Daakka | La Nave
MAÑANA

Me estiré y algunos de mis huesos humanos crugieron. Observé la espalda desnuda de Selardi mientras se levantaba y se estiraba como un gato. Caminó sin coger la ropa hasta el ventanal del estudio y se quedó parada frente a él. A Cara le encantaba que desde fuera no pudiesen ver lo que pasaba en el interior para poder ir «como había venido al mundo», como decía Elizabeth.
Su cuerpo, bañado por la blanquecina y pura luz del sol que dejaba pasar el cristal necrotemplado, era una maravilla. Era todavía joven cuando la llamé Selardi por primera vez, pero no me había equivocado. Era toda una diosa, una bendición de la naturaleza.
Se giró y me sonrió de forma pícara. Una parte de mí sintió miedo, llevábamos toda la mañana poniendo a prueba el aguante de mi cuerpo humano y parecía que habíamos llegado al límite. Aunque con Cara como inspiración, nunca se sabía. Caminó hacia mí, llevando solo encima el colgante con mi escama. Se agachó para besarme y se sentó encima de mí.
La abracé y nos quedamos un rato así, disfrutando, hasta que empezamos a notar el frío del invierno acercándose, y nos vestimos, no sin pesar. Si nunca había valorado mucho la ropa, desde que había empezado a disfrutar de los ratos desnudo con Selardi, la valoraba mucho menos.
Pero ese día además del frío, teníamos otras cosas que hacer que involucraban vestirse. Cara y Sarah habían estado hablando solas bastante tiempo en los últimos días, como buenas cuñadas, y finalmente Selardi había decidido convocar esa mañana a todos los que tenían algo que ver con la Nave, para solucionar de una vez por todas los problemas económicos que les estaba empezando a acarrear.
Después de desayunar bajamos a la sala común y vimos que Daniel y Sarah ya estaban allí. Les saludé con cariño, siempre dudando de si a Daniel podía darle dos besos o lo vería algo raro y nos sentamos a charlar tranquilamente mientras esperábamos a Dominic.
Después de unos minutos llegó y se sentó en los sofás junto a nosotros. Hablamos durante un rato, como ‘rakkna’ que éramos, hasta que Cara Elle se puso en pie frente a los demás.
– [Cara]Vamos a hablar de dinero, porque Dom va a tener dos hijos y los hijos de Dom tendrán que comer[/Cara]. – explicó, siempre directa al grano. Fue hasta la mesa redonda y cogió los dossier que había preparado, para ir entregándolos a cada uno. La portada de las carpetas tenía un símbolo que había esbozado siguiendo las instrucciones de las dos, a veces contradictorias. Al final parecía que había quedado bien.
– [Dom]No soy el único que tendrá hijos. Y ya habéis visto como se ponen los niños cuando no les das de comer.-[/Dom] bromeó refiriéndose a las visiones de sus dos gemelos, implacables asesinos por culpa de la Iniciativa. El grupo había aprendido a soltar algunos de los problemas en este tipo de conversaciones y eso ayudaba a sentirse mejor. Al menos así Dominic podía ver que le apoyábamos.
– [Cara]Pero Dom tiene que comprarles más cosas para que no salgan endemoniados y no lo digo por Daakka[/Cara].- añadió Selardi asintiendo por la cabeza. Contuve una sonrisa, era completa y absolutamente espontánea, y eso era una de las cosas que me encantaban de ella. Al escucharla hacer esa referencia me di cuenta de que todavía estaba en forma humana, así que volví a ser demonio. Parecerá una tontería pero era mi forma habitual y no la revés, no quería perder quién era por encajar. Además, eso sí que era una tontería, pero tenía la impresión de que sospecharían al verme seguir en forma humana junto a Cara y empezarían a atar cabos hasta llegar a nuestros maratones… No me avergonzaba pero tampoco me apetecía que saliese a la luz delante de Daniel.
– [Sarah]Lo que Cara quiere decir, es que las cuentas no salen[/Sarah].- intervino Sarah para dejarlo claro. La Nave iba cuesta abajo. No habían perdido mucho dinero porque aún estaba arrancando, pero tampoco habían ganado nada. Si esa tendencia no se invertía, perderían todo lo invertido.
– [Daniel]No podemos darnos por vencidos. Tiene que haber alguna forma de hacer que funcione.[/Daniel] – respondió mi cuñado sin querer dar marcha atrás. Mi estudio iba bien, así que no se trataba de la disposición del lugar, era cosa del objeto de negocio. En un condado lleno de seres sobrenaturales lo cierto y lo triste era que la gente lo negaba, y no se atreverían a ir a una agencia de detectives para casos extraños. Tendrían miedo a que les tomasen por locos.
– [Cara]¿Alguien tiene alguna idea?[/Cara]- preguntó Selardi sonriente. Ella ya tenía las respuestas en esas carpetas que todavía no había dejado que nadie abriese. Estaba orgulloso de ella, había trabajado muy duro y la idea era maravillosa.
– [Daniel]Los detectives no parecen muy cotizados.[/Daniel] – confirmó Daniel lamentándose. Seguramente se culpaba de que su idea inicial no hubiese dado frutos. Era lo que Sarah y Cara temían, que Daniel no estuviese de acuerdo en el cambio de aires del negocio.
– [Dom]Por esa sonrisilla diría que tienes una idea.-[/Dom] respondió Dom, mirando a Cara. Dom no sabía que él había tenido bastante que ver también con la idea. Pero no tardaría en darse cuenta.
– [Cara]No[/Cara].- negó ella sonriendo. Le encantaba jugar cuando sabía algo que los demás no. La miré, tan segura de sí misma, tan sonriente, y mis corazones latieron en sintonía. Intenté concentrarme porque estábamos todos allí, después habría tiempo de volver a estar solos.
– [Daakka]Selardi, al pico…al pienso. Eso. Dilo.[/Daakka] – la animé a soltarlo finalmente. Ella sonrió y señaló las carpetas.
Abrí la mía a la vez que el resto hacía lo mismo. En la contraportada había un slogan que resumía su idea en unas pocas palabras: «Escuela – Tú tienes poderes: Cara, Dom, Daniel, Sarah y Daakka te enseñan a usarlos.»
– [Daniel]Bueno, es…preciso.[/Daniel] – admitió su hermano con una sonrisa, pero volvió a mirar la carpeta y empezó a pasar las páginas asintiendo con la cabeza.
– [Cara]¿Tiene Daniel un nombre mejor? No me importa. A callar y a leer[/Cara].- mandó Selardi. Desde luego tenía algunas dotes de mando innatas, igual que su capacidad para el dinero y la visión para los negocios.
– [Daniel]¿Escuela…Merlín? No…tiene que haber algo mejor, algo que resuma lo que queremos transmitirles…[/Daniel] – teorizó Daniel con un brillo divertido en sus ojos mientras miraba a su hermana y a su pareja. Sentí algo más que diversión, orgullo, igual que yo lo había sentido, e ilusión.
– [Sarah]Escuela «Legado», anda que Merlín…[/Sarah]- propuso Sarah sin dejar de reír por la propuesta de Daniel. «Legado». Era una palabra con fuerza, incluso para un Rakkthathor. El Legado de las Cazadoras, el Legado que transmitiríamos a las siguientes generaciones, el Legado que los potenciados habían recibido, el Legado de las buenas enseñanzas de mi gente. Nuestro Legado.
– [Daniel]No trabajo bien bajo presión.[/Daniel] – se excusó Daniel. Vi como miraba a Sarah a los ojos y supe lo que estaba sintiendo, lo que sentía yo cuando miraba a Selardi. Sarah era su Selardi. – [Daniel]La Escuela Legado, vaya, es pegadizo.[/Daniel] – añadió intentando no seguir mirándola fijamente tanto tiempo. Para los demás era un hecho que ya habían solucionado todo lo que les había pasado y habían salido fortalecidos de ello. Y nos alegraba.
– [Cara]Se llama «Escuela – Tú tienes poderes: Cara, Dom, Daniel, Sarah y Daakka te enseñan a usarlos.»[/Cara].- farfulló mi pequeña Selardi. Me acerqué a ella y le di un beso en la frente antes de cambiar a mi forma humana de nuevo. Necesitaba decir algo con precisión.
– [Duke]Lo de trabajar con la Universidad puede ser muy buena idea. [/Duke] – admití volviendo la mirada hacia ella y sonriendo para que se diese cuenta de mi orgullo.
– [Sarah]Además, nos ayudarían las subvenciones[/Sarah].- explicó Sarah sonriente. La idea había ido cobrando vida poco a poco en sus manos y era maravilloso haber visto todo el proceso.- [Sarah]Seríamos un centro de formación de adultos[/Sarah]. – explicó. Por lo que empezaba a conocer del mundo, esa idea sí que podía dar dinero y a la vez, permitía ayudar a gente que nos necesitase. Quizá esto era la utopía de Z, la que nunca llegaría a conseguir.
– [Dom]En forma con el profesor Dom.-[/Dom] leyó Dominic en voz alta, sonriendo al ver su nombre en una de las páginas. Todo estaba pensado. Todos serían muy buenos profesores.
– [Daniel]Me sorprende que no hicieses un chiste con eso.[/Daniel] – sonrió mirando de nuevo a su hermana. Le dirigió una mirada que ella debió entender, porque incluso yo lo hice. Eres increíble. – [Daniel]Nunca me había imaginado de profesor, pero esto…tiene buena pinta.[/Daniel] – admitió sin disimular su sonrisa. No alcanzaba el nivel de la sonrisa que ponía cuando miraba a Sarah, pero se le veía muy ilusionado.
– [Sarah]Mercy nos ayudaría, porque la Escuela sería un centro adscrito a la Universidad[/Sarah].- continuó explicando Sarah. Ella también parecía ilusionada con la idea. Sarah era una persona absolutamente bondadosa y altruista así que entendía por qué lo estaba.
– [Daakka]Selardi es buena con el verde.[/Daakka] – comenté de nuevo en mi forma de demonio para aprovechar el doble sentido. No solo era buena con eso si no con muchas cosas más. Una de ellas era encontrar en qué era mejor la gente y qué podría ilusionarles. Eso se notaba perfectamente al ver cómo habíamos recibido todos la idea.
– [Cara]La idea es de Cara, pero Sarah le ha ayudado un poco[/Cara]- aclaró.- [Cara]Los detectives no dan dinero, porque investigan cosas feas[/Cara]. – explicó. Lo cierto era que no le faltaba nada de razón. Un detective seguro que no tenía muchos clientes contentos.
– [Dom]Adios a mi gabardina de detective.-[/Dom] se lamentó Dom bromeando. Cerró la carpeta y pareció muy contento con el resultado.
– [Sarah]¿Votos a favor de empezar con la Escuela?[/Sarah]- preguntó Sarah levantando la mano la primera.
Daniel levantó la mano con ímpetu. – [Daniel]Yei[/Daniel] – aseguró. Dom y yo también las levantamos, casi a la vez.
– [Dom]Si, que más dará dos que doscientos.-[/Dom] explicó. Para Dominic, aunque fuesen adultos, eran como niños. Les protegería y les enseñaría bien.
– [Cara]No puedes ligar con las alumnas[/Cara].- sentenció Selardi levantando la mano la última, para hacer los honores.
– [Sarah]Pues nos toca empezar a trabajar, porque ha ganado el «sí»[/Sarah].- comentó Sarah bastante animada. Era una alegría ver que las cosas empezaban a ir mejor para todos. Habían sido tiempos muy malos y eso hacía que las pequeñas victorias se apreciasen un poco más.
– [Daniel]Todavía nos quedaba mucho espacio libre. Podemos hacer clases.[/Daniel] – sugirió Daniel. La parte inferior de la Nave ya estaba casi terminada entre la recepción, el garaje, el apartamento de Mara y la sala común de los Moondies. Arriba todavía quedaba espacio y ya teníamos un gimnasio perfectamente equipado, con vestuarios separados aunque yo no entendiera el motivo. También había una biblioteca a la que Christopher seguía llevando libros poco a poco. Incluso estaba equipada con la jaula de Christopher, de la que finalmente se habían construido dos por si acaso, podría ser útil para otro tipo de alumnos sobrenaturales.
– [Dom]Y tengo al alumno perfecto para ayudarnos a levantar esos muros.-[/Dom] reconoció Dominic. Pensé por un instante en los Satellites y entonces recordé las demostraciones de sus poderes que me habían contado. Nicholas había levantado un muro de la nada, sería una ayuda perfecta.
– [Cara]Que no se os olvide que estamos aquí para ganar dinero[/Cara].- añadió mientras les quitaba las carpetas. Seguramente pensaría reutilizarlas para presentárselasa Mercy y al resto de asociados que tendríamos que empezar a buscar.
– [Daniel]Como decía Sarah, con las subvenciones, matrículas…[/Daniel] – añadió pensativo. Era una buena fuente de ingresos, estable, lo que todos necesitaríamos si el futuro que habíamos visto se parecía en algo al que iba a ser el nuestro.
– [Cara]Dinero. Mucho[/Cara].- dijo Selardi pausadamente, saboreándolo. Me eché a reír y los demás me siguieron. Reí hasta que a los demás les dolió la barriga, salvo a Sarah y a mí que no nos pasaba.
Esa mañana nos quedamos juntos, lanzando planes e ideas por todas partes, repasando los planos de la nave y empezando a distribuir clases aquí y allá, incluso una posible expansión a la tercera planta. Comimos juntos y disfrutamos. Lo habíamos pasado muy mal y sabíamos apreciar el ojo de la tormenta. Lo necesitábamos para aguantar lo que estaba por venir.
Deja una respuesta
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.