Moondale

HAY COSAS QUE ES MEJOR NO ESTROPEARLAS CON PALABRAS

[align=center][b][font=Bookman Old Style][SIZE=4]Illya Novak| Templo de los Guardianes, ‘Axis Mundi’| Prueba del Orden

[color=#000000]Noche[/SIZE][/color][/b][/font]

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Daniel y yo estuvimos caminando por el sendero iluminado por antorchas hasta que estas se apagaron y, a pesar de que mis ojos de depredador estaban acostumbrados a la oscuridad, no pude hacia dónde se llevaron a mi compañero. Le llamé un par de veces, siendo consciente de que no serviría de nada, porque si se habían empeñado en separarnos de esa forma, tenía que haber una razón. A veces detestaba ser tan sumamente racional, cuando vivía en un mundo que no respondía a las leyes de la lógica, pero tampoco a las de la fe en la que me habían criado mis padres.

– [b][i][color=#EE5159]¿Daniel…?[/SIZE][/i][/b]- Le grité al vacío por última vez y por respuesta obtuve como premio que la luz volviera y que al fondo de aquel angosto pasillo de roca que parecía llevar ahí toda la eternidad, estuviese Ed con sus andares tímidos y su corazón martilleándome el cerebro. Recorrí la distancia que nos separaba en una milésima de segundo y me quedé frente a él.

– [b][i][color=#266EAC] No, soy Ed[/color][/i][/b].- Era una especie de broma que, seguramente, solo podría entender yo. El humor de Ed era así, solo lo entendíamos unos pocos.- [b][i][color=#266EAC] Me alegra ver una cara conocida[/color][/i][/b].- Apuntó con sinceridad.

Por mi cabeza se pasó decirle que pensaba lo mismo, pero la sombra de Kaylee era demasiado alargada. No quería que acabase tan confundido como yo.- [b][i][color=#EE5159]¿Has…estado solo?[/color][/i][/b]- Cambié de tema y me mantuve a una distancia prudencial. Me fijé en que tenía hollín en la cara y estaba sudoroso, seguramente porque su prueba había tenido algo que ver con el fuego, pero no olía mal, al contrario, la fruta extraña que emanaba por cada poro de su piel estaba en plena efervescencia.

 

– [b][i][color=#266EAC] No, conocí al Campeón en las Sombras[/color][/i][/b].- Matizó pasándose el dorso de la mano por la frente para secarse una perla de sudor que se había quedado allí, lo que provocó que el aire se llenase de su olor.

– [b][i][color=#EE5159]¿Es…alguien conocido?[/color][/i][/b]- Pregunté con dificultad, intentando concentrarme en la conversación trivial que estábamos teniendo y miré a un punto indeterminado de su rostro, pensando en Microbiología Médica, ejemplo y empecé a recitar de memoria el virus de la Hepatitis E (VHE): [i]”Se descubrió en 1983 y es responsable de la epidemias por transmisión fecal-oral en India, Pakistán, África del Norte y México (países de baja salubridad)…”[/i]- [b][i][color=#EE5159]Tienes…hollín…ahí[/color][/i][/b].- Acerqué mi dedo y lo dejé a unos centímetros de la punta de su nariz, que él se limpió rápidamente musitando un avergonzado “gracias”.

Le hice una seña y comenzamos a caminar. Si estaba ahí, era porque uno de los dos tendría que pasar su prueba en poco tiempo.- [b][i][color=#266EAC] No lo sé, va oculto entre sombras para evitar que se desvele su identidad y su voz es prácticamente neutra, lo mismo te hablaba con una voz grave que con una aguda[/color][/i][/b].- Se explicó mientras avanzábamos sin saber adónde, guiados simplemente por lo que nos dictaba nuestra intuición. Era como si conociéramos el camino sin haber estado nunca allí.

Nos quedamos en silencio, un silencio roto por el tamborileo de su corazón.- [b][i][color=#EE5159]Está bien…que estés aquí…conmigo[/color][/i][/b].- Confesé sin darme cuenta de lo que estaba diciendo y me arrepentí de no haber seguido pensando en virus.
– [b][i][color=#266EAC] Lo mismo digo. Quiero decir… ya sabes… con alguien que realmente conozco[/color][/i][/b].- Tomó aire y me quedé mirándole. No hacía falta que le dijera que pensaba lo mismo, eso se sabía. Hay cosas que no es necesario que se digan para que estén ahí, es como si tuvieran forma por sí solas y las palabras las estropeasen.

Frente a nosotros, como si hubiera salido de la nada, había una enorme puerta de madera con unos grabados aparentemente perfectos, que parecían no tener principio ni fin, carentes de sentido. No hizo falta que dijéramos nada, pues conocíamos de sobra la mecánica, así que introdujimos nuestros respectivos collares en las rendijas y esperamos.- [b][i][color=#EE5159]Allá vamos[/color][/i][/b].- Tomé aire sin necesitarlo, un viejo rasgo de Mara.

-[b][i][color=#266EAC] Y tras la puerta numero dos se esconde…[/color][/i][/b].- Bromeó Ed para romper la tensión y las pesadas puertas se abrieron sin dificultad, como si fuesen de algodón.

Dimos un paso al frente, las puertas se cerraron sin previo aviso, devolviéndonos los collares por arte de magia y de pronto, nos vimos inmersos en un paisaje nevado. El suelo estaba encapotado y de aquellas nubes caían copos de nieve que se posaban en nuestro pelo. Lo más sorprendente, era que no hacía frío, todavía era verano, pero nevaba, todo estaba cubierto de un manto blanco y esa blancura inmaculada se extendía hasta donde alcanzaba la vista.- [b][i][color=#EE5159]Nieve[/color][/i][/b].- Musité acordándome de mis padres, que siempre decían que la nieve era un regalo de Dios.

– [b][i][color=#266EAC] Vaya, es… precioso[/color][/i][/b]. Ed se quedó mirándome y los copos de nieve continuaron cayendo sobre nosotros. Asentí dándole la razón, la nieve era maravillosa, como si tuviera la capacidad de purificar todo el mal de este mundo y me quité un copo de nieve que se me había posado en el pelo.
Dejamos las puertas atrás y nos adentramos en el paisaje nevado, que se parecía al de la última película de Disney, caminando con los hombros muy juntos, sin que resultase incómodo, porque confiábamos el uno en el otro. La nieve nos cubría hasta las rodillas, pero no mojaba, parecía de algodón. Un par de veces tuve que tirar de Ed que se quedaba atrás y bromeaba diciendo que estaba en arenas movedizas.

Después de un rato, me pareció ver una figura de apariencia humana que vagaba por la nieve. Tenía el pelo y la piel blanca, mucho más blanca que yo.- [b][i][color=#EE5159]Supongo que…tendremos que acercarnos[/color][/i][/b].- Concedí. No habíamos venido a pasear por la nieve.

– [b][i][color=#266EAC] No parece muy amenazante…[/color][/i][/b]- Apuntó Ed después de evaluar a la Guardiana, que parecía una chica de poco menos de veinte años, bajita y menuda.

– [b][i][color=#EE5159]Yo tampoco…[/color][/i][/b]- Miré a Ed y llevé un dedo a su cuello, que la camiseta dejaba al descubierto. Mis dedos helados tocaron durante una centésima de segundo su cálida piel, recorriendo con la yema de los dedos los dos bultos. La cicatriz de mis colmillos aún estaba ahí y nunca se iría del todo.

-[b][i][color=#266EAC] Vale, estaré alerta[/color][/i][/b].- Cuando aparté la mano, me fijé en el cabello de Ed cubierto de nieve y traté de imaginarme cómo sería cuando su pelo estuviese cubierto por las canas y las arrugas surcasen su rostro, mientras que yo seguiría siendo eternamente la misma. Pensé en cómo sería el día que cruzase el altar con Kaylee, si se marcharían a vivir a Louna o se quedarían en Moondale, si me pondrían en la tesitura de ser la madrina de uno de sus hijos y de si tendríamos algo en común cuando él prefiriese jugar a las cartas y yo tuviera ganas de comerme al mundo, literalmente.

Sin darme cuenta, habíamos llegado a la altura de la Guardiana, que era poco más alta que yo, con una apariencia frágil que contrastaban con unos ojos azules que brillaban de una forma antinatural.- [b][i][color=#088A85]Debo juzgaros. Y entonces, proceder[/color][/i][/b].– Aseguró con voz fría y asentí. Si yo me juzgaba a diario, no era quién para impedírselo.

– [b][i][color=#266EAC] ¿Juzgarnos por…?[/color][/i][/b].- La detuvo Ed cuando sus ojos azules se clavaron en los míos.

– [b][i][color=#088A85]Para ver si hay oscuridad en vosotros[/color][/i][/b]. – Apuntó con la voz fría como un puñal. Era inhumana, carente por completo de emoción y así lo mostraban sus gestos.- [b][i][color=#088A85]Solo la pureza absoluta puede continuar[/color][/i][/b].- Sentenció dejando clara una amenaza implícita en esas palabras.

Miré de soslayo a Ed, siendo consciente de que si la prueba consistía en no tener a un demonio dentro, no iba a pasarla- [b][i][color=#266EAC] Tranquila…[/color][/i][/b]- Rozó mi mano para intentar calmarme.

– [b][i][color=#EE5159]Los extremos…no son buenos[/color][/i][/b].- Balbuceé y la mujer movió la cabeza como si fuera un robot.

– [b][i][color=#088A85]El mal debe ser erradicado, hasta en su más mínima esencia. No hay otra forma[/color][/i][/b].- Me cortó con voz monótona. Estaba muy cerca de nosotros, el juicio comenzaría en cualquier momento.

– [b][i][color=#266EAC] ¿Incluso si un demonio es bueno?[/color][/i][/b]- Miré a Ed arqueando una ceja. Ningún demonio era bueno, por muy calmado que fuera el que me parasitaba.

– [b][i][color=#088A85]No tardaría en corromperse, la tentación es peligrosa y al final, triunfa.[/color][/i][/b] – Clavó sus ojos en Ed, pero se dirigió a mí.- [b][i][color=#088A85]Hay un demonio en ti muchacha, por mucho que luches contra él, al final vencerá.[/color][/i][/b]

-[b][i][color=#266EAC] Ella es perfectamente capaz de controlarlo[/color][/i][/b].- Le rebatió. Desde luego, me tenía en mejor estima que yo misma.

– [b][i][color=#EE5159]Puedo…demostrar que soy capaz de controlar al monstruo[/color][/i][/b].- Intenté negociar.

– [b][i][color=#088A85]Es inútil[/color][/i][/b].- Hablaba convencida, como si lo supiera todo.- [b][i][color=#088A85]Es tu amigo y le mordiste una vez, puede que ahora no volvieses a hacerlo, ¿pero qué te impediría morder a un desconocido si tu vida peligrase?[/color][/i][/b] – Preguntó a escasos centímetros de mi cara. En parte, tenía razón, pero cada día luchaba por contenerme.

– [b][i][color=#EE5159]Lo mismo…que le impide a él clavarme una estaca en el corazón: la humanidad[/color][/i][/b].- Susurré sin estar muy convencida de mis palabras.

– [b][i][color=#266EAC] Aquella vez no era ella misma, estaba bajo el influjo de alguien, si no hubiese sido ella, habría sido otro[/color][/i][/b].- Supuse que se refería a McLeod, que se transformó en licántropo y, de haber mordido a Ed, ahora tendríamos a otro hombre lobo, pero aún así, era ser muy positivos considerar mi ataque como algo medianamente aceptable.

– [b][i][color=#088A85]La humanidad es una falla, en ella reside el poder de hacer las cosas bien, o terriblemente mal. [/color][/i][/b] – Le cortó con su voz de hielo y sus ojos brillaron tras analizarle. – [b][i][color=#088A85]Tampoco tú puedes pasar, hechicero. Sabes bien la razón.[/color][/i][/b]

Ed se quedó en silencio y al final habló. Se notaba el dolor en cada una de las palabras.- [b][i][color=#266EAC] No hay día que no me culpe de ello, por eso intento ser mejor que antes. Por eso intento que esta vez no les pase nada, y no te voy a dejar que le hagas nada a ella[/color][/i][/b].- Afirmó con convicción.

– [b][i][color=#EE5159]Gracias…[/color][/i][/b]- Estaba impresionada. No estaba acostumbrada a que nadie se preocupara por mí, ni siquiera cuando era Mara, pues solo tenía a mis padres..- [b][i][color=#EE5159]¿Quién te crees tú…para juzgar, acaso no te arrepientes de nada?[/color][/i][/b]- Me crucé de brazos, claramente a la defensiva.

– [b][i][color=#088A85]Nunca[/color][/i][/b].- Ni siquiera pestañeó. – [b][i][color=#088A85]El bien de este mundo depende de ello. Debo acabar con vosotros[/color][/i][/b].– Materializo un báculo de cristal y lo apuntó hacia nosotros.

– [b][i][color=#266EAC] Si acabas con nosotros estarías contradiciéndote. En nosotros reside bondad. Nosotros no somos el mal, estamos aquí para erradicar el verdadero mal[/color][/i][/b].- La Guardiana dejó escapar una carcajada sarcástica y se acercó un poco más, el báculo estaba ya a una distancia mínima de Ed, así que me puse delante con los brazos en alto, en señal de rendición. Ella, sin amedrentarse, presionó contra mi pecho.- [b][i][color=#EE5159]Él tiene…una vida fuera, tiene futuro[/color][/i][/b].

– [b][i][color=#088A85]Ya es tarde[/color][/i][/b].- Me golpeó con el báculo en el hombro izquierdo con una fuerza sobrenatural y me tiró a la nieve.

– [b][i][color=#EE5159]¡No![/color][/i][/b]- Grité al ver que se acercaba a Ed y posaba el báculo en su pecho. Él, por el contrario, no se movía, simplemente mantenía los brazos en alto y me miraba.

– [b][i][color=#088A85]Descansa en paz[/color][/i][/b].- Al decirlo, el chico se dobló sobre su estómago y gritó de dolor. A través del cristal del báculo se veían puntos de luz, similares a los “wips” que solía utilizar: estaba absorbiéndole el alma.

– [b][i][color=#EE5159]¡Suéltale![/color][/i][/b]- Grité desde el suelo y me llevé las manos a la cara: tenía ceño. Sin pensarlo, me puse en pie, sin dejar de mirar a Ed que gritaba de dolor y parecía cada vez más pálido y ojeroso. Su corazón estaba perdiendo velocidad.- [b][i][color=#EE5159]¡He dicho que lo sueltes![/color][/i][/b]- Bramé más cerca de la Guardiana e intenté arrebatarle el báculo, pero estaba afilado y me cortó la mano.

– [b][i][color=#088A85]Debéis abandonar este mundo[/color][/i][/b].- Sus ojos brillaron con los puntos de luz que estaban saliendo del alma de Ed, al que le quedaba poco tiempo. Él no podía morir así, no después de todo lo que había sufrido. La Guardiana se movió, estaba disfrutando y dejó al descubierto su blanquecino cuello, solo tenía una opción y aunque la detestaba desde lo más profundo de mi ser, debía hacerlo.

La rodeé con los brazos y le giré el cuello en un acto totalmente instintivo, animal.- [b][i][color=#EE5159]No me digas que no te lo he advertido[/color][/i][/b].- Le recordé antes de clavar los colmillos en su yugular. La Guardiana dejó escapar un grito y su sangre legendaria empezó a fluir a través de mi garganta. No sabía lo sedienta que estaba hasta que la tuve en mi paladar.

Vi que el báculo caía al suelo y las bolitas de luz retornaron a su verdadero dueño, que estaba de rodillas en el suelo. Al verle ahí e imaginarme lo que podía estar pensando de mí, solté a la Guardiana con desdén y avancé hasta él, sin preocuparme de si estaba viva o muerta.- [b][i][color=#EE5159]¿Estás…bien? No debería haber hecho eso, ha sido un error…[/color][/i][/b]- Me limpié con el dorso de la mano las comisuras de los labios y le hablé con mi cara normal, percatándome de que la sangre no era roja.

– [b][i][color=#266EAC] Estoy… bien[/color][/i][/b].- Comentó recuperando el aliento – [b][i][color=#266EAC] No la has matado, simplemente le has mordido para que no me matara. Gracias[/color][/i][/b].- Giré la vista y vi a la Guardiana tirada en el suelo, como una muñeca rota rodeada de un charco de sangre plateado. El báculo había desaparecido. Solo esperaba que hubiese cumplido mi cometido y no hubiese condenado a la humanidad para salvar a Ed, porque una vez que se fuera todo a la mierda, poco importaría su maldito olor.

– [b][i][color=#EE5159]De nada. Volvería a hacerlo[/color][/i][/b].- Él fue a decir algo, pero me señaló en dirección a la Guardiana, que se había puesto en pie y parecía tan viva como antes. Movió la mano y vi un aura blanca a su alrededor, parecía que se estaba protegiendo para volver a atacarnos, pero simplemente habló, esta vez con una voz dulce y melódica.- [b][i][color=#088A85]Como bien has dicho, el bien y el mal absolutos son erróneos, debemos buscar siempre en nuestro corazón lo que es correcto y a veces tendremos que hacer cosas que nos harán dudar. A veces hay que luchar para defender[/color][/i][/b].- El colgante de mi pecho brilló. Sentí la luz y el orden, el caos y la oscuridad. Lo bueno y lo malo, no siempre escondido detrás de lo obvio. Me sentí completa por un segundo, casi pude notar a Mara en mi interior, seguida muy cerca por Lilith, que siempre estaba a la espera. Fue un instante perfecto de frágil equilibrio, como un funambulista que camina por la cuerda floja.

– [b][i][color=#EE5159]Gracias. Por un momento, he pensado…que no sería capaz de hacerlo[/color][/i][/b].- Confesé abrumada y la Guardiana asintió para después darse la vuelta y caminar por la nieve. Ahora volvía a parecer una niña indefensa.

Delante de nosotros, una puerta de hielo emergió del suelo. Miré a Ed y le tendí la mano. Su calidez recorrió todo mi cuerpo y en cuanto estuvo en pie, aparté la mano.-[b][i][color=#266EAC] Gracias. Y enhorabuena, parece que has pasado tu prueba[/color][/i][/b].- Esbozó una sonrisa y se la devolví a mi manera.

– [b][i][color=#EE5159]Siento…que te hayan utilizado…para sacar lo peor de mí[/color][/i][/b].- Intenté bromear mientras atravesábamos la puerta.

– [b][i][color=#266EAC] No hay nada malo en ti y lo sabes[/color][/i][/b].- Concedió finalmente, mirándome a los ojos y aparté la vista con rapidez.

– [b][i][color=#EE5159]Será que me miras con buenos ojos…[/color][/i][/b]- Finalicé mirando a su pelo nevado y él fue a decir algo, pero no dijo nada, porque hay cosas que es mejor no estropearlas con palabras.

Antes de que las puertas heladas se cerrasen, observé a la Guardiana, que jugueteaba con su báculo, nuevamente aparecido, a hacer estallar copos de nieve.

A lo mejor el colgante no era lo que me completaba, pero prefería no saberlo.[/color]

[spoiler]Siempre me quejo, pero esta vez no lo voy a hacer. Estoy orgullosa del post, espero que a vosotros os pase lo mismo 🙂 [/spoiler]

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