Cara Elle – Bosque de los lobos
Tarde – Noche
Os voy a contar una cosa de las batallas que quizás os sorprenda: no molan. Las películas, las series y los libros las venden como si fuera inevitables, pero la mayoría de las veces, lo son. Si algo había aprendido de mi «infancia» con Elizabeth y Daakka, era el poder de hablar para solucionar las cosas.
Por ejemplo, alguna vez he querido pegarme con alguien por hablar en el cine o por colarse en el supermercado, pero no lo he hecho. Otras veces he querido matar y deshacerme del cadáver con disimulo por pegarle una patada a un perro, pero también me he aguantado. ¿Por qué? Porque Elizabeth no me dejaba. Porque no está bien. Pero ahora estábamos luchando y tenía que creerme que la balanza moral que te prohíbe hacerlo normalmente, dejaba de funcionar en momentos como ese.
Cada vez que mi arco áureo cargaba una flecha, me sentía culpable. Cada vez que Daakka utilizaba su poder, sabia que él también se sentía así, pero era matar o morir. Mi abuelo estaría orgulloso de mí y eso era lo que más asco me daba de aquella versión de mí misma recubierta de piel verde Ratator. Cada vez que pensaba en él, una chispa de odio recorría cada fibra de mi enser, porque aunque era la persona más importante de mi vida (sin él, no estaría viva), le odiaba por tantas cosas que una vez intenté escribir una lista y me acabé durmiendo encima de ella.
Hablando de dormir. No llevo la cuenta exacta de cuántas horas estuve luchando, espalda contra espalda, junto a Daakka. Sé que cambiamos de posición gracias a Keli porque Moondale corría el riesgo de convertirse en un agujero en la tierra y me aguanté las ganas de vomitar, porque si vomitas y luego no comes, te quedas con el doble de hambre (por eso Éowyn se comía su propio vómito).
El traje que nos había cosido Lucy era de lo más cómodo. Era casi como estar en pelotas, pero sin que se te vieran las tetas y sin que se te te metieran las bragas por la raja del culo. Solo esperaba que mi barriga estuviera bien protegida.
***
Unos días antes…
Nos habíamos mudado a la cabaña de Daniel hacía algunos días y aunque ya no había arañas, seguía quedando un poco de mugre, pero no tanta como para no poder convivir con ella. La mugre, al fin y al cabo, tampoco era tan molesta. No hacía ruido ni se comía lo que tenías en la nevera. Ese día, al llegar de trabajar en La Nave, Daakka me esperaba con una cena que había preparado. Se había esmerado tanto, que había puesto incluso un mantel en aquella mesa redonda que estaba frente a la chimenea.
El problema era que el olor que venía del horno no era de un animal que caminaba por la tierra. Esto me ha quedado un poco raro y os vais a pensar que comíamos alienígenas, pero me refiero a que olía a pescado al horno.-[Cara]Cara no come pescado. Cara no come cosas con escamas.[/Cara]— amenacé al entrar por la puerta mientras esquivaba los lametazos de Éowyn.
– [Daakka]Pero libros dicen que es bueno. No para vegano, pero Selardi quiere carne siempre.[/Daakka].- Daakka estaba en pelotas y con un delantal que le cubría las desvergüenzas. Hubiera sido gracioso si no lo hubiera dicho colocando la bandeja sobre la mesa. Al ver a aquel bicho encima de un lecho de patatas (¿POR QUÉ LE HACES ESO A LAS PATATAS?) contuve una arcada.
— [Cara]Cara Elle es carnívora, no pescadívora[/Cara].- maticé ante la horrible idea de tener que sortear un montón de espinas y escamas. Comer pescado era como comerme a Daakka. Dejé mi bolso encima de alguna parte y me senté en la mesa bastante ofendida.
– [Daakka]Daakka es Selarivo…Selardivolo….Serlardivo…a Daakka le gusta Selardi.[/Daakka].- a veces, cuando recuerdo esos momentos, pienso en cómo narices éramos capaces de entendernos, porque ninguno de los dos éramos un hacha en la lengua (bueno, la lengua la movíamos que-te-cagas).
— [Cara]Eso no tiene nada que ver[/Cara].— farfullé observando a Éowyn que se había sentado a mi lado esperando a que se me cayera todo del plato.
– [Daakka]Solo quería…halagar.[/Daakka] – masculló bastante triste. El pescado seguía en la mesa mirándome con su ojo blanco. Quise explicarle que no tenía ningún problema con los peces, porque había visto muchas veces ‘Buscando a Nemo’ y ‘Buscando a Dory’, pero el pescado para comer no tenía ningún sentido: no sabía a nada, tenía espinas, escamas y encima, olía como a…bueno, a coño podrido.
Me crucé de brazos y dejé de mirar al pescado y a Daaka. Éowyn lloró lastimeramente y estuve a punto de ir con ella caminando al McDonald’s más próximo. Tenía tanta hambre que me habría comido un plato de acelgas. Ese era mi nivel de desesperación.- [Cara]Echo de menos a Elizabeth. La ropa no se lava sola y a veces hay tanta que no se ve el cubo: ¿De qué sirve un cubo si no se ve? Encima hay que planchar, hacer la cena, limpiar…[/Cara]— vi que él se ponía en pie y se llevaba la bandeja a la cocina que estaba en la misma estancia que el salón.— [Cara]Cara Elle quiere ser pequeña otra vez[/Cara].— mascullé notando cómo casi estaba llorando. No sé si por Daaka, por el pescado o porque echaba de menos a Elizabeth. También me sentía culpable por no comerme lo que había preparado con tanto esmero a pesar de estar empezando una dieta vegetariana.- [Cara]Cara se come el pescado. Le da asco, pero se lo come porque lo ha hecho Daakka[/Cara].- concedí finalmente y vi que se le iluminaba la cara.
– [Daakka]Daakka hace. Selardi descansa. Pero con guerra Daakka no puede hacer.[/Daakka] – volvió a venir, esta vez algo más animado.
– [Cara]Pero si Daakka hace tanto, no da tiempo a otra cosas sexuales o divertidas. O divertidas y sexuales[/Cara].— cogí el pescado (sin cara) y esquivé las espinas para empezar a comerlo.
– [Daakka]Podemos hacer cosas divertidas y sexuales con cosas aburridas.[/Daakka] – Daakka cogió un poco de brócoli que se había cocinado junto a las patatas y al pescado.
— [Cara]¿Cuánta hambre cree Daakka que tendría la primera persona que se comió esa cosa?[/Cara]— miré aquel arbolito pequeño con pena. Eso no era para comer, sino para meterlo en una maceta.— [Cara]¿Sabe a árbol?[/Cara]
– [Daakka]Animales para Selardi, plantas para Daakka.[/Daakka] – sonrió.
— [Cara]No son animales[/Cara].— espeté molesta mientras le daba un poco de pescado a Éowyn y otro poco para mí.
– [Daakka]No. Pero…eh…Eowyn diferente.[/Daakka] – le ofreció un poco de brócoli a la perra, pero ni ella lo quería.
Volví a mirar el ojo blanco del pescado que se había quedado en la bandeja y observé a Éowyn. Claramente, no eran lo mismo, pero Daakka decía que eran animales y si eran animales, me estaba comiendo a amigos de Éowyn. Estaba vez, la arcada fue tan violenta que me levanté a toda prisa y vomité en el váter.- [Daakka]¡Selardi![/Daakka] – escuché de forma amortiguada. Notaba los oídos un poco taponados, pero no podía dejar de vomitar.
— [Cara]Cara seguramente se está muriendo[/Cara].- tenía la cabeza metida en el váter y notaba cómo estaba empezando a sudar en frío.
– [Daakka]¿Vamos médico? ¿Llamo Mara?[/Daakka]-preguntó acariciándome la cabeza. Éowyn no estaba allí, porque seguramente se estuviera comiendo el pescado. «Maldita traidora», pensé.
— [Cara]Me encuentro mal[/Cara].- susurré. Cada vez me costaba más hablar a mi manera.—[Cara]Creo que me estoy mareando[/Cara].- anuncié antes de quedarme inconsciente.
Cuando me desperté habían pasado unas horas, porque era completamente de noche y estaba encima de la cama. Me fijé también en que Éowyn roncaba a mi lado.- [Cara]¿Cara Elle se ha muerto y está en el cielo?[/Cara]- pregunté por si las moscas, pero al ver que Daakka estaba sin delantal y con ordenador portátil, supe que me había estado diagnosticando en Google.
– [Daakka]Espera.[/Daakka] – me dijo pensativo mientras leía. Después, dejó el portátil encima de la cama y se sentó a mi lado.- [Daakka]Selardi…nosotros…Selardi puede estar embarazada.[/Daakka]- le brillaron un poco los ojos y creedme, es raro ver a un demonio con los ojos brillantes.
— [Cara]Para estar embarazada tienes que tener el ciclo mensual y Cara no lo tiene hace unos meses[/Cara].— solté una carcajada.
– [Daakka]Entonces Selardi está embarazada. Pero he comprado palito…bueno…Sarah ha traído palito.[/Daakka] – Daakka le había pedido a Sarah que fuera a una farmacia de guardia a por una prueba de embarazo. A lo mejor tenía que matarlo.
— [Cara]¿Cuánto tiempo he estado inconsciente?[/Cara]— fruncí el ceño.
– [Daakka]Pocos minutos. Luego balbuceo y Cara pide dormir.[/Daakka] – fue a la cocina y trajo una bolsa con una cajita pequeña alargada. Ahí debía estar el palo adivinador.
— [Cara]Cara no mea en palos[/Cara].— lo aparté de malos modos.
– [Daakka]Pero palo dice con ciencia si Selardi va a tener bebés.[/Daakka] – insistió sacándolo de la caja y enseñándomelo. Encima era rosa como mi pelo. Ese palo sabía demasiado y me estaba haciendo la pelota.
— [Cara]No[/Cara].— volví a empujar el palo.— [Cara]Cara no mea en palos, ni va al médico, ni le rajan para tener bebés. Cara hace lo que le da la gana y punto.[/Cara]
– [Daakka]Selardi…será buena madre. Bebés orgullosos.[/Daakka] – me pasó una mano por la espalda y en ese momento estaba tan enfadada con él que casi hubiera preferido que me mirase con la cara fea de Duke.
Noté una opresión en el pecho y sin querer, me puse a llorar.- [Cara]No[/Cara].— me limpié los mocos y las lágrimas con la mano.— [Cara]Si mea en el palo y va al médico…[/Cara]— me quedé callada. Los embarazos en mi familia no eran nada bueno. Mi abuelo se había encargado de decírmelo durante años.
– [Daakka]Selardi más fuerte que Daakka. Si Daakka embarazado, Daakka gritar. Pero Selardi puede. Y Daakka ayuda.[/Daakka]- él pensaba que tenía miedo del parto, pero parir es cagar bebés. Lo que me daba miedo no era tenerlo en la barriga, ni cagarlo. Lo que me daba miedo era que vinieran a por él (o ella) por ser medio demonio y medio aesir. Mis bebés eran demasiado especiales y no lo decía por amor de madre, porque no sabía qué era eso.- [Daakka]Selardi protege y Daakka protege también.[/Daakka] – me animó. Mi madre era una bruja y mi padre, un aesir y ahí estaban, muertos. Y yo también estaría muerta si no hubiera sido por mi abuelo.
— [Cara]Daakka mea en el palo[/Cara].— le propuse con una sonrisa.
– [Daakka]Selardi.[/Daakka].- negó con la cabeza serio.
— [Cara]Daakka[/Cara].— enarqué una ceja y él se acabó riendo.
– [Daakka]Si Selardi no quiere, no hace falta.[/Daakka] – guardó el palo rosa otra vez en la caja.
-[Cara]Si Daakka y Cara no se mueren en la guerra, mean cada uno en un palo[/Cara].- le puse una mano encima de la suya.
– [Daakka]Vale.[/Daakka] – afirmó. – [Daakka]Selardi tiene comida japonesa. Sarah ha traído[/Daakka].- anunció con una sonrisa.
***
De vuelta a la batalla…
No sé cuántas flechas le había lanzado a aquella mole, Wall. El tío seguía ahí, irrompible. Como si de verdad fuera un muro y le hubiesen puesto el nombre bien, porque Batman se llamaba Batman y de murciélago solo tenía las alas de pega que llevaba. Tenía ganas de hacer caca, sed y hambre. O a lo mejor lo único que me apetecía era dormir.
Me sequé el sudor de la frente y cargué otra flecha más. Wall estaba lo bastante lejos como para no poder alcanzarme, pero lo bastante cerca como para que no pudiera dejar de atacarle.- [Cara]Daakka…no me encuentro bien[/Cara].- admití cuando noté que empezaba a sudar en frío.
Las fuerzas me estaban fallando y no aguantaría mucho más. Al oírme, él salió de su posición y fue hasta Wall. No necesitó más que una descarga para dejarlo inconsciente. A veces, la brújula moral de Daakka era una mierda, porque acabaríamos mucho antes si fuera malo.-[Daakka]Kar na ke shokash[/Daakka] – espetó cuando el tío cayó al suelo como si le hubieran quitado las pilas.
Dejé caer el arco y noté cómo me zumbaban los oídos.- [Cara]O coges a Cara Elle o…[/Cara]- anuncié antes de caer yo también como si fuera un muñeco de trapo.
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