[align=center][b][font=Bookman Old Style][SIZE=5]Edward Maclay | Mundo de los SueÑos
[color=#FE642E]Mediodia[/SIZE][/color][/font][/b]
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Iba camino del trabajo de Kaylee silbando una melodía que los pájaros parecían imitar. Daba grandes zancadas como si de un dibujo animado me tratara, levante un poco las flores que llevaba en la mano para observarlas, sin duda olían, pero parecían echas de plástico.
Observe las calles bañadas con un contundente color amarillo gracias al día tan bueno que hacia, incluso el edificio de Wolfram & Hart parecía menos… formal.
Entre dentro y seguí moviéndome de un lado a otro con suma felicidad, era raro, por lo general no era un tipo tan alegre. Me acerque hasta recepción donde una muchacha rubia permanecía con la cabeza agachada leyendo una revista.
– [b] [i] [color=#266EAC]Hola. ¿Podría decirme donde puedo encontrar a Kaylee Echolls?.-[/SIZE] [/i] [/b] Pregunte con cierta alegría en mi voz. La muchacha levanto la vista de la revista y me sorprendí al ver que se trataba de ella –[b] [i] [color=#266EAC]¿Kaylee? Vaya. Cuando dijiste que te tenían como a una secretaria lo decías en serio.[/color] [/i] [/b]
– [b] [i] [color=#F56828] Soy un sueño, siempre lo he sido.-[/color] [/i] [/b] Me respondió con una amplia sonrisa.
-[b] [i] [color=#266EAC] ¿Qué?.-[/color] [/i] [/b] Le pregunte con cierto nerviosismo, pero aun sonriendo.
– [b] [i] [color=#F56828] Soy un sueño, siempre lo he sido.-[/color] [/i] [/b] Volvió a responder sonriendo.
Note como la felicidad en mi cara iba cambiando hasta un estado de tristeza, un estado que conocía muy bien y ya era una parte de mi. Retrocedí de la recepcionista y sin darme cuenta choque contra alguien.
– [b] [i] [color=#266EAC]Per—Perdón.-[/color] [/i] [/b] Me disculpe girándome para ver con quien había chocado solo para comprobar que se trataba de Kaylee.
– [b] [i] [color=#F56828] Soy un sueño, siempre lo he sido.-[/color] [/i] [/b] Dijo de nuevo esta vez llevando un traje caro, un maletín, unas gafas y un moño recogido. Ella sonrió y siguió su camino.
Eche un vistazo a mí alrededor solo para comprobar que a cualquier lado que mirara allí estaba ella, la que iba de guardia de seguridad, la encargada de llamar a los ascensores, una en la puerta ligeramente musculada, una con apariencia de vampiresa escoltada por dos abogados, también con su cara. En todos lados estaba ella, y todas me miraban con esa sonrisa de felicidad en la cara que únicamente hacia hundirme más en mi tristeza.
Agache la cabeza, no podía soportar más sus miradas y avance hasta la salida. Salí de allí con tal velocidad que di un traspiés y caí rodando por las escaleras, por suerte eran pocas. Me quede allí tumbado un momento pensando si levantarme o quedarme allí tirado. Levante un poco la cabeza y allí estaba, sentada en banco leyendo un libro, apartándose un mechón de pelo de la cara. Era la única que no me miraba, sin duda ella si era de verdad.
Me levante del suelo nuevamente con una radiante felicidad en el rostro, con las flores ligeramente echadas hacia delante, mientras que con la otra mano jugaba con la caja que llevaba en el bolsillo. Di un par de pasos en su dirección, pero me frene al instante. Otro chico mucho más alto, musculoso y con mejor pelo que yo se acerco hasta ella, acto seguido la levanto del banco acercándola hasta su cintura y ella soltó una sonrisita, el acerco su cara hasta ella para besarla y tras eso no se que paso porque fui incapaz de seguir mirando.
Hundido y cabizbajo me gire para marcharme, comprobé las flores ya marchitas como mi corazón y las tire a un cubo de basura. Abrí una puerta en mitad de la calle y entre en casa de la señora Echolls.
– [b] [i] [color=#266EAC] Hola chicos.-[/color] [/i] [/b] Dije con un amplio pesar y dejadez en mi voz seguido de un amplio suspiro. Me acerque hasta un sillón y me deje caer sobre el.
Levante la vista y nadie me dirigió la mirada, todos estaban con sus parejas, Daniel con Sarah, Christopher con Diana, Dominic con Rebecca, incluso Daakka con Cara, lo cual resultaba de lo más raro, pero aun así eran felices, igual que el resto.
Note como me iba hundiendo poco a poco en ese sillón negro, estaba solo, siempre lo había estado, si desapareciese no sería un problema para ellos, seguirían teniéndose los unos a los otros.
– [b] [i] [color=#266EAC] Yo no tengo a nadie…-[/color] [/i] [/b] Dije hundiéndome cada vez más en ese sillón que parecía que me iba a tragar. –[b] [i] [color=#266EAC] …Un momento.-[/color] [/i] [/b] Añadí levantándome con fuerza despegándome del sillón – [b] [i] [color=#266EAC] ¿Dónde esta Ills?.-[/color] [/i] [/b] Pregunte al grupo los cuales seguían dándose carantoñas con sus parejas.
Empecé a recordar donde estaba y para lo que había venido. Casi sucumbo a mis pesadillas de no ser por la falta de alguien, alguien que sabe lo que es la soledad como yo.
Me acerque hasta la puerta y la abrí de golpe esperando que me llevara al sitio correcto. Al otro lado había un callejón oscuro, en el cual estaba cayendo un considerable chaparrón.
Trague saliva con fuerza temeroso de entrar a ese lugar. Eche un último vistazo tras de mi, Ills podía estar sola en ese callejón. Apreté los puños con fuerza y haciendo caso omiso a esa sombra que me susurraba por detrás y me alentaba a no entrar, con la última pizca de valor que me quedaba, cruce la puerta.
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