IDRIS SOLO-NOVAK
CASA DE ED Y LUCY
Bueno, como parece que está de moda y al final todo el mundo ha empezado con el diario, voy a empezar yo también. No sé muy bien desde donde tengo que empezar a contar, pero como mi madre siempre dice, hay que ser educados, así que voy a presentarme en condiciones.
Me llamo Idris Solo-Novak, soy hijo de Vincent Solo y Mara Novak – bueno mezclaron sus apellidos y eso cuando mamá resucitó pero eso seguro que ya os lo han contado ellos – y hermano de Mike Solo-Novak. Soy medio elfo oscuro, que parece un concepto un poco racista por aquello de que mi piel humana también es oscura, pero no me ofendo porque mi madre siempre me ha enseñado a estar orgulloso de quien soy. Dicho esto, prefiero ‘Elfo de la noche‘ o ‘Elfo de la luna‘, quedan mejor y a la hora de ligar seguro que se nota.
Mi padre es humano, más o menos, y mi madre una licántropa ex vampiresa – en mi familia no nos aburrimos, siempre tenemos anécdotas para el coche: «Eh, ¿te acuerdas de cuando era una vampiresa? Qué días más perros.» ¿Lo pilláis? ¿Eh? Por lo de que ahora es una licántropa. – así que diréis, ¿de dónde saca lo del elfo de la luna. Bueno, mis padres son mis padres adoptivos, me acogieron cuando mis padres biológicos fueron asesinados antes de la Guerra de Moondale. Mi padre se llamaba Abel Moreau y era El Consejero de Z, el tipo ese que la lió gorda. De mi madre sé menos, porque no la conocía nadie del círculo de Z. La tía Sarah se encargó de comunicarse con gente de la isla para preguntar y me contó que ella era la elfa de la luna y que mi padre confiaba en el sueño de Z por conseguir un sitio seguro para ambos, porque a ella la habían perseguido toda su vida.
No suelo contárselo a mamá ni a papá, pero recuerdo más al asesino que a ellos. A veces sueño que corro mientras una sombra me persigue, cubriendo cada vez más espacio, hasta que me despierto sobresaltado. Sé que era el Rey Negro, por eso nunca he querido ir a la Isla para saber más de mis padres, no quiero saber nada de la gente que confió en su asesino.
Seguro que os parece que soy muy sincero, contando así todo esto. Mi padre no puede mentir, por mucho que lo intente, es imposible, por una cosa que le hicieron cuando nació, en su mundo – ya os dije que teníamos muchas conversaciones para el coche – y cuando se ponía nervioso empezaba a decir todo lo que se le pasara por la cabeza, así que al final yo había acabado acostumbrándome a decir la verdad. Bueno, alguna vez la decía un poco a medias porque mamá siempre decía que le había salido un poco rebelde. Para calmado ya estaba Mike, yo le añadía un poco de especia a nuestra vida. Vale, sí, hay algo que no os he contado, mamá me está ayudando a escribir, quería parecer culto.
Me acuerdo de cuando nació Mike, todo el mundo estaba nervioso y me observaba, sobre todo cuando me lo enseñaron por primera vez. Tengo recuerdos tenues, pero sé por las fotos que alguien había llorado y todo cuando lo cogí en brazos y le sonreí. En aquél momento no tenía ni idea, claro, pero ahora sí sabía por qué. Todo el mundo tenía miedo de que por ser adoptado tendría miedo de que Mike me quitase el sitio o lo quisieran más. La verdad es que sería dramatizar decir que alguna vez lo pensé, para mí la llegada de Mike fue una alegría, tenía un hermano, un amigo con el que jugar. Nos habíamos peleado alguna vez por la consola, pero por norma general me gustaba ser el hermano mayor guay de Mike que cuidaba de él. También me hacía sentir especial el orgullo que tenía mamá cuando me veía con él. Bueno y la verdad es que Mike era un hermano menor de lujo, así que lo hacía más fácil.
Tampoco os penséis que todo es fácil, que a mí me de igual salir de mamá no quiere decir que a los otros niños no. Por desgracia había niños que me miraban diferente por mi piel y niños que se burlaban de ser adoptado, porque yo nunca me había avergonzado. Pero al final, aunque algún día terminase afectado, aprendí a ser como soy ahora y a reírme de lo seria que era la vida a veces. Al final la familia la eliges, igual que todo, y la sangre dice poco o nada. Lo que cuenta son las cosas que compartimos y que estén ahí cuando los necesitas. Para mí habían estado ahí desde el momento en el que me conocieron y ese amor vale más que mil litros de sangre. Por cierto, mamá no llora a menudo pero creo que ahora lo está haciendo.
Bueno, pues eso, ése soy yo. Qué más, a ver. Vivo en Louna, pero acompaño muchas veces a mis padres a Moondale cuando van a ver a sus amigos o cuando mamá tiene que ir a hacer algo a la Escuela Legado. Así aprovecho para ver a los demás, que también son diferentes y me caen bastante bien. Vale, y hay chicas guapas, bueno y chicos, soy un hombrecito libre y adolescente, ¿qué esperáis?
Este día ha estado bastante bien, ha sido toda una aventura cambiar de cuerpo con mi madre. La pena es que no conseguí ligar con nadie. Mamá deja de mirarme mal, es raro verme frunciendo el ceño. No tengo la culpa de que el mundo esté lleno de gente guapa.
No sé qué más contaros. A ver, ah sí, tengo un poder, puedo congelar cosas, lo descubrí hace poco pero hizo que el último verano fuese la caña. De mayor me gustaría ser como los Moondies y luchar contra los malos para salvar el día. Si consigo que el tío Daniel me regale dos katanas sería como Drizzt Do’Urden, solo me faltaría tener una pantera negra de compañero. Mi madre era una loba de color negro así que estaba cerca. Además, me llamaba Idris, la gente podría llamarme Drizz fácilmente. Tenía que empezar a convencerlos, luego tendría que convencer a Daniel de que me hiciera las katanas, sería más fácil que convencerlo de casarme con su hija. Era una suerte contar con mi carisma natural.
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