DAAKKA | CASA DE LAS ECHOLLS
MEDIODÍA
TRADUCIDO POR DUKE RIVERA PARA MI BUEN AMIGO DAAKKA
Miré el reloj del salón y vi que ya era mediodía. Últimamente las mañanas eran demasiado aburridas, demasiado solitarias. Sin ‘Selardi‘ ni ‘Istari‘ en casa estaba prácticamente solo, porque muchos días ‘Shakti‘, Sarah, no se levantaba hasta mediodía, y eso dejaba la casa sumida en un silencio absoluto e incómodo. Como Sarah estaría a punto de bajar, por suerte, decidí ir a prepararle el desayuno ya que Daniel había salido a hacer un recado y me había dicho que cuidase de ella, algo que hacía encantado, especialmente porque estaba pasando un momento muy malo al perder a Kaylee Echolls.
Mientras tostaba el pan me paré a pensar, últimamente tenía mucho tiempo a solas para eso. No me gustaba el silencio y nunca llegaría a gustarme. A veces la gente confundía que te gustase la meditación y la relajación, algo muy típico entre los sabios de mi raza y olvidado entre los guerreros, con que te gustase el silencio. Pero no era así en absoluto, no hay mejor meditación que la que se hace al aire libre, con el dulce sonido de la naturaleza a tu alrededor, o quizá a mí me lo parecía porque no podía rondar mucho por el jardín por si alguien me veía.
Dejé el pan tostando y empecé a exprimir una naranja pensando en las decisiones que habíamos tenido que tomar hacía unos tres meses. A veces me preguntaba cómo habrían sido las cosas de haber elegido humanidad, porque el conocimiento había traído el dolor de saber que Kaylee Echolls tendría que morir y el resto sufrir por su pérdida.
Echaba de menos a todos, a Elizabeth, a ‘Selardi‘, a Edward, a Mara, a Vincent y a Bill…incluso a Sarah, que aunque estuviese allí no era la de siempre y no parecía haber forma de revertir su tortura y sufrimiento. Al menos Diana y Christopher tenían la alegría de la pequeña que pronto vendría, un milagro así era lo que hacía falta.
Había pensando varias veces que cuando terminasen las obras de la Nave podría irme allí con ellos, esconderme en la parte de arriba que no era accesible para la gente de fuera y así estar cerca de ellos, pero aunque Daniel, Dom y Cara tenían sus energías puestas en sacarlo adelante, todavía faltaba, esas cosas solían llevar tiempo…bueno, en realidad no lo sabía, pero Christopher siempre decía eso.
Así que con tanto silencio y la casa tan solitaria, me aburría. Había intentado diferentes tipos de hobbies, y había tenido que descartar casi tantos como había empezado porque no eran lo mío: la pintura no se me daba bien; con la carpintería me apañaba pero nada de lo que había hecho parecía algo diferente a una estantería; coser estaba descartado con mis manos; no era bueno en las cartas; el jarrón que intenté hacer con barro estaba en la cocina, con aspecto de derretido; ver series y películas sin Cara no era lo mismo; definitivamente no era buen músico…ni cantante…ni bailarín. Al final mis días los ocupaba leer, aprender cosas por internet, intentar hablar bien inglés, algo que todavía se me resistía, y tratar de ayudar en la casa. Bueno, los videojuegos me gustaban, y coleccionar cosas, pero no podía salir a comprarlas, y ah, las maquetas, pero de nuevo…manos grandes.
La soledad también me había dejado tiempo para pensar en mí mismo, y en las cosas que había desvelado sobre mi creación el conocimiento que me habían brindado los Grandes Poderes. Me habían dado por un lado conocimiento de las Pruebas, el que me hacía falta para ayudar a los demás y también para verlo todo en conjunto, y también me habían dado parte de mi historia, de cómo me habían creado, y era algo a lo que tenía que acostumbrarme y trataba de mantenerme ocupado con otras cosas.
En ese instante escuché a Sarah bajar por las escaleras y sonreí al verla, estaba deseando hablar con alguien.
– [Sarah]Hola, Daakka[/Sarah].- dijo ella sujetándose al pasamanos mientras bajaba los últimos peldaños.
– [Daakka]Sarah, hola. Tengo desayuno.[/Daakka] – dije enseñándole las tostadas y el zumo recién exprimido. No me había dado tiempo a freírle el huevo, porque tenía unos cuantos problemas abriendo esos endemoniados cascarones.
– [Sarah]Gracias, pero no tengo mucho apetito[/Sarah].- dijo sin ningún atisbo de ánimo. Sarah parecía un robot sin alma, como si sobreviviese en lugar de vivir. Como si su alma se hubiese ido con su hermana.
– [Daakka]Sarah tiene que comer.[/Daakka] – dije acercándome a ella. Las relaciones todavía me costaban, en ninguna página web acertaban demasiado, porque todas decían los mismos consejos pero no te decían cosas claras. – [Daakka]Comer para reponer fuerza.[/Daakka] – dije tratando de sonreír sin parecer un ‘maniático’ como decía Selardi.
Sarah asintió y se sentó en la mesa. – [Sarah]Tienes razón[/Sarah].- dijo intentando esbozar una sonrisa. Le puse las cosas frente a ella y me senté, intentando no observar cómo comía para no incomodarla.
– [Sarah]¿No comes?[/Sarah]- rió al ver cómo la miraba fijamente.
– [Daakka]Dos veces ya.[/Daakka] – expliqué asintiendo con la cabeza. No quería insinuar que Sarah se había levantado tarde, pero no sabía si ella lo entendería así. – [Daakka]Pero puedo comer tres con ‘Shakti‘.[/Daakka] – dije levantándome para coger una manzana verde, como yo.
– [Sarah]Últimamente he perdido la noción del tiempo[/Sarah].- comentó comiendo con pocas ganas.
– [Daakka]Animarse.[/Daakka] – dije intentando pensar qué decir en ese momento que pudiera ayudarla. – [Daakka]Daakka y Sarah harán algo divertido. ¿Sí?[/Daakka] – dije poniéndome en pie mientras intentaba encontrar algo que la hiciese sonreír.
Los corazones se me partieron, como dirían los humanos, cuando vi que se le humedecían los ojos.- [Sarah]…Claro[/Sarah].- añadió con dificultad.
No sabía qué hacer y quería consolar a Sarah. Le tendí una de mis zarpas tratando de imitar a un caballero elegante, pero en cuanto lo hice no consiguió aguantar las lágrimas y rompió a llorar. – [Sarah]Lo siento…[/Sarah] – se disculpó llevándose las manos a los ojos sin poder contener el llanto.
Verla así me daba ganas de llorar también, y no sabía si estaría bien, en ningún sitio decían qué había que hacer, así que me acerqué a ella y la abracé.
Al notar que la abrazaba empezó a llorar con más fuerza, como cuando aguantas algo durante mucho tiempo y cuando sale al fin parece que nunca va a parar.- [Sarah]Lo siento…Dakkaa…es que…no puedo evitarlo. Echo de menos a mi familia[/Sarah]. – añadió intentando disculparse, no entendía que no tenía que hacerlo, estaba bien que llorase, mejor que tenerlo dentro.
– [Daakka]Entiendo.[/Daakka] – le reconocí. – [Daakka]Luego Diana viene.[/Daakka] – dije mirándola a los ojos para intentar animarla, Diana era la única familia que le quedaba, aparte de la «familia Moondie» aunque eran cosas distintas.
Ella asintió y se limpió las lágrimas con el dorso de la mano. Es difícil entender el verdadero dolor hasta que ves a alguien que te importa pasarlo así de mal y no puedes hacer casi nada, salvo esperar.- [Sarah]¿Te apetece cantar?[/Sarah] – preguntó ella algo más animada. Vi mi oportunidad y no podía desaprovecharla, aunque tuviese miedo de romper los cristales de la casa.
– [Daakka]Daakka va a ganar.[/Daakka] – la piqué sonriente. Sabía que Sarah querría ganarme con todas sus fuerzas, y también sabía que iba a perder estrepitosamente, pero era mucho más lo que ganaba.
– [Sarah]Eso habrá que verlo[/Sarah].- me respondió sonriendo, aunque con una profunda tristeza que no terminaba de quitarse de su mirada. Fue a sentarse al sofá de la sala de estar, esperando a que yo conectase la consola y los micrófonos.
Las cosas seguían estando mal para todos, pero no se podía hacer otra cosa que poner buena cara y pelear un día más, esperando que el día siguiente sea mejor, y, con un poco de suerte, lo sería. No sabía cuánto me equivocaba, porque todo estaba a punto de ponerse aún peor.
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