto frío, que incluso dentro del coche, con la calefacción encendida, se podía ver cómo salía vaho de nuestras bocas cada vez que hablábamos, aunque a esas horas estábamos en silencio, escuchando sólo el murmullo de las respiraciones de las dos perras que iban con nosotros, las interferencias del móvil en manos libres y de fondo, ‘Bohemian Rhapsody’ de Queen.

Todavía era media tarde y en aquella carretera de montaña de doble sentido, no se veía más allá de lo que iluminaban los faros del todoterreno de Zack McLeod, pero nos manteníamos despiertos por el bien de Ed y de Sarah, que debían llevarnos de una pieza hasta Escocia.

Miré a Ed de soslayo y él, me devolvió la mirada durante una milésima de segundo, pero su sonrisa se ensanchó y dentro de mí se removió algo extraño. Esa sonrisa significaba mucho más que el típico “me alegro de verte” de siempre. Supongo que por eso, desvié la vista a mis brazos, donde estaba acurrucada una de las perritas, tapada con una manta de cuadros bastante ajada. No sabía lidiar con los sentimientos de Ed, porque estaba segura de que nunca podría estar a la altura, por mucho que cuando lo viese, el corazón me latiera tan deprisa que tenía miedo de que explotara.

Había luchado mucho para sacarme la carrera (mi madre no era millonaria y las matrículas de honor no las regalan) como para dejarlo todo por un enamoramiento que seguramente sería pasajero. ¿Cuánto tardaríamos en cansarnos el uno del otro? Sabía por mis hermanas que Ed había estado con alguien unos meses antes y no habían llegado a nada. ¿Y si a nosotros nos pasaba lo mismo? ¿Y si nos iba bien pero un día descubríamos, como decía la canción, que se nos rompió el amor de tanto usarlo? La convivencia era terrorífica, lo sabía de sobra porque había intentando convivir con María, una de mis pocas amigas en España y a las tres semanas abandoné el piso de estudiantes en el que estábamos porque estaba a punto de volverme loca. Era demasiado independiente, demasiado libre y también, demasiado egoísta.

Wolfram & Hart no era el trabajo de mis sueños, pero daría la experiencia necesaria para acceder a él. O quizás no y dentro de cinco años tendría que volver a Moondale con el rabo entre las piernas, pero al menos lo habría intentado.

Era consciente de que Ed no me estaba pidiendo que dejase nada, pero un día yo misma me lo pediría. Necesitaría estar con él. Cada vez me resultaba más difícil el momento de decirnos adiós. Y en Moondale mis opciones se resumían a trabajar como una esclava por cinco dólares la hora en algún tugurio de mala muerte. Eso si tenía suerte, si no, acabaría como uno de los hermanos de mi padre, que con cincuenta años aún no había salido de casa de sus padres.

– [b] [i] [color=#843181]Huele a pis[/SIZE] [/i] [/b].- Comentó Diana rompiendo el silencio. No hacía falta tener el olfato muy desarrollado para darse cuenta de eso, pero todos preferíamos ignorarlo. – [b] [i] [color=#843181]No hace falta que sigas marcando el territorio, ¿eh?[/color] [/i] [/b]

– [b] [i] [color=#266EAC] Parece que uno de los perrillos está asustado.[/color] [/i] [/b]- Apuntó Ed sin apartar la vista de la carretera, que ahora era casi más difícil de ver por culpa de que el cristal empezaba a empañarse por dentro.

– [b] [i] [color=#843181]Lo que parece es que no las han lavado desde el día en que nacieron…[/color] [/i] [/b]- Dijo mi hermana entre risas.

– [b] [i] [color=#4F5360]Me parece que cuando la mujer dijo que los había sacado a mear se refería a dejarlas mear por el granero, porque aquí estamos igual[/color] [/i] [/b].- Nos recordó Daniel desde el otro lado del teléfono.

– [b] [i] [color=#457238]A mí me lo vas a decir que todavía tengo la nariz sensible…[/color] [/i] [/b] – Intenté controlarme, pero noté cómo un escalofrío me recorría. Si no llegábamos pronto, volvería a transformarse y esta vez, estábamos en mitad de ninguna parte.

– [b] [i] [color=#843181]Menos mal que nos duchamos el mes pasado[/color] [/i] [/b].- Bromeó Diana para aliviar la tensión que había empezado a crecer.

El teléfono hizo un ruido raro, indicando que la cobertura era precaria y se oyó decir a Rebecca con seriedad.- [b] [color=#CC858A]Una perra acaba de vomitarme encima[/color] [/b].

– [b] [i] [color=#BB609C]Toma, te pasamos una toallita…[/color] [/i] [/b]- Se escuchó el sonido de la guantera al abrirse y supongo que de su interior sacaron lo que necesitaban.

– [b] [i] [color=#383A72] Ésta tendrá que quedarse en Escocia, o si no la ira divina de Rebecca caerá sobre ella.[/color] [/i] [/b] – El coche quedó en silencio, seguramente porque Dom y Rebecca estaban discutiendo en voz baja o besándose, nunca se sabía con ellos.

Me giré para ver cómo iba la madre de las cachorras y vi que parecía dormir plácidamente con la cabeza apoyada en la pierna de McLeod, mientras que Diana le acariciaba el lomo con cariño.

De pronto, escuché un ruido extraño y al mirar a la perra que había en mis brazos, vi que acababa de vomitar encima del pantalón vaquero de Ed.- [b] [color=#F56828]Lo siento…[/color] [/b]- Murmuré con hilo de voz, como si fuese culpa mía y él, sin poder evitarlo, dio un volantazo por culpa del susto.

– [b] [i] [color=#843181]Toma una toallita y frota bien[/color] [/i] [/b].- Me dijo Diana al oído, lo suficientemente alto para que todos lo oyeran.

– [b] [color=#F56828]Es sólo un poco de vómito, no ácido[/color] [/b].- Protesté intentando no mirar mucho en dirección al vómito para que no se me revolviera el estómago.

– [b] [i] [color=#457238]Dios mío esto ya parece un viaje de vacaciones totalmente…comer en el coche porque llueve, retrasos, vómitos…[/color] [/i] [/b]- Dijo McLeod entre risas, a la par que Diana me tendía una toallita.

– [b] [i] [color=#266EAC] Aventuras nocturnas en graneros…[/color] [/i] [/b]- Apostilló Ed cogiéndola con la mano derecha e intentando limpiarse la pierna con ella, aunque no tuvo mucho éxito porque era zurdo.

– [b] [color=#F56828]No lo he hecho yo para no incomodarte[/color] [/b].- Siseé en un momento en el que la madre y la hija profirieron un suspiro que nos indicó que seguían dormidas.

– [b] [i] [color=#843181]Que no quería ponerte caliente, coño. Que hay que explicarlo todo[/color] [/i] [/b].- Gritó Diana haciendo que tanto en el coche de Sarah (que iba detrás), como en el nuestro, todos se rieran. Excepto Ed y yo que estábamos como un tomate.

Sin dejar de sujetar el volante (esta vez con la mano derecha), se pasó la toallita a la izquierda y bajó la ventanilla para tirarla. No era el acto más sensible con el medio ambiente que le había visto hacer, pero era eso o acabar mareados por el olor.

– [b] [i] [color=#4F5360]Ed, ¿quieres matarnos? Sólo faltaba que con la vida que llevamos nos matásemos en un accidente de tráfico.[/color] [/i] [/b]- Protestó Daniel desde el teléfono y al mirar por el espejo retrovisor vi que “el regalito” se había quedado en la luna delantera y los limpiaparabrisas hacían lo que podían para desahacerse de ella.

– [b] [i] [color=#BB609C]Por culpa de una toallita con vómito[/color] [/i] [/b].- Especificó Sarah.

[b] [i] [color=#266EAC] Perdón…[/color] [/i] [/b]- Se excusó Ed con un hilo de voz.

– [b] [i] [color=#4F5360]Es broma[/color] [/i] [/b]. – Le explicó Daniel entre risas haciendo que Ed se relajase un poco.

– [b] [color=#CC858A]No, no lo es[/color] [/b].- Puntualizó Rebecca con seriedad y todos nos quedamos en silencio, hasta que Dominic habló de nuevo.- [b] [i] [color=#383A72] También es que vamos muy cerca del coche. Parece que estas cogiéndole el rebufo para adelantarlo.[/color] [/i] [/b]

Las luces del coche de los McLeod se fueron atenuando, como si Sarah estuvise frenando y por ello, se alejase. Supuse que le estaba dando una lección, porque no llevaba muy bien las críticas hacia su forma de conducir.- [b] [i] [color=#383A72] Pensaba que ibas a adelantarlos y pisarle como si no hubiese mañana.[/color] [/i] [/b]- Rectificó Dominic con rapidez.

– [b] [i] [color=#BB609C]Era lo que intentaba hacer, pero te adelantaste[/color] [/i] [/b].- Dijo Sarah,posiblemente sonriendo a la par que oíamos cómo el coche se acercaba a la velocidad permitida y nos adelantaba sin dificultad en un tramo recto, con línea discontinua.

Diana me hizo una seña para que subiera el volumen de la radio, en la que en ese momento sonaba una canción patética de un grupo español que intentaba cantar en inglés (Don’t give up my game de Auryn) y todos, incluido Ed, empezamos a hacer como que éramos una panda de [i]bakalas[/i] en pelo éxtasis disco (McLeod repartía cartas invisibles, Diana jugaba con “la bola”, Ed movía la cabeza como un demente y yo levantaba los brazos al ritmo). Mientras tanto, en el otro coche, Sarah le daba al claxon como una loca, a la par que Dom intentaba con su poder subirnos las ventanillas, Rebecca permanecía impertérrita, Cara parecía asustada y Daniel sonreía abiertamente. Pese a todo, nos adelantaron con rapidez y no acabamos muertos.

Cuando pasaron, mi hermana me pidió que cambiara de emisora y acabamos escuchando otra canción de moda del momento.- [b] [color=#CC858A]¿Qué piensas encontrar?[/color] [/b]- Le preguntó Rebecca a Dominic lo bastante alto como para que todos lo oyéramos, a pesar de los berridos de Lady Gaga. Recordé entonces que durante la comida, nos había pedido que nos desviásemos del camino para pasar por la casa en la que murieron sus padres y a todos nos había parecido bien.

[b] [i] [color=#383A72]Francamente no lo sé.-[/color] [/i] [/b]Respondió él con voz cansada.

[b] [color=#CC858A]Estupendo[/color] [/b].- Sentenció Rebecca, que pese a lo poco que la conocía, sabía que detestaba sentirse impotente ante situaciones que la superaban.

Después, el teléfono se quedó sin cobertura y en el coche se impuso un silencio distendido, por lo que Ed, pese a odiar ese tipo de música, subió el volumen a tope y desviando un momento la mirada de la carretera, me apretó la mano con cariño.

Y en ese momento, me habría gustado tener el poder de congelar el tiempo.

[spoiler]A ver qué os parece[/spoiler]