[align=center][b][font=Bookman Old Style][SIZE=5]Hal | Presente. Calles de Moondale
[color=black]Noche[/SIZE][/color][/font][/b]
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La noche había llegado por fin y el vampiro Hal decidió salir a dar un paseo. La soledad en ese apartamento iba a volverlo loco, aunque técnicamente no estaba solo. Estaba Dylan, el cual se pasaba el día con su juguetito sexual, y solo salía de su habitación para reponer fuerzas bebiéndose la mitad de las reservas de la nevera.
Por otro lado también estaba Naga, pero era como si no lo estuviese, se pasaba el día debatiendo consigo misma, o mirando el techo, sin duda, habían realizado un trabajo maravilloso con ella, pero ahora no resultaba especialmente comunicativa.
Así que esa noche, aprovechando las cada vez más y más recientes salidas de Alice, y Mors Mordre, el cual parecía venerar el suelo que pisaba, decidió salir para buscar algo de acción. La idea de tener suministros de sangres todos los días le apasiono, así que acepto el trabajo que le encomendaron sin prestar mucha atención a la letra pequeña, esa en la que decía, no matar civiles, y ya se estaba empezando a arrepentir.
Le mandaron para reemplazar a dos sujetos anteriores que no duraron mucho en el grupo, bueno, uno seguía con ellos, pero no dentro del grupo precisamente, el otro había sentenciado su suerte intentando jugar a dos bandas, pareció no captar la idea de que estaban allí simplemente para vigilarlos, no para inmiscuirse.
Una brisa nocturna de aire paso por su cara, una brisa que fue incapaz de percibir si era fría o no, lo único que podía sentir era el viento. La luz del sol hace tiempo que olvido como era, y por suerte para él, aquella noche parecía haber luna menguante, por lo que evitaría encontrarse con uno de esos chuchos sarnosos.
Se paro en seco y escucho un continuo resonar de tambores, bum bum, bum bum, era una dulce melodía que apasionaba a todos los de su raza. Empezó a seguir ese latido hasta un callejón, cada vez era más fuerte. Frente a él encontró recostado a un indigente, por lo general prefería un poco de acción antes, pero tampoco le iba a hacer asco a una presa tan vulnerable.
Hal se arrodillo a su lado y poso su mano en la boca para que no gritara, lo que ocasiono que el indigente se despertara sobresaltado y su corazón se acelero. No podía reprimir más esa sensación de vacío en su cuerpo y mordió con fuerza el cuello del indigente. El hombre se revolvía en el suelo luchando y el vampiro se emociono al sentir de nuevo esa sensación de calor dentro de él, sangre fresca y no embolsada. El sentir como la lucha iba a menos y la luz del hombre se iba apagando hasta quedar completamente inmóvil.
Levanto la cabeza del cuerpo sin vida y saco de su bolsillo derecho de la chaqueta un pequeño pañuelo, y tras desenvolver el pañuelo un cuchillo. Sabía que no podía dejar el cuerpo así, lo último que necesitaba era llamar la atención, un cuerpo con un cuello rajado era más fácil de archivar para un policía que uno de dos orificios en el, que pensarán que podría haber sido un asesinato aceleraba las cosas, aunque nunca encontraran al asesino.
Limpio la hoja del cuchillo con el pañuelo y la boca de restos de sangre. Se levanto del suelo y se sacudió un poco arreglándose la ropa. Había conseguido lo que quería, pero ahora debía volver rápido al apartamento antes de que Dylan terminara con su pasatiempo, o Naga notara su ausencia.
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