[align=center][b][font=Bookman Old Style][SIZE=4]Elizabeth Echolls | Pico Tantree, Skye |Punto de vista I de VI
[color=#B45F04]Ocaso[/SIZE][/color][/b][/font]
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Normalmente no solía acompañarles y a pesar de mantenerme en una firma física estupenda para mi edad, que tampoco era tanta y da a luz tú a tres hijas y me cuentas, escalar una montaña para esperar en la puerta mientras dos de tus hijas, sus novios, su mejor amigo prácticamente criado por ti y el resto de la tropa, salvaban el mundo y/o acababan reducidos a cenizas no era plato de buen gusto para nadie. Pero Dominic, el moreno alto, me lo había pedido unos días antes cuando vino a casa a cenar con Rebecca, que era muy mona, aunque un poco ceñuda y salían desde hacía una temporada, después de haberse paseado con unas cuantas que me parecían todas iguales en diferentes tamaños. Total, que Dominic me había pedido que fuese con ellos, porque Rebecca no era Campeona y se quedaba fuera para cuidarles, pero había unos cuantos que nadie conocía de nada que sí lo eran. No quise entrar en debates sobre la lógica de esa decisión, ni tampoco en por qué tenían que ser mis hijas, sus novios, su mejor amigo prácticamente cuidado por mí y el resto de la tropa, los puñeteros Campeones (mierda, he puesto “puñeteros”. Y ahora he dicho “mierda”. Dos veces, genial), pero hice de tripas corazón y fui.
Habíamos parado en una zona llana a mitad de la montaña, más o menos, que tenía una especie de cueva que no sabíamos muy bien hacia dónde iba a parar. Al frente, teníamos el pequeño pueblo de Skye, en el que empezaban a aparecer las luces encendidas de las casas a la parte que el Sol se ocultaba definitivamente en el horizonte. A pesar de que estábamos a mediados de junio, era una noche fresca, como solía suceder en esa zona del Condado.
– [b][i][color=#383A72] Gracias por aceptar acompañarla en mi ausencia[/SIZE][/i][/b].- Dijo Dominic sacándome de mis pensamientos.
– [b][color=#D7992C]No tienes por qué darlas, me gusta sentirme útil[/color][/b].- Admití. Estaba llegando a esa edad en la vida de todas las que hemos sido madres en la que necesitamos nietos para no aburrirnos y eso que yo tenía a Daakka y a Cara, que eran como dos niños de seis años.
– [b][i][color=#CC858A]No necesito niñera[/color][/i][/b].- Protestó Rebecca agarrándole la mano cubierta por un guante negro, como siempre.
– [b][i][color=#383A72] Lo sé, pero con compañía se os hará más llevadero[/color][/i][/b].- Fue a acercar la mano hasta el pelo de la chica para acariciárselo, pero se detuvo a unos centímetros. Pensé en qué hubiera sido de mí y de Robert si no hubiéramos podido tocarnos, pero teniendo en cuenta que tuvimos tres hijas en un lapso de tres años creo que queda claro.
– [b][i][color=#383A72] Volveré lo antes que pueda. Y tranquila, no nos pasará nada[/color][/i][/b].- Llevó su mano hasta la cintura y la atrajo hasta él. Al ver que la cosa se ponía romántica, me aparté un poco: a nadie le gusta una “vieja” cotilla.- [b][i][color=#383A72] Te quiero[/color][/i][/b].- Le susurró muy cerca del oído yo evité pensar en Jaime y en lo que pensaría si viera a su sobrina tan cerca de un chico con semejante pasado. Porque sí, Dom era encantador, pero había tenido demasiadas novias.
– [b][i][color=#CC858A]Ten cuidado[/color][/i][/b].- La chica se besó el guante y lo puso en la boca de él.- [b][i][color=#CC858A]La respuesta a eso último te la doy a la vuelta[/color][/i][/b].
La volvió a sujetar por la cintura y le susurró lo más cerca que pudo del oído.- [b][i][color=#383A72] En el fondo sé la respuesta[/color][/i][/b].- Tras unos minutos se separaron y avanzó hasta donde estaban Ed, Diana e Illya.
Eché un vistazo y vi la cara que estaba poniendo Rebecca, que iba de británica por la vida, pero en el fondo era tan blanda como cualquiera en su situación y quise darle un abrazo para que se sintiera mejor, pero yo tampoco podía tocarla.
***
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[align=center][b][font=Bookman Old Style][SIZE=4]Illya Novak | Pico Tantree, Skye | Punto de vista II de VI
[color=#black]Noche[/SIZE][/color][/b][/font]
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Me acerqué con precaución hasta donde estaba Ed, que se encontraba apoyado en una de las rocas de la entrada de la cueva con aire pensativo. Ya había anochecido completamente, por lo que pude quitarme la manta de encima y era agradable disfrutar de la brisa veraniega de la montaña, aunque me daba la impresión de que el campo no le hacía ninguna gracia.
Me senté a su lado dejando una distancia considerable entre nosotros, porque no me apetecía que se sintiera incómodo. Nunca sabía hasta qué distancia podía acercarse un depredador a su presa sin que pareciese que iba a lanzarse a su cuello, por lo que siempre prefería dejar una distancia ridículamente amplia.
Miré al frente y observé el cielo nocturno plagado de estrellas, mientras escuchaba a los grillos cantar, pero no pude evitar arrugar la nariz cuando una ráfaga de viento trajo hasta mis fosas nasales un olor a melocotón excesivamente empalagoso, que se superponía al de Ed y lo enmascaraba, como si lo fuese asfixiando poco a poco. – [b][i][color=#EE5159]¿Te…has despedido de Kaylee?[/SIZE][/i][/b]- Le pregunté en voz baja sin mirarle a la cara. No me gustaba hablarle de ella cuando estaba viendo la cara que ponía.
– [b][i][color=#266EAC] Sí, se marchó esta mañana temprano[/color][/i][/b].- Me respondió dejando escapar un resoplido. Casi podía escuchar los pedazos de su corazón intentando latir. Kaylee se había ido una vez más y nos tocaba a los demás mantener unido a su novio hasta la próxima vez que se decidiera a utilizarlo.
– [b][i][color=#EE5159]Está bien…tener a alguien de quién despedirse, ya sabes[/color][/i][/b].- Le dije sin saber muy bien cómo continuar. No era una experta en relaciones, especialmente en las del tipo feliz: no había superado la distancia, ni la locura, ni que uno de ellos fuese el monstruo que me convirtió en un ídem, en parte porque estaba muerta.
– [b][i][color=#266EAC] No… duele bastante[/color][/i][/b].- Me confesó y mis ojos se encontraron con los suyos: estaba triste, aunque un hombre nunca lo reconocería, a pesar de que ese hombre pudiese permitírselo por haber tenido esa vida. Asentí con la cabeza, incapaz de decirle nada y miré su mano, que estaba en el espacio enorme que nos separaba. Decidí acercar la mía y la rocé un poco para intentar que se sintiese mejor, a pesar de que no era capaz de ponerme en su lugar y mucho menos, de sentir empatía. Fue un roce rápido, pero noté el calor que emanaba: estaba [i]tan vivo[/i] que me daba miedo acercarme mucho por si se corrompía. Cuando notó mi mano helada, se giró y asintió con la cabeza, agradecido, pero al percibir que alguien se acercaba, retiré la mía con rapidez, no quería que nadie interpretase las cosas como no eran.
– [b][i][color=#843181]¿Queréis intimidad para poder llevar a cabo vuestro suicidio?[/color][/i][/b]- Nos dijo Diana asomando la cabeza entre nosotros.
– [b][i][color=#266EAC] No estamos tan deprimidos como para llegar a ese punto[/color][/i][/b].- Murmuró Ed.
– [b][i][color=#843181]No mientas, anda[/color][/i][/b].- Se sentó entre nosotros y le pasó el brazo por encima del hombro.- [b][i][color=#843181]Animalito mío[/color][/i][/b].- A pesar de que se reía, podía notar cómo en el fondo, estaba preocupada por él.
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[align=center][b][font=Bookman Old Style][SIZE=4]Cara Arkkan | Pico Tantree, Skye | Punto de vista III de VI
[color=#black]Noche[/SIZE][/color][/b][/font]
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No conocía su cara, pero cuando le escuché hablar supe que era él: Hiroshi Sato, el tío raro al que le había dicho que me llamaba Daenerys Targaryen y era tan tonto que se lo había creído.
Estaba en la parte más cercana al bosque, apartado del grupo, sin hablar con nadie, así que me acerqué a él, porque como a mí no me gustaba estar sola, supuse que él tampoco le gustaría, aunque era un tío raro.- [b][i][color=#7E6368]¿Ves bien? Si Cara se pone los ojos así, no ve[/SIZE][/i][/b].- Le pregunté colocándome los dedos a la altura de los ojos y estirando tanto que acabaron picándome.
– [b][i][color=#DF7401] Perfectamente, es solo que procedo de otra parte del mundo en la que tenemos así los ojos[/color][/i][/b].- Me respondió girándose lentamente, llevaba una camiseta gris y pantalón vaquero no muy ajustado (a mí me gustaban más ajustados). Esto lo sé porque le di un repaso con la mirada: era guapo, no tanto como Daakka que era verde o como Vincent que era marrón, pero tenía los ojos graciosos, me hacían reír.
– [b][i][color=#7E6368]Ah…¿Y hay gente verde o marrón?[/color][/i][/b]- Estaba muy interesada en saber de dónde [i]perecían[/i] mis dos novios, porque si tenía que ir alguna vez a conocer a sus padres necesitaba organizarme.
– [b][i][color=#DF7401] Tal vez marrón unos pocos…[/color][/i][/b]- Meditó en voz alta.
– [b][i][color=#7E6368]¿De dónde son los verdes?[/color][/i][/b]- Tenían que venir de alguna parte, a lo mejor del mismo sitio que las lechugas, que también eran verdes.
Se quedo un rato callado y al final, habló.-[b][i][color=#DF7401] No estoy seguro, tal vez es algo que deberías preguntarle a él[/color][/i][/b].
– [b][i][color=#7E6368]Da igual[/color][/i][/b].- Me encogí de hombros y nos quedamos en silencio, escuchando el ruido de la cucarachas esas que cantaban.- [b][i][color=#7E6368]Tienes que buscarte una novia, que hablas muy poco. Cara ya tiene dos novios[/color][/i][/b].
Él esbozó una sonrisa triste.- [b][i][color=#DF7401] Tengo novia en casa, o al menos tenía[/color][/i][/b].
Abrí un poco la boca. Los tíos raros y guapos también tenían novias.- [b][i][color=#7E6368]¿Cómo se llamaba? ¿Tenía los ojos así como tú?[/color][/i][/b]
– [b][i][color=#DF7401] Mako. Sí, pero un poco más grandes[/color][/i][/b].- Asintió con la cabeza.
– [b][i][color=#7E6368]Tienes que buscarte una novia que esté más cerca y no tenga un nombre raro[/color][/i][/b].- Argumenté. No tenía sentido tener una novia que no sabías si era tuya o de otro y que vivía donde los tíos de los ojos como los suyos.
Hiroshi se quedó un rato en silencio, que no era eso ni mucho menos, porque se escuchaban las carcajadas de Diana y finalmente, dijo.- [b][i][color=#DF7401] Lo pensaré[/color][/i][/b].[/color]
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[align=center][b][font=Bookman Old Style][SIZE=4]Vincent Solo | Pico Tantree, Skye | Punto de vista IV de VI
[color=#black]Noche[/SIZE][/color][/b][/font]
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No eran parte del grupo como tal, quizás por cuestiones de edad o a lo mejor era porque, simplemente, parecía como si sus vidas estuviesen destinadas a otra cosa. Quién sabe.
La cuestión es que Bill y Vincent estaban el uno al lado del otro, sin mediar palabra, mirando al horizonte en una estampa casi cómica, hasta que el segundo rompió el silencio bromeando.- [b][i][color=#8F532C]Tenemos que vivir en un sitio más tranquilo, los años pesan[/SIZE][/i][/b]
– [b][i][color=#585F7D] Sí, ya no somos unos chavales. Quizás deberíamos buscar un sitio con playa[/color][/i][/b].- Apuntó el otro siguiéndole la corriente.
[b][i][color=#8F532C]Si salimos de ésta, te tomaré la palabra[/color][/i][/b].- Fue la respuesta de Vincent, que ya no bromeaba.[/color]
***
[align=center][b][font=Bookman Old Style][SIZE=4]Sarah Echolls | Pico Tantree, Skye | Punto de vista V de VI
[color=#black]Noche[/SIZE][/color][/b][/font]
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Empezaba a notar cómo los mosquitos se ponían las botas con mi sangre a costa de mi camiseta negra de tirantes, así me froté los brazos en un vano intento de librarme de ellos. En la ladera de la montaña no podíamos esperar otra cosa, pero aún así era reconfortante disfrutar del aire puro y la brisa de una noche de verano.- [b][i][color=#457238]¿Relajada?[/SIZE][/i][/b] – Preguntó Christopher colocándome una mano en el hombro, un gesto paternal muy propio de él.
– [b][i][color=#BB609C]Mucho, como tú en Luna llena, más o menos[/color][/i][/b].- Esbocé una sonrisa que se le contagió y bajó la mano.
– [b][i][color=#457238]Has superado todo con creces hasta ahora, esto no va a ser menos.[/color][/i][/b] – Parecía orgulloso al decirlo.- [b][i][color=#457238]Preocupado tendría que estarlo yo[/color][/i][/b].
– [b][i][color=#BB609C]¿Por qué?[/color][/i][/b]- Dejó de mirarme y dirigió su vista al pequeño pueblo de Skye.
– [b][i][color=#457238]Se supone que iba a ayudarte a ti a prepararte para este tipo de cosas, no participar.[/color][/i][/b] – Se explicó, en parte tenía razón.- [b][i][color=#457238]Aunque pensándolo bien, no me pegaba mucho quedarme al margen.[/color][/i][/b]
– [b][i][color=#BB609C]Eres el vigilante licántropo de pasado oscuro que ejerce de padre, estaba claro que acabarías participando[/color][/i][/b].- Dejé escapar una carcajada que resonó en la ladera de la montaña.
– [b][i][color=#457238]Visto así…aunque no me lo habría imaginado.[/color][/i][/b] – Meditó. – [b][i][color=#457238]Pero aquí estamos, es curioso pensar que pudimos conocernos gracias a esto.[/color][/i][/b]
– [b][i][color=#BB609C]Tal y como se han sucedido los acontecimientos, parece que estuviera planeado desde el principio[/color][/i][/b].- Le confesé algo que más de una vez se me había pasado por la cabeza.- [b][i][color=#BB609C]¿Somos amigos porque lo hemos decidido o porque los Grandes Poderes nos han puesto en el camino que creían adecuado?[/color][/i][/b]
– [b][i][color=#457238]A pesar de todo, sigo creyendo en el libre albedrío. No seríamos familia si no lo hubiésemos querido así, por mucho empeño que hubiesen puesto[/color][/i][/b].- Me miró a los ojos para decirlo, porque creía de verdad en ello.
– [b][i][color=#BB609C]No hay más que ver a Cecil, Liad Jan, Silver, Ann y hasta a Ben[/color][/i][/b].- Recordé.- [b][i]
[color=#BB609C]Pero aún así, a veces me pregunto si soy la Elegida porque estoy aquí o si estoy aquí porque soy la Elegida[/color][/i][/b].- Negué con la cabeza apartando esos pensamientos.- [b][i][color=#BB609C]Debería dejar de pensar tanto, empieza a oler a chamusquina[/color][/i][/b]
– [b][i][color=#457238]Le das demasiadas vueltas.[/color][/i][/b] – Me reprendió sin perder la sonrisa. – [b][i][color=#457238]Eres la Elegida porque estás destinada a algo grande, porque como ya te han dicho, tienes tanta bondad que puedes caminar por esta senda oscura sin perderte y mostrando el camino a muchos.[/color][/i][/b]
– [b][i][color=#BB609C]En realidad, tengo bastante mala leche[/color][/i][/b].- Compuse una mueca.
– [b][i][color=#457238]Lo cortés no quita lo caliente, como dice un Vigilante que conozco[/color][/i][/b]. – Pasó el brazo por encima de mi hombro y apretó con cariño.
– [b][i][color=#BB609C]Cuando acabemos…cuando salgamos de aquí tenemos que retomar los entrenamientos, porque creo que me estoy oxidando[/color][/i][/b].- Necesitaba los entrenamientos, pero también necesitaba su guía, por muy cursi que pudiese sonar.
– [b][i][color=#457238]Cuenta conmigo, tengo pensadas algunas cosas nuevas.[/color][/i][/b] – Asintió y en sus ojos aparecieron unas arrugas. Estaba sonriendo de corazón.- [b][i][color=#457238]Ahora a salir de ahí a salvo.[/color][/i][/b]
No pude evitarlo y le di un abrazo breve, lo suficiente para que no se sintiese incómodo.- [b][i][color=#BB609C]¿Estás listo, abuelete?[/color][/i][/b]
– [b][i][color=#457238]Tanto como lo estaré alguna vez. Así que vamos antes de que me arrepienta.[/color][/i][/b]- Fue su respuesta al soltarme y fuimos hasta donde estaban los demás.[/color]
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[align=center][b][font=Bookman Old Style][SIZE=4]Edward Maclay | Pico Tantree, Skye | Punto de vista VI de VI
[color=#black]Noche[/SIZE][/color][/b][/color]
[SIZE=3]
Cuando Sarah y Christopher llegaron hasta donde estaban los demás, todo el mundo supo que había llegado el momento de entrar en la cueva y ver qué les deparaba el destino. Las bromas cesaron, los semblantes se ensombrecieron y Ed, en un arrebato de valentía que en otros tiempos hubiese resultado extraño, fue el primero en adentrarse. Los demás no le siguieron, entendieron que el chico que vino de otra realidad que ya casi no recordaba necesitaba que confiaran en él, a pesar de que solo eran un eco de los amigos que una vez perdió.
Edward se adentró en la cueva, que estaba oscura como la boca de un lobo y conjuró las pequeñas bolitas de luz que más de una vez le había librado de un apuro para que le guiasen, pero no pudo caminar mucho, porque a escasos pasos de la entrada, la cueva estaba completamente cubierta por agua, albergando un lago subterráneo de gran profundidad. – [b][i][color=#266EAC] Chicos, creo que he encontrado la entrada[/SIZE][/i][/b].- Llamó a sus amigos que no tardaron en rodearle.
– [b][i][color=#4F5360]Es aquí, sí[/color][/i][/b]. – Confirmó el aesir rubio. – [b][i][color=#4F5360]Dom, esto no te va a gustar.[/color][/i][/b]
– [b][i][color=#383A72] ¿A qué te refieres?[/color][/i][/b]- El otro aesir se acercó.
– [b][i][color=#4F5360]Mira[/color][/i][/b].- Respondió su amigo señalando [URL=http://blog.whedonverso.com.es/wp-content/uploads/2014/06/entrada.png][la inmensidad][/URL] que se extendía ante ellos. Era como un océano en el interior de una cueva. No tenía sentido.
– [b][i][color=#383A72] Me pido el último[/color][/i][/b].- Fue su respuesta, intentando que no se notase que le flaqueaban las piernas.
Sus amigos, de un salto, se adentraron en el agua de dos en dos y Dominic se quedó arriba, echando una última mirada a Rebecca, que se quedaba en la retaguardia con Elizabeth y parecía preocupada, mientras que algunos de sus amigos parecían encantados con el baño inesperado.
Finalmente, se armó de valor, tomó aire y saltó. El contacto con el agua fue mejor del que esperaba: estaba fría, pero parecía limpia.
Lo peor vino cuando las corrientes submarinas, impropias de lo que debería ser un pequeño lago, empezaron arrastrarle hacia abajo.
Hubiese estado bien no ir de gallito y haber gritado un poco para que Elizabeth y Rebecca se dieran cuenta de que necesitaba ayuda.
Intentó nadar, pero cuanto más se movía, más se hundía. Intentaba respirar, pero cuanto más respiraba, más agua tragaba.
Al poco, el agua engulló al aesir y segundos después a sus amigos.
Elizabeth y Rebecca se asomaron al abismo y solo vieron el agua en calma, como si segundos antes no se hubiera tragado a todos los que conocían.
Una lágrima surcó la mejilla de la chica, cayó al abismo y se perdió.
¿Y si había pasado eso con los Campeones?[/font]
[spoiler]A ver si os gusta esta forma tan rara. Es que he tenido que hacerlo así para que no pareciera la pobre Elizabeth «la vieja’l visillo».[/spoiler]
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