Moondale

UN ENCUENTRO MISTERIOSO

[align=center][b][font=Bookman Old Style][SIZE=3]Mercy Sheppard| Hospital

[color=#81BEF7]MaÑana[/SIZE][/color][/font][/b]

mercyhospital

[SIZE=2]
Lo bueno de los puestos de responsabilidad es que, normalmente, trabajan más los que están a tus órdenes que tú. Gracias a eso, aquella mañana pude escaparme de mi despacho para ir hasta el hospital sin que nadie se atreviese a preguntarme a dónde iba, porque: ¿Quién es lo bastante importante como para molestar a una rectora?

Le pedí a Janice que no pasase llamadas a mi teléfono personal y fui hasta el aparcamiento para buscar mi coche, un Plymouth Sport Fury descapotable de 1969, rojo para más señas, que le había comprado a un cincuentón que había superado la crisis de la mediana edad y se había dado cuenta que aunque tuviese ese coche, no iba a ligar más. No era un coche de rectora, ni de persona respetable, sino más bien el coche que veías aparcado en la puerta de ‘The Hole’, pero aunque mi puesto dijese lo contrario, yo tampoco lo era.

Todos los rectores y rectoras de las universidades cercanas me miraban por encima del hombro, porque era demasiado joven para ser rectora y aunque me expediente fuese brillante y me lo mereciese (que fueran con falsas modestias a otra), la sombra de Alexander Fenris era demasiado alargada y no era la primera vez que tenía que oír comentarios de todo tipo.

Impulsada por la mala leche que me proporcionaban mis propios pensamientos, llegué al hospital con relativa facilidad, porque todavía era temprano y los coches no colapsaban las salidas de Moondale para marcharse a Turee, Velze o Merelia, así que subí por las escaleras para no llegar cuando las enfermeras estuviesen aseándole. No estaba segura de si el día que despertase, si es que lo hacía, lo primero que desease ver fuese mi cara, pero debía intentar hacer las cosas bien.

Llegué a la puerta un poco destrozada por subir las escaleras con tacones y giré el picaporte dispuesta a leerle “Sueño de una noche de verano”, bastante más breve y menos densa que las otras obras que le había traído. No es que fuese una persona especialmente dada a leer teatro y era plenamente consciente de que Fenris se despertaría más pronto si le leyese ’50 sombras de Grey’, pero había que intentar culturizarle, aunque fuera en sueños. Lo que no me esperaba aquella mañana, era encontrarme a un hombre de pelo castaño y perilla en la habitación.- [b] [color=#6A9145] Buenos días[/SIZE] [/b].- Intentaba sonar cordial, pero no sabía si lo estaba consiguiendo.

– [b] [color=#270C0B]Buenos días, Mercy.[/color] [/b] – Me saludó llevándose una mano al sombrero.- [b] [color=#270C0B]Soy un amigo suyo.[/color] [/b]

– [b] [color=#6A9145] No sabía que Xander todavía le hablaba a alguien de mí…[/color] [/b]- Repuse extrañada.- [b] [color=#6A9145] Encantada de conocerte[/color] [/b]- Hice un gesto con la mano, invitándole a decir su nombre.

– [b] [color=#270C0B]Lo mismo digo.[/color] [/b] – Me esquivó.

Dejé escapar una carcajada, sólo una.- [b] [color=#6A9145] Veo que no me quieres decir tu nombre[/color] [/b].- Directa.

– [b] [color=#270C0B]Mi nombre no dice mucho de mí, pero puedes llamarme John, John Doe.[/color] [/b] – Respondió con jovialidad y yo asentí con la cabeza, mientras me dirigía hasta la cama para saludar a Xander apretando su mano con cariño. No sabía si podía sentirme o si de sentirme, querría que le tocase, pero necesitaba que supiera que estuviese donde estuviese, no estaba solo.

– [b] [color=#270C0B]Sigue sin mostrar señales de mejoría.[/color] [/b] – Comentó al ver que seguía sujetando la mano de mi amigo con cariño. Rodeado de cables, inconsciente e intubado, pero uno de mis mejores amigos al fin y al cabo. – [b] [color=#270C0B]Está en una etapa peligrosa.[/color] [/b]

– [b] [color=#6A9145] Saldrá de ésta, como siempre ha salido de todo[/color] [/b].- Repuse obstinada, sin dejar de soltarle la mano y sin mirarle.- [b] [color=#6A9145] Es un superviviente[/color] [/b].

– [b] [color=#270C0B]Lo sé.[/color] [/b] – Escuché que se movía por la habitación y le vi irse hacia la ventana. – [b] [color=#270C0B]Parece mentira que en un mundo tan avanzado nadie sea capaz de reconducir simplemente los impulsos eléctricos de su cerebro para que pudiese despertar.[/color] [/b]
Solté la mano de Xander y fui hasta él hasta ponerme a su altura, con los brazos en jarras, mirándole de hito e hito, intentando averiguar por qué parecía saber más que yo.- [b] [color=#6A9145] No estás aquí por casualidad, ¿verdad?[/color] [/b]

– [b] [color=#270C0B]Pocas cosas ocurren por casualidad, aunque son siempre las más sorprendentes.[/color] [/b] – Comentó sonriendo y mi cerebro empezó a trabajar a toda velocidad. Si había una posibilidad, aunque fuese remota de que algo o alguien pudiese ayudar a Alexander a salir de ésta, la encontraría. Se lo debía.- [b] [color=#270C0B]Encantado de conocer a una belleza como usted señorita Sheppard.[/color] [/b] – Se recolocó el sombrero.

– [b] [color=#6A9145] Supongo que volveremos a vernos, lo mismo digo[/color] [/b].- Fui hasta la silla casi a tientas y me senté de golpe, intentando procesar lo que ese desconocido acababa de decirme.

[b] [color=#270C0B]Nunca se sabe, o quizá sí.[/color] [/b] – Y tras decir eso, salió de la habitación cerrando la puerta.

Me quedé unos minutos sentada en la silla, mirando fijamente a la pared, repasando la conversación, maldiciéndome por no haberle preguntado todo lo que tenía en la cabeza, hasta que la puerta se abrió y ni siquiera me giré para ver quién entraba. Fuera quien fuera, no vendría a decirme nada más importante.- [b] [color=#735933]Buenos días…¿Mercy?[/color] [/b] – Saludó una voz familiar.

Alcé la vista y me quedé paralizada, como si hubiese visto un fantasma.- [b] [color=#6A9145] Buenos días, Ethan[/color] [/b].- Hice una pausa por cada palabra que decía, como si no fuese capaz de hablar de seguido.

– [b] [color=#735933]Qué poco cambian algunas cosas, eres capaz de guardar resentimiento pase el tiempo que pase.[/color] [/b] – Se quejó suspirando. Era él, Ethan Mars, presidente ejecutivo de Construcciones Fenris, pero no sólo eso, al menos no para mí.

Resoplé cansada y le miré de arriba a abajo. Traje de chaqueta hecho a medida, pero con el nudo de la corbata mal hecha, manos en los bolsillos, pelo ligeramente despeinado…por mucho que se empeñase seguía apestando a Turee. Igual que yo. Por eso me hacía tanta gracia que Zoë Cooper se hubiese creído que era australiana.- [b] [color=#6A9145] ¿Qué haces aquí?[/color] [/b]

– [b] [color=#735933]He venido a ver a un amigo, ¿y tú?[/color] [/b] – Me devolvió la pregunta, aguantándome la mirada.

– [b] [color=#6A9145] Intento hacer las cosas bien[/color] [/b].- Solté en un arrebato de honestidad.

– [b] [color=#735933]Ya somos dos entonces.[/color] [/b] – Replicó jugueteando con el gemelo izquierdo. – [b] [color=#735933]Sin cambios ¿no?[/color] [/b]

Negué con la cabeza y me puse en pie dando un respingo, dispuesta a marcharme. No me apetecía estar en la misma habitación que dos fantasmas de mi pasado.- [b] [color=#6A9145] Será mejor que salga de la habitación mientras estás tú por aquí[/color] [/b].

– [b] [color=#735933]No creo que haga falta que te vayas, tenemos espacio suficiente, al menos por él.[/color] [/b] – Señaló a Alexander con la cabeza y le miré. Estaba mucho más delgado y parecía como si la vida se le fuese por momentos. Como si ese milagro que John Doe decía que existía no fuese a llegar jamás.- [b] [color=#6A9145] Por él[/color] [/b].- Puntualicé y me senté en la silla con la intención de leer para no tener que mirarle a la cara.

– [b] [color=#735933]¿Qué tal la Universidad? ¿Necesitáis fondos?[/color] [/b]
– Me interrumpió al poco.

Cerré el libro con un golpe seco, visiblemente incómoda.- [b] [color=#6A9145] De momento vamos bien, la política de austeridad está funcionando de acuerdo a las previsiones, pero si necesitas saber algo puedes llamar a mi secretaria que estará encantada de concertar una cita para darte los detalles[/color] [/b].- Le respondí de la forma más monótona que pude.

– [b] [color=#735933]Parece que te estoy pidiendo en vez de ofrecerte ayuda. Fenris dejó firmado un contrato para proveer a la Universidad de lo que necesite.[/color] [/b]
– Me aclaró.

– [b] [color=#6A9145] Y la Universidad tiene todo lo que necesita gracias a ese contrato, te lo aseguro[/color] [/b].- Le recordé.

– [b] [color=#735933]No entiendo tanto odio a estas alturas, fuiste tú la que me dejaste, no al revés. Debería ser yo el ofendido.[/color] [/b]
– Y me la devolvió dejándome desarmada. Era cierto, yo le había dejado y para ser honestos, le había dejado por su mejor amigo. Le había roto el corazón y después, me lo habían roto a mí.

– [b] [color=#6A9145] No te odio[/color] [/b].- Miré el libro que tenía en el regazo, incapaz de cruzar mi mirada con la suya.- [b] [color=#6A9145] He pasado mucho tiempo odiándome a mí misma. Por eso me molesta que aparezcas, porque me recuerdas quién era[/color] [/b].

– [b] [color=#735933]No seas dramática, cuando somos jóvenes todos somos imbéciles, y nosotros éramos los peores.[/color] [/b] – Le quitó hierro al asunto. – [b] [color=#735933]Es agua pasada.[/color] [/b]

– [b] [color=#6A9145] Para ser agua pasada, bien que lo has recordado hace dos minutos…[/color] [/b]- Le miré alzando una ceja.

– [b] [color=#735933]Porque pareces la señorita Rottenmeier.[/color] [/b] – Apostilló mirándome como si no se creyese que esa mujer que llevaba el pantalón y la chaqueta más aburridos de la historia pudiese ser la misma Mercy que conocía.

– [b] [color=#6A9145] Al menos yo no voy lloriqueando porque me dejaron hace diez años[/color] [/b].- Apunté con mordacidad.

– [b] [color=#735933]Dramática.[/color] [/b] – No pudo evitar sonreír un poco.

– [b] [color=#6A9145] Llorón[/color] [/b].- Y yo sonreí algo más.

– [b] [color=#735933]Palo…en…el…[/color] [/b] – Empezó a reírse.

– [b] [color=#6A9145] Estás envejeciendo de pena[/color] [/b].- Me reí con él.- [b] [color=#6A9145] ¿Cuántos años tienes, ochenta y tres?[/color] [/b]

– [b] [color=#735933]Señorona.[/color] [/b] – Se burló.

Me levanté y fui hasta donde estaba.- [b] [color=#6A9145] Eres la mantenida de Fenris[/color] [/b].
– Le puse un dedo en el pecho.

– [b] [color=#735933]Bien que coges el dinero cuando firmo un cheque para la Universidad[/color] [/b].- Quitó mi dedo de su pecho y siseó.- [b] [color=#735933]Al final se va a levantar solo para que nos callemos.[/color] [/b]

Volví a mirar a Fenris.- [b] [color=#6A9145] Ojalá tengas razón[/color] [/b].- Me quedé callada, ordenando las palabras que debía haber pronunciado muchos años atrás.- [b] [color=#6A9145] Siento lo que te hice pasar[/color] [/b].

– [b] [color=#735933]Hace mucho, tanto que ya casi no me acordaba de lo…bien que es…que me caías.[/color] [/b] – Sabía que no titubeaba en serio, se estaba quedando conmigo. Le conocía demasiado bien.

– [b] [color=#6A9145] En serio…¿qué te veía?[/color] [/b]- Forcé una mueca.

– [b] [color=#735933]Simpatía natural y un cuerpo de escándalo.[/color] [/b] – Se señaló.

– [b] [color=#6A9145] Siempre fuisteis unos payasos[/color] [/b].- Negué con la cabeza.

– [b] [color=#735933]Bien que te gustaba.[/color] [/b] – Fue un golpe bajo, pero tenía razón. – [b] [color=#735933]En fin, voy a por algo a la cafetería, ¿quieres algo? ¿Unas agujas y lana? ¿Un gato?[/color] [/b] – Continuó.

– [b] [color=#6A9145] El gato ya lo tengo[/color] [/b].- Maticé.- [b] [color=#6A9145] Es una gata, de hecho y no, me quedaré por aquí un un poco más y ya comeré en casa, gracias[/color] [/b]

– [b] [color=#735933]Volveré en un rato.[/color] [/b] – Hizo ademán de marcharse, pero le detuve. Se merecía saber lo mismo que yo, aunque no fuese a servir de nada.- [b] [color=#6A9145]Espera, antes había un tipo en la habitación…un amigo suyo…que me ha dicho que puede haber una forma de que Xander salga de ésta[/color] [/b].- Titubeé, algo nada propio de mí.

– [b] [color=#735933]¿Cuál? Te ayudaré.[/color] [/b] – Y entonces, se lo conté todo.

Incluso lo que no tenía nada que ver con lo que había dicho John Doe.

[spoiler]Post sorpresa, al menos para Alph xD[/spoiler]

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