Bill Parker | Louna
MEDIODÍA
Me deje caer en uno de los sillones contemplando todo a mi alrededor. Mara, Karen y Edward seguían junto a la joven que reposaba en la cama en busca del más mínimo atisbo de actividad. Contemple al muchacho, el cual tenía la mirada fija en ella. Según nos dijo todo esto era culpa de su padre, no pude más que empatizar con él, ambos teníamos unos monstruos por padres y ambos habíamos perdido al amor de nuestra vida, aunque en su caso esto estaba a punto de cambiar. Por mi parte nunca podría recuperar a Sam y a mi pequeña, era mejor así, mantenerlas alejadas de esta vida a salvo de nuevo en casa.
No había día en el que no pensara en ellas y si había echo bien en alejarlas, pero luego veía este tipo de cosas y volvía a darme la razón, si quería enfrentarme al mal del mundo no podía tenerlas cerca, en algún momento alguien hubiese dado con ellas y las habría utilizado contra mi, por no pensar algo peor. Las heridas pueden curarse, pero las del corazón no, y aunque dolía cada día el estar separados era mejor que tenerlo hecho pedazos.
– [Keli] Pssst.-[/Keli] Siseo Keli a lo que le respondí con un gruñido para que supiera que le había escuchado, si no lo hacia podía pasarse horas parloteando diciendo que le ignoraba y no había forma de hacerla callar. – [Keli] Esa demonio no sabe nada. Sigue dormida porque la magia no le afecta como al resto, os ha pasado parte del conjuro a todos los Campeones. –[/Keli] Añadió con cierto tono alegre y suficiencia al ver que nadie más sabía lo que estaba pasando. Eche un vistazo a la demonio que se revolvió en su asiento al ver que ya teníamos más información que la que ella no nos había proporcionado – [Keli] Así que vais a estar sufriendo los efectos del conjuro rebote hasta que despierte y… sí, ahora vas tú. Pásalo bien grandullón. -[/Keli] Tras esto comenzó a tararear una canción en tono alegre como si con ella no fuera la cosa.
Note la mirada de todos clavada en mi, parecían extrañados y confundidos, pero como profetizo Keli comenzaba a ver todo borroso a mi alrededor, por lo que dentro de pocos todos saldrían de dudas. La habitación se lleno de agua, y de un momento a otro desapareció, como si las profundidades del océano se la hubiesen tragado.
Me encontraba en medio del océano, pero no sentía el agua a mi alrededor. En la distancia puede divisar la silueta de un barco iluminado cada cierto momento por una tormenta que teníamos encima. Pensé que se trataba del mismo barco de aquella prueba que tuve que pasar, pero lo sucedido a continuación me confirmo que no se trataba del mismo. Golpeado por el fuerte temporal y el oleaje, el barco se precipito a gran velocidad contra una cala llena de rocas afiladas. El casco choco contra una de ellas haciendo que el barco comenzara a hundirse, apenas podía ver con claridad por los fogonazos de la tormenta, pero podía escuchar el barco hacerse añicos y los gritos desgarradores de la gente. Intente nadar, pero permanecí fijo en el sitio sin poder moverme, como si el oleaje me impidiera avanzar. Note un tirón en la pierna que me hizo hundirme y al momento siguiente me encontraba de pie en la playa de la cala. La tormenta había dado paso al día y las olas arrastraban los restos del barco hasta la arena. Escuche como alguien tosía con fuerza varias veces, no muy lejos de mi posición un niño echaba el agua de sus pulmones. Me acerque para ayudarle a levantarse, pero cuando lo intente pase a través de él.
– [Bill]¿Donde estamos exactamente?.-[/Bill]Parecía una pregunta lanzada al aire, pero Keli sabía que estaba hablando con ella, solo faltaba ver si respondía.
– [Keli]Mi pasado, tu futuro…[/Keli]- Respondió crípticamente. La escena comenzó acelerarse, los días pasaban y observe como en los primeros días el joven los pasaba acurrucado, esperando alguna clase de ayuda o a que todo terminarse.
– [Bill]¿Son estos recuerdos tuyos?.-[/Bill] Le volví a preguntar. El joven se levanto finalmente, se apreciaba el desgaste físico y mental, aun así no decidió rendirse. Las pocas fuerzas que le quedaban las empleo en conseguir un par de cocos de una palmera. Recogió los troces de madera del barco que dejaba el oleaje en la playa para hacer fuego, y con las ramas de las palmeras construyo un improvisado refugio. Note como de vez en cuando lanzaba una mirada de intriga hacia una catarata de la cual el agua caía con delicadeza, como si un jarrón vertiera poco a poco el agua.
– [Keli]Claro[/Keli].- Añadió Keli con orgullo.- [Keli]Soy bastante más interesante de lo que crees, antipático[/Keli].
– [Bill]Si ese es el caso, adelante, cuéntame lo que esta pasando. Deduzco que ese niño es… ¿Alistair?.-[/Bill] El tiempo volvió a ralentizarse, no sabía cuanto tiempo había pasado, pero por las ropas desgastadas y el pelo ligeramente más largo debían de haber sido semanas, tal vez meses. Escuche tararear una melodía que me era muy familiar, observe al joven y dirigió su mirada a la cascada.
– [Keli]Todavía no es el que conociste, sólo es un niño perdido que acaba de perder a toda su familia en un naufragio[/Keli].- El pequeño Alistair recogió una improvisada lanza que había fabricado y se encamino hacia la cascada. Le seguí los pasos de cerca, la canción se acentuaba cada vez más, tras pasar la cascada por un costado entramos en una caverna que hacía resonar la canción por todas partes, no muy lejos, en una gran roca plana descansaba una pequeña esfera de un azul intenso como el océano. –[Keli]Soy yo.[/Keli]
– [Bill]Veo que no siempre has sido un arma de doble filo o un colgante.-[/Bill] El muchacho se quedo a unos cuantos pasos de la esfera, cerro los ojos y escucho con atención la canción. En su rostro se reflejo una pequeña sonrisa de felicidad, claramente la sensación de volver a escuchar otra voz que no era la suya.
– [Keli]Mi forma depende de cómo sea la persona a la que me uno[/Keli].- Explico brevemente. A pesar del tiempo que llevábamos juntos no sabía mucho de ella, mientras que por su parte, como un espectador no muy silencioso veía mi día tras día, mi carácter, me conocía mejor de lo que pensaba. – [Keli]Tú es que no eres muy simpático[/Keli].
– [Bill]¿Como acabaste aquí sola?.-[/Bill]Le pregunte intentando sonsacarle algo de información acerca de su pasado.
– [Keli]A ti te lo voy a decir[/Keli].- Obtuve por respuesta seguida de una sonora carcajada.
– [Bill]No te hagas la intrigante. Si hemos venido hasta este punto en tus recuerdos será por algo. Dudo que sea para ver como te vinculas a un niño que no tendrá intimidad durante el resto de su vida.-[/Bill] En mi caso no llevaba mucho con ella y seguía resultándome incomodo el estar a solas con ella, por no hablar de los momentos de ir al baño.
– [Keli]Shhh, mira y calla.[/Keli] – Obedecí no muy conforme tras no sonsacarle nada, algún día tendríamos una larga conversación, aunque lo mismo era tan larga que se prolongaría una semana.
El muchacho se acerco hasta la esfera y con el dedo índice toco la esfera. La canción ceso, como si todo este momento la esfera hubiese estado de espaldas ajena a la presencia del muchacho. – [i][Keli]¿Por fin me despiertan después de tanto tiempo? ¿Qué quieres?[/Keli][/i]
– [b]Quiero recuperar a mis padres.-[/b] Respondió con rapidez a la pregunta de la esfera.
– [i][Keli]No puedo resucitar a nadie, pero puedo ayudarte a salir de aquí[/Keli][/i].- Le ofreció.
El rostro del muchacho reflejaba decepción y nuevamente tristeza, esa tristeza que le azoto durante los primeros días en la isla. Aun así medito la oferta de Keli. – [b]Esta bien.[/b]
– [i][Keli]Coge la esfera, te unirás a mí y eso te dará la fuerza para salir.[/Keli][/i]- Le propuso. No sabía como podría hacerlo, sin duda Keli escondía más de que pensaba. El muchacho asintió y cogió la esfera.
– [b]¿Que… que esta pasando?.-[/b] Un fuerte remolino envolvió al muchacho, el color de su pelo comenzó a cambiar a uno más azul. Baje la vista y eche un vistazo a mi brazo surcado de venas azules más visibles de lo normal. Cuando levante la vista el tiempo había pasado de nuevo, la caverna había dado paso a un paisaje invernal, un bosque adornado de nieve y un rio que pasaba a gran velocidad. Esta vez estaba ante un Alistair más adulto que reconocí por las pruebas y su característico pelo azul, tanto en la cabeza como en la barba. Frente a él estaba un joven que no conocía pero que me resultaba familiar, hablaban de algo que no podía escuchar.
– [Bill]¿Donde estamos ahora?.-[/Bill] Le pregunte a Keli. Observe como Alistair posaba una mano en el hombro del joven dejando al descubierto un anillo de color azul, claramente se trataba de ella.
– [Keli]El futuro del futuro[/Keli].- Añadió sonriendo con gusto al ver que no comprendía nada.- [Keli]Ese niño es el hijo de Dominic Williams, bastante menos cabezón que el padre y con un problemilla heredado de su madre[/Keli].
– [Bill]¿Qué?¿Y como ha llegado hasta aquí?.-[/Bill] Volví a preguntar.
– [Keli]No eres muy listo, ¿verdad?[/Keli]- Obtuve como respuesta, la escena se distorsiono ante mi cambiando nuevamente.
– [Bill]Serás…-[/Bill] No continué al ver a todos los demás de pie frente a mi mirándome expectantes, lo que me resulto algo incomodo.
– [Karen]¿Soy qué?.-[/Karen] Pregunto Karen enarcando las cejas, era la que más cerca estaba de mi y podía haber entendido que mi última frase iba hacia ella.
– [Bill]Nada.-[/Bill] Volví a echarle un vistazo a todos solo para percatarme de la ausencia de una persona. – [Bill]¿Dónde esta Edward?.[/Bill]
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