[align=center][b][font=Bookman Old Style][SIZE=3]Rebecca Lee | Parque Bellamy
[color=#black]Noche[/SIZE][/color][/font][/b]
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Lo malo de los trabajos en grupo, más allá del hecho de tener que hacer mi parte y la de los demás, porque eran unos incompetentes y no iba a jorobarme la nota por su culpa, era que siempre tenía tan mala suerte que me tocaba hacerlos con gente que no vivía en la residencia, así que tenía que patearme toda la ciudad para perder el tiempo y luego volver, cuando ya había anochecido.
Estábamos en pleno Enero y la temperatura en Moondale no era, lo que se dice, muy agradable, por lo que una vez estuve fuera de la casa de Stacy (nombre de tonta donde los haya), me coloqué la bufanda blanca alrededor del cuello y me aferré al bolso como si me fuera la vida en ello. Y la verdad, es que mi vida iba dentro de él, al menos la académica, porque llevaba el portátil con el trabajo.
Eran poco más de las ocho de la tarde y Moondale estaba desierto, algo habitual en pleno invierno y en un día entre semana, pero no voy a negar que como el viento movía las copas de los árboles y todo estaba tan vacío, me estaba empezando a asustar, pero tenía que aguantarme.
Miré mis manos, cubiertas por unos guantes blancos y me sentí un poco más segura. Dominic no había podido ir a buscarme, seguramente porque el entrenamiento con Sarah se había alargado más de la cuenta. Pero si me pasaba algo, que no pasaría porque yo era una persona racional y no veía fantasmas donde no los había, mi agresor con un sólo toque estaría viendo las estrellas. Era la primera vez que veía mi maldición como algo útil, pero cuando vivías en una ciudad como ésta, aprendías a valorar cualquier ayuda, por molesta que fuera.
Lo peor de todo, era atravesar el Parque Bellamy para llegar a la parada de autobús más cercana, pero era eso o dar un rodeo que me llevaría a la otra punta de la ciudad, así que apurando el paso, me introduje en el parque.
Lo primero que me encontré fue a una pareja dándose el lote en un banco, por lo que giré la vista y avancé mirando al frente, pero cuando sólo había avanzado unos metros, un tipo que estaba sentado en un banco, se me quedó mirando, incomodándome. No quise mirarle mucho, pero vi que echaba a andar detrás de mí, farfullando cosas que no entendía o que no quería pararme a oír.
Apuré el paso todavía más, sin llegar a correr para que no se diera cuenta. El corazón me latía a toda velocidad y lo único que deseaba era llegar al autobús cuanto antes. Ni siquiera se me pasó por la cabeza coger el móvil para llamar a Dom. No era de ese tipo de chicas.
Hice un par de giros absurdos hasta que le perdí de vista o eso creía, pero iba tan rápido, tan concentrada en no caerme por culpa de las botas, que no me di cuenta de que había un tipo a pocos metros de distancia. Estaba apoyado en una farola, fumando. Era alto, moreno y parecía bastante guapo. No pude evitar mirarle un par de veces, porque me sonaba de algo, pero la luz mortecina de las farolas no me dejaba adivinar quién era, hasta que me di cuenta de que se parecía mucho a Dom.- [b] [i] [color=#CC858A]¿Dom?[/SIZE] [/i] [/b]- Pregunté frenando en seco.
– [b] [i] [color=#383A72]¿Sabes? Siempre he odiado ese diminutivo, pero por ser tú, te voy a dejar que me llames así [/color] [/i] [/b].- Espetó tirando el cigarrillo al suelo.
– [b] [i] [color=#CC858A]¿Qué te ha pasado? [/color] [/i] [/b]- El aire pareció volverse más frío y me pasé las manos por los brazos, intentando entrar en calor. Algo no encajaba en esta escena, no hacía falta ser muy lista para darse cuenta.
– [b] [i] [color=#383A72]Acércate y te lo cuento, preciosa. Hay cosas que es mejor decirlas al oído [/color] [/i] [/b].- Algo no iba bien en él y no iba a ser tan tonta como para acercarme, por lo que di un par de pasos hacia atrás.
– [b] [i] [color=#CC858A]Creo…creo que me he equivocado, he debido confundirte con alguien y…[/color] [/i] [/b]- Ni siquiera terminé la frase, porque eché a andar a toda velocidad. Las lágrimas me recorrían el rostro haciéndome sentir ridícula. ¿Qué le había pasado? Necesitaba encontrar a los demás y que me dijesen que todo esto era una broma de mal gusto. Algo había salido mal, no me quedaba ninguna duda.
Esta vez, intentaba no correr, pero estaba tan nerviosa, que el corazón me latía a toda velocidad y la sangre me bombeaba en las sienes con fuerza.
Miré hacia atrás para ver si le veía, pero no vi nada. Creía haberle perdido de vista, hasta que choqué contra algo.-[b] [i] [color=#383A72]No sirve de nada que corras, no puedes escapar de mí [/color] [/i] [/b]. – Apuntó mirándome directamente a los ojos, mientras en su cara aparecía el ceño vampírico.
Instintivamente, me quité el guante, dispuesta a defenderme, pero Dominic me agarró por el cuello, tirando de la bufanda hacia abajo, inmovilizándome. Por más que intenté librarme de él y que grité, todo fue en vano. El Parque Bellamy estaba desierto y nadie escuchaba mis gritos.- [b] [i] [color=#383A72]Ya he comido, pero nunca le digo que no a un aperitivo… [/color] [/i] [/b]- Comentó pasando la nariz a escasa distancia de mi cuello.
– [b] [i] [color=#CC858A]Por favor Dom, suéltame…soy yo…[/color] [/i] [/b]- Gimoteé con un hilo de voz.
– [b] [i] [color=#383A72]¿Que te suelte? Nunca me he podido resistir a una morena, ni a una rubia, ni a una castaña, ni a una pelirroja… [/color] [/i] [/b]- Enumeró riéndose de mí, momento que aproveché para llevar mi mano desnuda hasta su cara.- [b] [i]
[color=#383A72]Ohhh…enternecedor, las que disfrutan de mí son mis favoritas.
Prometo recordarte siempre, ojos bonitos, al menos hasta que encuentre a otra [/color] [/i] [/b].- Mi poder no funcionaba, el móvil estaba demasiado lejos para alcanzarlo y Dominic…Dominic estaba a punto de acabar conmigo. – [b] [i] [color=#383A72]¿Unas últimas palabras? [/color] [/i] [/b]
– [b] [i] [color=#CC858A]Déjame, por favor…[/color] [/i] [/b]- Le pedí nuevamente, intentando, en vano, escapar. Sin mi poder no era nada, sólo una chica asustada y débil.
– [b] [i] [color=#383A72]¡Meeeec! Respuesta incorrecta. No quiero dejarte [/color] [/i] [/b].- Noté cómo llevaba su boca hasta mi cuello, deteniéndose para besarlo, como el Dominic que yo conocía, pero después, sus colmillos atravesaron mi carne. Y grité.
Lloré. Pataleé. Intenté defenderme, pero nadie me oía. Todo resultó en vano
Vi la bufanda blanca teñirse de rojo. Noté cómo la sangre caliente recorría mi cuello hasta mancharme el abrigo y cómo poco a poco, las gotas caían sobre el guante blanco que estaba en el suelo. Me dolía todo el cuerpo de luchar contra él, así que me dejé ir. No había nada que hacer.
Un guante blanco cubierto de sangre. Eso fue lo último que vi.
Después, sólo sentí frío.
[spoiler]¡A sufrir! Alph, ya te explicaré por qué mi GP ha movido a Dom xD[/spoiler]
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