[align=center][i][b][SIZE=3]Mientras tanto, en un lugar y un tiempo diferentes.[/SIZE][/b][/i][/align]
[align=center][b][font=Bookman Old Style][SIZE=3]Apartamento de Leonard Foster. Moondale
[color=#81BEF7]MaÑana[/SIZE][/color][/font][/b]
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– [b] [i] [color=#CC858A]No hacía falta que me acompañáseis, tendréis cosas que hacer, o simplemente descansar después de las últimas semanas.[/SIZE] [/i] [/b] – dijo Rebecca mientras el abarrotado ascensor subía. En él iba ella, por supuesto, y también Dominic, Sarah, Daniel, McLeod, Diana y Ed, todos los que habían acudido excepto Illya, que había preferido no subirse son otras siete personas en un ascensor con la capacidad justa.
– [b] [i] [color=#BB609C]No te íbamos a dejar sola en una situación tan…extraña al principio. [/color] [/i] [/b] – explicó Sarah. Eran amigos al fin y al cabo, con una unión que solo podía conseguir el hecho de haber sobrevivido juntos innumerables catástrofes, ayudándose unos a otros. Eso creaba lazos tan fuertes como los de la sangre.
– [b] [i] [color=#4F5360] Leonard es…peculiar al principio, pero es buen tipo.[/color] [/i] [/b] – aclaró Daniel. Se dirigían al apartamento de Leonard Foster, el conocido como «El Guía», que trabajaba como una especie de guía místico para toda gente con habilidades sobrehumanas, y que podría arrojar un poco de luz sobre el problema de Rebecca.
– [b] [i] [color=#843181]Christopher ya sé que me quieres pero este no es el momento de alegrarse tanto de verme.[/color] [/i] [/b] – bromeó Diana consiguiendo que McLeod agachase la vista y se hiciese rápidamente el silencio, roto por las risas de los demás, una risa nerviosa en el caso de Rebecca, y quizá también en el de Dominic. – [b] [i] [color=#843181]Ed, deja de mirar fotos cochinas de mi hermana que luego caminas como el Llanero Solitario.[/color] [/i] [/b] – bromeó después la pelirroja para picar a su amigo Ed.
Tras lo que pareció un rato interminable, la puerta del ascensor se abrió y tuvieron que mantener el equilibrio para no caer hacia fuera, hacia una Illya que les esperaba con los brazos cruzados. Salieron del ascensor y caminaron por el pasillo hasta la puerta del apartamento, cuya mirilla estaba tapada por una especie de «ojo» de cristal.
– [b] [i] [color=#383A72]Todo irá bien, tranquila.[/color] [/i] [/b] – dijo Dominic tratando de tranquilizar a su novia.
Cuando llamaron, una chica joven, su ayudante, les abrió la puerta y les dijo que pasasen. – [b]No os asustéis, es que está con un cliente un poco nervioso.[/b] – les condujo en dirección al salón y allí estaba Leonard, alto hasta casi el techo, vestido con una túnica holgada, gesticulando rápidamente para calmar a su cliente, un chico de veintipocos años, vestido con una sudadera a medio abrochar y con el pelo alborotado, sobre el que tenía una mano apoyada, o más bien diría aferrada, como si temiese que se le pudiera caer.
– [b] [color=#689AAF] Tranquilo Jeremy, puedes controlarlo, centra tu mente en lo que te dije. Recuerda el juguete.[/color] [/b] – dijo con voz sosegada. Entonces pareció darse cuenta de que estaban allí y les dirigió un saludo rápido, pero el chico, Jeremy, no, él se quedó mirándoles, empezando a temblar.
– [b][i]Esa chica…va a pasar, no puedo controlarlo, no…fuera, fuera, fuera….aaaah.[/i][/b] – dijo el chico completamente desbocado, llevándose ambas manos a la cabeza tras señalar a Rebecca.
– [b] [color=#689AAF] Jeremy tranquilízate, son tus nervios los que disparan tu poder, calma…[/color] [/b] – continuó Leonard, pero ya era tarde, su frase quedó en el aire, resonando en sus cabezas mientras caían sumidos en una especie de remolino extraño, hasta que recuperaron la consciencia, pero esta vez estaban enjaulados, atrapados en las cabezas de unas aterradoras versiones de sí mismos, en un mundo post-Mason, en un Moondale dominado por los vampiros. Solo podían ver y pensar, pero estaban atados de pies y manos, todos excepto Rebecca, que creía haber despertado de un extraño sueño, y eso fue lo que la mató.
Minutos más tarde, la consciencia de Rebecca volvió a su cuerpo, y se levantó boqueando para conseguir aire, sintiendo el frío rodear su cuerpo, había sentido lo que era morir, pero había vuelto.
– [b] [color=#689AAF] Tranquila jovencita, ya pasó todo.[/color] [/b] – dijo la tranquilizadora voz del Guía, mientras le tendía un vaso de agua.
– [b] [i] [color=#CC858A]¿Qué ha sido eso…?[/color] [/i] [/b] – preguntó sin saber muy bien como hacerlo, antes de dar un largo trago.
– [b] [color=#689AAF] Ese muchacho que está ahí sentado.[/color] [/b] – dijo señalando al joven que habían visto antes. – [b] [color=#689AAF] Tiene la capacidad para enviar la consciencia de las personas a las de sus alterego en otra realidad.[/color] [/b] – explicó pausadamente.
– [b] [i] [color=#CC858A]Ese mundo…era horrible. Pensaba que era yo…y él era Dominic, pero era un vampiro, ni siquiera me recordaba. ¿Cómo es posible que yo lo hiciese y él no?[/color] [/i] [/b] – preguntó, tratando de conseguir respuestas lógicas para paliar el miedo que aún sentía.
– [b] [color=#689AAF] Jeremy no controla totalmente su poder, más bien a la inversa.[/color] [/b] – comenzó a explicar. – [b] [color=#689AAF] Su poder conlleva también una ligera capacidad empática, cuando está nervioso, o en presencia de alguna persona con una emoción intensa, se dispara.[/color] [/b] – dijo pausadamente refiriéndose a ella. – [b] [color=#689AAF] Debió llevaros a esa realidad en concreto por algo que su empatía subconsciente percibió en ti.[/color] [/b] – comentó mirándola con unos ojos de color aguamarina claro, casi irreal. – [b] [color=#689AAF] Por eso a ti debió enviarte de forma que tu subconsciente primase sobre el de la persona sobre tu alterego.[/color] [/b] – añadió levantándose para observar a los demás.
Rebecca se incorporó y se mantuvo sentada hasta que tuvo fuerzas para levantarse. – [b] [i] [color=#CC858A]¿Cuando volverán?[/color] [/i] [/b] – preguntó mirando los inconscientes cuerpos de sus amigos, y el rígido cuerpo del chico, que permanecía en cuclillas, con los ojos abiertos. Se paró un segundo a mirarlos y se echó hacia atrás, en sus ojos se veía el otro mundo.
– [b] [color=#689AAF] Cuando Jeremy vuelva en sí, o cuando les ocurra como a ti.[/color] [/b] – respondió. En ese momento les interrumpió el sonido de alguien boqueando para recuperar el aire, buscó con la mirada y encontró a Christopher McLeod observando el lugar en el que se encontraba, desconcertado. Él también había muerto, solo quedaba esperar, pero no podían saber cuanto.
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