Mara| Apartamento de los Solo-Novak
Mañana
Los primeros rayos de sol del día se colaban por el ventanal de la terraza. Hipo se desperezaba en su cesta estirando sus patas delanteras , mientras intentaba, en vano, huir de la luz, como un recordatorio permanente de mi vida anterior. Idris estaba sentado en su trona esquivando el aguacate de las dos tostadas de pan integral que le había preparado para acompañar el biberón que más tarde se tomaría viendo los dibujos (esto no era negociable).
Ese día, como tenía clase a primera hora, había madrugado bastante para poder dejarle a Karen preparada la lista de cosas que tenía que hacer, entre ellas, ir a la compra y cuidar de Idris. En realidad, lo hacíamos más por ella que por nosotros, porque últimamente andaba bastante escasa de dinero, pero también nos venía bien, porque de pronto me encontraba con un marido que seguía durmiendo en el sofá para no incomodarme y un niño de dos años que, en cuanto te descuidabas, se ponía a saltar encima de lo primero que encontrase.
Supongo que es justo que explique lo del «marido». Al final, Los O.W.L.S. habían conseguido crearme una identidad nueva en base a la anterior y ahora era Mara Solo-Novak, la mujer del detective Vincent Solo. Y claro, como habíamos empezado la casa por el tejado y debíamos guardar las apariencias para que los de Inmigración no me deportaran a Ucrania (como si no llevara ya treinta años aquí), vivíamos juntos y actuábamos como una familia. Lo que suponía que ya no vivía en el apartamento de La Nave ni trabajaba en lo de Lorne.- [Mara]Idris, mira qué tostada tan rica te he preparado[/Mara].- le ofrecí la tostada sin forzarle a comerla, como habría hecho mi madre. No es que me quejara de sus métodos, pero las madres ucranianas de los 80 no tenían tanta paciencia como las de ahora.
– [Idris]No.[/Idris] – negó con la cabeza y se cruzó de brazos. – [Idris]Utela[/Idris].- dijo de forma tajante, lo que resultaba un tanto cómico viniendo de un moquete con un pijama de robots.
– [Mara]No hay Nutella en casa[/Mara].- mentí vilmente dándole un sorbo a mi café solo americano. En casa había Nutella y algunas noches, si estábamos muy hartos de fingir que éramos el matrimonio perfecto, que se había conocido en Tinder y había tenido un flechazo instantáneo después de magrearse en los baños de un pub (gracias, Karen), nos la comíamos a cucharadas con una copa de vino caro.
– [Idris]Sí hay[/Idris].- esbozó una sonrisa maligna.- [Idris]Papá come cuando duermo[/Idris].- estuve a punto de reírme, pero me llevé mi tostada de aguacate a la boca.
– [Mara]Eh…[/Mara]- intenté pensar con rapidez.- [Mara]Mira qué rico está el aguacate[/Mara].- saboreé la mía de manera exagerada. Me sorprendía cómo el aguacate había pasado de se de lo más barato a estar a precio de oro. Vincent decía que la culpa era de «Los Millenials» o de los hipsters, no me quedaba claro. Supongo que eran los mismos que estaban dispuestos a pagar siete dólares por un café.
– [Idris]Sí, rico. Come tú.[/Idris] – me tendió su tostada.
– [Mara]¿Y tú…qué vas a desayunar si mamá se lo come todo?[/Mara]- intenté no perder la paciencia mientras miraba la hora en el móvil.
– [Idris]Utela[/Idris] – me aguantó la mirada y recordé que había leído algo de «Los terribles dos años» o lo que es lo mismo «la aDOSlescencia».
Vincent acababa de salir de la ducha y olía…a…limpio.- [Mara]Vincent, te toca a ti[/Mara].- terminé el café y la tostada y fui a lavarme los dientes. Gracias a la Brújula Planar no era necesario que cogiese el transporte público, pero tampoco tenía todo el tiempo del mundo.
– [Vincent]Idris, para poder comer Nutella como papá, tienes que comerte antes esto y cuando seas mayor, podrás comer toda la que quieras.[/Vincent] . se encogió de hombros mientras se servía su café con leche.
– [Mara]No creo que eso sea muy pedagógico[/Mara].- murmuré con la boca llena de pasta de dientes mientras asomaba la cabeza por la puerta del baño.
– [Idris]¡Soy mayor![/Idris]- dijo de forma tante.- [Idris]Antes…upete[/Idris].- esbozó una sonrisa amplia y encantadora que supe que me traería problemas en el futuro.
– [Vincent]Este niño sabe demasiado.[/Vincent]- comentó Vicent comiéndose dos galletas rellenas de chocolate a toda velocidad, pero Idris lo vi y casi se atraganta.
– [Mara]Pero sigues tomando biberón[/Mara].- le recordé saliendo del baño y tendiéndole un vaso de agua a Vincent.
El niño frunció el ceño, pensativo. – [Idris]¿Si dejo biberón…tengo Utela?[/Idris]
Tomé aire y conté hasta diez.- [Mara]La Nutella no es buena. Si quieres, papá te hace un día Nutella casera, pero tienes que comer bien para merecerte ese premio[/Mara].- no estaba segura de estar haciendo lo correcto, pero no tenía mucho más tiempo.
– [Vincent]Hazlo por mamá Idris. Solo quiere lo mejor para ti.[/Vincent] – añadió Vincent.
Idris se lo pensó y empezó a mordisquear su tostada con algo de desgana, pero estaba comiendo.- [Mara]¿Te gusta el aguacate?[/Mara]- pregunté mientras calentaba la leche para el biberón.
Idris le dedicó una sonrisilla a su padre y dijo. – [Idris]Sí[/Idris].- seguramente, no fuera del todo verdad, pero tenía que conformarme con su esfuerzo.
Sonreí y Vincent se acercó a mí mientras comprobaba la temperatura de le leche en mi muñeca. Todavía estaba demasiado caliente.- [Vincent]¿Necesitas algo para cuando vuelvas?[/Vincent] – me preguntó.
– [Mara]Creo que no[/Mara].- hice una pausa.- [Mara]Tengo clase a las tres y media, así que me quedo a comer allí[/Mara].
– [Vincent]Nos vemos de noche entonces.[/Vincent] – me dedicó una sonrisa.- [Vincent]Han estrenado en Netflix una serie nueva. A lo mejor podemos verla[/Vincent].
— [Mara]A lo mejor, pero tengo que estudiar primero[/Mara].- respondí con timidez.- [Mara]Bueno, tengo que irme[/Mara].- cogí el bolso y la carpeta.
– [Vincent]Suerte. Te quier… Nos vemos luego.[/Vincent] -rectificó rápidamente.
Me hice la loca y le di un beso a Idris.— [Mara]Cuida de Hipo y de Karen[/Mara].- el pequeño asintió y Vincent lo llevó hasta el sofá para ver un capítulo de «La patrulla Canina».
Salí del apartamento en dirección al ascensor deseando que fuera por la tarde para volver.
¿Sería esa la sensación de tener un hogar?
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