Mara| Calles de Moondale
NOCHE
Cuando Sarah y Diana volvieron del Palacio, estaba al borde de un ataque de nervios, entre otras cuestiones porque Lucy cargada de alfileres para ajustarme el vestido y Wing se empeñaba en que tenía que depilarme las ingles a la brasileña. Nunca en mi vida había tenido una cita y lo más parecido fue el día del ataque. Por suerte, me convencieron de que eso no era lo normal y de que a la mayoría de la gente no la atacaba un degenerado en mitad de la noche.
– [Mara]Mia, no…necesito cera caliente en mi pubis[/Mara].- dice cerrando las piernas sobre la cama de Diana, mientras ella movía el palito untado en la pringosa sustancia.- [Mara]No soy…peluda y…bueno, la fotodepilación hace milagros[/Mara].
– [Wing]¿En el pubis? Yo quiero depilarte el conejito[/Wing].- imitó a conejo dando saltos.- [/Wing]Si casi no duele y se te queda como el culito de un bebé[/Wing].- me rebatió ella con su habitual sonrisa. Removió la cera en el calentador y siguió observándome, esperando a que abriera las piernas.
– [Lucy]Enfiendo que no quiefas hacefte la cefa…ahí, pero necesito que vuelvas a probafte el veftido, porque pareces una monja con efe bajo[/Lucy].- intervino Lucy, que tenía los alfileres en la boca y temía que se atragantase en cualquier momento.
– [Diana]Y las cejas, cariño. Que el modelo Epi y Blas ya no se lleva[/Diana].- empezó a darme tirones con las pinzas en mis cejas, que no recordaba que estuvieran tan mal.
– [Sarah]Ánimo, que ya queda poco[/Sarah].- Sarah me esperaba con la plancha en la mano para hacerme ondas en el pelo y yo lo único que quería era ponerme unos vaqueros y un jersey calentito.
– [Cara]Elizabeth dice que donde hay pelo, hay alegría[/Cara]- apuntó Cara que estaba sentada en el suelo y nos miraba como si estuviéramos locas.
– [Rebecca]Por favor, no quiero detalles escabrosos sobre pelos ajenos[/Rebecca].- se quejó Rebecca, que permanecía ajena al salón de belleza que había formado a su alrededor, mientras escribía en su ordenador portátil. Seguramente, estuviera estudiando.
– [Diana]¿Queréis beber algo para reponer fuerzas?[/Diana]- nos preguntó Elizabeth asomando la cabeza por la puerta de la habitación, pero todas gritaron «no», prácticamente a la vez, por lo que tuve que rendirme, respirar hondo y dejar que hicieran su trabajo.
– [Sarah]Ya puedes abrir los ojos[/Sarah].- me dijo Sarah al oído y cuando me vi frente al espejo, me costó reconocerme.
– [Wing]Es igual que en el ‘Como nueva’, pero sin la estilista bizca[/Wing].- apuntó Mia totalmente emocionada.
– [Sarah]Eres la chica del vestido de flores[/Sarah].- Sarah me hizo una foto sin previo aviso.- [Sarah]Pareces la protagonista de una película[/Sarah].- asentí sonriendo al escucharla.
Mi reflejo parecía el de otra. La chica que había frente a mí tenía los ojos más grandes gracias al maquillaje suave, el pelo le caía en unas ondas suaves sobre los hombros, el vestido de flores y encaje, le quedaba como un guante y los zapatos de tacón, de color rojo, estilizaban sus piernas.- [Mara]Vaya, yo…[/Mara]- empecé a decir, completamente abrumada.
– [Diana]Estás para comerte[/Diana].- y la pelirroja me puso un bolso ridículamente pequeño (al parecer, se llamaba clutch) como último detalle.
– [Sarah]¿Segura de que quieres ir sola? No nos importa acompañarte[/Sarah]- me recordó Sarah mientras bajaba las escaleras de la casa.
– [Mara]Puedo…sola, gracias[/Mara].- y me puse el abrigo de paño a la vez que abría la puerta de la casa para marcharme.
Cuando se cerró y vi frente a mí el parque Bellamy, no pude evitar que una punzada de inseguridad se asentase en mi pecho. Cuando era un vampiro, no tenía miedo de nada, porque no había nada que perder. Pero en ese momento, ya no parecía tan buena idea haberle dicho a Vincent que nos veríamos en el restaurante.
A pesar de que era una noche bastante cálida para el mes del año en el que estábamos (quedan apenas unos días para Navidad), me sorprendió que el parque estuviera prácticamente vacío, así que una vez me adentré en él, comencé a caminar a paso ligero, a pesar de que los tacones no eran mis mejores aliados.
No había nadie en los bancos, ni parejas escondidas para besarse, ni niños y niñas rezagados que no quisieran irse a casa, ni siquiera personas paseando a sus perros. Era una noche extraña y estaba empezando a asustarme sin motivo.
Intenté calmarme, pero escuchar unos pasos detrás de mí no me ayudó. Me giré y vi una figura masculina que caminaba a pocos metros de distancia. Abrí el bolso y saqué el móvil para simular que iba a hablar por teléfono. Había algo en ese tipo que no me gustaba, quizás solo fuera porque empezaba a sentir cómo la ansiedad se apoderaba de mi cuerpo.
Miré nuevamente hacia atrás y vi que la gabardina había quedado atrás. Los ojos le brillaban en un azul antinatural y caminaba encorvado. Ni siquiera me lo pensé, decidí apretar el paso, al menos lo poco que me lo permitían los tacones.
La figura empezó a silbar. Al principio, era un sonido lejano, pero no tardó en estar a mi altura. Me agarró de la manga del abrigo y me obligó a girar.- [King]Será más divertido si empiezas a correr.[/King] – frente a mí estaba ‘King’, el híbrido licántropo y vampiro de la Iniciativa. Era un monstruo de una envergadura considerable, de apariencia demoníaca, como si hubiera salido de mis peores pesadillas.
– [Mara]¿Qué quieres de mí?[/Mara]- le pregunté, intentando parecer confiada y pulsé el botón de rellamada de mi móvil, esperando que el último número no fuera el de alguna compañía telefónica.
– [King]Unas cuantas cosas, pero no sé si me dejarán hacerlas todas.[/King] – me arrebató el móvil de las manos con sus enormes zarpas y lo estrelló contra el suelo.
Al verle hacer eso, empecé a temblar de forma violenta y le lancé el bolso, en un vano intento de hacerle daño. Al ver que lo único que había conseguido era enfadarle, eché a correr.- [King]Sabía que al final correrías.[/King] – dejó escapar una carcajada y no tuvo que hacer muchos esfuerzos para ponerse para ponerse delante de mí, por lo que tuve que frenar y en el esfuerzo, noté cómo el tobillo se me torcía.
Aullé de dolor y la bestia, me tendió la mano.- [King]Tranquila princesa, yo te ayudaré[/King].- apuntó con sorna y me levantó tirando de mis muñecas sin miramientos. Cuando estuve de pie, aguantándome con dificultad, las llevó a su nariz y aspiró mi olor.- [King]Hueles…a nuevo[/King].- noté cómo la tensión empezaba a bajarme por culpa de la torcedura y de los nervios. Si no me sentaba e intentaba tranquilizarme, acabaría mareándome.
– [Mara]Suéltame[/Mara].- le pedí intentando parecer fuerte. Miré a mi alrededor, buscando a alguien que pudiera ayudarme, pero no había nadie. Tenía tanto miedo…
– [King]Creo que mejor haré lo que me apetezca hacerte.[/King] – me soltó de las muñecas y, apretándome contra su monstruoso cuerpo, me puso de espaldas. Después apartó mi pelo y olió mi cuello. Conocía el ritual perfectamente y era incapaz de moverme, porque el tobillo me dolía tanto, que ni siquiera podía pensar. – [King]Con ese vestido de flores no he podido resistirme.[/King] – aseguró clavándome los colmillos en la vieja herida.
Sin poder controlarlo, empecé a llorar. Estaba tan débil y asustada, que no podía hacer nada más. Repté por el suelo intentando escaparme, pero él me sujetó por las piernas y empezó a romperme el vestido.- [Mara]Déjame ir…[/Mara]- le imploré, pero la única respuesta que recibí fue la de la tela rasgándose.
Noté frío en las piernas, en el trasero y en la espalda. Quise morirme en ese preciso instante para dejar de sufrir, pero ni siquiera el dolor hacía que llegase a desmayarme del todo. En la vida, nada sale como esperas.
A mi alrededor, una nube de oscuridad nos abrazó. Pensé que era la muerte, pero me equivocaba.- [King]Es mi presa, lárgate.[/King] – bramó a la nada. Estaba tan asustada que ni siquiera podía moverme para intentar taparme. Quise escuchar lo que le decía, pero debí desmayarme durante unas décimas de segundo.
Cuando me desperté, iba en brazos de alguien, que olía a humo.- [Mara]¿Vince?[/Mara]- pregunté casi sin fuerzas.
– [Frank]No, pero te llevaré con él.[/Frank] – y la oscuridad nos rodeó a los dos.
Lo único que deseaba era no despertar jamás y que Vince y Sarah pudieran perdonarme por haberles abandonado.
La chica del vestido de flores se había ido.
Be my friend
Hold me, wrap me up
Unfold me
I am small and needy
Warm me up
And breathe me
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