Hiroshi Sato |Sede de los O.W.L.S.
MADRUGADA
La patada que le propino Dom a ese tipo había ocasionado un silencio por parte de todos, en concreto los atacantes que por unos instantes no parecían comprender lo sucedido o que hacer al mirarse entre ellos extrañados.
El que tenía aspecto de serpiente comenzó a correr hacia la puerta del “hotel” donde se encontraban dos jóvenes que no había visto nunca. Observe como Dom levantaba una mano con el puño cerrado, como dando una orden, y el joven con gafas y chaleco asintió nervioso, tras dar una palmada se arrodillo junto a un extraño símbolo que abarcaba todo la entrada, el símbolo se ilumino de un intenso color azul seguido de pequeños destellos como rayos, el suelo tembló ligeramente y un muro de un par de metros rodeo en circulo la entrada del hotel.
La joven oculta tras el recién aparecido muro junto al joven alzo sus manos y una fina capa de arena se arremolino alrededor de la muralla. El atacante que había intentado colarse corriendo golpeaba la muralla como si fuera a echarla abajo a puñetazos, la joven arremolino todo la arena en el atacante y como si hubiese recibido un puñetazo lo mando un par de metros hacia atrás.
Por el momento parecían apañárselas bien sin ayuda, no es que me estuviera escondiendo, estaba observando los movimientos de los atacantes, además probablemente ellos también tenían a alguien más oculto entre las sombras vigilando. Avise a Logan de que nos vendría bien su ayuda, pero llevaba unos días sin dar señales de vida, solo esperaba que hubiese recibido mis mensajes. Tal vez eran un escuadrón de avanzadilla o tal vez se movían como les daba la gana, el caso es que tras los que ya estaban aquí llegaron otros, ya eran todo un escuadrón en comparación con el grupo de Dom.
– [Adams]Denver y Henry, tirad ese muro abajo. Zero e Ida, cubrid la retaguardia.[/Adams] – Añadió uno de los que acababa de llegar, de aspecto joven y complexión atlética, daba la sensación de ser el cabecilla, aunque algunos no le prestaban atención e iban a su aire.
Zero e Ida, las dos mujeres a las que se había dirigido, no podían ser más opuestas entre ellas, una controlaba el fuego, la otra el hielo. Ambas retrocedieron para cubrir posibles escapes, pero conociendo a Dom no iba a dejar que se rindiese nadie.
Los tal Denver y Henry avanzaron hasta el muro solo para toparse con Bill, el cual los recibió en con su aspecto de demonio y a base de golpes con las cadenas que llevaba enroscadas en sus brazos comenzó a mantenerlos a raya. El que había dado la orden se puso delante de Dom y otro joven que llevaba una camisa de cuadros remangada, con el cual intercambio una mirada como si le estuviese desafiando.
-[Dom]Ten cuidado.-[/Dom] Añadió tras agarrar al joven por el brazo a lo que asintió. Según se acercaba al líder de los atacantes, el cual tenía una sonrisa de suficiencia en la cara, los brazos del joven se fueron recubriendo de acero hasta llegar a parte de su cuello, cara a cara ambos se enzarzaron en un intercambio de golpes.
El grupo de Dom estaba en clara desventaja, todos estaban peleando y el grupo de atacantes aun tenía gente a la clara esperar de atacar en el peor momento seguro. Me frote los ojos un segundo por si lo que estaba viendo era una ilusión del cansancio o si realmente un cuchillo flotante se estaba acercando por detrás a Dom.
Lance un kunai que impacto en el suelo haciendo parar el cuchillo, salte desde la rama que me encontraba y gire en el suelo tras aterrizar, era lo propio sino quería destrozarme las piernas con todo mi peso, a fin de cuentas solo soy humano, cosa que no podía decir del que portaba ese cuchillo, o el portador tenía poderes telequineticos como Dom, o era invisible, y ya me había enfrentado con anterioridad a rivales invisibles.
-[Dom] Ya era hora.-[/Dom] Añadió con una sonrisa cuando me puse a su altura y nos pusimos espalda con espalda para protegernos.- [Dom]¿Y el resto? Me alegro verte, pero nos doblan en número.[/Dom]
– [Hiro]Está en camino…-[/Hiro] O eso esperaba. Recogí el kunai del suelo y me centre en el cuchillo el cual se movía de un lado a otro, como si estuviera danzando o pasando de una mano invisible a otra. La invisibilidad, gran habilidad, pero de poco sirve si los objetos que cargas no desaparecen contigo, sin olvidar que el entorno que les rodea les puede perjudicar en contra. Escuche el crujir de las hojas secas y supe que se acercaba, aparte su cuchillo con un golpe de mi kunai y lance un ligero corte al aire manchando la punta de mi arma de rojo.
No esperaba para nada lo que ocurrió a continuación, era horrible, incluso sentí cierta pena por él, el tipo invisible se volvió tangible, carecía de cualquier tipo de piel, ligeras gotas de sangre cayeron al suelo del corte en su pecho y acto seguido huyo entre gritos, pero los gritos no eran por el corte el cual apenas era hondo, eran gritos de puro dolor.
– [King]Puedo oler al pajarillo luchando por convertirse.[/King] – Me gire para encontrarme a un tipo sonriendo enseñando los dientes. Existen ciertas personas a las que les resulta imposible ocultar su locura, esta parecía ser una de ellas. Sus ojos centellearon en un azul celeste intenso, daba la sensación de que sus dedos se habían alargado y unas afiladas garras salieron de sus dedos, tan afiladas como sus colmillos.
Junto a mi paso alguien corriendo hacia esa criatura, tarde unos segundos en ver que se trataba de Vincent el cual estaba lanzando cortes con sus armas. Dom corrió en su ayuda, iba a hacer lo mismo pero alguien se lanzo sobre mí por la espalda haciéndome caer de bruces contra el suelo. Note su peso en mi espalda, me giro como si de un muñeco de trapo me tratara y me encontré de frente con una mujer de vividos ojos verdes y manchas oscuras por su cara las cuales le conferían un aspecto de jaguar.
Levanto una brazo preparándose para lanzar un zarpado el cual me destrozaría si me daba de lleno, intente zafarme pero sus rodillas estaban posadas en mis manos. Su brazo descendió con rapidez y un fogonazo negro pasó por delante de mí. Me quede contemplando el cielo estrellado un momento, cuando gire la cabeza a un lado encontré una imponente pantera negra encima de la mujer que hasta hace un momento había estado a punto de matarme.
Me levante tambaleando, daba la impresión de que el suelo se movía, dude de mis facultades cuando vi un puñado de tipos exactamente con el mismo aspecto a mi alrededor.
– [Petra]Vais a ver poder de verdad, asesinos.[/Petra] – Añadió una mujer rubia de marcado acento que le hacía remarcar las erres, llevaba un vestido blanco que le confería cierto aspecto angelical. La mujer con las manos hacia delante estaba haciendo mover el suelo, por lo que no eran imaginaciones mías, los atacantes comenzaron a retroceder entre el movimiento del suelo, los golpes de arena y unos rayos de una recién aparecida tormenta.
Una sonrisa se perfilo en el líder de los atacantes, no lo comprendí hasta que vi hacia donde estaba mirando, un tipo con una máscara de gas y una piel grisácea como de ceniza. Tras quitarse la máscara de gas dejo ver varias costras por su cara, nadie parecía saber qué clase de poder tenía pero estábamos a punto de descubrirlo y no daba la sensación de ser nada bueno. El tipo cogió aire con fuerza y el aire que exhalo era de un color verde nada alentador. Era claramente nuestro final, hasta que él apareció. El aire verde se arremolino a su alrededor absorbiéndolo seguido de una ligera onda expansiva tras consumirlo todo.
– [Logan]¿Tienes más? Me he quedado con hambre.[/Logan] – Añadió Logan con una sonrisa de suficiencia. El suelo volvió a temblar partiendo la tierra en dos dejando a los dos bandos separados. El líder de los atacantes se llevo una mano al oído recibiendo instrucciones, tras una mirada de reproche se dio la vuelta junto con el resto de su escuadrón y se marcho por donde habían venido.
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