[align=center][b][font=Bookman Old Style][SIZE=4]Edward | Futuro del Soberano
[color=#5AA6BB]MaÑana[/SIZE][/color][/b][/font]
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Después de hablar con «Mamá Eli» me reuní con los demás en la cocina, donde llevaban un rato esperándome. Tomé el zumo que Ethan me ofreció y rechacé con la mano la comida que me ofrecían, tenía una sensación de inseguridad en el estómago que ya ocupaba suficiente espacio.
En cuanto terminé, les mandé a por sus mochilas, donde cada uno llevaba una serie de útiles de supervivencia, por si nos veíamos aislados en medio de una zona de «Enfermeros», de ‘Lurkers’, o incluso de ‘Sifones’, adictos a la magia que no conseguían su dosis por la prohibición de la magia, excepto para el Soberano, claro.
Yo ya tenía la mía y ellos no tardaron en coger las suyas, así que en cuanto regresaron salimos por la puerta en silencio.
Tomamos la ruta más rápida para ir al Sector 32, atravesando el Parque Bellamy con cuidado de no pisar el huerto de Ethan.
Tras media hora caminando, aproveché que Cole estaba hablando con Amy para adelantarme y hacerle una seña a Ethan para que hiciese lo mismo, así podríamos hablar.
– [b][i][color=#898579]¿Cómo la ves?[/SIZE][/i][/b] – pregunté en voz baja, para que ella no me escuchase, al cabo de un par de minutos. Me imaginaba la respuesta, era difícil no ver cómo estaba, pero a veces simplemente hace falta hablar de algo que te preocupa.
– [b][i][color=#5BACBF]Esta más pálida que de costumbre, y no se como irán sus dolores. Ya sabes lo testaruda que es.[/color][/i][/b] – respondió. Amy podía estar enferma y débil, pero su cabeza era como una roca y su voluntad podía con la de todos los demás. – [b][i][color=#5BACBF] Por fuera puede parecer que esta bien, pero solo esta fingiendo.-[/color][/i][/b] añadió Ethan con gesto preocupado, mientras miraba hacia atrás, hacia ellos.
– [b][i][color=#898579]¿Hay algo, lo que sea, que pueda ayudarla?[/color][/i][/b] – pregunté a la desesperada. Sabía de sobra que habían buscado todo lo posible, solo nos quedaba el recurso de la magia pero solo teníamos acceso a algo de ‘magicka’, osea, objetos encantados, conjuros precargados en gemas, en resumen, todo lo que se había puesto de moda para esconder las habilidades mágicas y pasar magia de contrabando. Pero la poca ‘magicka’ a la que teníamos acceso no le iba a ayudar.
Por mucho que Cole, Mamá Eli y el resto de los huérfanos fuesen de mi familia, Ethan y Amy eran los últimos vestigios de familia sanguínea que me quedaban y dolía en el alma saber que pronto vas a perder a uno de ellos.
– [b][i][color=#5BACBF]No… no lo sé. Es fuerte, solo podemos esperar que aguante lo suficiente hasta que demos con algo.- [/color][/i][/b] respondió con un titubeo mientras se miraba las manos. – [b][i][color=#5BACBF] Ojalá mi poder fuese curar personas.-[/color][/i][/b] deseó. Ethan tenía un don muy especial, un don que le permitía hacer cosas increíbles, pero que no le permitía curar a Amy.
– [b][i][color=#898579]O el mío…[/color][/i][/b] – me lamenté. Mi padre, Daniel Arkkan, era capaz de curar con solo sus propias manos, pero ese poder se había perdido con él. Ojalá tuviese su poder, ojalá fuese como él… – [b][i][color=#898579]Gracias por venir.[/color][/i][/b] – le dije con sinceridad después de unos minutos de silencio. – [b][i][color=#898579]Sé lo difícil que es después de lo de tía Kaylee.[/color][/i][/b] – añadí. Nos habían contado que la tía Kaylee había sido convertida en Enfermera poco después de que los Campeones desapareciesen.
– [b][i][color=#5BACBF] Eso es lo que nos contaron.-[/color][/i][/b] aseguró Ethan. Me quedé observándole unos instantes. Me pregunté si sabía algo más de lo que estaba diciendo o si confiaba a ciegas por no darse por vencido y dar a su madre por…bueno, algo peor que muerta.
– [b][i][color=#898579]¿Crees que puede seguir por ahí? ¿A salvo?[/color][/i][/b] – pregunté intrigado.
– [b][i][color=#5BACBF] Probablemente. ¿No te resulta raro que en todas las veces que hemos salido nunca nos hayamos topado con ella? Piénsalo.-[/color][/i][/b] comentó. Lo que decía tenía bastante lógica, porque con la abuela Elizabeth sí que nos habíamos topado, por desgracia, hacía ya un par de años.
– [b][i][color=#898579]Quizá esté con los demás…donde quiera que estén….[/color][/i][/b] – dije tratando de animarle, si tenía esa esperanza, lo mejor era que la conservase, era uno de los bienes más preciados en nuestro mundo.
– [b][i][color=#5BACBF] No. Ella no era…-[/color][/i][/b] empezó a decir, pero se interrumpió. Vivíamos en un mundo peligroso, y si eras hijo de los famosos Campeones, muchos podrían ensalzarte, casi adorarte, pero había uno, uno con muchos oídos, que si sabía de ti, haría que desaparecieses, o peor. El Soberano, en nuestro caso, era doblemente enemigo.
– [b][i][color=#898579]Pero quizá esté con ellos, eran sus hermanas, pudieron desaparecer todos juntos…no pierdas la esperanza. [/color][/i][/b] – aunque la tía Kaylee no fuese una Campeona, siempre podría haberse ido con los demás, al fin y al cabo, el padre de Ethan, el tío Ed, por el que yo llevaba mi nombre, era un Campeón y quizá no había querido separarse de él.
– [b][i][color=#5BACBF] No la pierdo. Como se suele decir, es lo último que se pierde, y aún no lo hemos perdido todo.- [/color][/i][/b] dijo dándome una palmada en la espalda, al menos nos teníamos a nosotros. No todo estaba perdido, pero casi.
– [b][i][color=#898579]Tienes razón.[/color][/i][/b] – dije concienciado a remontar el desánimo que me llevaba acosando todo el día y que seguramente tenía algo que ver con la sensación de nerviosismo y de que algo iba a pasar. Pero como la vida a veces aprieta tanto que parece que ya te ha ahogado y está ensañándose con el cadáver, vislumbré a lo lejos un grupo de «Enfermeros» revisando un edificio. Una de ellos era una mujer con el pelo cano y algunos destellos cobrizos. – [b][i][color=#898579]Gira a la izquierda sin que Amy se entere, cogeremos el camino largo.[/color][/i][/b] – le dije rápidamente a Ethan.
El asintió e hizo lo que le decía, mientras miraba hacia la dirección en la que le había señalado, hacia los Enfermeros, hacia la abuela Elizabeth, mi abuela, la de Ethan y la de Amy, que ahora era poco más que una marioneta del Doctor, parte de su «Compendio».
– [b][i][color=#5C1F42]¿Qué me estáis escondiendo?[/color][/i][/b] – preguntó Amy con el ceño fruncido mientras apuraba el paso para ponerse a nuestra altura.
– [b][i][color=#898579]»Enfermeros», es más seguro tomar la ruta más larga.[/color][/i][/b] – dije evitando mirarla pero buscando apoyo en Ethan.
– [b][i][color=#5BACBF]Caminaremos un poco más pero será más seguro.-[/color][/i][/b] añadió intentando echarme una mano.
– [b][i][color=#5C1F42]Mentís de pena[/color][/i][/b].- replicó negando con la cabeza. Sabía que mentíamos, pero al menos no lo había visto, no la había visto. La primera vez que la vimos fue horrible, y con el tiempo no se hacía más fácil.
Caminamos prácticamente sumidos en un silencio sepulcral durante lo que parecieron horas, aunque en realidad apenas llegó a una hora. Esquivamos un grupo de «Enfermeros» y a un par de vampiros, teniendo que meternos por callejuelas y parques, hasta que conseguimos caminar por una calle principal durante al menos veinte minutos.
Estábamos en una zona de «nueva» construcción, cuyos edificios se habían quedado a medias. Los trabajadores seguro que ya eran parte del Compendio desde hacía tiempo, vivían en la Ciudadela y trabajaban en ella. Eran parte del mundo del Soberano y parte de él.
No habíamos pasado nunca por esa zona, porque las afueras solían tener aún más lurkers y demonios que se escondían en los bosques y atacaban a los que cogían desprevenidos, así que era fácil de entender que todos nos quedásemos de piedra al ver una gran edificación en cuya puerta alguien había pintado con spray un círculo sin cerrar, el símbolo de los Campeones.
– [b][i][color=#0B3B2E]¿Eso es…?[/color][/i][/b] – preguntó Cole totalmente intrigado, con los ojos abiertos de par en par.
– [b][i][color=#898579]Donde se reunían los Campeones….[/color][/i][/b] – respondí casi automáticamente, porque mi cabeza estaba en otro lugar, ocupada por lo que estábamos viendo. El lugar de reunión de los Campeones, de nuestros padres.
Nunca habíamos venido, aunque sabíamos que existía, porque Mamá Eli decía que era demasiado peligroso para nosotros y porque no sabíamos su localización, pero ahora que estábamos aquí, todo parecía señalar que debíamos entrar, era como volver a sentir una pequeña parte de mis padres cerca de mí, quizá encontrase algo suyo allí dentro, o algo que nos ayudase con Amy. Fuese como fuese, tenía que entrar, sentía esa sensación en mi interior, aunque de lo que nos esperaba dentro no tenía ni la más remota idea, ni habría podido tenerla.
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