Moondale

EN BUSCA DE LA LIBERTAD

[align=center][b][font=Bookman Old Style][SIZE=5]Elle| El Palacio

[color=black]Noche[/SIZE][/color][/font][/b]

princesselle1

[SIZE=3]

La Armadura chivata le había dicho al Rey de los Locos que teníamos visita en el castillo y claro, se había puesto histérico perdido y hasta mi habitación se estaba moviendo con la puñetera manía de cambiar las estancias del castillo en función de su estado de humor. Así no había quién se concentrase y me iba a quedar sin saber si realmente si Katniss era una perra del Infierno o solo le gustaba que Peeta le pagase las Fantas.

Cerré el libro con toda la mala leche del mundo y recolocándome la corona que parecía sacada del Burger King ése que ya no existía, me agarré el vestido y me asomé a la puerta.- [b] [i] [color=#974246]¡EH! ¡Aquí hay gente que intenta leer, ya que por lo visto hoy no se cena![/SIZE] [/i] [/b]- Pero nadie me escuchó, claro, porque estaba liándose en la planta de abajo, hasta el punto de que habían soltado al Perro con esteroides y a los zombies, porque por muy lujoso que pareciera el palacio, debía tener paredes de papel y se oía todo.

Bufando, tiré el libro a la cama con dosel y salí dando un portazo que hizo temblar la habitación rosa, aunque no tuve la suerte de que se rompiera algo, eso nunca pasaba.

Peleándome con las escaleras y con el vestido dorado de tres refajos, conseguí llegar a la planta de abajo y me crucé con la Consorte, que puso los ojos en blanco, señal inequívoca de que el Loco estaba en pleno ataque y lo más seguro era quitarse de en medio, pero no le tenía miedo, porque a pesar de que le odiaba con todas mis fuerzas, él me adoraba o al menos, eso decía y ya le había cortado la lengua a la parienta, así que tendría que inventarse otra cosa. En este punto tengo que aclarar que hasta donde llegaban mis conocimientos, ni el Loco ni la Consorte eran mis padres, aunque el parecido con ella era preocupante, pero prefería pensar que eran castos y puros, a pesar de me hacía gracia imaginarme al Loco a cuatro patas y a la Regente dándole con un látigo, pero prefería que estuvieran vestidos.

Lo que no esperaba, era que el Loco fuese a estar esperándome a la vuelta de la esquina.- [b][i][color=#17173E]¿Adónde vas, mi escurridiza hija?[/color][/i][/b] – Dijo a modo de saludo, mirándome con su cara de demente. – [b][i][color=#17173E]Abajo estamos con algo importante, ve a tu habitación y acaba los deberes[/color][/i][/b].

– [b] [i] [color=#974246]¿Qué deberes?[/color] [/i] [/b]- Le pregunté colocándome la corona bien, que siempre se iba hacia adelante, quizás porque era DE CHICO.

– [b][i][color=#17173E]¿Sabes magia? No, pues ya tienes deberes[/color][/i][/b].– Chasqueó los dedos y un libro apareció entre sus manos, que me tendió. Pesaba muchísimo, pero menos que el vestido, que encima hacía que me picasen mis partes íntimas por culpa de tanta lana y tan poco aire.

– [b] [i] [color=#974246]Vale, voy con él a…la sala esa…ya sabes…la que está…ahí mismo.[/color] [/i] [/b]-Balbuceé.
Sin pensar mucho, eché a andar con la cabeza bien alta y el libro entre las manos hasta que lo perdí de vista y después, cambié el sentido y fue hasta donde provenían los gritos esquivando a los zombies, que a mí no me hacían nada, porque para eso era la hija en funciones de su amo y señor (de hecho, alguna vez jugué con ellos a tomar el té cuando era pequeña).

Caminé a toda velocidad, evitando mirar cómo los pasillos en los que había crecido mostraban señales de lucha e incluso sangre.

Lo bueno que tenía conocer por dónde andaba, era que podía esconderme en cualquier recoveco que a los visitantes les pasase inadvertido para espiarles y desde detrás de una enorme escultura, vi cómo una chica morena salía volando e impactaba contra la pared, partiéndose el cuello. Ahogué un grito y apreté el libro contra mi pecho, aquello no me gustaba, especialmente después de ver cómo había acabado el Perro, que si la Consorte tenía razón, dentro de poco volvería a su forma original, pero no podía hacer nada, así que esperé a que el grupo abandonase la sala de enormes ventanales en la que me gustaba sentarme a leer y cuando se hubieron marchado, caminé tras ellos.

El primero de ellos, el que debía ser el novio de la morena que acababa de morir, estaba desaparecido, cegado por la rabia. Otro de ellos, que parecía modelo, cargaba con la otra chica inconsciente con una herida enorme en el pecho. Finalmente, los otros tres chicos, el de raza negra y otros dos, iban detrás, pero claro, no estaba acostumbrada a espiar a gente armada y entre los nervios, el vestido de repollo y el libro, tiré un jarrón al suelo, que debía costar más que ponerle una lengua nueva a la Consorte, pero que no se rompió del todo, debía ser de mejor calidad que las paredes.- [b] [i] [color=#974246]Mierda, mierda, mierda…[/color] [/i] [/b]- Maldije por lo bajo, mientras lo colocaba y volví a fundirme con el entorno del pasillo, aunque era una manera muy pobre de esconderse, porque se me veía y cuando el chico de raza negra (que estaba bastante bueno, a pesar de que tenía una cicatriz en la cara que todavía me ponía más) fue hasta a mí, poco podía hacer.- [b][i][color=#2D1F1F]Sal de ahí o te sacaré yo[/color][/i][/b] .- Espetó en dirección al sitio en el que estaba, que era detrás de un jarrón, por lo que se me veía por todas partes. Aún así, decidí no salir porque tenía dignidad.

El chico acercó su mano y se aferró a mi brazo para tirar. – [b][i][color=#2D1F1F]Creo que he pescado un salmonete.[/color][/i][/b]
– [b] [i] [color=#974246]¿Vas a matarme?[/color] [/i] [/b]- Le pregunté mirándole directamente a los ojos con una vocecita.- [b] [i] [color=#974246]Porque tengo que decirte que soy una bruja muy poderosa, mira el libro de magia que llevo[/color] [/i] [/b].- Fanfarroneé.

– [b][i][color=#2D1F1F]¿Necesitarías un libro si fueses tan poderosa?[/color][/i][/b] – Me aguantó la mirada y después, me soltó. – [b][i][color=#2D1F1F]No voy a matarte.[/color][/i][/b]

– [b] [i] [color=#974246]Es que tengo mala memoria[/color] [/i] [/b].- Me defendí encogiendo los hombros.- [b] [i] [color=#974246]¿Entonces qué vas a hacer conmigo?[/color] [/i] [/b]

– [b][i][color=#2D1F1F]Dímelo tú, poderosa maléficar.[/color][/i][/b] – Esbozó una sonrisa. – [b][i][color=#2D1F1F]Vas a guiarme hasta tu…padre.[/color][/i][/b] – Me sentó un poco mal que insinuase que el Loco era mi padre.

– [b] [i] [color=#974246]Ése no es mi padre[/color] [/i] [/b].- Farfullé.

– [b][i][color=#2D1F1F]Entonces no te costará llevarme a él, bueno, llevarnos[/color][/i][/b] .– Aseguró. Me dieron ganas de decirle que “mi padre” podía borrarnos del mapa, por mucho que llevase una ballesta en la espalda y fuera por la vida con pintas de chungo.

– [b] [i] [color=#974246]¿Y no sería mejor si fingiésemos que llevo todo el rato con vosotros y saliésemos todos del castillo?[/color] [/i] [/b]- Abrí mucho los ojos, intentando parecer más tonta de lo que ya debía parecerle con las pintas que llevaba.

– [b][i][color=#2D1F1F]El caso es que nosotros no estamos saliendo, estamos entrando.[/color][/i][/b] – Me aclaró.

– [b] [i] [color=#974246]Bueno, pero ahora podéis salir…conmigo[/color] [/i] [/b].- No quería acabar como la Consorte y cualquier cosa tenía que ser mejor que este castillo.

– [b][i][color=#2D1F1F]Lo siento, no va a ser así.[/color][/i][/b] – Negó con la cabeza. – [b][i][color=#2D1F1F]Este ‘reinado’ ya ha durado mucho.[/color][/i][/b]

Suspiré enfadada y cambié de táctica.- [b] [i] [color=#974246]Si os llevo hasta él, ¿me dejaréis ir con vosotros?[/color] [/i] [/b]

– [b][i][color=#2D1F1F]Me encargaré de que salgas de aquí con los que se vayan.[/color][/i][/b] – Me puso la mano en el hombro para decirlo. – [b][i][color=#2D1F1F]Saldremos ahora, tienen que recuperarse de las bajas. Ese lobo nos ha hecho más daño del que pensaba[/color][/i][/b] .

Al escucharle hablar así del Perro, tuve que intervenir.-[b] [i] [color=#974246]No sabéis lo que habéis hecho[/color] [/i] [/b].- Añadí con la seriedad que el asunto requería.- [b] [i] [color=#974246]Está bien, trato hecho, pero yo os mantendré a raya con los asesinatos[/color] [/i] [/b]

– [b][i][color=#2D1F1F]¿De qué estás hablando? Ese lobo iba a matarnos.[/color][/i][/b] – Parecía a la defensiva.

– [b] [i] [color=#974246]¿Quieres que te enseñe quién era ese…lobo?[/color] [/i] [/b]- Le reté con la mirada.

– [b][i][color=#2D1F1F]Sí, aunque creo que no me gustará.[/color][/i][/b] – Le hice una seña para que me siguiera y desandamos los pocos pasos que habían caminado antes de que me descubriera.

Al volver a la sala, el Perro, ahora con su forma humana de un hombro de unos cincuenta y tantos años, yacía inerte en el suelo rodeado de un gran charco de sangre.- [b] [i] [color=#974246]Antes de que le cortaran la lengua, la Consorte me contó sin que se enterara el Loco de que se llamaba Christopher y era un bibliotecario que por ayudar a la Elegida, acabó convertido en el Perro[/color] [/i] [/b].- Me ahorré el detalle de que por eso le habían cortado la lengua con toda seguridad.

El chico se quedó en silencio y los demás, excepto el novio de la morena, aparecieron en la sala, incluso el que llevaba a la chica malherida en brazos.- [b][i][color=#898579]¿Tío Christopher?[/color][/i][/b] – El que más tarde descubrí que se llamaba Edward, parecía consternado.

– [b][i][color=#2D1F1F]¿Tío?[/color][/i][/b]- El de raza negra parecía tan perdido como yo, aunque podía hacerme una idea.

– [b][i][color=#5BACBF]E-el padre de Amy…[/color][/i][/b] – Titubeó el más bajo.

– [b][i][color=#2D1F1F]Será hijo de puta, esto no me lo había dicho, esto no…[/color][/i][/b] – Drizz, que no se había presentado, pero lo haría, dio un puñetazo contra la pared más cercana y ésta, se resquebrajó. Eso no me lo esperaba.-[b][i][color=#2D1F1F]Lo mataré, cuando todo se arregle, le buscaré y le mataré y lo sabe, lo habrá visto.[/color][/i][/b]

– [b][i][color=#0B3B2E]Amy no puede saberlo, si despierta…eso la mataría.[/color][/i][/b] – Pidió el que cargaba con la chica, aguantándose la ira.

– [b] [i] [color=#974246]Si…venís conmigo, los zombies no os atacarán, al menos hasta que el Loco se de cuenta[/color] [/i] [/b].- Les propuse. Nunca había tenido compañía que no fueran el Loco, la Consorte o alguna de las mascotas, pero podía intentarlo.

– [b][i][color=#898579]Ethan, merece un entierro digno.[/color][/i][/b] – Se quitó la chaqueta y cubrió el cuerpo inerte del bibliotecario.

El que se llamaba Ethan, asintió e hincó una rodilla en el suelo, para después colocar las manos en él. En esa posición, pareció concentrarse durante unos minutos que se nos hicieron eternos, hasta que unas enredaderas enormes atravesaron el suelo, cubriendo cuerpo sin vida del bibliotecario. Y sí, me quedé con la boca abierta.

– [b][i][color=#2D1F1F]Llévanos hasta él[/color][/i][/b].- No pude evitar mirarle a los ojos, que centelleaban en un color dorado que no parecía de este mundo.

– [b] [i] [color=#974246]Recuerda que tenemos un trato[/color] [/i] [/b].- Le pedí.

– [b][i][color=#2D1F1F]Saldrás, nunca olvido mis deudas[/color][/i][/b] .- Asentí con la cabeza y les hice una seña para que me siguieran.

[i]Mierda, ahora me voy a quedar sin saber si debería odiar a Katniss o no.[/i]

[spoiler]Siento no haber contado contigo para rolear, Alph. Es que era una sorpresa xDD[/spoiler]

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