Duke Rivera | Barrio residencial oeste, Moondale
MAÑANA
Duke Rivera pedaleaba en su bici por el arcén de una de las calles más externas del ‘Barrio Residencial Oeste’ de Moondale, disfrutando del soleado y caluroso día. Agradecía el calor, porque así podía ir con la ropa con la que más cómodo estaba, una camiseta blanca de manga corta, unos pantalones de lino beige y unas sandalias, sus dedos agradecían la fresca brisa.
No hacía mucho que había llegado a la ciudad, y la encontraba bastante acogedora, como si hubiese encontrado un sitio al que llamar hogar, pese al aire místico y supersticioso que la rondaba. Aunque, a decir verdad, era ese ‘velo sobrenatural’ lo que más le llamaba la atención para inspirarse en sus trabajos.
Se detuvo delante de la blanca y moderna nave industrial que parecía rezumar por todos sus poros la palabra «nuevo» y decidió probar suerte a ver si allí encontraba un sitio donde establecer su pequeño negocio.
Aseguró la bici a la farola más cercana y caminó hasta la puerta de entrada. Después de buscar el timbre durante unos segundos, dio con él y la puerta se abrió con un sonido vibrante.
Tras cruzar la puerta, se encontró con un amplio recibidor que por el momento contaba solo con un par de plantas artificiales, un sofá que parecía recién tapizado, un reloj de pared y una mesa de recepción en la que una chica rubia muy guapa aporreaba un teclado y miraba la pantalla plana como si hubiese perdido la paciencia con ella.
PLANOS (click para ampliar)
– [Duke]Hola, ¿podría hablar con quien esté a cargo?[/Duke] – preguntó con una sonrisa mientras se acercaba al mostrador. Reparó en que la sala tenía dos puertas, la que estaba tras el mostrador ponía privado, y la otra no tenía nada, pero era diferente, tenía un cristal a través del cual se veía un pasillo y una escalera que subía hasta la segunda planta. El sitio era grande, desde luego, otra cosa era conseguir lo que necesitaba.
La chica levantó la vista de la pantalla y le observó.- [Cara]Aquí manda Cara Elle[/Cara].- explicó poniéndose en pie. Desde luego, no podía decir que se lo esperase.- [Cara]Yo[/Cara].- aclaró señalándose. No había hablado con demasiados…Moonditas, Moondienses…como se dijese, pero no creía que todos hablasen como esa muchacha.
No obstante, le cayó bien y no pudo evitar sonreír. – [Duke]Hola, Duke Rivera.[/Duke] – dijo tendiéndole la mano.
– [Cara]Hola[/Cara].- ella esbozó una extraña sonrisa sin devolverle el apretón de manos y le observó de arriba a abajo, analizándole.- [Cara]¿Qué quieres?[/Cara] – preguntó al instante. Iba directa al grano, eso tenía que concedérselo. Ahora venía la parte difícil, a Duke no se le daban bien las presentaciones, ni los negocios, y menos cuando no pensaba que tuviese mucho que ofrecer.
– [Duke]Eh…ah, sí. Verás, soy fotógrafo, bueno, estoy empezando… Estaba buscando un estudio por la zona y he pensado que igual teníais una habitación que os pudiese alquilar.[/Duke] – dije tratando de imaginarse lo grande que debía ser ese sitio, y a qué debían dedicarse. Necesitaba un estudio no muy caro, porque hasta el momento sus finanzas tendían a números…naranja.
– [Cara]¿Vas a pagar mucho?[/Cara]- preguntó cruzándose de brazos sin quitarle la vista de encima. Duke reconocía que no tenía el aspecto de un buen inquilino, pero las apariencias solían engañar, aunque en este caso era cierto y estaba bastante ‘pelado’. Había llegado a la ciudad con prácticamente lo puesto y había estado trabajando unos meses en la construcción hasta ganar lo suficiente para establecerse y comprarse una cámara y un ordenador en condiciones, bueno, y la bici.
– [Duke]Bueno…todavía no tengo muchos clientes y estoy empezando. Tengo algunos ahorros y podría ayudaros con las obras si queréis.[/Duke] – dijo intentando darse un poco de valor adicional. No le molestaba ayudarles con las obras o con lo que fuese necesario, solamente necesitaba un pequeño empujón hasta que su negocio despegase un poco.
– [Cara]¿Vas a pagar poco, pero vas a trabajar mucho?[/Cara]- preguntó ella enarcando una ceja en un gesto que, la verdad, hacía que estuviese bastante guapa, pero seguía teniendo los brazos y eso solía significar poca disposición a escuchar, seguramente tendría que buscarse otro sitio, pero iba a intentar pelearlo.
– [Duke]Os ayudaría en todo lo que necesitéis y cuando empiece a tener clientes os iría pagando más.[/Duke] – añadió sin estar muy convencido de su propia oferta. Entonces se le ocurrió algo. – [Duke]También puedo encargarme de la publicidad de vuestro negocio[/Duke] – ofreció. No es que fuera un maestro en publicidad, pero le gustaba el retoque fotográfico y el arte digital en general, no en vano trataba de dedicarse a ello.
La última oferta le parecía un poco más convincente, pero reconocía que muchos podrían no tomarle en serio. La chica se o pensó durante un rato, mientras le registraba con su mirada.- [Cara]Tienes un trato con Cara Elle[/Cara].- concedió al fin, extendiendo la mano. Todavía le quedaba un poco de orgullo, no mucho, pero lo justo para no dar un salto allí mismo, aunque sonrió.- [Cara]Para poder trabajar aquí tienes que quitarte la camiseta. Son las normas[/Cara].- añadió tras estrecharme la mano. Parecía que hablaba en serio.
– [Duke]Eso…¿estás segura?[/Duke] – preguntó dudando. No estaba seguro de a donde llevaría eso, pero si tenía que hacerlo…
Entonces ella empezó a reírse a carcajadas y Duke suspiró aliviado. Con el calor que hacía no le habría importado, pero se imaginaba sin camiseta en pleno invierno y un escalofrío recorría su espalda. Sonrió para acompañarla, todavía dudando de si se había librado o no.
– [Cara]Si no sabes de qué te ríes, no te rías[/Cara]- replicó negando con la cabeza.
– [Duke]Lo siento, es que eres una persona bastante…diferente.[/Duke] – admitió con una sonrisa. Para él era prácticamente un cumplido, no es lo mismo encontrarte con un empresario trajeado que usa muchas palabras vacías que encontrarte a alguien más…llano. – [Duke]¿Me enseñas dónde estará mi estudio…Cara Elle?[/Duke] – dijo tras un rato de silencio entre ambos que estaba empezando a ponerse raro.
– [Cara]Claro[/Cara].- dijo caminando hacia la puerta que tenía la cristalera. La abrió y la siguió hasta el pasillo de las escaleras en el que había otra puerta que estaba etiquetada como «Garaje. Solo personal». Subió las escaleras y él la siguió, aprovechando para disfrutar las vistas mientras ascendían. Al llegar arriba vio lo que parecía una sala de espera, con unos cuantos sofás como los de abajo y algunas mesas de café y plantas de plástico. A un lado se distinguía una sala grande que debía ser un despacho y al otro, se veía una cristalera que separaba el piso de arriba a la mitad. – [Cara]Me gustan tus músculos, podrías ser mi novio, porque ahora sólo tengo uno[/Cara].- meditó en voz alta mientras abría una puerta para cruzar a la parte norte de la segunda planta, dónde recorrieron varios metros de pasillo. Su sinceridad le resultó aplastante, y refrescante.
– [Duke]¿Solo uno? ¿Cuántos tenías antes?[/Duke] – pregunté sonriendo. Algunas puertas tenían símbolos en ellas que seguramente ellos entenderían, pero de los que Duke no tenía ni la más remota idea. Uno de ellos tenía el símbolo de un lobo grabado, pero no pudo detenerse a observarlo porque la chica continuaba avanzando.
– [Cara]Dos, pero uno se fue con su novio a Louna y ahora sólo tengo uno que es…v…que se llama D…Daakkaelrmsnffaklf[/Cara].- parecía que se había atragantado con un hueso de aceituna y trató de procesar lo que había dicho durante unos segundos.
– [Duke]¿Es nórdico?[/Duke] – pregunté intrigado por ese nombre tan…bueno, complicado era quedarse corto.
– [Cara]No es un edredón[/Cara].- dijo deteniéndose y girándose hacia él mientras ponía los ojos en blanco.- [Cara]Sus padres eran hippies[/Cara]. – explicó.
Se me escapó de nuevo una risa, la chica era lo mejor que se había encontrado desde su llegada a Moondale, pero por desgracia tenía novio. – [Duke]Ya me lo presentarás.[/Duke] – dijo pensativo. Observando la puerta que tenía delante, sin símbolos de ningún tipo. – [Duke]Todavía no sé cómo te llamas.[/Duke] – preguntó mirándola.
– [Cara]Cara Elle Arkkan[/Cara].- respondió con orgullo mientras abría la puerta con una llave. No se había fijado, pero a juzgar por el manojo de llaves que tenía encima, la mayoría de las puertas que había visto debían estar cerradas con llave, y ahora que lo recordaba, la que estaba tras su mesa también.
– [Duke]Nunca había escuchado ese apellido.[/Duke] – comentó mientras pasaba a una amplia sala bañada en luz por los grandes ventanales. Se acercó a ellos y me di cuenta de que no parecía picar, como si entrase la luz y el calor, pero no la radiación, si es que eso tenía sentido. – [Duke]Bueno, pues es una pena que tengas novio, Cara Elle Arkkan, porque tú también eres muy guapa.[/Duke] – aseguró sincerándose.
– [Cara]Pero no es celoso…[/Cara].- replicó con una vocecilla que le pareció terriblemente mona, tanto que no pudo evitar soltar una risotada que le salió más ronca de lo que esperaba.
– [Duke]Nunca se sabe.[/Duke] – dijo actuando con toda la precaución que podía reunir. Regla número uno de Duke Rivera: Nunca te metas en mitad de una pareja.
– [Cara]Nos vemos, tío guapo[/Cara].- se despidió guiñándole un ojo.
– [Duke]Nos vemos Cara Elle Arkkan.[/Duke] – se despidió él a continuación.
Se quedó solo, observando la sala que tenía para instalar su estudio. Empezó a planificar dónde lo pondría todo, y también por desgracia todo lo que tendría que ir comprando para empezar. Definitivamente le gustaba Moondale, y le gustaba aún más esa Nave y los misterios que escondía y que estaban deseando ser desvelados.
[spoiler]Breve presentación de nuestro nuevo amigo, Duke Rivera.[/spoiler]
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