Logan Villiers | Graveyard Creek, USA
MEDIODÍA
Siempre me encantaba la sensación de emprender un viaje en ‘Cassandra’ hacia lo desconocido, con el viento golpeando mi cara incluso en días o lugares de mucho calor como ‘Graveyard Creek’. Pero como siempre hay una excepción que confirma la regla, esta vez, volviendo a Ripper con el rabo entre las piernas para conocer a mi hijo con una mujer que me lo había ocultado, ver quizá a otra que me había rechazado, ayudar a un grupo de gente que se creía mejor que yo y llevando al japonés de paquete en la moto, este viaje no tenía tan buena pinta.
La verdad era que el tipo, Hiroshi, no me caía mal del todo, aunque nunca lo admitiría. Supongo que todo se debía a que, después de haber visto mi pasado, a mi «padre», no había visto esa mirada de pena, de compadecerse de mi vida o de mi situación, como probablemente habría hecho otro. Además, su infinita paciencia y su seriedad hacían muy divertidas las bromas.
Me preguntaba qué demonios era ese puñetero humo de colores, o al menos me lo pregunté hasta que el japonés me dio la respuesta cuando ya estábamos surcando la carretera a lomos de ‘Cassandra’, lo que se traducía en que más bien, me la gritó. Según lo que le había dicho su primo, esa «niebla» había atacado a todos los Campeones y les daba visiones de la gente que tuviesen cerca.
‘Todos menos una‘ – pensé recordando a esa muchacha, Kaylee, que se había sacrificado. Tantas pruebas y tanta preparación para terminar conduciendo a una chica al matadero. Si me hubieran dejado a ese Doctor, no habría hecho falta ningún sacrificio. El tipo empezó a darme golpecitos en el hombro, seguramente esperando que le respondiera a lo de esa ‘niebla’, pero todo parecía cada vez más lejano, ni siquiera me molesté.
Me sorprendía estar recordando a esa muchacha, pero ahora que lo pensaba, esa ‘mierda nublada’ me hacía pensar en ella, por algo, aunque no exactamente en ella, no habría sabido explicarlo. El japonés siguió dando toquecitos cada vez más insistentes, pero la carretera se desvanecía y no me importaban.
Parecía todo un viaje sicotrópico*, como si ese humo fuera LSD, lo que explicaría los colorines. Y entonces llegué a un lugar donde todo era más oscuro, de hecho, muy oscuro.
Frente a mí tenía una amplia bañera a punto de estar llena de agua, y bastante caliente a juzgar por el humo que salía del grifo y de la que ya se había acumulado. Estaba todo iluminado por la luz de unas velas, y teniendo en cuenta que el baño no tenía ventana pese a lo amplio que era, y que los azulejos iban en tonos de marrón que para mí se resumían en marrón claro y marrón oscuro.
Entonces me giré y la vi, iba vestida con un albornoz que tapaba su cuerpo, pero algunas aberturas sugerentes y sus piernas desnudas dejaban claro que no llevaba nada debajo. Su pelo negro caía suelto sobre sus hombros. Novak hacía daño a la vista de lo guapa que era.
Me puse en pie, dispuesto a un chascarrillo que intentase acercarme a ella, pero incluso estando frente a ella no me veía. Así que hice lo que haría todo el mundo si fuese invisible, ver si podía meterle mano, pero fue demasiado literal y mi mano la atravesó como si yo fuese Casper.
La observé, estaba mirando un objeto oscuro y brillante que tenía entre las manos, una especie de gema negra engastada en un colgante. Tras unos minutos, suspiró y sacó la gema, metiendo el colgante en el bolsillo de la bata, y se acercó hasta el agua. Observó una vez más la gema y la lanzó.
No entendía nada de todo eso, pero entonces el agua empezó a teñirse silenciosamente de un negro profundo, como si de petróleo se tratase, cubriéndolo todo y aun así, parecía que seguía teniendo la textura del agua.
La superficie estaba inalterable, lisa después de haber apagado el chorro, hasta que empezaron a surcarlo unas ondas provenientes de una pierna metiéndose lentamente. Esbocé una sonrisa y me preparé para ver a Novak en todo su esplendor, pero antes siquiera de girar la cabeza o ponerme en pie, sentí cómo me arrastraban de ese lugar y todo se desvanecía. Pero no me arrastraban de cualquier forma, era como si clavasen anzuelos en mi cara y tirasen de ellos, rasgándome.
Entonces el mundo real se manifestó con una luz cegadora y vi que estaba tirado en la carretera, en mitad de ella. Me levanté, dolorido y con el lado derecho de la cara palpitando, y vi que en el suelo había varias manchas de sangre, llevé una mano a mi lado derecho y vi que era mía. Por suerte seguía consciente y la energía del sol me terminaría cargando, pero la ropa no iba a curarse, necesitaría alguna nueva.
Cerca de mí estaba ‘Cassandra’, tendida de mala manera en el suelo y con algunas piezas esparcidas por la carretera. La levanté y vi que no era nada que no tuviera arreglo, pero se había llevado un buen golpe y no podría llevarnos hasta que no la arreglase.
Por eso Hiroshi intentaba hablarme, porque le habían dicho o se había dado cuenta de que mientras veías algo, tu cuerpo se quedaba inerte, y cuando vas conduciendo una moto en una zona sin radares no es muy buena idea. Le busqué con la mirada mientras sacaba a ‘Cassandra’ de la carretera, pero no lo veía. Empecé a sentirme mareado, maldije un par de veces pensando que el golpe era peor de lo que pensaba, pero lo único que pasaba es que volvía a desvanecerme.
Esta vez fui a un sitio un poco más luminoso, era una especie de apartamento de ladrillo visto bastante amplio. Ahora mismo estaba en un salón iluminado por la luz del sol que se filtraba a través de las nubes, pero no sentía de verdad el sol, era un recuerdo.
Desde el ventanal se veía la playa, y desde donde yo estaba, se veía a una figura femenina oscurecida por el contraste del sol, observando esas vistas hipnotizada.
Me acerqué y empecé a darme cuenta de que era una figura conocida, pero que no me habría esperado ver frente al sol, Novak. Me coloqué a su lado y la observé, hacía poco que acababa de verla en el recuerdo, pero ahora estaba diferente, más viva.
Al principio pensé que se trataba de un recuerdo anterior a su transformación en vampiresa, hasta que me giré y le vi observándola en mitad de la sala.
Era ese otro Campeón, el negro, el que trabajaba con los O.W.L.S y ese tipo tan serio que también era Campeón. El nombre empezaba por V pero no lo recordaba bien, y cuando vi como miraba a Novak, evité cualquier esfuerzo por recordar su nombre, salvo para cagarme en él.
Novak seguía observando la playa, sonriente, con el sol acariciando su piel. Ya no era vampiresa, debía tener algo que ver con lo que había visto antes, ese líquido negro, seguramente era lo que había conseguido en la Prueba, al igual que yo conseguí la Espada del Caos, había elegido ser humana, y no me lo había dicho.
Y en lugar de estar conmigo, estaba con ese tipo que la miraba como si fuese un tesoro, y de hecho lo era. Pero me había dado la espalda, una más, igual que Natalie con mi hijo, igual que mi madre, igual que todo el mundo. A mí, que me hacía fuerte con la luz del sol y habría estado dispuesto a vivir lejos de esa luz por ella.
Me puse frente al tipo, que no apartaba los ojos de su pelo oscuro. No me gustaba como estaba allí plantado, observándola sin hablar, como el que observa a un cervatillo, sin echar un vistazo a las vistas de su culo en esa ropa. Le odiaba porque no necesitaba que Novak cambiase para estar con él, pero conmigo…yo parecía no encajar con nadie.
El recuerdo no tardé en desvanecerse, esta vez sintiendo que caía, como en esas pesadillas que pasan a veces por la noche, y cuando vi los ojos, de verdad caía hacia delante por el peso de ‘Cassandra’ a la que había llevado fuera de la carretera antes de quedar inconsciente, por suerte no era una gran pendiente, solo un desnivel entre la carretera y la tierra.
En ese momento vi a Hiroshi sentado en la tierra, recuperándose de la caída, aunque a él le iba a llevar más tiempo que a mí.
– [Logan]Pensé que estarías muerto.[/Logan] – comenté intentando borrar el recuerdo que acababa de ver de mi cabeza.Dejé a ‘Cassandra’ en pie y me acerqué hasta él, y una vez más, empecé a ver borroso hasta que me encontré en otro lugar.
Era una sala que parecía sacada de una peli de chinos, o lo que fuese, paredes que parecen de papel y un suelo acolchado. Delante de mí había dos personas, una era Hiroshi, la otra un viejo vestido con una de esas ‘batas’ que usan, ‘kimonos’ o algo así. Vi cómo se entrenaban, el viejo debía ser su maestro por cómo se dirigía a él. La escena avanzó rápidamente, más gente con el ‘dal cela, pulil cela‘ con ellos, muchas reverencias y mucho honor, especialmente Hiroshi. Entonces todo se puso interesante, no sabía si era la misma sala o una diferente, porque la sala estaba terriblemente oscura y la refriega con unos demonios que nunca había visto antes no me dejaba tiempo a fijarme en las paredes. Hiroshi estaba ahí, el viejo también, y las cosas no parecían irles bien. Al final Hiroshi tuvo que escapar, pero el viejo no pudo contarlo. A juzgar por su mirada, se había culpado por eso durante mucho tiempo, pero no tenía sentido, el viejo no podía salvarse de cualquier forma, y no tenía sentido que muriesen los dos. Si hubiese podido hablar, el ‘Miyagi’ mismo se lo habría dicho, pero el honor es así de estúpido, un lastre, y ese tipo tenía mucho de eso. No tardé en volver a mi cuerpo.
– [Hiro]Soy más duro de lo que parece.-[/Hiro] replicó mientras se levantaba a trompicones, pero en cuanto apoyó el pie izquierdo en el suelo, se volvió a caer. – [Hiro]Vale, quizás no.[/Hiro] – concedió intentando volver a incorporarse, esta vez sin poner el peso sobre el pie malo.
– [Logan]Me da que este viajecito nos va a llevar un poco más.[/Logan] – comenté tirando de él para ayudarle a ponerse en pie, en uno, literalmente. Volver a Ripper no iba a ser tan sencillo como coger la moto y echarle horas, iba a hacer falta echarle unas cuantas horas más, al menos mientras reparaban a ‘Cassandra’ y luego asegurarnos de que no nos volviese a pasar lo mismo. – [Logan]Tengo que encontrar un sitio donde arreglen a Cassandra y tú necesitarás que te miren ese pie.[/Logan] – añadió señalando el cartel del pueblo más cercano, a unos cuatro kilómetros.
– [Hiro]¿Cassandra? -[/Hiro] preguntó conteniendo una risa. Mucha gente le ponía apodos a partes de su cuerpo, yo se lo ponía a una moto que llevaba más tiempo conmigo que cualquier mujer, ¿algún problema?
– [Logan]Sí, hay que tratarla como a una dama.[/Logan] – respondí con una sonrisa. El viaje parecía aburrido, pero acababa de ponerse interesante, sentía la energía del sol estaba cargando mis baterías y curándome. Sabía que algunos me habrían llamado adicto a la adrenalina – [Logan]Así que eres una especie de ninja o algo así…[/Logan] – comenté aprovechando para meterme un poco con él. Sabía que técnicamente no era un ninja, pero el caso es que me daba igual.
– [Hiro]Algo así…-[/Hiro] respondió sin dar muchas explicaciones, era un tipo reservado, bien, así no estaría todo el viaje contándome penas. – [Hiro]¿Has visto algo más?[/Hiro] – preguntó interesado.
– [Logan]Otro motivo más por el que ir a Ripper.[/Logan] – respondí con una sonrisa mientras le ayudaba a ir hasta ‘Cassandra’ para apoyarse. Novak, desde luego era un motivo a tener en cuenta, pero… – [Logan]Y uno por el que no.[/Logan] – añadí a continuación. Estaba claro que yo no le interesaba, ni viva, ni muerta.
Empecé a empujar a ‘Cassandra’ por el arcén mientras él caminaba apoyándose en ella. – [Logan]Espero que tengas buena conversación, Fu Manchú.[/Logan] – le solté pensando en los cuatro kilómetros que nos quedaban a su paso de tortuga coja. Por suerte el sol no me molestaba.
– [Hiro]Podríamos empezar por dejar de ponerme motes. Y no soy chino, soy japonés. -[/Hiro] trató de aclarar. Respondí con una simple sonrisa, quizá no le pusiera más motes, o quizá siguiese así todo el camino, sería divertido descubrir lo que me apetecía, que en el fondo era cualquier cosa menos pensar en Novak con ese tipo, y en cómo enfrentarme al hecho de ser padre.
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