Diana | Su despacho
MAÑANA – MEDIODÍA
Volví a mi despacho no sin antes parar a hacer pis, porque ya no aguantaba más. Cuando pasé por al lado de la mesa de Janice, ésta me hizo un corte de mangas y yo le respondí con otro. Me fijé en que un chico de ascendencia nativa americana me estaba esperando en la sala de espera, así que le hice una seña para que pasase y le saqué la lengua a Janice, que ahora ya no me estaba mirando.
– [Diana]¿Tú no salías en la última de «Crepúsculo»?[/Diana]- bromeé mientras introducía la llave para abrir la puerta.
– [Kuruk]Creo que me confunde.[/Kuruk] – respondió visiblemente avergonzado y me sentí mal, porque a lo mejor había pensado que estaba siendo racista y en realidad, lo único que quería era romper el hielo con una broma tonta. – [Kuruk]¿Por eso me llamaba?[/Kuruk] – le pedí que pasara y me senté en mi silla. Él lo hizo lo propio.
– [Diana]No…[/Diana]- encendí el ordenador, que se estaba actualizando y me rasqué la cabeza.
– [Kuruk]Si es por la queja del otro día, fue una tontería, me gustaría retirarla.[/Kuruk] – negué con la cabeza sin tener ni idea de a qué se refería y me fijé en su ropa: vaqueros desgastados, camiseta de Dragon Ball y llevaba el pelo largo. Podía haber bromeado con cualquier cosa menos con su ascendencia.
Conseguí que el portátil reaccionara y busqué el email en el que Christopher me detallaba que había visto a este chico (Kuruk Walters) hacer una serie de proezas físicas en los entrenamientos dignas del Capitán América. Ummm…Capitán América- [Diana]Eh…sí, déjame anotarlo en…mi libreta invisible[/Diana].- bromeé para que entendiera que ésa no era la razón por la que le había mandado llamar.
– [Kuruk]Entonces…¿me voy?[/Kuruk]- cada vez estaba más desorientado.
– [Diana]No, no, no. ¿Quieres café, té, Cola Cao?[/Diana] Le enseñé la cafetera, la mininevera y el microondas que tenía en el despacho. Seguramente no fuera serio, pero el embarazo me había disparado el hambre. Él negó con la cabeza- [Diana]Te llamaba por…por tu habilidad. Ya sabes, el grito sónico[/Diana].- comenté volviendo a leer el correo de Christopher.
– [Kuruk]¿Grito…sónico?[/Kuruk] – se pasó una mano por la cara. – [Kuruk]No sé de lo que habla, señorita consejera.[/Kuruk] – le miré a los brazos y recordé lo que había pensado tres segundos antes del Capitán América, que estaba claro que me había desconcentrado.
– [Diana]¿Qué eres, como…eh…»La Masa»? «Dioses a mí…»[/Diana]- imité con voz grave y al ver que el chico estaba cada vez más nervioso, lo intenté de nuevo.- [Diana]¿»La…cosa»?[/Diana]
– [Kuruk]¿»La…cosa»? Si es una broma yo…será mejor que me vaya.[/Kuruk] – se puso en pie y yo no sabía dónde meterme. Debía ser el hambre que me había fundido las neuronas.
– [Diana]Kirikú, en serio, no…no te lo tomes a mal, es que he perdido tus papeles[/Diana]- le pedí y luego me di cuenta de que había dicho mal su nombre.- [Diana]Kuruk, te llamas Kuruk[/Diana].- me puse en pie colocando una mano en la cintura, que me estaba matando.
– [Kuruk]’Lo que pasó en el pasado y no puede ser detenido no debería lamentarse’.[/Kuruk] – me miró a los ojos para decirlo. – [Kuruk]Es un viejo proverbio Pawnee.[/Kuruk] – asentí un par de veces sintiéndome ridícula. La falta de comida me estaba pasando factura.
– [Diana]Gracias por la paciencia[/Diana].- admití.- [Diana]Algo muy jodido está pasando y necesitamos a gente con poderes como tú. No tiene sentido que me vaya por las ramas y te diga que eres especial, porque no debe hacerte ni puñetera gracia[/Diana].- solté con rapidez.
– [Kuruk]¿Cómo lo sabe?[/Kuruk] – me miró directamente a los ojos. Era un buen chico.
– [Diana]Si sabes lo que buscas, no es tan difícil encontrarlo[/Diana].- le expliqué sin dar muchos detalles, porque nunca sabias si podías fiarte.
– [Kuruk]¿Qué es lo que está pasando?[/Kuruk] – se cruzó de brazos, esperando.
– [Diana]Los que odian a la gente como nosotros y los que nos adoran se van a dar de hostias[/Diana].- resumí de la mejor forma que supe.
– [Kuruk]¿Y la gente sin poder?[/Kuruk] -se notaba que quería ayudar, pero sólo si consideraba que la causa era justa y me parecía bien, aunque fuese una pesadilla explicar lo mismo veinte veces.
– [Diana]Ése es el problema[/Diana].- me encogí de hombros. Le acababa de decir que nosotros íbamos a ser los tontos a los que nos darían palos desde todos los frentes. No era, lo que se dice, un puesto muy tentador.
– [Kuruk]Entiendo. Alguien debe luchar por los que no pueden por sí mismos.[/Kuruk] – comentó para sí y se quedo evaluando la situación, lo que provocó un silencio tenso.- [Kuruk]Ayudaré.[/Kuruk] – concedió finalmente.
– [Diana]Siento que mi boca vaya a su aire y haya metido la pata de esa forma[/Diana].- me disculpé con sinceridad.
– [Kuruk]No importa, está en el pasado. Nosotros en el presente.[/Kuruk] – esbozó una ligera sonrisa. – [Kuruk]La niña, parece fuerte.[/Kuruk] – dejó caer sin apartar la vista de mi barriga.
– [Diana]Grande y peluda. Ya te contaré[/Diana].- le acompañé hasta la puerta y le puse una mano en las espalda.- [Diana]En unos días, recibirás las instrucciones[/Diana].- en realidad, no era necesario que les hablase así, pero me gustaba aparentar que teníamos una gran misión entre manos y que sabíamos lo que hacíamos.
***
Cuando Kuruk se fue, estuve un rato mirando el móvil, aprovechando para enviarle memes a Dom, que el aguantó con toda la dignidad posible.
Unos minutos después, un chico y una chica asomaban sus respectivas cabezas por la puerta de mi despacho. Él tenía la piel dorada por el sol, pelo corto y llevaba unos vaqueros pitillo y una camiseta rosa fucsia de tirantes. Ella, por el contrario, era morena, de pelo largo y se había pintado los labios pintados de rojo pasión. Me gustaban los vaqueros tobilleros que llevaba y el top negro ceñido que marcaba unos encantos mejores que los míos. Maldita sea. -[Diana]¿David y Desireé?[/Diana]- pregunté sonriendo sin olvidarme de guardar el móvil en el cajón.
– [Dave]Ohhh, pero qué barriguita máss hipercutie.[/Dave] – comentó él señalando a mi abultado vientre.
– [Diana]Si quieres, te la presto[/Diana].- sonreí poniéndome en pie e invitándoles a sentarse.
– [Dave]Ya tengo la mía. Soy una focarena.[/Dave] – se puso de perfil y sacó la barriga, que no existía.
– [Desi]Dave está obsesionado con las sirenas[/Desi].- me devolvió la sonrisa y se sentaron, así que yo hice lo mismo, porque no me apetecía pasarme la entrevista de pie.
– [Dave]Calla, loca.[/Dave] – le dio un manotazo y ella le miró mal. Me gustaba el acento de los dos, porque daba la sensación de que estuvieran cantando todo el tiempo y después de haber leído su ficha, sabía que era el típico de Ariascan.
– [Diana]Tengo que haceros una proposición indecente[/Diana].- señalé la cafetera con la cabeza.- [Diana]¿Queréis tomar algo? Invita la casa[/Diana].
– [Dave]Oh, sabes como conquistarme, love.[/Dave] – me guiñó un ojo y fui poniendo en marcha la cafetera.
– [Desi]Es difícil que…yo le diga que no a una chica guapa[/Desi].- se echó hacia atrás la melena mientras salían dos cafés con leche.
– [Diana]No voy a negar que eres muy guapa, pero he cambiado a las chicas por los bibliotecarios[/Diana].- les tendí los cafés.
– [Desi]Es una pena[/Desi].- llevó sus labios rojos a la taza y me abaniqué. ¿Era la única que tenía calor y en vez de estar embarazada estaba con la menopausia?
– [Dave]Ya iba a dejaros solas, loves.[/Dave] – sonrió dando un sorbo.- [Dave]Esto sí es un latte[/Dave].- fue su veredicto.
– [Diana]Sé que tenéis habilidades especiales[/Diana].- les interrumpí. Los dos se quedaron con las tazas sujetas y me miraron, para volver a mirarme. Era una escena digna de película del oeste de esas que le gustaban a Ed.
– [Dave]¿Así que era por eso?[/Dave] – dejó su café en la mesa y, apartando la silla, se puso en pie. – [Dave]Atiende, loco.[/Dave] – sus movimientos eran gráciles, como si fuera un bailarín experimentado.
– [Diana]Eh…[/Diana]- parpadeé.- [Diana]¿Cómo haces eso sin partirte?[/Diana]- lo decía completamente en serio. Ni con quince años había sido así de flexible. Pobre Christopher.
– [Dave]Soñaba con ser una cheerleader.[/Dave] – se tiró al suelo y se abrió de piernas. – [Dave]Por eso estudio arte dramático.[/Dave] – sonrió, hizo una reverencia y volvió a sentarse. Me recordaba un poco a Silver y no era capaz de decidir por qué.
– [Diana]Deberías ser una cheerleader. Ya lo hablaré con Mercy[/Diana].- lo anoté en la agenda y la cerré de golpe.- [Diana]Pero no os llamaba por eso[/Diana].
– [Desi]¿Entonces?[/Desi]- noté que estaba un poco incómoda, pero los dos se quedaron en silencio para escucharme.
– [Diana]Sé que tú eres bruja y que David tiene una habilidad que se llama grito sónico[/Diana].- sinteticé mirando el correo de Christopher por el rabillo del ojo.
– [Dave]¿Cómo sabes eso, loca?[/Dave] – se le descolgó la mandíbula exageradamente y tuve miedo de que pusiera su habilidad en práctica.
– [Diana]Soy una hechicera[/Diana].- abrí la palma de la mano eléctrica y jugueteé con la electricidad que había en la habitación para que pasara por mis dedos.
– [Dave]Es de las tuyas, muero de amor.[/Dave] – aplaudió entusiasmado.
– [Diana]No exactamente, porque mi habilidad es innata y la de Desirée, adquirida[/Diana].- esperaba no sonar como Rebecca, pero me gustaba dejar claras las diferencias entre brujas y hechiceras.
– [Dave]Pero qué fuerte es todo esto.[/Dave] – soltó una carcajada. Él parecía más fácil de convencer, pero Desirée seguía contrariada.- [Desi]No soy una…eh…mujer de acción[/Desi].- negó con la cabeza.
– [Dave]Yo soy como un pequeño unicornio, o una sirena. Disfruto de la belleza del mundo.[/Dave] – aclaró también.
– [Diana]Os necesitamos, porque gente inocente va a sufrir si no reunimos a todos los que podamos[/Diana].- llevé mis manos al centro de la mesa y Dave acarició la mía. No pude evitar sonreír, porque me caía bien.
– [Dave]¿Qué dices, chacha? No puede ser. Lo de la gente sufriendo, no. Apúntate, será divertido.[/Dave] – miró a su amiga, que estaba seria.
– [Desi]Déjame…pensarlo, ¿ok?[/Desi]- me pidió y se miraron para ponerse en pie.
– [Diana]Espero vuestra llamada[/Diana].- comenté acompañándoles hasta la puerta y Dave me hizo una seña que indicaba que intentaría convencer a su amiga.
***
Aproveché el silencio para intentar dar una cabezadita, pero no pude hacerlo por dos tipos entraron en mi despacho sin tocar a la puerta si quiera.- [Joss]Encantado señorita Echolls. Está usted preciosa y su hermana también.[/Joss] – se apresuró a decir un chico regordete que rondaba la veintena y que no era, lo que se dice, muy guapo. Se limpió la mano sudorosa y la tendió, así que tuve que darle un dedo y estrecharlo.- [Joss]El caso es que nos hemos enterado de que buscan a gente con habilidades y mi amigo Neil tiene una.[/Joss] – entrelazó las manos sentándose sin que se lo dijera. A su lado, un chico de pelo corto y rizado, con cara de pánfilo se sentaba también. Me fijé en que los dos llevaban camisetas que debían haber comprado por Internet.
– [Diana]Pongamos que te creo. Cuéntame[/Diana].- Janice asomó su enorme nariz y le pedí que cerrara la puerta, cosa que hizo después de refunfuñar.
El de la cara de pánfilo abrió la boca para hablar, pero el regordete le cortó.- [Joss]Somos Joss Whedon y Neil Patrick Harris[/Joss].- el otro asintió.- [Joss]La verdad es que es interesante y mira que parecía un loco.[/Joss] – murmuró. – [Joss]Pero bueno no estamos aquí para hablar de Neil. El caso es que me dije «Oye Joss, tú también necesitas algo».[/Joss] -no tenía ni idea de qué estaba hablando.- [Joss]Es una versión muy beta de la «Portal Gun», pero…[/Joss]- seguía sin enterarme de nada y el otro chico parecía más interesante, así que decidí cortar por lo sano.
– [Diana]Joss, vete a hacer pruebas de tu arma a tu habitación y grábate, que tengo que hablar con Neil. Gracias[/Diana].- me besé la palma de la mano y le di con ella en el pelo.
– [Joss]¿Con alguna ropa en particular?[/Joss] – alzó las cejas.
– [Diana]Con la que llevas ahora o, mejor, ponte un par de abrigos encima[/Diana].- sonreí atusándome el pelo como si fuera tremendamente irresistible.
– [Joss]Eh..esto. Ya, ya entiendo, je je.[/Joss] – se puso en pie y empezó a irse. – [Joss]Ya le preguntaré a Neil qué día es.[/Joss] – me guiñó el ojo y salió, cerrando la puerta.
– [Diana]Neil, ¿cuál es tu habilidad?[/Diana]- el chico clavo la vista en sus rodillas y se quedó callado.
– [Neil]Eh…pues…veo cuando va a morir alguien, cuando es posible que algo lleve a morir a alguien…[/Neil] -explicó sin levantar la vista.
– [Diana]Ni se te ocurra decirme la mía o verás la tuya[/Diana].- sonreí para que me mirara y lo hizo.
– [Neil]No…y no siempre se cumplen porque…las veo.[/Neil] – señaló la puerta con la cabeza. – [Neil]Si salgo en…quincesegundos me chocaré con Jake Thompson. Esto, de alguna forma, me crea un trauma que me hace cruzar de calle dentro de veinte años para no cruzármelo y me atropella un coche.[/Neil]- sus ojos se cruzaron con los míos, pero volvió a rehuir la mirada.
– [Diana]¿Cómo sabes que no es que estás mal de la cabeza? Y perdona la falta de tacto[/Diana].- lo que decía podía ser un poder o un trastorno de ansiedad con agorafobia y eso sólo para empezar.
– [Neil]Nunca se lo he contado a nadie.[/Neil] – bajó la voz. Sabía que se refería a que el friki de Whedon no tenía ni idea de qué hacían allí.
– [Diana]¿Y por qué me lo cuentas a mí?[/Diana]- me puse de pie y me senté en el borde de la mesa a su lado.
– [Neil]Porque he visto lo que pasa si cualquiera de los dos gana. Siempre acaba igual, para casi todos.[/Neil] – me aseguró tragando saliva mientras miraba fijamente a la mesa. – [Neil]Sé que no es una locura porque…una vez no actué, y murió una amiga. [/Neil]- apoyó la mano en la mesa y apretó con fuerza.
– [Diana]Ahora puedes ser un héroe[/Diana].- asentí poniendo mi mano sobre la suya durante un segundo para que supiera que no estaba solo.
Negó con la cabeza una vez que mi mano volvió a su posición. – [Neil]No, pero puedo ayudar a los que lo son.[/Neil] – sonrió por primera vez en los minutos que llevaba en el despacho.- [Neil]Joss y Nathan, otro amigo, también quieren ayudar. Han buscado cosas para hacerlo, me…gustaría que estuvieran.[/Neil] – me pidió.
– [Diana]Cuenta con ello[/Diana].- se puso en pie y fui con él.- [Diana]Eres un buen chico[/Diana].- le dije abriendo la puerta.- [Diana]Pronto tendrás noticias mías y gracias por compartir tu don con nosotros[/Diana].
Él asintió y se fue sin decir nada. Una sensación extraña me embargó. Maldita empatía.
***
Quizás estaba mandándole mensajes subidos de tono a MacLeod cuando un tipo con gafas y delgaducho, que llevaba una camiseta de rayas de manga larga y un vaquero desgastado me miraba con cara de cervatillo desde el marco de la puerta, me fijé que además llevaba un cuaderno de dibujo en la mano. Di un salto en mi asiento y tiré el móvil al suelo. Ya lo recogería más tarde.- [Nathan]Buenos días señorita Echolls[/Nathan].- sus ojos se posaron en mis tetas. No digo que no lo entendiera, pero a lo mejor podía disimular un poco.
– [Diana]¿Y tú eres…?[/Diana]- cerré la camisa hasta parecer una persona respetable. Casi.
– [Nathan]Fillion, Nathan[Nathan].- se señaló ladeando la cabeza y repasé la lista mentalmente. No había rastro de nadie con semejante nombre.
– [Diana]Hoy sólo pueden venir a mi despacho los alumnos que tienen una cita conmigo[/Diana].- le dediqué una mirada y enarqué una ceja.- [Diana]Pero no de las que estás pensando[/Diana].- aclaré.
– [Nathan]Neil me ha hablado de lo que esta tramando, y yo soy más fuerte que ese tirillas[/Nathan].- puso una mano en la mesa y dio un golpe. No pude evitar reírme.
– [Diana]Pero más fuerte que la mesa no, ¿verdad?[/Diana]- negué con la cabeza.
– [Nathan]He golpeado mal, pero aún así soy más fuerte.[/Nathan]- puntualizó. Ya no era que estuviera como una regadera, es que me estaba incomodando su presencia.
– [Diana]Digamos que te creo: ¿Qué puedes ofrecerme?[/Diana]- me eché hacia atrás y crucé las manos sobre la barriga. Cuanto antes me contara su posible habilidad, antes se iría.
– [Nathan]Esto[/Nathan].- puso la libreta sobre la mesa y sacó un bolígrafo del bolsillo trasero de su pantalón- [Nathan]Puedo crear cualquier cosa en este cuaderno gracias a este bolígrafo[/Nathan].- se puso a dibujar, pero sus trazos eran torpes. No tenía nada que ver con el dibujo que había hecho Dom sólo con un lápiz en el que se veía a una chica leyendo detrás de una ventana y a alguien esperándole abajo. Todavía no se habían animado a ponerle un marco y al final, acabaría haciéndolo yo.
Una rosa se materializó cuando dio por acabado el cuadro y digo rosa porque había titulado así a su obra, porque nadie lo diría al ver aquella cosa alargada con pétalos y espinas por doquier.- [Diana]¿Te sale todo pocho o es que de la emoción se te ha bajado?[/Diana]- sonreí de medio lado.
– [Nathan]No se me da muy bien dibujar[/Nathan].- lo dijo con pesar y me pasé la mano por la frente.- [Diana]¿Si me dibujas a mí saldría una fea a mi lado?[/Diana]- pregunté imaginándome a una Diana deforme que pudiera venir a trabajar.
– [Nathan]No, no funciona con personas. Créeme, lo he intentado[/Nathan].- supuse que habría intentado copiar a Sasha Grey de algún calendario de chicas ligeras de ropa, aunque yo no sé quién es Sasha Grey.- [Nathan]Sólo funciona con cosas.[/Nathan]
– [Diana]Hazme una pizza[/Diana].- le animé a ver si esto era como con Campanilla y si creía en él, se convertía en Velázquez. Tiré la rosa a la basura cogiéndola con un pañuelo, no fuera a ser tóxica.
– [Nathan]Marchando[/Nathan].- unos minutos después se materializó un círculo mal hecho de masa cruda sobre el que había encima diversos ingredientes que no parecían de este planeta. Sobre ese círculo de «pizza», había colocado una vela que tenía mejor pinta que el resto.- [Nathan]Para crear ambiente[/Nathan].- movió las cejas.
– [Diana]En tus sueños, moreno[/Diana].- aparté aquella cosa y tuve una idea.- [Diana]Si te comes la pizza y no te mueres, estás en el equipo[/Diana].- finalicé con seriedad.
– [Nathan]Soy alergico a la lactosa, pero…[/Nathan]- dibujó una manzana horripilante y empezó a comérsela sin poder evitar contener las arcadas. Esperaba que no se muriera o iba a ser todo muy incómodo.
– [Diana]Blando[/Diana].- puse los ojos en blanco y dejé que terminara.- [Diana]El corazón también[/Diana].- él asintió mirándome con miedo y lo hizo. Me sentía la Khal Drogo de su Daenerys, pero sin cabalgar.- [Diana]Apúntate a cursos de dibujo y si no sabes cómo, ya te presentaré yo a alguien. Ahora, largo, que tengo que echarme una siesta[/Diana].- puse los pies sobre la mesa, que parecían dos botijos.- [Diana]Me has puesto de mal humor con esa pizza amorfa[/Diana].- me quejé y la tiré a la basura. Odiaba tirar comida, pero eso no lo era.
– [Nathan]¿Eso significa que estoy dentro? ¿Lo estoy? ¿Lo estoy?[/Nathan]- se puso en pie y me miró sin poder contener una sonrisa.
– [Diana]Tú no vas a estar dentro de nada en tu puñetera vida[/Diana].- guardó el cuaderno y el bolígrafo.- [Diana]Pero te llamaré si aprendes a dibujar[/Diana].- se fue con la cabeza bien alta.
Cuando salió del despacho, apunté los nombres de todos para examinar sus fichas y saber adónde tenía que dirigirme para que se presentaran en La Nave. Tras eso, eché la cabeza hacia atrás dispuesta a esa siesta que me había prometido a mí misma, a pesar de que tenía unas cuantas tazas que fregar por tanto invitar a café, pero no pude porque alguien no dejaba de llamar a la puerta. Intenté que pasase, pero no lo hizo, así que fui a abrir. Allí me encontré a MacLeod con una camisa de cuadros y unos chinos. Su sola visión hizo que mis hormonas empezaran a bailar la conga, pero no venía solo, sino que con él iba una chica rubia, de sonrisa amplia, con un vestido rojo años cincuenta y unos zapatos de tacón altísimos a juego con un bolso de mano. Parecía una actriz de Hollywood y olía tan bien…como a pasteles de melocotón. ¿Existían? Quería una docena o mejor, dos. Ummm…pasteles…
En cuanto la vi, supe que me iba a caer bien y también que Ed debía estar hasta las trancas.
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