[align=center][b][font=Bookman Old Style][SIZE=4]Eli | Futuro del Soberano
[color=#5AA6BB]MaÑana[/SIZE][/color][/b][/font]
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Cuando [i]Eli[/i] se despertó, con la primera luz del día, saltó como un resorte de la cama, no sólo porque tuviese mucho que hacer, sino porque siempre había sido muy poco amante del sueño: “quien mucho duerme, poco vive”, se repetía a sí misma cuando tenía muchos sueños por cumplir y toda la vida por delante. Quería ser muchas cosas, pero el mundo se fue a la mierda mucho antes de que pudiese si quiera, empezar a cumplir una.
Sin perder mucho tiempo, se aseó como pudo y fue hasta la planta de abajo a toda prisa, alertada por un llanto desconsolado. La pequeña June se había despertado y aunque hacía unos días que había cumplido tres años, los terrores nocturnos seguían apareciendo en sus horas de sueño, seguramente porque la vida en ese mundo era tan dura para los pequeños como para los mayores.
– [b] [color=#7C8D61]Ya está, pequeña. No llores, Mamá Eli está contigo[/SIZE] [/b].- Le susurró al oído levantándola del colchón en el suelo que hacía de cama para cogerla en brazos.
– [b] [color=#689AAF]¿Cuándo viene mi mamá? [/color] [/b]- Le preguntó una vez más, mirándole con su pelo castaño claro y sus ojos vivarachos ojos marrones, todavía enrojecidos por las lágrimas.
– [b] [color=#7C8D61]No lo sé, bicho. Ojalá lo supiera[/color] [/b].- Suspiró profundamente, mirando al resto de niños que dormían en colchones en el suelo, tapados con mantas raídas y acarició el cabello de la pequeña, que ya le llegaba por los hombros. Al estar junto a la niña, que había apoyado la cabeza en su hombro y se había llevado el pulgar a la boca (señal inequívoca de que empezaba a dormirse), pensó en que nunca había sentido la llamada de la naturaleza, ese reloj biológico que se supone que toda mujer tiene en su interior, dispuesto a activarse en cualquier momento. No es que odiase a los niños, ni mucho menos,
simplemente nunca se había visto como madre, pero luego llegó él y aunque todos los días se arrepentía de no haberlo querido como se merecía, porque siempre había sido profundamente egoísta y le había costado veinte años descubrirlo, porque aprendió lo que era la maternidad enfrentándose a ella y la vida le llevó a ser madre de más hijos de los que jamás hubiese imagino, porque se mentiría a sí misma si dijera que el día que descubrió que estaba embarazada fue el más feliz de su vida, pero Él lo era y cuando nació el bebé, comprendió que aunque no había nacido para ser madre, sí lo había hecho para ser la de su pequeño
.
A veces se paraba a pensar si no habría sido una inconsciente dejando que pasara, pero incluso en el fin del mundo, seguían llegando niños al mundo, seguramente porque la esperanza es lo último que se pierde.
– [b][i][color=#898579]¿Podemos hablar un momento?[/color][/i][/b]- Escuchó una voz conocida a su espalda y se giró, era Edward y ese nombre todavía le provocaba escalofríos.
– [b] [color=#7C8D61]Espera que acueste a June y estoy contigo[/color] [/b].- Dejó a la niña en la cama, que protestó un poco y volvió a quedarse dormida.- [b] [color=#7C8D61]¿Qué te ocurre?[/color] [/b]- Siseó mientras salían de lo que antes había sido el salón de la casa y ahora era el dormitorio de los más pequeños, mientras esquivaban los colchones.
– [b][i][color=#898579]He cogido la lista, vamos a salir.[/color][/i][/b] – Comentó apoyándose en la pared de la vieja cocina, cada día más destartalada. – [b][i][color=#898579]Vamos al Sector 32.[/color][/i][/b] – Sabía a qué se refería, Amy cada día estaba más enferma y aunque había duplicado la dosis, el tratamiento no sólo paliaba los síntomas, sino que la envenenaba.
Se le ensombreció el rostro al pensar en Amy, que empeoraba cada día.- [b] [color=#7C8D61]Ojalá hubiese otra forma[/color] [/b].- Si Él hubiese estado allí le habría dicho qué hacer, porque todo aquello se le daba mejor.
– [b][i][color=#898579]Estaremos bien, es ella la que más me preocupa.[/color][/i][/b] – Añadió con semblante serio.
Se quedó callada, pensando en todo lo que había perdido y en que no quería perder a nadie más.- [b] [color=#7C8D61]No la vamos a perder[/color] [/b].- Se mostró más confiada de lo que realmente estaba, pero tenía que reconciliarse con esa parte de sí misma que siempre había odiado. Por Amy. Por Él y por su madre que no había soportado lo sucedido y había acabado convertida en una “Enfermera”.
– [b][i][color=#898579]¿Estás segura? Cada día está peor y la medicación más vigilada[/color][/i][/b]- El chico la miró intentando saber lo que se proponía.
Se dio la vuelta y empezó a buscar naranjas para hacerle el desayuno a los más pequeños, que pronto estarían despiertos y hambrientos.- [b] [color=#7C8D61]D-de momento necesitaremos la medicación, pero tengo pensado algo. No sé si saldrá, pero es lo único que nos queda[/color] [/b].- No quiso mirarle a la cara para decírselo, bastante nerviosa se ponía ya.
– [b][i][color=#898579]¿En qué estás pensando? ¿Puedo ayudar en algo?[/color][/i][/b] – Parecía interesado.
– [b] [color=#7C8D61]De momento, no[/color] [/b].- No quiso dar explicaciones que acabarían reventando su tapadera. No podía confiar en nadie, ni siquiera en los huérfanos originales, porque si descubrían quién era, todo se complicaría.
– [b][i][color=#898579]Lo dejaremos para la vuelta entonces…[/color][/i][/b] – Estaba tenso, el peso del mundo hacía mella en su carácter. Se parecía demasiado as u madre.
– [b] [color=#7C8D61]Tened cuidado[/color] [/b].- [i]Eli[/i] puso una mano en su hombro.
– [b][i][color=#898579]Cuida a los pequeños.[/color][/i][/b] – Le dijo antes de alejarse y ella se asomó a la venta para ver cómo Amy, Ethan, Cole y Edward se reunían en el patio trasero para ir en busca de provisiones.
Eran poco más que niños jugándose la vida y ella les estaba dejando porque era una cobarde.
Al darse cuenta de lo que estaba haciendo, las agallas que creía no tener le impulsaron a atravesar el salón a toda prisa, despertando a algunos de los más pequeños, legar hasta el que siempre había sido su dormitorio, abrir el armario y buscar entre los cajones hasta dar con un viejo libro.
Cuando dio con él, lo sostuvo entre la manos y lo abrió con cuidado, ignorando que le temblaban las manos.
Era lo más cerca que había estado de ÉL en veinte años, así que cuando abrió el libro y pasó las hojas, no pudo evitar acariciarlas, como si eso hiciese que estuvieran más cerca.
Ojalá le hubiese querido como se merecía.
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[QUOTE=***FLASHBACK***]
[SIZE=2]Era una noche de tormenta, como casi todas desde que «el tiempo se había vuelto loco», decía la gente, pero en casa de las Echolls nadie estaba mirando por la ventana, porque todo el mundo estaba demasiado ocupado llevando toallas limpias, mantas y todo lo que pudiesen necesitar en la habitación de Elizabeth, en la que estaba teniendo lugar un nacimiento.
Por suerte y dado que la epidural era algo que había dejado de existir hacía mucho, fue un parto relativamente rápido y la reciente mamá, pudo disfrutar de su pequeño de cabello oscuro en cuanto su madre, la improvisada matrona, la puso entre sus brazos. Elizabeth, al darse cuenta de que los nuevos padres
necesitaban intimidad, abandonó la habitación para limpiarse los restos de sangre.
– [b][i][color=#266EAC]H-he pensado que podía llamarse Ethan, ¿te gusta?[/SIZE][/i][/b]- Le preguntó Ed mientras ella pasaba la nariz por la cabeza del recién nacido, que descansaba sobre el pecho desnudo de su madre.
– [b][i][color=#F56828]Es perfecto[/color][/i][/b].- Fue su respuesta y Ed, visiblemente emocionado, le dio un beso en los labios.[/color][/QUOTE]
[SIZE=3]Ojalá pudiese decirle la verdad a su hijo. Ojalá Ed estuviese con ella.
[i]Ojalá le hubiese querido como se merecía.[/i]
Pero esos eran los deseos de otra y ahora era, simplemente, Eli.[/SIZE]
[spoiler]¡Sorpresa! Aunque seguro que lo sabíais ¬¬[/spoiler]
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