Moondale

UNA HOSTIA VERBAL O FÍSICA

[align=center][b][font=Bookman Old Style][SIZE=4]Diana Echolls| Templo de los Guardianes, ‘Axis Mundi’| Prueba [s]de Virtud[/s] de pegarle tortas a Lila | Parte I de II

[color=#000000]Noche[/SIZE][/color][/b][/font]

gingergirl

La chaqueta de Ed olía a él y eso era raro. No penséis que iba con la nariz pegada diciendo: “Oh, huele a Ed”, como si fuera una quinceañera a la que le han dado la sudadera del novio de turno. Simplemente, era suya y olía a él. Por suerte, nuestra relación era anterior a las hormonas y no era necesario que explicásemos que, pese a que estuviera completamente desnuda y llevase únicamente su chaqueta que me tapaba el culo de milagro, no significaba que nos hubiésemos dado un revolcón, cosa que sería asquerosa, como enrollarme conmigo misma (bueno, eso a lo mejor era más divertido, porque tenía una apariencia anterior y, teóricamente, ahora también había cambiado).

Los minutos que caminamos juntos por aquella galería de piedra fueron extraños. No sólo por el hecho de que por mis partes íntimas entraba un fresquito que podría clasificar de “bastante agradable”, sino porque me notaba una extraña en mi propia piel. Me recordaba a una vez que fuimos a Zara y mi madre me compró un par de zapatos, pero no se dio cuenta de que eran uno más grande que otro y estuve meses con un zapato que me quedaba grande y otro, pequeño. Tenía el pelo demasiado largo, juraría que había menguado unos centímetros y los muslos me rozaban el uno contra el otro, provocando que tuviera que caminando como una pistolera. Por suerte, él iba delante y no había charcos con los que pudiera deleitarse con las vistas de mis encantos ocultos (excepto si te llamabas Christopher MacLeod y eras el bibliotecario sexy).

Opté por relegar el “tema Kaylee” a un rincón de mi cerebro en el que estaban la susodicha y él correteando en pelotas por la playa cuando eran pequeños para que no acabasen en su versión adulta fornicadora. Por suerte, Sarah era bastante más decente y prefería guardarse sus encantos para el elegido (tanto se los había guardado que seguro que tenían telarañas). No me apetecía pasar los últimos minutos con mi mejor amigo contándole que mi hermana mediana iba a morir para salvar el mundo (y lo que es más importante: su novia, no como Ann que lo tenía en el vacío legal de “dormimos juntos, pero no dejo que me toques porque me gusta la sudadera de mi ex novio muerto”), porque no era más que un deseo fallido reconvertido en arma de destrucción masiva, por los puñeteros Grandes Poderes, que se iban a acordar de mí. Ni mi fan se iba a librar de la hostia verbal o física, ya veríamos, que tenía que darles.

[b][i][color=#843181]¿Me notas distinta?[/SIZE][/i][/b] – Rompí el hielo. La pregunta que rondaba mi cabeza era “¿Crees que tengo las tetas más grandes?” pero no quería que pensase que le estaba invitando a mirármelas.

– [b][i][color=#266EAC] ¿En qué sentido?[/color][/i][/b]- Se giró para mirarme y no hablar dándome la espalda.

[i]“A la mierda, si no puedes hablar de tetas, no tenéis la confianza suficiente”[/i] – [b][i][color=#843181]¿Dirías que tengo las tetas más grandes? Y no te las voy a enseñar para que compruebes, no estamos en una fantasía de adolescentes pervertidos[/color][/i][/b].- Me crucé de brazos y las noté ahí, más grandes y doloridas que nunca.

Noté cómo se ruborizaba y empezaba a mirar a todas partes menos a mí.- [b][i][color=#266EAC] Dudo que un volcán sea capaz de aumentarte las…. los… la delantera [/color][/i][/b].- Consiguió decir no sin dificultad. No tuve tiempo de responderte que los volcanes no, pero un espermatozoide que fecunda uno de tus óvulos, quizás sí, aunque bueno, él no tenía óvulos y prefería pensar que tampoco testículos con los que producir espermatozoides.

Las antorchas se apagaron y me quedé sola. Sin meditarlo, conjuré una pequeña bola de luz para que fuese delante de mí, guiándome. Si tenías la opción de ver, era absurdo ir a tientas.

No tardé mucho en percatarme de que las paredes que deberían estar cubiertas de roca, estaban completamente negras. Me acerqué a la negrura y la toqué con la punta de los dedos: por su textura parecía petróleo. Intenté limpiarme con la otra mano, pero el petróleo avanzó a través de mi mano, subiendo hacia arriba. Cuanto más lo tocaba, más se extendía. Solté una palabrota y eché a andar, pero la pared parecía querer atraerme, abrazarme con su oscuridad. Me fijé en que lo que antes era una pequeña bola de luz, ahora tenía un tamaño considerable. Si tocaba un poco más la negrura, conseguiría más poder para ayudar a los demás contra el Doctor. Sólo sería un poco, lo suficiente para salir de ésta y después, me reformaría.

Me acerqué nuevamente a la pared y noté el poder oscuro que emanaba de ella. No podía fallarle a Fawkes, no después de haberle prometido que me portaría bien. Teníamos que derrotar al Doctor con las armas que nos dieran, a pesar de que tuviera que ver morir a mi hermana. Todavía podía ocurrir un milagro.

Me alejé de la pared y apuré el paso, guiada por la bola de luz. Cuando quise darme cuenta, estaba en la parte final del pasillo, que culminaba en una zona más ancha con una puerta en la que me esperaba Lila Stroker, la negrura de las paredes había desaparecido. Tardé un par de segundos en comprender qué coño podía hacer allí si había muerto en la Iniciativa, pero no tuve tiempo de seguir pensando en ello, porque estaba mirándome de arriba a abajo, con los ojos entrecerrados, una mueca de asco en los labios y, como siempre, la barbilla un par de centímetros por encima de lo normal porque se creía mejor que el resto del mundo.

Opté por hacer como que era invisible e hice desaparecer la esfera de luz. Conocía a Lila demasiado bien como para saber que eso le molestaría especialmente, pero estaba delante de una puerta con grabados de cangrejos y un único hueco para colocar colgantes.- [b][color=#54138A]¿Qué? ¿Te crees mejor que yo?[/color][/b] – Me preguntó con su infinita soberbia.

Enarqué una ceja y me detuve a observarla, porque sabía que le molestaría. Llevaba una blusa azul de sin mangas adornada con un enorme collar también en azul, unos vaqueros y el pelo suelto, en ondas que caían con relativa gracia sobre sus hombros. Podría haberse dicho que no era horrorosa por fuera, pero por dentro estaba completamente podrida.- [b][i][color=#843181]La verdad es que sí[/color][/i][/b].- Sentencié sonriendo exageradamente.- [b][i][color=#843181]¿Qué tal todo, Stroka perra?[/color][/i][/b]
– [b][color=#54138A]Cuando vuelvas a la vida me avisas.[/color][/b] – Exageró la mueca de asco que debería haber sido su sonrisa falsa. – [b][color=#54138A]Esta vez no me vas a dejar muda con tus truquitos, me han devuelto todo mi poder.[/color][/b] – Dio un paso adelante y me miró desde arriba, porque seguía siendo más alta que yo.

Cerré los ojos y forcé un ronquido.- [b][i][color=#843181]Perdona, ¿has dicho algo?[/color][/i][/b]- Comenté al abrirlos nuevamente.

– [b][color=#54138A]Vuelvo a tener magia, así que te voy a dar tu merecido.[/color][/b] – Abrió la palma de la mano para que se le apareciese algo, seguramente un cigarrillo encendido, pero la [i]proyección mental[/i] o [i]robo a distancia[/i] estaba desactivada. – [b][color=#54138A]Mierda de sitio…[/color][/b]

– [b][i][color=#843181]Es lo que tiene estar en el culo del mundo. Literalmente[/color][/i][/b].- Me crucé de brazos.- [b][i][color=#843181]Ahora cuéntame qué coño haces aquí y cuándo te vas a apartar para que pueda pasar[/color][/i][/b].

– [b][color=#54138A]No tengo por qué decirte nada. No vas a conseguir pasar.[/color][/b] – Me dieron ganas de darle un guantazo cuando compuso una de sus miradas de “soy una estúpida”. – [b][color=#54138A]Tengo un nuevo amigo al que tampoco le gustáis mucho…[/color][/b] – Dejó escapar una carcajada. “Su amigo” era el Doctor y estaba deseando ver cómo acababa con ella.

– [b][i][color=#843181]¿Me das tus pantalones?[/color][/i][/b]- La interrumpí fijándome en que sus vaqueros no me vendrían nada mal, a pesar de que me daba asco tocar cualquier cosa a la que se hubiera acercado.

– [b][color=#54138A]¿Perdona?[/color][/b] – Abrió mucho la boca para decirlo. – [b][color=#54138A]Ni lo sueñes, valen más que tú.[/color][/b] – Metió la mano en el bolsillo trasero de su pantalón y sacó un paquete de tabaco. Con parsimonia, cogió un cigarrillo entre los dedos y lo encendió con una llamarada que surgió de la palma de sus manos, pero que provenía de mi propia magia.

– [b][i][color=#843181]Ladrona…[/color][/i][/b]- Farfullé entre dientes. No sólo había tenido que aguantar que me mirase por encima de hombro cuando éramos compañeras de clase, sino que ahora me robaba.

– [b][color=#54138A]Sólo cojo lo que es mío.[/color][/b] – Explicó dándole una calada al cigarrillo y echando el hacia arriba.- [b][color=#54138A]Aquí la wiccana soy yo, tú solo eres una aspirante.[/color][/b] – Me señaló con la mano en la que tenía el cigarrillo y me alejé de ella. Hacía una temporada que lo había dejado y no me apetecía oler a cenicero.
Me eché a reír al escucharla hablar de la “wicca”. Sólo una persona tonta de remate creería que esa secta eran algo más que palabrerías y ritos a la luz de la luna en camisón, pero claro, es que ella era imbécil.- [b][i][color=#843181]Nunca me ha gustado que me laven el cerebro, pero tú lo necesitas, porque lo tienes repleto de mierda[/color][/i][/b].

Lila dio otra calada, tiró el cigarrillo al suelo y lo pisó con la punta de los zapatos.
Aprovechando que estaba distraída, me lanzó una bola eléctrica que me rozó el brazo derecho, pero que casi no me hizo nada. Me tapé la mano simulando un bostezo y la empujé contra la pared del fondo utilizando un simple hechizo de telequinesis.- [b][color=#54138A]Haces…trampas. No eres mejor que yo.[/color][/b] – Intentaba removerse y robarme el poder, pero la tenía sujeta por el cuello y casi no podía articular palabra.

– [b][i][color=#843181]Te pregunto otra vez: ¿Me das los pantalones?[/color][/i][/b] – Inquirí molesta por su presencia. Si a mí me había tocado enfrentarme a Lila, podía imaginarme un combate entre Dom y Cecil o uno entre Benjamin y Sarah.

– [b][color=#54138A]Me voy a librar de este patético truco y te voy a…a…[/color][/b] – Apreté un poco su cuello. Disfrutando. No quería matarla, pero me apetecía divertirme un poco. Me fijé en que se estaba poniendo colorada, así que aflojé un poco y su cuerpo apareció y despareció un par de veces, intentando el viejo truco de hacerse invisible, como había hecho en una fiesta en el Silver años atrás.

– [b][i][color=#843181]La carne de burra no es invisible, por mucho que te empeñes[/color][/i][/b].- Volví a aumentar la presión en el cuello y vi que boqueaba, luchando por su vida. Lo único que tenía que hacer era apretar un poco más. Nadie lloraría su pérdida.

– [b][color=#54138A]El Maestro…os va a matar a todos, pienso…decirle que a ti te torture lentamente.[/color][/b] – Espetó entre toses.

Todavía sin soltarla, me fijé en los pantalones y en que yo no llevaba nada, así que tiré de ellos y se los quité desde la distancia. Llevaba un tanga negro que podría haber resultado medianamente sensual si se hubiera depilado las inglés en algún momento de su vida.- [b][i][color=#843181]Espero que no estén sudados y que no huelan…[/color][/i][/b].- Comenté cogiéndolos para ponérmelos. De talla más o menos me servían, pero tuve que darles un par de vueltas en los bajos para que no parecieran robados.- [b][i][color=#843181]Ah, también necesito los zapatos[/color][/i][/b].- Tiré de ellos y los cogí. Estaban un poco sudados, pero eran mejor que clavarse todas las piedras del mundo. Al ponerlos, me di cuenta de que me estaban enormes, Lila calzaba un 42 y yo, un 37, pero servirían.

– [b][color=#54138A]Eran nuevos…te voy a matar.[/color][/b] – Pataleó intentando liberarse.

– [b][i][color=#843181]Ten cuidado, que se te va a salir la selva amazónica: ¿Tienes fauna y flora autóctona o sólo parásitos?[/color][/i][/b].- Comenté dando un par de vueltas para acostumbrarme a los zapatos de Lila, que eran de color beige y debían haberle costado un pastón, porque eran de marca. – [b][i][color=#843181]¿Estos no eran robados? Deben ser lo único[/color][/i][/b].- Me di la vuelta y avancé hasta la puerta, dándole la espalda sin liberarla.

– [b][color=#54138A]Te voy a hacer la vida imposible.[/color][/b] – Me amenazó y me dio la risa, porque seguía colgada de la pared y no sabía cómo pretendía hacerlo.

– [b][i][color=#843181]Estoy deseando verlo, Lela[/color][/i][/b].- Coloqué el colgante y esperé a que las puertas se abrieran. Sobre ella, en unas letras ponía algo que seguro que significaba “cangrejo” o lo que era peor, “Cáncer”.- [b][i][color=#843181]Tápate bien, no vayas a coger frío[/color][/i][/b].- Le recordé dejando que cayera en el suelo con un golpe seco que debió dolerle.

– [b][color=#54138A]Esto no va a quedar así…[/color][/b]- Al escucharla decir eso, le hice un corte de mangas y atravesé las puertas dejando que se cerraran detrás de mí.

[spoiler]Primera parte de Diana (la segunda, en cuanto pueda). Enjoy![/spoiler]


 

[align=center][b][font=Bookman Old Style][SIZE=4]Diana Echolls| Templo de los Guardianes, ‘Axis Mundi’| Prueba de Virtud

[color=#000000]Noche[/SIZE][/color][/b][/font]

vahk-2

Me detuve un instante a observar la sala, que no era tal cosa, sino caverna una pobremente iluminada, que culminaba en un lago de escasa profundidad que olía a agua estancada que tiraba para atrás. Debido al exceso de humedad, había moho por todas partes y crecían setas en los lugares más insospechados, de hecho, empezaba a pensar que me estaban saliendo un par de ellas en el culo.

No sé cómo, pero como salida de la nada vi a una chica de espaldas que estaba mirando al lado. Me acerqué un poco, pensando que sería la Guardiana, pero cuando le toqué el hombro y se dio la vuelta, me vi a mí misma, excepto porque parecía una fotocopia en blanco y negro con los ojos en un amarillo desvaído. No negaré que pegué un grito y me cagué en su puñetera familia, pero no me dejó continuar, porque intentó tocarme y me eché hacia atrás.- [b][i][color=#843181]Conmigo, tonterías las justas[/SIZE][/i][/b].- Le dije con seriedad, pero no me hizo caso y empezó a intentar tocarme. Como era una pesada, manoteé un par de veces para que se apartase y al final, yo la toqué a ella y acabó atravesándome. No entendía qué demonios había sido eso, pero una fotocopia no iba a detenerme.

Me alejé del lago y caminé por la caverna, que no me daba ningún miedo. Si las cosas se torcían, haría una demostración de poder que dejarían al Guardián o Guardiana con las patas para arriba como las cucarachas.- [b][i][color=#843181]Seas quién seas, podías limpiar la cueva de vez en cuando[/color][/i][/b].- Apunté con mordacidad. Esa cantidad de telarañas preocuparía incluso a Cara, que tenía un alijo de ropa debajo de la cama.
El silencio de la cueva me permitió escuchar una especie de “tacatacataca”, como si algo con muchas patas se acercase hasta mí, pero no me asustaba, si era un bicho, lo aplastaría.- [b][i][color=#c26117]El humor no te protegerá aquí, hechicera.[/color][/i][/b] – Susurró una voz que provenía del techo.

– [b][i][color=#843181]No necesito protegerme con humor, tengo mi magia[/color][/i][/b].- Me carcajeé envalentonada.

– [b][i][color=#c26117]Ten cuidado, el favor del Fénix no volverá a repetirse.[/color][/i][/b] – Me recordó esa voz femenina, que destilaba mala leche y cuyas patas sonaban a araña gigantesca, asquerosa y peluda (esto último gracias a mi imaginación).

– [b][i][color=#843181]Ven aquí y te demuestro que no necesito favores de nadie[/color][/i][/b].- Espeté molesta. Si pensaba que el Fénix me había regalado algo a lo mejor tenía que contarle que Los Grandes Poderes me habían salvado, porque era poderosa y merecía una realidad hecha a mi medida.

Una tela de araña cayó sobre mis pies, inmovilizándome como yo había hecho con Lila, pero con menos estilo, claro.- [b][i][color=#c26117]Solía ser como tú, pero a veces no puedes reprimir el dolor.[/color][/i][/b]- Me mordí la lengua porque no quería que me sellara la boca, pero estuve a punto de decirle una burrada.

– [b][i][color=#843181]Suéltame, bicho[/color][/i][/b].- Conjuré una bola de fuego que impactó contra la telaraña y se esfumó. No tenía sentido. Mi magia, mi poder…inútiles. Yo que me creía tan poderosa, que había detenido a Lila Stroker sin despeinarme, pero claro, Lila era una mierda de bruja y la araña [i]peludona[/i], una Guardiana con todas las de ley.

Una nueva telaraña cayó del techo, sin que pudiera ver cómo era la que me las lanzaba. Esta vez, me inmovilizó el cuerpo entero. El karma era una amargada vengativa. – [b][i][color=#c26117]Déjate llevar, es mejor si mueres, si todos lo hacen. Así no habrá dolor.[/color][/i][/b]

– [b][i][color=#843181]No vas a poder conmigo[/color][/i][/b].- Mascullé. No pensaba morir por culpa de una araña que no había dado la cara.

– [b][i][color=#c26117]Nunca se sabe. Eventualmente algo lo hará. Y entonces vendrá el dolor.[/color][/i][/b] – Escuché sus patas más cerca y vi cómo bajaba por la pared hasta que estuvo frente a mí. Para que os hagáis una idea, era un híbrido mujer-araña, calva como una bombilla y con patas saliéndole de los sitios más insospechados, además de unos cuantos pares de ojos extra. [b][i][color=#c26117]¿Tendrás bromas suficientes para soportarlo?[/color][/i][/b]- Me preguntó mirándome con todos los ojos a la vez (excepto el de atrás).

– [b][i][color=#843181]No eres la primera a la que le molestan mis bromas[/color][/i][/b].- Le devolví la mirada, escrutando su rostro en busca de una respuesta, pero no conocía la pregunta. Me di cuenta de que la soberbia me estaba cegando, tenía que dejarla a un lado.

– [b][i][color=#c26117]Tus bromas son una coraza, pero hay monstruos que te carcomen desde el interior.[/color][/i][/b] – Pasó una mano por encima de la telaraña que me impedía moverme y me estaba haciendo sudar los pantalones de Lila.

No era la primera vez que alguien me decía que ocultaba mis verdaderos sentimientos con bromas, pero ¿Qué esperaban que hiciera, que me echase a llorar porque mi hermana estaba a punto de morir? Estaba deseando hacerlo, pero tenía que mantener la entereza.- [b][i][color=#843181]No voy a echarme a llorar, si es que eso lo que pretendes[/color][/i][/b].- No iba a lamentarme porque la vida fuera injusta, no era el momento.

– [b][i][color=#c26117]No pretendo nada. Sólo hacerte un favor. Cierra los ojos, créeme, será mejor que sufrir.[/color][/i][/b] – Me invitó colocando una de sus patas en mi sien.
– [b][i][color=#843181]Tengo que vivir…por Christopher y por…[/color][/i][/b].- No terminé la frase. Era una Guardiana y mi vida le interesaba más bien poco.- [b][i][color=#843181]No puedo ni quiero rendirme[/color][/i][/b].

La Guardiana contuvo una mueca de dolor y acercó las pinzas a mi cara, dispuesta a empezar a devorarme en cuanto me descuidase.- [b][i][color=#843181]Si no duele, no estás viva[/color][/i][/b].- Le expliqué. Si al poner una mano en el fuego, no nos quemásemos, no la apartaríamos nunca.

– [b][i][color=#c26117]¿Cómo vivir con un dolor que te desgarra?[/color][/i][/b] – Parecía buscar una respuesta. Todos vivimos con dolor, unos más que otros, pero la vida es dolorosa y a veces, hay más días malos que buenos.
– [b][i][color=#843181]Porque eso es mejor que no sentir nada[/color][/i][/b].- Si no sientes nada, es que no has vivido.

La Guardiana me miró contrariada.- [b][i][color=#c26117]Imagina que pierdes aquello que más quieres, y tienes que vivir toda la eternidad, para siempre. Nunca morirás, pero siempre vas a recordarlo.[/color][/i][/b] – Pensé en Kaylee, en cómo me sentiría cuando faltase mi hermana mediana, esa que tenía un palo metido en el trasero y, que muchas veces, habría preferido que no existiera. El nudo que tenía en la garganta era tan grande que no sabía si podría hablar.

– [b][i][color=#843181]Recuerda cuando lo tenías. La única forma de asumir la pérdida es no olvidar nunca a esa persona[/color][/i][/b].- Era fácil decirlo, pero vivir con la pérdida es una condena.

Una lágrima surcó el rostro de la Guardiana. – [b][i][color=#c26117]¿Tú harás lo mismo cuando la pierdas?[/color][/i][/b] – Sabía que se refería a Kaylee y no tenía miedo por mí, era mi hermana y la quería con toda mi alma, pero la peor parte sería para mi madre, Ed y Sarah. Eventualmente, superaría su ausencia, pero ellos…
– [b][i][color=#843181]Es lo único que puedo hacer[/color][/i][/b].- El nudo de la garganta hacía que mi voz sonase gangosa, pero no tenía otra forma de expresarlo.
La Guardiana colocó las patas sobre la telaraña que cubría mi pecho y apretó. Por un momento, pensé que todo se había acabado, pero lo único que estaba haciendo era liberarme. Su aspecto de arácnido fue dejando paso al de una mujer de unos treinta y pocos años, de cabello castaño oscuro largo, ojos marrones y mandíbula cuadrada.- [b][i][color=#843181]¿Mejor?[/color][/i][/b]- Le pregunté moviendo los brazos que se me habían adormecido de la falta de movimiento y vi cómo un charco de algo que parecía sangre negra salía de mi propio cuerpo y se perdía entre las grietas de las rocas del suelo.
– [b][i][color=#254E7c]Me has ayudado a aliviar el dolor que me corroía. [/color][/i][/b] – Sus ojos se cruzaron con los míos y observé su ropa, que parecía de hacía una
temporada…como de más de cien años. – [b][i][color=#254E7c]De bruja a bruja, gracias.
[/color][/i][/b]- Noté que, en lugar de bruja, decía [i]”bguga”[/i], por lo que deduje que era francesa.
– [b][i][color=#843181]De bruja a bruja, de nada[/color][/i][/b].- Sonreí y ella me devolvió una sonrisa amigable.

– [b][i][color=#254E7c]Ya has pasado todas las pruebas, y no me extraña.[/color][/i][/b] – Bromeó sujetándome del brazo, mientras tres pilares de roca atravesaron el suelo, mostrando que sobre ellos había tres objetos completamente diferentes. – [b][i]
[color=#254E7c]Esto ya no es nada, solo una última encrucijada.[/color][/i][/b]

– [b][i][color=#843181]¿Y no puedo quedármelos todos y ya está?[/color][/i][/b]- Ya que éramos colegas, podía intentarlo.- [b][i][color=#843181]Así es más fácil[/color][/i][/b]
– [b][i][color=#254E7c]Ojalá, eran míos y me gustaría que los tuvieras tú. Pero…órdenes de arriba, pruebas de moral y todo eso.[/color][/i][/b] – Señaló al techo y se encogió de hombros. Era bastante graciosa.

– [b][i][color=#843181]Entonces dime cuál era tu favorito y me lo llevo[/color][/i][/b].- Hice una seña para que me empezase a contar qué era lo que teníamos delante.

– [b][i][color=#254E7c]Vamos a ver, vamos a ver…[/color][/i][/b] – Los observó y empezó por el del centro, que era un guante de metal de aspecto no muy benévolo. – [b][i][color=#254E7c]Este guante no me trae muy buenos recuerdos, así que empezaré por él.[/color][/i][/b]

[align=center][IMG]http://moondale.whedonverso.com.es/personajes/wp-content/uploads/2014/06/glovedark.png[/IMG][/align]

– [b][i][color=#254E7c]Te dará poder, mucho, pero hará lo contrario a la bendición del Fénix, no sé si me entiendes.[/color][/i][/b] – Al escuchar eso, no entendí para qué lo ponían ahí si ya era una opción que quedaba descartada.

– [b][i][color=#843181]Entonces ése lo descartamos[/color][/i][/b].- Me alejé de él, porque estaba segura de que si lo miraba durante un rato, empezarían a salirme las venas negras.- [b][i][color=#843181]Ya hemos tenido demasiada Bruja Mala del Oeste y no queremos que los fans se aburran[/color][/i][/b].

– [b][i][color=#254E7c]Pero no olvides que te daría poder, el suficiente como para protegerles a todos…[/color][/i][/b] – El pasillo con las paredes de petróleo me había demostrado que yo sola no podía hacer nada…si quería mantener la cordura. Pasó al tercero, que mostraba un bastón con una gema amarilla en la parte superior. – [b][i][color=#254E7c]Éste es el Bastón de Ceridwen.[/color][/i][/b] – Me explicó y asentí como si supiera de lo que estaba hablando. – [b][i][color=#254E7c]Ya sabes lo cansados que son algunos conjuros. Éste bastón tiene energía más que de sobra en esas gemas.[/color][/i][/b]

[align=center][IMG]http://moondale.whedonverso.com.es/personajes/wp-content/uploads/2014/06/staff.png[/IMG][/align]

– [b][i][color=#843181]Y no es tan peligroso como el guante[/color][/i][/b].- Además de por lo obvio, me sería útil para arrearle a cualquiera sin motivo o para cuando Christopher roncase. También estaba la opción de conseguir sitio en el autobús, por ejemplo, aunque durante los próximos meses me lo iban a ceder encantados.

– [b][i][color=#254E7c]No, sólo te da energías, cómo la uses depende de ti.[/color][/i][/b] – Eso último ya no me gustó tanto y me fijé en el tercero, que parecía un broche de plata vieja con una gema engarzada. No parecía nada especial. – [b][i][color=#254E7c]Y esto, es una vieja poción cristalizada. Lo llamaban ‘Zafiro de Dian Cecht’.[/color][/i][/b] – Se quedó callada y lo observé.

[align=center][IMG]http://moondale.whedonverso.com.es/personajes/wp-content/uploads/2014/06/pendant.png[/IMG][/align]

Le hice una seña para que siguiera hablando, necesitaba saber más.- [b][i][color=#254E7c]Nuestros cuerpos mortales no están preparados para algunas cosas.[/color][/i][/b] – Se acercó hasta mí. – [b][i][color=#254E7c]Cambiaste porque tu poder te deterioraba, te daba ‘Cáncer’. Y aceptando el cambio fuiste el desencadenante de este mundo.[/color][/i][/b] – Sí, pero no había sido porque fuera poderosa, sino porque les daba pena y mi mundo estaba corrupto. – [b][i][color=#254E7c]Cambiaste una vez más para purgarte de la oscuridad que te corrompía.[/color][/i][/b] – Asentí. – [b][i]
[color=#254E7c]Pero a este nuevo cuerpo le falta algo más, necesita estar preparado para otra cosa.[/color][/i][/b] – Colocó una mano sobre mi vientre y supe a qué se refería.

– [b][i][color=#843181]¿Para…Amy?[/color][/i][/b]- Al decir su nombre, me emocioné. Sé que parece una tontería y que vais a pensar que soy una blanda, pero llevar una vida dentro de ti cambia tu percepción del mundo.

La Guardiana, sin apartar la mano de mi vientre, continuó. – [b][i][color=#254E7c]Tu cuerpo no está listo para llevarla en su interior, por su…condición.[/color][/i][/b] – Los ojos de Geraldine parecían estar contándome una historia, pero iba a tanta velocidad que no podía seguirla. – [b][i][color=#254E7c]Un licántropo puede rasgar fácilmente una placenta, convertirte…[/color][/i][/b] – Pensé en el futuro que habíamos visto y se me encogió el corazón.- [b][i][color=#254E7c]Pero incluso suponiendo lo mejor, no eres una licántropa, tu cuerpo no está preparado para mantener a la parte humana y la lobuna. Y ya has visto cómo acaba.[/color][/i][/b]

– [b][i][color=#843181]¿Y…qué puedo hacer por ella?[/color][/i][/b]- Titubeé, a pesar de que no solía hacerlo.

– [b][i][color=#254E7c]El Zafiro te protegerá y le dará al bebé lo necesario para que salga adelante.[/color][/i][/b] – Me explicó sin apartar la mano.

– [b][i][color=#843181]Entonces está decidido[/color][/i][/b].- Sonreí, intentando que las lágrimas no saliesen descontroladas, pero las hormonas son muy puñeteras.- [b][i][color=#843181]¿Viene con epidural y parto de cinco minutos?[/color][/i][/b]- Solté una carcajada para disimular el llanto y coloqué mi mano sobre la suya.

– [b][i][color=#254E7c]Eso ya lo verás.[/color][/i][/b] – Me guiñó un ojo. – [b][i][color=#254E7c]Tu pequeña es muy afortunada.[/color][/i][/b] – Quitó la mano de mi barriga y me acarició la cara.

– [b][i][color=#843181]Seguro que va a ser muy guapa, porque con los genes que tiene…[/color][/i][/b]- Todavía no se lo había dicho a Christopher y ya iba siendo hora, pensé mientras cogía el Zafiro, provocando que los otros dos pedestales se hundieran.-[b][i][color=#843181]¿Y ahora?[/color][/i][/b]- Parecía poca cosa, pero irradiaba un poder mágico abrumador.

– [b][i][color=#254E7c]Hasta el fondo.[/color][/i][/b] – Me hizo un gesto invitándome a tragarlo, así que desengarcé la gema y la sujeté entre los dedos

– [b][i][color=#843181]Y así fue como se concibió mi futura hija…[/color][/i][/b]- Me reí y abrí la boca. El zafiro era duro y me costó tragarlo. Tuve que contener las arcadas un par de veces, sintiendo que iba a ahogarme, pero al final noté cómo iba bajando por mi esófago con dificultad.

La Guardiana, al ver mis esfuerzos, conjuró un poco de agua entre sus manos y me invitó a que bebiera. Con su ayuda, dejé de notarlo en mi esófago.- [b][i][color=#843181]Gracias[/color][/i][/b].- Admití de corazón.

– [b][i][color=#254E7c]Ya estás lista. Ahora viene algo duro, para ti y para otros. Usa el don que tienes[/color][/i][/b]. – Se despidió y, moviendo las manos ceremonialmente, abrió un hueco temporal en la caverna que conectaba con las galerías de piedra.

– [b][i][color=#843181]Gracias, SpiderGirl[/color][/i][/b].- Me acerqué hasta ella y le di un abrazo. Al ver que todavía tenía entre los dedos el resto del broche, me lo guardé en el bolsillo.

[b][i][color=#254E7c]Cuéntale a tu pequeña que Geraldine Cecereau cuidará de ella con ayuda de sus amigas las arañas.[/color][/i][/b] – No pensaba traumatizar a mi hija, pero sabía que la intención era buena. – [b][i][color=#254E7c]Suerte, ‘Redentora de almas’.[/color][/i][/b]- Nos separamos y atravesé el hueco diciéndole adiós con la mano a Geraldine.

La caverna se selló y me quedé en el pasillo de piedra completamente sola.

Entonces, quizás por el alivio que sentí al saber que Amy iba a estar bien, lloré por Kaylee. [/color]

[spoiler]La segunda parte. Espero que os guste 🙂 Por cierto, a la Guardiana me la imagino tipo a Carly Pope pero en versión francesa y la de Sarah era más Lizzy Caplan que Angelina. [/spoiler]

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