Christopher MacLeod | Palacio Kvinneby

ATARDECER

Cuando Sarah se marchó para encontrarse con Z acompañada de Ed y Daakka, los demás nos quedamos en una espaciosa sala común que ya estaba ocupada por un grupo de gente que nos observó desde el mismo momento en el que invadimos su espacio.

El lugar era amplio, con una intrincada arquitectura que seguro que Sarah, Ed y Daakka habían disfrutado. La decoración acompañaba en parte a la arquitectura, con unos sillones de tono granate y detalles dorados que hacían que pareciera la sala común de Gryffindor. O Roca Casterly. Por peligroso, más bien lo segundo, también estaba lleno de leones.

– [Diana]¿Y si me pusiera de parto ahora?[/Diana]- la palabra parto despertó mi mente pensante y la llevó de vuelta al mundo. Cuando el parto ya empieza a acercarse se empieza a vivir en un estado de alerta lobuna en la que estás dispuesto a echar a correr en cualquier momento. Diana nos miró con una sonrisa malvada.

– [MacLeod]No es la mejor compañía.[/MacLeod] – aseguré. En un vistazo rápido conté una veintena de personas descansando en esa sala. Viendo la televisión, leyendo, jugando a algún juego de mesa o simplemente charlando.

– [Dom]Fijo que tienen a un medico de esos completamente loco.-[/Dom] comentó Dominic siguiendo mi mirada. Los tres nos fijamos a la vez en la misma persona.

– [Diana]Creo que es ese que te mira[/Diana].- comentó Diana saludando con la mano. Claramente la discreción no era lo nuestro. Me fijé en él, que ahora nos observaba con más atención. Ojeras, una delgadez que no era habitual en él como dejaban ver algunos puntos de su piel, aspecto desaliñado y sin embargo, unos ojos determinados, quizá demasiado. Tenía el nombre en la punta de la lengua.

– [Bagheera]No os dejéis intimidar por ‘Faust’. Solo es un poco…creepy.[/Bagheera] – comentó el chico que nos había acompañado antes, acercándose con la chica rubia, ahora con un bebé de pocos meses en brazos.

Vi a Daniel observarle con recelo. No había tenido muy buena experiencia en el Palacio, pero tenía que darse cuenta que esa gente se había visto atacada por él sin conocerle de nada. Eso no sería fácil de arreglar por ninguna de las partes. Especialmente después de que una parte de ellos dejase a Sarah y a los nuestros cautivos en la Iniciativa.

– [Dom]Supongo que eres Bagheera. Rebecca me ha hablado de ti.-[/Dom] comentó Dom. No sabía si había entrecerrado los ojos al estrecharle la mano o había sido cosa mía.

– [Bagheera]¿Rebecca?[/Bagheera] – preguntó confuso. Parecía que no sabía de quién le estaba hablando y eso hizo que la mujer rubia, Petra, le dirigiese una mirada fulminante. – [Bagheera]No recuerdo a ninguna Rebecca.[/Bagheera] – añadió mirándola mientras encogía los hombros en una disculpa. Un tipo mujeriego quizá.

– [Petra]Rogue[/Petra].- sentenció la joven con una r marcada que dejaba claro que era de algún punto de Europa del Este. Rusia probablemente por lo que Sarah sabía.

Bagheera asintió y sonrió. – [Bagheera]Así sí. Espero que todo le vaya bien.[/Bagheera] – comentó sin dejar de mirar de reojo a su pareja.

– [Dom]Perfectamente.-[/Dom] replicó Dominic. No era un hombre de muchas palabras en determinadas ocasiones, pero a estas alturas que ya éramos familia le conocía lo suficiente como para saber que no le terminaba de gustar ese tipo.

Al mirar hacia Dom capté de nuevo la mirada de ‘Faust’ posada sobre nosotros. El nombre ya hacía encajar el resto de piezas. Era el cirujano y nigromante que había perdido a su mujer y había traspasado todos los límites para intentar traerla de vuelta. El hombre que compartía el secreto de Z, el intento de traer a su amada en el cuerpo de Sarah. Solo de pensarlo ponía los pelos de punta. Entendia por qué Daniel detestaba este lugar.

No quise llamar demasiado la atención de nuestros acompañantes fijándome demasiado en los demás y eso me impidió deducir quienes eran a partir de las notas de Daniel, Sarah, Rebecca, Ed y Daakka. Me giré hacia la zona en la que estábamos Diana, Daniel, Cara, Dom y yo, acompañados y vigilados por Bagheera y Petra.

Mientras la conversación circulaba por mis oídos fui recopilando las notas mentales. Bagheera era un feliántropo. Sarah y Rebecca coincidían en que parecía buena persona. Leal y carismático, eso se le notaba. Una parte de mí recelaba de él por ese carisma, observándole cuando se dirigía a Diana. Después caí en la cuenta de que podría ser porque yo era un hombre lobo y el un hombre pantera. Ahora, escribiendo este diario, vuelvo a pensar que era porque miraba a Diana. Intimar te vincula de una manera muy profunda a una persona, y en los últimos días Diana y yo nos habíamos vinculado mucho.

– [Daniel]¿Cuánto tiempo llevan?[/Daniel] – escuché a Daniel preguntándole a Diana mientras dejaban de lado el cruce de miradas de Bagheera y Dom que había evolucionado a una conversación menos tensa por algún comentario de Cara.

– [Diana]Lo suficiente como para haberse montado una orgía[/Diana].- bromeó mi preciosa pelirroja de piel brillante. Vi su sonrisa y el brillo en sus ojos y entendí perfectamente su intención. Diana tampoco estaba cómoda en ese lugar, especialmente tratándose de su hermana, pero aun así intentaba quitar hierro al asunto y animar a Daniel.

Pero para Daniel la tensión era demasiada y la fulminó con la mirada. No me avergüenza reconocerlo, a todo el mundo le pasaría, pero en ese momento, yo también le fulminé a él por miedo a que le dijese algo desagradable. Aunque le entendía, a los dos, pero el instinto de protección hacia Diana me hacía ponerme bastante serio. Y a veces, por mucho que conozcas a una persona, en una situación tensa, el miedo impera.

Diana respondió haciendo un círculo con dos dedos de una mano y pasando el índice de la otra por dentro mientras le miraba, aparentemente divertida. Esta vez Daniel se calmó y suspiró, cansado.

– [Daniel]Voy a dar una vuelta.[/Daniel] – dijo casi en un susurro mientras se alejaba. Vi a Diana seguirle con la mirada.

– [MacLeod]Estamos en la boca del lobo.[/MacLeod] – dije cogiéndole la mano y acariciándola con cariño. Si alguna vez habíamos tenido dudas de si encajábamos con este lugar, ahora estaba claro.

– [Diana]Sobre todo si os enfadáis por cada cosa que digo[/Diana].- replicó molesta. Daniel y ella tenían muy buena relación, por alguna razón, siempre había sido así. Quizá por eso estaba más dolida.

– [MacLeod]Supongo que Z despierta su modo huraño. Voy a decirle algo.[/MacLeod] – sugerí pasándole una mano por su suave mejilla.

– [Cara]No se hacen bromas sobre orgías con los novios de otra gente[/Cara].- intervino Cara mirando a Diana de cerca.- [Cara]Sobre todo, cuando ha habido besos entre varios de ellos[/Cara]. – añadió dejándome con las dudas por un instante, hasta que entendí que se refería a Ed y Daakka.

– [Diana]Tienen más química Daniel y Dom, que Z y Sarah, así que no me vengas con esas[/Diana].- le replicó ella. Aun así, me cogió el brazo y me detuvo.- [Diana]Voy contigo[/Diana]. – respondió. Sonreí y la cogí de la mano, mi orgullo, el amor de mi vida. No podía haber elegido mejor. Y pensar que podía haberla perdido. Compensaba convertirse tres veces al mes en un animal salvaje con tal de estar con ella.

Daniel estaba cerca de uno de los ventanales observando el bosque. Su vida le había hecho un poco hermitaño a veces, especialmente cuando tenía demasiadas preocupaciones. Al ver que nos acercábamos levantó la mirada y la dirigió a los dos, luego a la abultada barriga de Diana y después a ella, directamente a los ojos. Vi algo en los de Daniel y supe lo que le pasaba por la cabeza. Cuando pasó lo de Sarah se alejó de todos, no quería volver a caer en el error. – [Daniel]Lo siento Diana.[/Daniel] – dijo en cuanto estuvimos a su lado. – [Daniel]Es que ese tema me pone un poco…tenso.[/Daniel] – explicó sin dar demasiados detalles. No quería ponerme en su lugar, y menos desde que las Pruebas me habían hecho entender más de cerca al licántropo.

Diana se acercó a Daniel y le abrazó como pudo, con mi pequeña entre ellos.- [Diana]No pasa nada. Es lógico que tengas celos de un demonio que está liado con tu hermana, de otro al que no sabemos si se le levantará por lo viejo que es y de Ed, que a efectos prácticos es una Echolls[/Diana]. – se mofó Diana con su perenne sonrisa.

– [Daniel]Visto así todo mejora.[/Daniel] – respondió Daniel con un amago de sonrisa que no terminaba de arrancar pero demostraba sus intenciones.

– [MacLeod]No creo que ninguno estemos cómodos. En tu caso es peor, pero piensa que el de Sarah es peor que el tuyo.[/MacLeod] – intervine intentando que se pusiera en la piel de Sarah. Había pasado prácticamente dos meses en este lugar, acechada por Z que planeaba robarle su cuerpo. Volví a sentir un escalofrío.

– [Bagheera]Si queréis tomar algo, estáis en vuestra casa. Todos somos hermanos en esto.[/Bagheera] – nos ofreció cuando nos acercamos, pero creo que a ninguno nos apetecía ponernos cómodos allí.

– [Diana]¿Incluso vosotros?[/Diana]- intervino Diana aprovechando la oportunidad para señalar a Bagheera y Petra.

– [Bagheera]No, nosotros hermanos no.[/Bagheera] – respondió con una carcajada mientras hacía el gesto que Diana había hecho hacía un rato. Pensé que Petra le miraría mal pero esa vez no lo hizo.

– [Dom]Creo que se refería a si vosotros también estabais en el menú.-[/Dom] intervino Dom. Tardé un momento en procesarlo y después sonreí, intentando silenciar el rincón de mi cabeza en el que Diana y Petra estaban juntas en un espacio muy reducido.

– [Diana]Pobrecito mi Dom, que el sexo le ha frito las neuronas[/Diana].- replicó Diana poniéndose de puntillas para acariciarle el pelo. No podía culpar a Dom, era como si la cabeza se hubiese acostumbrado a pensar en eso durante dos días y ahora hubiera muchas cosas que se pudieran sacar de contexto.

– [Dom]Han sido tres días demasiado intensos, supongo que sabéis de lo que hablo.-[/Dom] admitió dirigiéndose a los otros dos. Dom no tenía problemas para hablar de su vida sexual. Tanto había bromeado Diana con ella que debía haberse acostumbrado.

– [Bagheera]Sí, hemos tenido «problemas» parecidos por aquí[/Bagheera] – aseguró Bagheera con una mirada pícara hacia Petra. Después su rostro se ensombreció. – [Bagheera]Aprovecharon para atacarnos.[/Bagheera] – añadió.

– [MacLeod]¿La Iniciativa?[/MacLeod] – pregunté pese a que sabía la respuesta. Miré hacia Petra que en ese momento estaba dando el biberón a su pequeña. Pensé en criar a mi niña con un peligro así, en estar tranquilo en un lugar al que llamo hogar y recibir un ataque así.

Bagheera asintió con gravedad.  – [Bagheera]Uno de esos tipos hizo desaparecer los pulmones de Moist.[/Bagheera] – explicó. Los nombres de los Adams Zero me resultaban más difíciles de recordar, pero los poderes no tanto. Chimiscekinesis, uno de ellos podía modificar la biología de cualquiera, hacer desaparecer su boca, sus pulmones. Era una forma horrible de morir.

– [Petra]Ya salen[/Petra].- nos avisó Petra. La conversación se detuvo ahí. Petra se acercó más a nosotros y vi caras de alivio entre todos.

– [Daniel]Ya era hora.[/Daniel] – admitió Daniel con un suspiro. Nos acercamos hasta la puerta y sentí unos ojos clavados en nosotros. Observé a la persona, si es que se le podía llamar así, que nos observaba. No podía ser otro, el Rey Negro. Sus ojos eran como el color de su facción, negros, no solo de color si no por lo vacíos y oscuros que se sentían. Era un monstruo.

El llanto del bebé de Petra me hizo volver la mirada. Al parecer no le había gustado mucho cuando Dom intentó acercarse a ella.

– [Diana]Qué éxito entre las nuevas generaciones[/Diana].- bromeó Diana riéndose.

– [Dom]Me veo llevando mangas largas hasta en verano.-[/Dom] admitió Dom con aire pensativo. Descubrir que vas a ser padre y nada menos que de gemelos es impactante. Pero tenía bastante tiempo para prepararse, Rebecca no estaba embarazada que se supiera, al menos todavía, después de lo de Easy…tenía pinta de haber un baby boom.

– [Diana]A lo mejor es por tu cara[/Diana].- le picó encogiéndose de hombros. En ese momento Sarah, Ed y Daakka entraron por la puerta acompañados del Rey Blanco.

– [MacLeod]¿Habéis averiguado algo?[/MacLeod] – les pregunté cuando nos acercamos lo suficiente para no ser blanco de muchos oídos.

– [Sarah]Lo hablamos fuera[/Sarah].- dijo sin más. Capté el mensaje, en ese lugar los oídos podían llegar muy lejos. Se giró hacia Bagheera y Petra y después de hacer una caricia a la pequeña les dijo.- [Sarah]Gracias[/Sarah].

– [Bagheera]Oye Sarah, no tenéis que ir solos en esto. Estamos en el mismo bando.[/Bagheera] – intervino Bagheera antes de que nos fuésemos. No se daba cuenta de que no todos pensaban igual dentro de ese lugar.

– [BlackMask]Las ratas no tienen bando, se limitan a vagar por las cloacas.[/BlackMask] – espetó el Rey Negro. Se había acercado sin que le viese y aunque todavía no estaba muy cerca, me puso en tensión no haberle escuchado.

Apenas tuve tiempo a reaccionar. Su respuesta hizo tensarse mi cuerpo pero me contuve. Cuando me di cuenta, Daniel ya se dirigía hacia él. Por suerte Dom le puso una mano en el hombro y le sujetó para evitar que continuase.

– [Sarah]Deberíamos irnos[/Sarah].- respondió Sarah manteniendo el control incluso ante un tipo como ese. – [Sarah]Estaremos en contacto, Carter[/Sarah].- añadió despidiéndose de Bagheera. Me resultaba gracioso que yo fuese el erudito para ellos y sin embargo era Sarah la que era capaz de recordar no solo sus apodos si no sus nombres.

– [Dom]No es el momento, ni el lugar.-[/Dom] le dijo Dom a Daniel tirando de él para acompañarnos a la salida mientras Daniel fulminaba al Rey Negro con la mirada.

No nos demoramos en más despedidas porque todos, del primero al último, estábamos deseando salir de allí. Fue fácil darse cuenta al ver que, cuando ya caminábamos por los pasillos, no solo Dom sujetaba a Daniel si no que Diana llevaba a Cara agarrada de la mano para evitar que fuese también contra ellos.

Pese a todo, a los enemigos que aparecían incluso debajo de las piedras, no podía dejar de ver las relaciones que siempre parecían seguir creciendo entre nosotros. Eso era lo que nos podría hacer ganarles a todos.