Sarah | La Iniciativa
MAÑANA
Dicen que no debes arrepentirte de lo que haces, sino de lo que no haces. Supongo que el que lo dijo no había entrado dos veces en la Iniciativa y se encontraba allí una tercera, rodeado por un montón de gente desconocida, dos amigos y una supuesta enemiga, intentando burlar la seguridad del complejo que tan malos recuerdos me traía.
Ed y Duke iban cada uno a mi lado, como si tuvieran alguna obligación de acompañarme. Supongo que eso tendría que haberme dado seguridad, pero no lo hacía. Me sentía culpable, una vez más, por arrastrar a mis amigos y por ser tan imbécil de haberme creído las patrañas de Z, pero ya era tarde y la enorme comitiva esperaba ansiosa unas órdenes que no sabía dar.- [Sarah]Lo siento[/Sarah].- balbuceé mirando a Ed, que estaba sumido en sus pensamientos, como siempre. A veces me preguntaba qué podía pasar por su cabeza para que necesitara abstraerse tan a menudo.
– [Ed]No es culpa tuya[/Ed].- comentó pasando la mano por la correa de la bandolera, la misma que llevaba desde que podía recordar. A lo mejor deberíamos comprarle una nueva para Navidad.
Estábamos en la parte trasera de la Iniciativa, una zona poco vigilada porque no tenía puertas, pero eso no era un problema cuando ibas con alguien como Petra, que tiró abajo la pared por el punto exacto para que no se derrumbara todo sobre nosotros.- [Sarah]No deberíais haber venido[/Sarah].- puntualicé mirándoles a los dos.- [Sarah]Ni vosotros, ni los demás[/Sarah].- pero ya era tarde, porque Mary Ashley, en su control absoluto de las máquinas, iba girando cada cámara de seguridad que veíamos para que apuntase al techo. Era el plan perfecto, casi.
– [Petra]Tenemos unos minutos antes de que se den cuenta de dónde viene el ruido[/Petra].- nos recordó Petra, que aún con una sencilla camisa negra y un vaquero parecía una atriz de Hollywood.
– [Duke]No íbamos a dejarte venir sola.[/Duke] – atravesó los escombros y tendió la mano para ayudar al que necesitara ayuda, como era el caso de Software, que no estaba acostumbrada.- [Duke]Este sitio tiene nuestros peores demonios.[/Duke]- asentí dándole la razón. La Iniciativa era el monstruo recurrente de nuestras pesadillas.
– [Ed]Recuerda lo que pasó la última vez que estuvimos aquí. Vas a necesitar nuestra ayuda y la de ellos, aunque no quieras[/Ed].- me sorprendía que me conociera tan bien como lo hacía, pero era lógico: nos habíamos criado juntos.
– [Petra]Menos charla y más avanzar[/Petra].- enarcó una ceja y movió los escombros de nuevo a su posición original. Lo normal sería decir que me sorprendía ver a una mujer tan menuda esconder tanto poder, pero la verdad es que no.
-[Ed]¿Sarah?[/Ed]- escuché a lo lejos y salí de mis pensamientos. Me había quedado paralizada observando aquellas paredes en las que había estado cautiva lo que parecían años.
Apuré el paso para ponerme a la altura del resto (Russell, Petra, Bagheera, Mei, Sasha, Software, el vikingo cuyo nombre no recordaba, Black Market, Duke, Ed y Oblivion), pero dos activos con impronta militar nos vieron y empezaron a seguirnos, por suerte, Tess estaba entrenada para ello y adoptó la forma del General Preston en un abrir y cerrar de ojos, que caminó con paso firme hasta que estuvo a su altura.- [Tess]Sois prescindibles[/Tess].- bramó y les partió el cuello.
-[Sarah]¿Estás loca? . No quiero asesinas en el equipo, ¿entendido?[/Sarah].- bramé y vi que Sasha me miraba con una sonrisa en sus carnosos labios.
– [Duke]No tenías que hacer eso. Se habrían ido.[/Duke] – Duke frunció el ceño.
Sonrió de medio lado volviendo a su apariencia habitual, la de una femme fatale, incluso con una blusa y un pantalón, pero siempre con los labios pintados de rojo.- [Tess]Lo sé[/Tess].- nos guiñó un ojo y confirmé que no se podía contar con el bando negro por una buena razón.
– [Bagheera]No podemos entretenernos.[/Bagheera] – apuntó Bagheera y asentí.
– [Petra]Tess, si sigues mostrando esa actitud, estás fuera de la misión[/Petra].- Petra hablaba con templanza, porque estaba acostumbrada a mandar, pero Tess era un hueso duro de roer y la ignoró.
– [Shinken]El bando negro vuelve a demostrar que no está preparado para continuar con esta utopía[/Shinken].- comentó Shinken, cuyo nombre real era Mei y de la que no sabía nada más que el sufrimiento por el que había pasado para llegar.
– [BlackMarket]Recordad, si encontráis a alguien con poderes, me lo dejáis[/BlackMarket].- Black Market esbozó una sonrisa socarrona e hizo amago de encenderse un cigarrillo, pero Petra lo detuvo con una mirada.
Giramos a la izquierda, después a la derecha y comenzamos a bajar plantas esquivando activos gracias a Tess, que contuvo sus ansias homicidas. De momento, no habían dado la alarma. Si sabían que estábamos allí, no les importaba y eso me asustaba, porque si fallábamos, el futuro que habíamos visto se cumpliría y eso no podría soportarlo.
Llegamos a la zona del almacén y Tess repitió el proceso de hacerse pasar por el General Preston. Mientras los demás estábamos escondidos, ella hizo que despejaran la zona y pasó los escáneres de retina y huellas dactilares. Al poco, estuvimos dentro, en una sala de control con montones de ordenadores y monitores, además de unas cápsulas similares a la que mantenía a Daakka cautivo.- [Bagheera]Te toca, haz tu mojo.[/Bagheera] – le pidió a Mary Ashley, a Software, que era una experta en eso. Asintió sonriendo y pasando las manos por encima de los ordenadores, hizo que se frieran uno a uno.
Vi que Duke parecía compungido.- [Sarah]Un grandullón como tú no debería tenerle miedo a un tubo de ensayo de tamaño familiar[/Sarah].- sonreí mirándole.
– [Duke]Malos recuerdos.[/Duke] – me miró con aprecio y se recompuso.
Era duro estar allí, mucho más de lo que pudiera expresar con palabras. Notaba mi respiración agitada y una sensación extraña, como de querer escapar de nada en concreto, pero sabía que eran los malos momentos que había pasado allí que volvían para minar mi moral y tenía que ser fuerte. Observé a mi alrededor y supe que esta sala era en la que en el futuro estarían las dos cápsulas, la de Ezra y la de Veronica. Tenía que sacar fuerzas de donde no las tenía como fuera.
Escuché un sonido extraño, como el de algo metálico abriéndose y miré a Software que me hacía el signo de la victoria. Del suelo se abrió una trampilla por la que ascendió un tubo en el que había un objeto extraño, alargado, de piedra o un material similar y con grabados que no sabía identificar, definitivamente, era lo que estábamos buscando.- [Software]Voy a retirar el cristal de protección[/Software].- anunció y así lo hizo.
Me quedé observando el artefacto, que emitía una especie de poder que a cualquiera le habría resultado atrayente, pero que a mí me daba mala espina. – [Sasha]Date prisa, S. o lo cogeré yo[/Sasha].- murmuró Sasha a mi oído mientras clavaba su vara en el suelo.
– [Sarah]Si quieres, es todo tuyo[/Sarah].-me aparté y la miré a los ojos, que brillaban con malicia. Estaba disfrutando de su propia bravuconería.
– [Russell]Solo puede cogerlo Sarah, encanto. Nada de candidatas a cazadora[/Russell].- apuntó Russ, no sin antes echarle un buen vistazo al trasero de Sasha, por el que se llevó un varazo en la espalda, que parecía más un intento de broma que un ataque.- [Russell]Ya caerás, rubia[/Russell].- farfulló dolorido, pero sonriendo ampliamente.
-[Sasha]No me van los aspirantes a latin lover, «encanto»[/Sasha].- espetó Sasha y Russell se quedó pensativo, casi como si le hubiera molestado, pero al poco se recompuso y soltó una carcajada.
– [Russell]Del odio al amor hay un paso[/Russell].- arguyó guiñando un ojo. Sabía que Russell tenía pareja – o algo parecido- y seguramente sospechase que Sasha no estaba muy por la labor de estar con un chico, pero le encantaba sacar de quicio a la gente.
Vi que Sasha bufaba y se alejaba de él todo lo posible antes de que Petra pudiese decir nada para poner paz, pero aprovechando esa confusión, Tess había adoptado mi forma y se dirigía al artefacto.- [Sarah]¡Quieta![/Sarah]- grité en vano, pero no hicimos nada para que parase. Sujetó el artefacto entre las manos, que vibró de una forma extraña y emitió una luz cegadora que hizo que Tess, con mi cara, saliera disparada en la dirección opuesta, golpeándose contra la pared. El artefacto cayó al suelo con un sonido metálico.- [Shinken]No es digna[/Shinken].- nos recordó Mei con desprecio.
– [Petra]A ver si tenemos suerte y se ha muerto[/Petra].- sabía que Petra no hablaba en serio, porque si perdíamos a cualquier miembro del equipo…ni siquiera quería pensarlo.
– [Sarah]Ed, comprueba que esté bien, por favor[/Sarah].- le pedí y él caminó hasta ella. A pesar de que no conocía a su hijo salvo por lo que había visto, no pude evitar pensar en que Ezra me recordaba a él.
– [Ed]Tiene pulso[/Ed].- sentenció tras colocar dos dedos en la garganta de Tess. Russell generó una copia que fue al lado de Ed y le ayudó a cargar con ella.
– [Petra]Dejadla ahí. Ya pasará el camión de la basura a llevársela[/Petra].- dedicó una mirada larga a Russ y a Ed que no dejaron de cargar con Tess, a pesar de que había resultado ser una auténtica pesadilla traerla.- [Petra]Sarah, tienes que coger ya eso o estaremos aquí hasta el puñetero fin del mundo[/Petra].- me recordó moviendo la mano derecha.
Asentí e hice lo que me dijo. Sabía que era una locura y que, seguramente, no acabase bien. En cualquier serie, la persona que fuera a hacer esto habría soltado un discurso, pero estaba tan asustada que dejé que mis piernas me guiasen solas hasta el suelo en el que estaba el artefacto. Lo cogí sin pensar y noté cómo un enorme poder me atravesaba por completo. Fue entonces cuando supe que algo no iba bien, porque estaba tomando el control de mi ser.- [Sarah]Mierda…[/Sarah]- murmuré dejándolo caer y notando la visión borrosa.
Había alguien más conmigo. Se llamaba Beatrix y era hermosa, pero aterradora. Llevaba mucho tiempo muerta y quería vivir. Se aferraba a mis entrañas y clavaba sus uñas en mi cerebro. Me dolía.
***
Noté que mis rodillas se clavaban en el suelo. En realidad, las rodillas de esa chica rubia y huesuda. Pequeñita, pero poderosa. Miré mis manos, las suyas, cuyas uñas tenían una capa de pintura coral. Era un cuerpo diminuto, que vestía pantalones como si fuera un hombre. Pero la chica se removía. Iba a ser difícil controlarla, pero lo haría.
– [Duke]Shak…Sarah, ¿estás bien?[/Duke] – un tipo alto y corpulento me puso una mano en el hombro, que rechacé de un manotazo. ¿Quién era ese señor moreno para tocar a una dama?
***
– [Sarah]No estoy sola[/Sarah].- expliqué con dificultad, notando la voz pastosa. Beatrix no me mostraba nada de ella, era reservada y lo único que quería era tomar el control, pero debía ser más fuerte que ella y echarla, aunque no sabía cómo.- [Sarah]Sasha, necesito tu ayuda[/Sarah].- le pedí poniéndome en pie con dificultad. No sabía cuánto tiempo me dejaría Beatrix de libertad en mi propio cuerpo.
Sasha dudó si acercarse, pero al final lo hizo.- [Sasha]¿Qué quieres, Barbie?[/Sasha]- fruncí el ceño y bajé la voz.- [Sarah]De momento, eres la única Cazadora de la sala. Tendrás que cubrirme por el bien de la misión[/Sarah].
Sasha se quedó callada y suspiró.- [Sasha]V..fle[/Sasha].- casi no sabía lo que estaba diciendo.
– [Sarah]Supongo que eso es un sí[/Sarah].- sonreí con dificultad.- [Sarah]Gracias. No podría hacer esto sin ti[/Sarah].- ella me miró extrañada y no dijo nada, simplemente se alejó.- [Sarah]Petra…tengo…algo no ha ido bien. Tenemos que salir de aquí[/Sarah]. – anuncié volviendo a notar la vista nublada.
Petra hizo una seña para que empezáramos a salir, mientras Mary Ashley ponía las cámaras con una cuenta regresiva para que volviesen a activarse una vez estuviéramos fuera. Una copia de Russell colocó el artefacto y salió volando, pero nadie se preocupó, porque mientras el original estuviera bien, él lo estaría.
La misma puerta por la que habíamos entrado se abrió, con todo el equipo de los Adams-Zero, encabezados por Easy. Conocía a los Adams-Zero del futuro que habíamos visto y Z me había instado a aprenderme sus nombres y características, pero eran demasiados para alguien que está tan preocupado como yo. Easy llevaba un vestido de encaje negro y debajo, su conjunto interior que era del mismo color y tremendamente escueto. Se había pintado los labios de rojo sangre y maquillado sus ojos con una sombra ahumada. Abrumaba que alguien pudiera ser tan bello como aterrador, teniendo en cuenta lo que podía hacer con tus propias hormonas.
– [Russell]Ya me estoy poniendo cachondo y todavía no ha empezado a usar su poder[/Russell].- comentó Russ con una risita nerviosa.
– [Easy]¿Adónde vais, corazones?[/Easy]- preguntó la propia Easy sin dejar de mirarnos a todos y a cada uno de nosotros como si fuéramos comestibles.
– [Sarah]Fuera de aquí[/Sarah].- respondí envalentonada y Ed me puso una mano en el hombro para que tuviese cuidado. Observé cómo todos los Adams-Zero exhibían sus poderes: una jugueteaba con las llamas, otra con el fuego, King rascaba el suelo con las uñas mientras se colocaba en posición de ataque mostrando los dientes. También había un cibernético, una bruja, un lagarto y hasta Frank Umbra, pero no eran los únicos. No podíamos contra ellos, eran demasiados.
Easy esbozó una sonrisa juguetona y empezó a hacer su uso de su poder. Al principio, estuve a punto de echarme a reír, porque no notaba nada, pero cuando empecé a sentir…eh…cómo me iba excitando, decidí mirar a lo menos erótico que encontré, así que fijé mi vista en Ed, que miraba a sus zapatillas. Seguramente, él también estuviera sintiendo lo mismo.
Notaba el calor ascender desde un punto nada decoroso hasta todas las terminaciones nerviosas de mi piel. La ropa empezaba a molestarme, especialmente la interior. Di gracias por llevarla, aunque quisiera arrancarla, porque el sujetador impedía que todos disfrutaran de las vistas y noté que tenía la boca abierta, como si estuviera a punto de empezar a jadear, así que dejé de mirar a Ed.
Observé cómo Bagheera se acercaba a Petra y empezaba a besarla sin reparos, igual que Russell, que se había multiplicado y se enrollando consigo mismo en una especie de orgía narcisista que me puso los pelos de punta. Software y Black Market tonteaban dándose besitos en la nariz, que fueron subiendo de intensidad, el vikingo intentaba que Mei respondiera a sus estímulos, pero ella era más fuerte que todos nosotros e incluso Oblivion empezó a llevar la mano al interior de su vaquero con la imagen de una mujer que acababa de proyectar y aparté la vista antes de que continuara, también estaban Ed y Duke cada vez más cerca…un momento, ¿Ed y Duke?
Duke se acercó a Ed y lo atrajo hasta sí para empezar a besarle con ímpetu: sus lenguas juguetearon, sus camisetas subieron y aquello cada vez se volvía más extraño. Alguien tenía que parar esto, porque estaba segura de que mis amigos no se atraían, aunque las vistas eran agradables. Fantaseé con la idea de formar parte de eso que estaba viendo: ¿me dejarían Ed y Duke formar parte de sus besos?- [Sarah]¿Tenéis hueco para una más?[/Sarah]- pregunté con una voz que no parecía mía mientras me iba subiendo la camiseta.
Ed esbozó una sonrisa tontorrona y asintió como un autómata, mientras Duke besaba su cuello, pero alguien me detuvo.- [Sasha]No voy a dejar que te escapes[/Sasha].- susurró Sasha a mi oído. Su voz me hizo cosquillas en todo mi cuerpo y noté su olor, que era algo parecido al chocolate negro. Noté que me derretía en cierta parte de mi cuerpo.- [Sasha]Llevo queriendo hacer esto mucho tiempo[/Sasha].- su vara cayó al suelo y se bajó un poco más la cremallera de su escueto top de cuero.
Observé su escote, que casi me dejaba adivinar el inicio de sus pezones, su pelo rubio cayendo por encima de sus hombros y ese hoyuelo que tenía en la barbilla.- [Sarah]¿Y qué es esto?[/Sarah]- noté las manos de Sasha atraerme hasta su boca y empezar a besarme. Su lengua entrando en contacto con mi lengua, sus manos subiendo por mi camiseta, desabrochando hábilmente mi sujetador y yo, que no tenía ni idea de lo que estaba haciendo, simplemente le bajé un poco más la cremallera e intenté apagar el fuego que me consumía por dentro.
De pronto, un grito desgarrador me sacó de lleno de mis actos. Una de las copias de Russell acababa de ser atacada por King y se llevaba las manos al cuello, porque se estaba desangrando. Entonces, me fijé en la mano derecha de Sasha, que estaba desabotonando mis vaqueros para abrirse paso a través de mis braguitas y en las mías, que estaba sobre sus pechos y me eché hacia atrás, no porque me horrorizase lo que estaba haciendo (no me parecía bien porque era traicionar a Daniel, pero no porque fuera una mujer) y me di cuenta de que los Adams-Zero nos habían estado atacando mientras estábamos distraídos.
Agarré la vara de Sasha que estaba en el suelo y corrí hasta Easy, colocándome la ropa en la carrera. Le asesté con ella en la cabeza y se desmayó, haciendo que su poder dejase de tener efecto.
Nos miramos los unos a los otros.- [Duke]No hay nada de lo que avergonzase[/Duke].- terció Duke, siempre tan abierto de mente como cabía esperar de él.
Beatrix volvió con fuerza y trastabillé. Después, me desmayé yo y creo que me sujetó alguien para que no me hiciera daño.
Olía a chocolate negro.
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