Moondale

TRAMPOSO

[align=center][b][font=Bookman Old Style][SIZE=4]Vincent Solo| Templo de los Guardianes, ‘Axis Mundi’| Prueba del Agua

[color=#000000]Noche[/SIZE][/color][/b][/font]

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[SIZE=3]

Desde el principio no me gustó el juego de esconderse, porque el peligro estaba en cada esquina, y la sensación de estar bajo tierra, en un pasillo angosto, me recordaba demasiado a los miedos que recientemente había revivido, a los pasillos del búnker bajo ataque, después de enterarme del asesinato de mis padres.

– [b][i][color=#8F532C]¿Cara? Esto ya no tiene gracia[/SIZE][/i][/b].- dije mientras trataba de buscarla, pero no conseguí encontrarla, parecía como si la misma cueva se la hubiese tragado, y por un instante me dio un escalofrío, porque en mi mundo habría sido posible, y probable, pero solo esperaba que aquí no. Continué avanzando a paso ligero, hasta que llegué frente a una puerta como la que había cruzado con Cara, y allí me encontré a mi silente compañero, Bill.- [b][i][color=#8F532C]¿Has visto a Cara Arkkan? La he perdido[/color][/i][/b].- pregunté. Bill negó con la cabeza, pero incluso pese a no saberlo, él mismo me había tranquilizado un poco, seguramente Cara estaría ahora con otro de los Campeones, para pasar una nueva prueba.

– [b][i][color=#8F532C]Me alegro de verte. ¿Cómo va todo?[/color][/i][/b] – pregunté interesado en saber cómo le había ido a él con la prueba. Necesita algo más de información al respecto, porque llevaba un rato debatiéndome con la certeza de que no habría podido pasar la prueba que Cara había pasado, jamás habría sido capaz de soltar al gigante.

– [b][i][color=#585F7D] Un bosque me acaba de dar por todos lados, aparte de eso genial. ¿Y tú? -[/color][/i][/b] preguntó él a continuación. Esa respuesta no terminaba de resolver mis interrogantes, pero había pasado, no podía ser el único que no lo consiguiese, o sí…

– [b][i][color=#8F532C]Hemos liberado a un gigante con miles de brazos y afán destructivo.[/color][/i][/b] – reconocí mientras observaba los intrincados grabados de la puerta, que parecían formar olas.

– [b][i][color=#585F7D] Está claro que estas pruebas no son normales.-[/color][/i][/b] comentó él. De haberlo sido quizá habría estado preparado, quizá no estaría nervioso por lo que fuera a encontrarme. ¿Y si me equivocaba?

– [b][i][color=#8F532C]Creo que no hay mucho normal en nuestra vida.[/color][/i][/b] – repliqué. Mi mundo no era «normal» comparado con este, pero tampoco dentro de este mismo mundo consideraban «normal» a todo lo «sobrenatural». En general era un término que por sí mismo no valía nada, porque dependía completamente del que lo dijese. La humanidad usaba demasiados cajones y demasiadas definiciones. – [b][i][color=#8F532C]¿Tuya o mía?[/color][/i][/b] – pregunté con curiosidad mientras continuaba recorriendo las olas de la puerta y me llevaba una mano al colgante para cogerlo. Si Bill había pasado la prueba del bosque viviente, quizá este era mi turno, pero la puerta parecía señalar el agua, y ese era Bill, sin ninguna duda.

– [b][i][color=#585F7D] En la anterior ayudé. ¿Tú?-[/color][/i][/b] respondió. En ese aspecto estábamos iguales entonces, lo que implicaba que había por lo menos dos pruebas que debíamos pasar cada uno, si echabas las cuentas. Si ya tenía miedo de fallar en una, ahora tenía el doble de posibilidades.

– [b][i][color=#8F532C]Lo mismo, a Cara.[/color][/i][/b] – añadí mientras me acercaba a la puerta.

– [b][i][color=#585F7D] Lo que quiere decir que esta puede ser de cualquiera de los dos.[/color][/i][/b] – comentó Bill mientras se colocaba a mi lado, con el colgante en la mano. El suyo era azul, como el agua, mientras que el mío era verde como la tierra. Allí detrás había agua, sí, pero si todos teníamos que pasar más de una prueba, quizá no todas fuesen de nuestro elemento.

– [b][i][color=#8F532C]Para lo que necesites, ahí estaré.[/color][/i][/b] – dije dirigiéndole una última mirada. Si era su prueba, tenía que intentar hacerlo un poco mejor que con Cara, que si me hubiese hecho caso no habría salido nunca.

– [b][i][color=#585F7D] Igualmente.-[/color][/i][/b] respondió él. Parecía preparado, parecía no tener miedo, y le envidiaba.

– [b][i][color=#8F532C]Allá vamos.[/color][/i][/b] – dije introduciendo el colgante a la vez que Bill, consiguiendo que las puertas se abriesen. Bill las cruzó al instante, y yo, con inseguridad, le seguí.

En cuanto puse un pie en el otro lado, me puse en estado de alerta, porque el suelo pareció hundirse bajo mis pies y mi cuerpo actuó como si de arenas movedizas se tratase. Al comprobarlo vi que me equivocaba en parte, era arena, pero no se movía.

Caminamos por encima de la arena, pero no tardamos en ver el agua al que correspondía la puerta, porque era un vasto océano azul que se perdía en el horizonte hasta fundirse con el cielo. El mar era lo que más adoraba de ese mundo, en mis primeros meses de viajes, conocí algunas playas, y descubrí que no había nada más emocionante que un atardecer en la playa. En mi mundo de esa belleza no quedaba nada, la magia descontrolada lo había arruinado.

No tuve tiempo a observar demasiado, porque del agua surgió una cabeza astada, que gritaba pidiendo auxilio. La prueba había empezado.

– [b][i][color=#585F7D] Odio no saber qué está pasando en realidad. Puede que sea una trampa. ¿La ayudamos?-[/color][/i][/b] me preguntó Bill. El temor a equivocarme en la prueba y que los demás sufriesen las consecuencias de mi error me detuvo unos instantes, pero no podía dejar a alguien así.

– [b][i][color=#8F532C]Seguramente lo sea, pero no podemos arriesgarnos a no salvarla.[/color][/i][/b] – respondí mientras me desabrochaba los zapatos lo más rápido que podía y después me quitaba la camisa.

– [b][i][color=#585F7D] Te acompaño. Me muevo bien en el agua.-[/color][/i][/b] me recordó Bill. Nunca había llegado a verle en acción todavía, pero sí sabía que era medio demonio, y que su raza tenía unas capacidades extraordinarias en el agua, sin duda esta seguía pareciendo su prueba.

Corrí por la arena, caliente al contacto de los pies desnudos, porque un sol inclemente la había estado calentando durante mucho tiempo, y aún seguía. Quizá por eso me resultó extremadamente fría el agua del mar, pero lo agradecí.

Sin detenerme a pensar, me lancé al agua y avancé chapoteando como pude, porque en mi mundo el agua en la que pudieras nadar estaba toda concentrada en el mismo sitio, cerca del sitio en el que se colocaban todos los volcanes y al lado de la zona de las montañas de hielo. Por suerte ver el mar me había hecho apuntarme a clases de natación, algo que por el momento había conseguido mantener oculto, porque nadie me había preguntado.

Me había esforzado bastante por acostumbrarme a ese ambiente tan desconocido como eran las grandes extensiones de agua, bueno, incluso las piscinas, pero la verdad es que me gustaba y creía que se me podía dar bien con el tiempo. Aunque mi orgullo se rompió en pequeños pedacitos cuando vi una forma de color azul oscuro avanzar a toda velocidad y dejarme atrás en un suspiro.

No vi a la muchacha de cabeza astada pro ninguna parte, como si la hubiese tragado la profundidad del mar, pero aún seguían escuchándose los gritos, y seguí avanzando, aunque empezaba a resultarme poco amigable la distancia de la orilla.

– [b][i][color=#8F532C]Bill, ¿tú ves algo?[/color][/i][/b] – dije manteniendo la cabeza en la superficie, todavía no era muy bueno sumergiéndome y para Bill era un ‘pan comido’, como decían aquí.

– [b][i][color=#585F7D] No. Voy a echar un vistazo por debajo.-[/color][/i][/b] dijo sacando su azulada y astada cabeza un instante por encima del agua. No me dio tiempo a reconocer su apariencia demoníaca, era algo que no mostraba muy a menudo, solo sabía que era azul, y tenía cuernos.

La espera en la superficie se hacía eterna. Metí la cabeza un par de veces y conseguí distinguir a Bill buscando mucho más abajo, pero parecía estar peleándose con alguna corriente que le empujaba. De la muchacha no encontraba rastro, pero sus gritos iban a más, cada vez parecía más un engaño, y entonces me di cuenta de que estábamos a su merced si era una Guardiana del Agua, nos habíamos metido de lleno en sus dominios.

Volví a sumergirme para ver cómo estaba Bill, pero había desaparecido de la vista, que en mi caso no era muy buena bajo el agua, y el azul que lo cubría todo no ayudaba.

– [b][i][color=#71A5AE]Esto no es cosa tuya, demonio[/color][/i][/b]. – escuché decir a una voz que parecía provenir del fondo. Volví a sumergirme y vi una especie de algas moverse mucho, y una forma azulada debatirse, efectivamente era todo una trampa, y habíamos caído de lleno en ella y ahora tenía a Bill.

Por lo que había dicho la voz, era mi prueba, y desde luego no lo estaba haciendo demasiado bien, así que traté de pensar con rápidez qué podía hacer para salvarle. Si era una prueba y al parecer estábamos destinados a pasarlas, quizá era algo que se me diese bien. Y entonces se me ocurrió la primera idea, decir la verdad. – [b][i][color=#8F532C]No queremos hacerte daño. Nos arriesgamos para ayudarte, y nos traicionas.[/color][/i][/b] – dije con sinceridad, porque no podía ser de otra forma.

La enorme masa de agua me devolvió una risa.- [b][i][color=#71A5AE]¿Esperabas otra cosa, Mahonin?[/color][/i][/b] – dijo dirigiéndose hacia Bill. Volví a meter la cabeza debajo del agua y traté de bucear un poco, pero la falta de experiencia no pudo evitar que mi cuerpo flotase hasta la superficie. Mientras había estado abajo, había divisado a Bill debatirse enredado en algas. Parecía que la Guardiana tenía algo contra Bill, quizá por sus capacidades en el agua, por demostrar que era superior.

– [b][i][color=#8F532C]Basta, terminarás ahogándole. ¿Qué es todo esto?[/color][/i][/b] – dije dejando llevar mi confusión. ¿Cómo podía liberarle si no podía llegar a ella? Si ni siquiera Bill había podido.

Volví a bajar una, dos y tres veces, pero ninguna de las veces conseguí aguantar demasiado. En una de ellas vi a Bill hacerme un gesto para que no me preocupase, aguantaba bastante debajo del agua, pero bastante no era para siempre y las algas no parecían ceder.

– [b][i][color=#8F532C]Guardiana, es mi prueba, ven a mí, dudo que puedas conmigo.[/color][/i][/b] – dije cambiando de estrategia. No era capaz de mentir, y era cierto que tenía mis reservas respecto a mis capacidades, pero me había concentrado en pensar que en tierra firme habría podido con ella, y de ahí había salido el resto. Una verdad incompleta y sin contexto. Esperaba que mi anzuelo diese sus frutos.

Esperé tratando de ser paciente, pero no vi a la Guardiana aparecer por ninguna parte, ni ningún amago de hacerlo. Volví a intentar bajar y conseguí avanzar un poco más, lo suficiente como para ver que había aún más algas que antes, y que de la Guardiana no había rastro. Cuando empezaba a notar la falta de aire, subí.

– [b][i][color=#71A5AE]Eres tú el que tiene que venir a mí[/color][/i][/b].- dijo la voz de la Guardiana retándome.

La desesperación me hizo sumergirme y tratar de aguantar un poco más, tratar de bajar aunque pensase que no aguantaría la bajada sin aire, y mucho menos volver a subir. Me paré a pensar en todo eso, en las pruebas, y en cómo nos habíamos preparado para ellas. Christopher McLeod, el demonólogo, nos había aconsejado a todos repasar mitología, porque alguien había dicho en una reunión que uno de los Oráculos había dado esa pista. Así que me había puesto a revisar diferentes mitos, y había uno que me recordaba a esa Guardiana, el de los seres conocidos como ondinas, una especie de ninfas que habitan en el agua, donde radica su fuerza. Desde luego ella parecía una ondina y nos había atraído al agua, e intentaba que fuese a ella aún más, pero quizá lo que tenía que hacer era atraerla hacia mí, conseguir que saliese del agua.

Entonces tracé un plan. Dejé salir mi respiración y me llevé las manos a la boca, para después empezar a ascender a toda prisa y nadar hacia la orilla. Estaba confiando en las capacidades de Bill para aguantar debajo del agua, pero no podía hacer otra cosa por mucho miedo que me diese que muriese ahogado.

Al llegar a la orilla, caminé varios pasos y me desplomé sobre la arena. No tardé en sentir las olas acercarse más y más, devorando la arena, tratando de arrastrarme. – [b][i][color=#71A5AE]Soy más vieja que tú, no intentes engañarme[/color][/i][/b]. – resultaba difícil mantenerse inmóvil mientras el agua te trata de tragar, pero me forcé a ello.

Las olas aumentaron su velocidad y su ferocidad. – [b][i][color=#71A5AE]Si de verdad estás muerto, no te importará que te vapulee como si fueras un muñeco de trapo[/color][/i][/b].- amenazó la Guardiana. Llegado a ese punto, recurrí a algo que me habían enseñado en las Fuerzas de Darkonia, a detener mi corazón momentáneamente, lo que también requería que perdiese el conocimiento. Seguí los pasos tal y como los recordaba, y entonces caí inconsciente.

Por cómo estaba mi cuerpo después, supe que la Guardiana me había golpeado contra rocas, lanzado de nuevo a tierra y vuelto a arrastrar, pero mi cuerpo no respondía, y mi corazón tampoco.

Cuando recuperé la consciencia, lo primero que hice fue escuchar una voz. – [b][i][color=#71A5AE]No es posible: ¡Pero si no he hecho nada! ¿Qué clase de Campeón se muere del susto?[/color][/i][/b]- escuché como se quejaba y como soltaba una risotada nerviosa.- [b][i][color=#71A5AE]Y claro, como soy la más joven luego vendrán las quejas y me echarán: ¿Sabes? Por tu culpa me van a echar[/color][/i][/b]. – dijo muy cerca de mí. Con los ojos entrecerrados vi sus pies desnudos, de color azul celeste, pero me mantuve inmóvil.

Por lo que Bill me contó más tarde, la Guardiana le liberó, y fue rápidamente hasta la orilla para encontrársela de brazos cruzados, indignada porque me hubiese muerto.

– [b][i][color=#71A5AE]Se ha muerto, ¿sabes? Ya no estoy hablando como una Guardiana porque después de esto me van a poner en la puerta de la cueva[/color][/i][/b].- la escuché quejarse cuando Bill ya estaba cerca.

Entonces aproveché mi ventaja y la cogí por los pies, alejándola del agua, su fuente de poder. – [b][i][color=#8F532C]Bill, ayúdame, que no se acerque al agua.[/color][/i][/b] – dije casi en un jadeo, porque el efecto de detener el corazón era…desagradable.

– [b][i][color=#585F7D] Por un momento me habías asustado.-[/color][/i][/b] dijo Bill con un suspiro mientras me echaba una mano con la Guardiana.

– [b][i][color=#71A5AE]¡Soltadme! ¡No sabéis con quién estáis tratando, mequetrefes![/color][/i][/b]- nos gritó agitando las piernas con bastante fuerza.

– [b][i][color=#8F532C]Con una ondina, que saca su fuerza del agua.[/color][/i][/b] – le respondí. No sabía mucho más, pero eso al menos me había servido. – [b][i][color=#8F532C]Fuera de ella estás indefensa. Siento tratarte así, pero tengo que salvar el mundo.[/color][/i][/b] – me disculpé. Más allá de no poder mentir, no me gustaba engañar, ni tampoco me gustaba verla debatirse así, pero quizá la prueba se remitía a eso, a ingenio.

– [b][i][color=#71A5AE]¡Tramposo! ¡Eres un tramposo![/color][/i][/b]- soltó antes de darme una patada en el cuello.- [b][i][color=#71A5AE]¡Se suponía que debías confiar en mí y respirar bajo el agua para salvar a tu amigo![/color][/i][/b]- añadió lamentándose. Esa revelación me desarmó completamente. Al final, después de tantas vueltas, después de tanto pensarlo, me había equivocado, les había condenado a todos.

– [b][i][color=#8F532C]P-pero si bajé y me estaba ahogando…[/color][/i][/b] – dije tratando de buscar una explicación. Solté con suavidad los pies de la Guardiana y me acerqué hacia el agua, sintiendo como mi corazón se encogía. Todo parecía perdido, por mi culpa.

La Guardiana estaba en pie, libre, sin mirarnos a ninguno de los dos.

– [b][i][color=#585F7D] ¿Cómo la has engañado? Se supone que no puedes mentir.-[/color][/i][/b] preguntó Bill intrigado.

– [b][i][color=#8F532C]No hablé, solo me hice el muerto y paré el corazón un rato.[/color][/i][/b] – expliqué. Más tarde le explicaría en condiciones como había conseguido detener mi corazón, y que mi incapacidad de mentir se debía a lo verbal, por eso había tenido que buscar otras formas a lo largo de mi vida como espía. – [b][i][color=#8F532C]Perdóname Guardiana.[/color][/i][/b] – le dije con toda la sinceridad de mi corazón. Mi corazón estaba encogido por haber fallado, pero también lo estaba por haberme equivocado con ella. Así que hice lo que mi corazón me pedía, y sin mediar palabra la cogí en brazos, como si fuésemos recién casados, y me introduje en el agua para enmendar las cosas.

En cuanto la Guardiana entró en contacto con el agua, sentí una fría y líquida bofetada que me arrastró, sin tocarla a ella. – [b][i][color=#71A5AE]¡TE PERDONARÉ CUANDO HAYAS MUERTO![/color][/i][/b]- gritó ofendida. No la culpaba, me había equivocado y había engañado a alguien que solo estaba ahí para asegurarse de que los dignos pasaban.

– [b][i][color=#8F532C]Quizá sea eso.[/color][/i][/b] – admití pensando en voz alta. Cuando mi mente no estaba al cien por cien concentrada, los pensamientos empezaban a convertirse en palabras. Dirigiéndole una última mirada, me sumergí y empecé a nadar cada vez más abajo. La presión me molestaba, sentía como si la cabeza me fuese a estallar, y las corrientes no ayudaban a que me estabilizase, pero continué bajando, mientras contenía la respiración.

Llegado un punto, tuve que soltar el aire, y fui consciente de que no podría volver a subir, así que continué bajando. La falta de oxígeno era cada vez peor.

– [b][i][color=#71A5AE]Demuestra que eres un verdadero Campeón[/color][/i][/b].- dijo ella apareciendo frente a mí.

Me quedé un instante observándola, y entonces hice un acto de fé, creí en ella, creí en que no me haría daño, y abrí la boca. En cuando el líquido entré en ella, pensé que me ahogaría, pero en lugar de eso era como si respirase de nuevo.

Entonces comprendí de nuevo mi error, y comprendí lo dolida que estaba porque no hubiese llegado a confiar en ella. Nadé para acercarme, y le hice un gesto en señal de disculpa.

La Guardiana se lo tomó con calma, parecía disfrutar del hecho de verme allí, pidiendo disculpas con los ojos entrecerrados y sintiendo la desagradable presión en la cabeza.

– [b][i][color=#71A5AE]Errar es humano, Campeón. Así que por esta vez te perdono, pero deja esas triquiñuelas para cuando salgas de aquí, no todos los Guardianes olvidan tan fácilmente[/color][/i][/b].- concedió finalmente. Mi colgante se iluminó, con un brillo azulado sobre el verde, y entonces, rodeado de agua, sentí el agua de verdad, su tranquilidad, su forma de abrirse camino y afrontarlo todo, su frío y cálido abrazo y me sentí como en casa.

– [b][i][color=#8F532C]¿No he hecho nada bien?[/color][/i][/b] – pregunté dejándome llevar. – [b][i][color=#8F532C]Si es así lo siento, no era mi intención, solo pasar la prueba y salvar toda la buena gente de este mundo, y a veces eso te hace tomar decisiones difíciles. No te habría hecho daño.[/color][/i][/b] – añadí dejando salir lo que sentía. Incluso con mi prueba pasada, seguía preocupándome haberlo hecho mal con ella, y esperaba que me perdonase.

– [b][i][color=#71A5AE]Lo sé, pero me gusta escucharlo[/color][/i][/b].- respondió ella con una sonrisa traviesa, a la vez que me guiñaba un ojo.- [b][i][color=#71A5AE]El agua siempre busca el camino para llegar a su destino. A veces puede parecer complicado y es tan tenaz que acaba dañando lo que encuentra a su paso, por eso debes tener cuidado y no dejarte arrastrar[/color][/i][/b].- explicó finalmente. Asentí y comencé a ascender y una vez arriba, nadar hasta la orilla, donde Bill esperaba, expectante.

– [b][i][color=#8F532C]Parece que ya está todo aclarado.[/color][/i][/b] – dije enseñándole el colgante.

– [b][i][color=#585F7D] ¿Qué demonios acaba de pasar?-[/color][/i][/b] preguntó él. No me extrañaba que se encontrase totalmente perdido, había sido algo…no muy «normal», pero estaba acostumbrado a ello, y me gustaba.

– [b][i][color=#8F532C]Le he pedido perdón.[/color][/i][/b] – contesté encogiéndome de hombros. Veía a muchas personas pasarlo mal por no decirse lo siento en el momento adecuado, pero por suerte para mí, no había duda a la hora de hacerlo, si lo sentía, lo decía.

– [b][i][color=#585F7D] Parecíais una pareja teniendo una disputa. En fin, enhorabuena. Salgamos de aquí.-[/color][/i][/b] añadió él, dándose la vuelta.

– [b][i][color=#8F532C]Adelántate mientras me despido.[/color][/i][/b] – le pedí. Quería despedirme por última vez de la Guardiana, al final me había caído bien, y lamentaba que fuera un adiós definitivo.

– [b][i][color=#585F7D] Está bien.-[/color][/i][/b] respondió comenzando a caminar hacia una puerta de arena que había surgido más allá.

Miré hacia el agua, y allí estaba ella, la Guardiana, cubierta por el agua hasta los tobillos. Ahora que podía verla completamente, me daba cuenta de lo hermosa que era. Llevaba una especie de bikini de conchas, y su cuerpo de color celeste tenía una especie de tatuajes de color blanco que imitaban la espuma de las olas. Era sencillamente precioso.

– [b][i][color=#8F532C]Una vez más, lo siento. Y gracias por la oportunidad.[/color][/i][/b] – dije sin poder quitarle ojo. O llevaba mucho tiempo soltero, o mi posible alma gemela nunca había estado en la tierra, si no en el agua. Lamenté una y mil veces no tener más tiempo para conocerla.

– [b][i][color=#71A5AE]No es necesario que lo sientas, porque las pruebas varían en función de las elecciones del Campeón[/color][/i][/b].- respondió con paciencia y tranquilidad. Era como el agua en calma, perfecta.

– [b][i][color=#8F532C]Aun así, lo siento.[/color][/i][/b] – dije una vez más antes de girarme para ponerme la ropa y continuar avanzando.

– [b][i][color=#71A5AE]Estás bien, ¿sabes? Para ser un humano que se dedica a engañar a las Guardianas[/color][/i][/b].- añadió con una sonrisa.

– [b][i][color=#8F532C]Tú también, para ser una Guardiana se dedica a engañar para que se metan en el agua.[/color][/i][/b] – le respondí riéndome yo también. Al final resultaba que no éramos tan diferentes.

– [b][i][color=#71A5AE]Vete antes de que me lo piense y te ahogue[/color][/i][/b].- replicó girándose para volver a meterse en el agua. Tenía una estrella de mar de color blanco tatuada en el cachete derecho. No es que se lo mirase a propósito, simplemente, era curiosidad, estaba allí y bueno…era un bonito recuerdo que llevarse.

– [b][i][color=#8F532C]Me acordaré de ti cuando vaya a una playa.[/color][/i][/b] – le dije mientras me alejaba, con los zapatos en una mano y la camisa en la otra.

Las apariencias engañan, esa era una lección que me habían enseñado las pruebas. Lo que lamentaba ahora es que esas apariencias no me hubiesen costado cosas en la vida que ni siquiera sabía. Pero no había tiempo de lamentarse, tenía que seguir adelante, y tomarme la siguiente prueba con algo más de naturalidad. No olvidaría lo que me había dicho la Guardiana, ni a ella.
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[spoiler]Más maja Seonaidh que las pesetas.

Gracias a Alph/Bill por ayudar.[/Vincent]

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