Diarios de Destino | Condado de Ripper
MAÑANA
El sol se alzó por encima de las copas de los árboles del Bosque de los Lobos, bañándo la fría y aséptica piedra del edificio de la Iniciativa, en cuyo interior la gente llevaba bastante tiempo despierta.
En la planta más alta, el General Preston lo observaba a través de unas ventanas que no dejaban ver el interior, moviendo su mano robótica mientras esbozaba una mueca.
Alguien llamó a la puerta y el General pulsó un botón para que se abriese, dejando pasar a la doctora Cooper.
– [Zoe]General, el sujeto King ha tenido éxito en su cometido[/Zoe].- explicó una vez se hubo cerrado la puerta. Esbozaba en sus labios una sonrisa pérfida. A quien estaba escuchando la conversación se le antojó una mujer perversa, la clase de doctora que da pesadillas. Pero a Preston no, ese rasgo de su personalidad le parecía útil.
– [Preston]No dudo que lo ha disfrutado.[/Preston] – aseguró refiriéndose al miembro de Adams Zero, King. Él y el resto de su equipo llevaban una semana atacando y desestabilizando a los enemigos con tácticas que el General no estaba seguro de aprobar por ser demasiado sutiles, pero que habían tenido éxito por el momento, consiguiendo eliminar unos cuantos parásitos de la gente del Director. Ahora parecía que no iban por mal camino con la Cazadora y sus monstruitos. – [Preston]¿La ha matado?[/Preston] – preguntó él sin parpadear.
– [Zoe]Podría decirse que sí[/Zoe].- replicó la otra. A quien escuchaba no se le pasó por alto que titubeaba, y seguramente al General tampoco.
Preston se acercó a ella y la alzó, sujetándola por el cuello con su mano robótica. – [Preston]Estamos en guerra. No hay tiempo para tonterías.[/Preston] – sentenció mirándola como a algo prescindible.
– [Zoe]Hemos perdido su rastro[/Zoe].- respondió tratando de no mirarle directamente a los ojos.
– [Preston]Ahora explícame cómo es posible que una muchacha indefensa escape de un monstruo como ese.[/Preston] – la retó el General, dejándola ir, pero reteniéndola con una mirada inquisitiva.
– [Zoe]F…Frank[/Zoe].- respondió la doctora con voz temblorosa, acompañando los movimientos de su cuerpo. Quien escuchaba aguzó su oído digital mientras buscaba la información disponible.
Frank. Alias: Frank Umbra, Penumbra. Afiliaciones conocidas: Adams Zero, Grupo de la Cazadora. Poderes: Teletransporte a través de una realidad demoníaca. Observaciones: Clon del original. Problemas en impronta.
– [Preston]Envía a Adams Zero. Que le rastreen y acaben con todos ahora que están centrados en su amiga moribunda.[/Preston] – espetó el General con una ira en la mirada que podría haber incendiado la sala. Después miró el reloj y guardó silencio.
– [Zoe]A sus órdenes, señor[/Zoe].- respondió la doctora al ver que por el momento se había librado. Salió de sala sin decir palabra y cuando abrió la puerta, se cruzó con una de las activos. Una atractiva pelirroja.
La miró extrañada, pero al ver que ella caminaba directamente hacia el apartamento del General, continuó su camino, con la puerta cerrándose a sus espaldas.
La muchacha cortó la conexión los sistemas y volvió a su ser. Se desperezó y dio un trago de su bebida energética, componiendo una mueca al notarla templada. Llevaba demasiado tiempo con la cabeza metida literalmente en los sistemas de vigilancia de la Iniciativa.
Cogió el teléfono y marcó la extensión del Director. La información que tenía que contarle le iba a interesar bastante.
UNOS MINUTOS MÁS TARDE
El Director observó a través de la ventana de su despacho mientras esperaba a que alguien respondiera al teléfono al otro lado. Finalmente, escuchó una voz cansada al otro lado que conocía bien.
– [Z]Sarah.[/Z] – saludó el Director.
– [Sarah]¿Cómo lo sabes y lo que es más importante, por qué me avisas? ¿Qué ganas con esto, Siegfried? Y no me mientas, porque no das puntada sin hilo[/Sarah].- sentenció sin un ápice de miedo en su voz. Z nunca había sentido demasiada consideración en aquellos que le temían. Se preguntó una vez más por qué era a esa chica a la que no podía tener como aliada, por qué la única forma de traer a su amada de vuelta significaba acabar con alguien como ella. No había espacio para esos pensamientos si quería a Beatrix. La respuesta estaba clara hacía mucho tiempo.
– [Z]Olvidas que soy el Director de los servicios de inteligencia de este país.[/Z] – le aseguró. No solo tenía a su disposición las capacidades de todos los potenciados que habían decidido seguirle y creían en su sueño, también tenía todo el poder que otorgaba su posición. – [Z]Mi interés no es otro que saldar la deuda que contraje cuando los míos te dejaron en la Iniciativa.[/Z] – afirmó, sin mentir totalmente. Era cierto que tenía una deuda con ella, pero también tenía otros intereses que aún no estaba dispuesto a desvelar. No quería que atacasen a Beatrix mientras aún se recuperaba en el interior de Sarah.
– [Sarah]Tendré que decidir yo con qué saldas esa deuda, ¿no?[/Sarah]- le retó. Z esbozó una sonrisa. Envidiaba la pasión de la juventud.
– [Z]Estamos en paz, Sarah. Suerte con tu amiga.[/Z] – le deseó de corazón segundos antes de cortar la comunicación.
Dejó el teléfono a un lado y observó el esbozo que había hecho de Beatrix, ajado por el tiempo que había pasado desde aquél momento. Su utopía no existía sin ella. No podía permitirse dudar. Lo sentía por Sarah, pero pronto Beatrix volvería a su lado.
Deja una respuesta
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.