Edward MacLay | Palacio Kvinneby
MEDIODÍA
Acababa de pasar uno de los peores momentos de mi vida, y la habitación con paredes de un extraño metal y de escasa luz no había ayudado. Primero fue Duke, en la cara de Mental se reflejo un rostro de satisfacción, había debido de ver algo que le gustara, pero cuando toco mi turno su cara no era para nada así, más bien de incertidumbre y sospecha, no sabía que era lo que había visto, solo esperaba que mi tapadera siguiera intacta.
Cuando deje la habitación Duke y Abel me esperaban, por lo que me había dicho este último, Amaya había tenía que marcharse para reunirse con otros miembros para solucionar un problema que había acaecido esa misma mañana. No conocía nada del hombre que nos estaba acompañando hacia nuestra habitación más allá de su nombre, pero de algo estaba seguro, carecía de cualquier tipo de poder mágico o habilidad, era solo humano, algo que desentonaba bastante en el lugar en el que nos encontrábamos.
Los pasillos seguían vacíos, pero esta vez podía escucharse ruido a través de las puertas, en algunas música y en otras murmullos de personas charlando. Nos detuvimos frente a una joven, la cual tenía una mano apoyada contra una puerta. Su piel era de color cobrizo y su pelo se asemejaba a la corteza de los árboles, adornado con flores en la corona de su cabeza. La joven aparto la mano y dejo ver dos símbolos en la puerta, un rayo y un tótem.
– [Duke]¿El rayo es por ti no?[/Duke] – Añadió Duke bromeando. Abel nos dedico una sonrisa y se marcho con la joven dejándonos frente a la puerta de nuestra habitación
– [Ed]Supongo, yo no tengo aspecto de tipo duro como tú.-[/Ed] Le respondí siguiendo con la broma. Me gustaba la idea de compartir habitación con él, no lo conocía muy bien, pero era mejor que compartir habitación con otra persona del palacio que no conocías de nada, ni siquiera sus intenciones, y si algo era seguro es que Duke era buena persona.
– [Duke]Las rocas no me hacen justicia.[/Duke] – Añadió sonriendo y abrió la puerta de la habitación. Él entro pero yo me quede en la puerta observando. Dos camas, dos mesitas de noche y una cómoda que tendríamos que compartir. No había rastro del baño. Mire por el pasillo hasta dar con una señal en la pared con las típicas figuritas del hombre y la mujer y una flecha para seguir. Baños mixtos, me tocaría ducharme a las 5 de la mañana. – [Duke]Tú paraste al gólem así que…tú eliges.[/Duke]
– [Ed]Con tu ayuda.-[/Ed] No quería llevarme todo el merito de eso, puede que consiguiera calmarlo, pero también era el responsable de toda esa destrucción, y de no haber sido por él probablemente hubiese ocurrido alguna desgracia. – [Ed]Creo que me quedo con esta.-[/Ed] Añadí señalando a la de la izquierda según entrabas por la puerta.
– [Duke]Adjudicada entonces.[/Duke] – Dijo sentándose en la suya. – [Duke]Dime, compañero de habitación. ¿Haces magia?[/Duke]
– [Ed]Si, ese es mi fuerte.-[/Ed] No me extraño la pregunta, si íbamos a compartir habitación los suyo era conocer algo más el uno del otro. Saque la ropa del petate y la guarde en alguno de los cajones dejando libres otros para Duke, aunque ahora que me fijaba no traía ninguna maleta, prácticamente venía con lo puesto. – [Ed]¿Que me dices de ti? ¿Algo más aparte de electricidad?.-[/Ed] Le pregunte mientras sacaba la foto enmarcada de las mini Echolls y el mini Ed, sopese si colocarla en la pequeña mesita, pero no quería llamar la atención de gente indeseada, así que la escondí en uno de los cajones de la comoda bajo la ropa.
– [Duke]Tengo algún as bajo la manga.[/Duke] – Comento con secretismo. – [Duke]Una pregunta clave para nuestra convivencia, ¿color favorito?[/Duke] – Me pregunto sonriendo.
– [Ed]Esto… azul…-[/Ed] Le respondí volviéndome hacia él extrañado.
– [Duke]Agh, vaya, pensé que ibas a decir verde…o cobrizo.[/Duke] – Dijo riendo solo. – [Duke]¿Y tu raza favorita de demonios?[/Duke] – Esta pregunta me extraño más que la anterior.
– [Ed]Ehm…los Mortalwok.-[/Ed] Respondí sin pensarlo mucho, había dicho estos más que nada por Lorne.
– [Duke]¿Mortalwok? Vaya, pensé que ibas a decir Rakkthathor hombre. ¿Qué pensaría Daakka?[/Duke] – Su rostro reflejaba una amplia sonrisa.
– [Ed]¿De que conoces a Daakka?.-[/Ed] Empezaba a pensar que tal vez Duke no era quien decía ser, yo me había metido en la boca del lobo, pero y si habían metido un lobo a compartir habitación conmigo.
– [Duke]También conozco a Dom, a Christopher, a Cara, a Diana, a Rebecca…[/Duke] – Enumero, me preocupaba que este tipo le hubiese hecho algo a mis amigos, pero su constante sonrisa me desconcertaba, era como si se estuviera quedando conmigo. – [Duke]Daakka y yo somos uña y carne.[/Duke] – Añadió sonriendo con fuerza, tanto que si no iba con cuidado se le desencajaría la mandíbula.
– [Ed]Vaya, si que han pasado cosas en mi ausencia.-[/Ed] Intente pensar en todo ese tiempo que había estado ausente, todo lo que me había perdido con mis amigos.
– [Duke]Ni te imaginas Ed.[/Duke] – Me extraño que me llamara Ed, solo mis amigos más cercanos me llamaban así. Ante mi su aspecto comenzó a cambiar, su piel se volvió escamosa y de color cobrizo, ante mi apareció Daakka – [Daakka]Ni te imaginas.[/Daakka] – Añadió con una sonrisa de oreja a oreja. La camisa dos tallas más grandes ahora le quedaba a la perfección.
– [Ed]¿Daakka…? ¿Pero que…?¿Como…?.-[/Ed] Me acerque hasta él para darle un abrazo, apenas conseguí cerrar los brazos su alrededor. Por su parte él hizo lo mismo, note como perdía pie con el suelo y me levantaba por los aires, no negare que me hizo algo de daño, pero era un daño colateral por la emoción del reencuentro
– [Daakka]Larga historia. Daakka proyecto con adn humano, así que cambia.[/Daakka] – Añadió nada más dejarme en el suelo.
– [Ed]La electricidad, la fuerza, todo tiene sentido ahora.-[/Ed] Daakka era el último de su raza y para devolverlo a la vida Preston había recurrido a ADN humano, quizás por eso lo considero un proyecto fallido, a pesar de su aspecto Daakka era más humano que demonio, y probablemente Preston estaba buscando un monstruo. – [Ed]Supongo que has venido a hacer lo mismo que yo.-[/Ed] Dije mientras me sentaba en el filo de su cama.
– [Daakka]Ayudar a Sarah.[/Daakka] – Asintió sonriendo sentandose junto a mi. Con su peso hundió drásticamente la cama y me hizo deslizarme hacia él. – [Daakka]Tenemos que volver a estar juntos.[/Daakka]
– [Ed]Exacto.-[/Ed] Añadí sonriendo mientras me acomodaba un poco mejor – [Ed]Tenemos que tener cuidado con esta gente, Amaya parece buena, pero no me fío de ese tal Mental. Y desde luego no confío en Z.-[/Ed] Le dije en voz baja mirando a mi alrededor. No sabía si habían puesto micros, o si tenían a alguien espiándonos, alguien que podía hacerse invisible. La verdad es que estas situaciones sacaban el paranoico que llevaba dentro.
– [Daakka]Por eso ha entrado Duke.[/Daakka] – Me respondió volviendo a su aspecto humano, lo que hizo que la cama volviera a una forma algo más estable. Era curioso como el peso cambiaba de uno a otro y como Daakka se refería a Duke como otra persona. – [Duke]Tenemos que conseguir acercarnos a Sarah sin levantar sospechas, pero con los problemas que parecen tener ahora…[/Duke]
– [Ed]Tal vez nos vengan bien, pasaremos desapercibidos mientras solucionan sus problemas.-[/Ed] A pesar del aparente encierro de sus miembros en sus habitaciones, si teníamos cuidado podríamos movernos sin problemas, el problema era encontrarse con alguno de los de rango más alto.
– [Duke]¿Alguna idea de por dónde empezar? Este sitio es enorme.[/Duke] – Pregunto. El golpe de algo metálico nos sobresalto, más a mí que a él. Me levante intentando localizar el ruido, tras mover la que era mi cama un poco di con un conducto de ventilación, y una garra del tamaño de un meñique asomada por entre las rendijas. Aparte la tapa y del conducto salio un perezoso arrastrándose.
– [Vine]Creo que puedo ayudarle con eso, caballeros…je…je je….je je je je…[/Vine] – Añadió entre risas y tos por el polvo del conducto. A estas alturas poco me sorprendió ver a un perezoso hablar, lo que más me preocupaba era cuanto de mi conversación con Daakka había escuchado, y si realmente podía ayudarnos a encontrar a Sarah.
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