Jane – Cafetería
Mañana
Tenía tantas ganas de ir a clase de Cálculo como de que me sacaran los ojos con una cucharilla de café, así que cuando me levanté y vi que mi padre había dejado el sofá con las sábanas sin guardar y las persianas bajadas, pensé que tener que recoger la casa era una excusa tan buena como cualquier otra. No tardé mucho en dejarlo todo como los chorros del oro, porque algo bueno tenía que tener vivir los fines de semana en el diminuto apartamento de tu padre, que ahora dedicaba su vida a creer que tenía veinte años y a irse de caza por las noches con Sasha, la tercera rueda de los padres de Ellie. No sería yo la que juzgase aquel despropósito amoroso y sexual que debían tener, porque al menos sus hijos (una de ellos) no eran el maldito desastre emocional que éramos los Williams, pero vamos, que lo de intimar a tres bandas no era lo mío. Ahora que lo pienso, ni a tres bandas ni a ninguna, porque tenía la misma tara que mi madre y como no contratase a alguno que le fuese el sado, la llevaba bien clarita.
Después de desayunar, preparé la maleta con la ropa de la semana y me aseguré de haber colocado todos los post-its posibles para que hiciera lo que tenía que hacer y no se alimentase a base de cerveza y pizzas congeladas, porque por mucho que lo creyera, no tenía veinte años. Además, coloqué el suavizante y las cápsulas de la lavadora lo suficientemente cerca de la misma para que tuviera la tentación de usar Fairy para lavar las camisas.
Una vez hecho esto, busqué en el móvil la aplicación de llamada y al poco, vi la cara de mi padre al otro lado de la magullada pantalla.- [Jane]Papi, te he dejado los tuppers señalados, así que no te los comas el primer día[/Jane].- empecé diciendo de carrerilla.- [Jane]Y he pensado tirar una foto que hay en el salón en la que sale mamá, pero quería saber qué te parecía antes de hacerlo[/Jane].- la foto estaba en un marco colocada en el mueble del salón. En ella salían los dos mucho más jóvenes de lo que nunca les había visto y también más felices.
– [Dom]No, las fotos no se tiran[/Dom].- lo dijo en un tono áspero que no me gustó ni un pelo, pero rectificó pronto.- [Dom]Además, me recuerda a otra época[/Dom].- cuando mi padre tomaba un ron con cola más de la cuenta, le daba por hablar de mi madre: «¿te he contado alguna vez el día de nuestra boda? Estaba embarazada de ti y de tu hermano. Decía que parecía una foca, pero era lo más bonito que había visto en mi vida.»
– [Jane]Pues deberías vivir en esta[/Jane].- solté un poco hasta el moño de que fuera incapaz de superar su separación.
– [Dom]¿Que más da una que otra?[/Dom].- esquivó la bala de mala manera.- [Dom]Peor sería en los 80[/Dom].- «por supuesto papá, escurre el bulto».
– [Jane]Te dejo, antiguo, que me voy a clase[/Jane].- mentí. No tenía pensado ir a clase.
– [Dom]A por ellos, tigre[/Dom].- me animó.-[Dom]No se qué sería de mí sin ti, la verdad[/Dom].
En cuanto colgué, cogí la maleta y me dirigí a la puerta. Había dormido tan mal, que lo único que quería era volver a meterme en la cama, pero la culpa la tenían mis propios remordimientos y lo que me dolía no hablarme con…Owen. Ya está, por fin lo estaba reconociendo. Me había auto convencido durante años de que estaba mejor sin él, pero la verdad es que me sentía como si me faltase algo y ya no podía soportarlo más.
Ni siquiera pensé, simplemente dejé que mis pies siguieran el camino que había hasta la casa de mi madre, que era donde vivían mis dos hermanos, pero lo que esperaba era encontrármelo por la calle. Llevaba las gafas de sol, aunque estaba nublado y se había puesto unos vaqueros y una camiseta blanca que decía «Confía en la fuerza si estás estreñido».- [Owen]JJ, iba de camino a verte[/Owen].- dijo a modo de saludo y noté cómo empezaba a ponerme nerviosa. Por mucho que a veces me hubiese empeñado en odiarle, Owen era, con toda seguridad, la persona más importante de mi vida. Y sí, es una mierda que esa persona sea tu hermano, pero yo hice las reglas cuando el destino quiso que fuéramos mellizos.
– [Jane]¿Ah, sí?[/Jane]- pregunté parándome en seco y me dio rabia no tener ni la mitad de estilo que él, porque con aquella falda vaquera de bajo deshilachado y camiseta marinera de rayas, parecía que acababa de salir del «Proyecto hombre».- [Jane]Yo iba a tu casa a por unos libros[/Jane].- mentí.
– [Owen]También es tu casa, puedes volver cuando quieras[/Owen].- sabía, por la forma en la que lo decía, que le había molestado un poco que me refiriera a la casa de nuestra madre como «su casa».
– [Jane]Papá me necesita más que vosotros[/Jane].- miré a mi alrededor y vi una cafetería tipo Starbucks no muy lejos. Cuando digo tipo «Starbucks» quiero decir «con cafés pijos y caros», pocas sillas y mucha gente mirando sus InfinityBand: el sitio ideal para hablar y que al resto del mundo le importe un carajo de lo qué.- [Jane]¿Quieres…que nos sentemos a tomar algo?[/Jane]- sujeté el bolso y el asa de la maleta naranja con fuerza.
– [Owen]Sí, me encantaría[/Owen].- miró la maleta y me pidió que se la tendiera, pero negué con la cabeza. Mientras lo hacía, no podía parar de pensar en esos rumores que decían que se había quedado fuera del equipo durante una temporada porque le había partido la cara a uno que se había metido conmigo.
Nos sentamos en unas sillas de la terraza, que en ese momento solo estaba ocupada por gente de los locales cercanos que había salido a desayunar aprovechando que aún no llovía y nos miramos sin saber muy bien qué decir. Por suerte, la camarera, que era una chica afroamericana bastante guapa, llegó a tomar nota.- [i]Hola chicos, ¿qué vais a tomar?[/i]- preguntó con una sonrisa en la cara.- [i]Owen, qué bien te veo[/i].- era un poco raro ver cómo intentaban ligar con mi hermano, pero ya estaba acostumbrada a vivir a la sombra de él.
– [b]Un frapuccino de chocolate y sin café[/b].- dijimos a la vez, en cuanto él le respondió con unas cuantas frases de su libro de ligoteo particular.
– [Owen]Veo que sigue siendo tu favorito[/Owen].- sonrió quitándose las gafas.
Asentí pensativa y dejé que el silencio nos rodeara hasta que llegaron los cafés, que él insistió en pagar y yo me negué, así que cada uno pagó lo suyo.- [Jane]Hay algo que me impide que me siga callando[/Jane].- tomé aire cuando la camarera estaba lo bastante lejos.- [Jane]Tú no tienes la culpa de haber nacido con un poder en lugar de con una mierda como Elliot y como yo. Tampoco es tu culpa que tu carácter te haga tomarte las cosas a broma mientras que yo me amargo…[/Jane]- me quedé callada y vi que la espuma de su frapuccino era más bonita que la del mío. Siempre pasaba así, porque yo era el equivalente humano al segundo poder del Rey Midas: todo lo que tocaba lo convertía en mierda.- [Jane]Xander se quedó a tu lado porque eres el mejor de los dos y no pasa nada[/Jane].- me obligué a no mirarle a la cara.- [Jane]Mamá te prefiere a ti, Elliot también…[/Jane]- me di cuenta de que estaba llorando por las lágrimas empezaron a caer sobre la mesa, pero estaba tan acostumbrada a hacerlo, que salían solas.- [Jane]Todo el mundo te quiere y…[/Jane].- no fui capaz de seguir. Me sentía ridícula montando un numerito en aquella terraza, pero no podía parar.
– [Owen]Y sin embargo, la persona más importante para mí no me quiere[/Owen].- le miré.-[Owen]Y sabes que no es cierto, mamá y Elliot te quieren. Y Xander nunca te dejo de lado, siempre ha estado hay aunque nunca lo has visto. [/Owen]
– [Jane]Trolero…[/Jane]- le reñí secándome las lágrimas con la palma de la mano.
– [Owen]No, sabes que es verdad. Tienes esa imagen de mí…de despreocupado[/Owen].- quise decirle que era él el que se esforzaba por vender esa imagen, pero dejé que hablara.- [Owen]Podía parecer que no pero me preocupaba por ti[/Owen].- estaba fuera del equipo de fútbol temporalmente por haberle cruzado la cara a uno que había dicho algo de mí en los vestuarios y eso era de dominio público.
– [Jane]Siento haber sido la peor hermana de la historia[/Jane].- el peso que llevaba en mi corazón (uno de ellos) pareció hacerse más ligero.
– [Owen]Siento ser un desastre de hermano[/Owen].- mi mano avanzó por la mesa y él puso la suya sobre ella. Eso, que para cualquier persona habría sido el acto más soso de la historia, para los Williams equivalía a trece abrazos y siete besos en la mejilla, pero de los de abuela. En un libro, habríamos añadido, asimismo, un par de «te quiero», pero en la vida real, nadie le decía eso a su hermano, al menos, en mi familia.
Después del arrebato de amor fraternal, nos quedamos en silencio, bebiendo nuestros fapuccinos mientras actualizábamos los juegos de Infinity que en ese momento nos tenían ocupados. Nos habíamos echado mucho de menos, pero Zamora no se construyó en una hora.- [Jane]¿Has superado ya lo de Kaylee?[/Jane]- solté cuando me cansé de darles de comer a las vacas de mi granja. Había pasado bastantes años sin hablarle, pero estaba segura de que seguía enamorado de la mediana de las MacLeod, la peor de todas a mis ojos, porque era pedante, tenía un tono de voz de lo más molesto y encima, se creía con derecho a caminar por encima de la espalda de cualquiera por el mero hecho de existir.
– [Owen]Eso creo…[/Owen]- ocultó su cara detrás del vaso vacío de frapuccino. Al verle hacer eso, no tuve más remedio que reírme.-[Jane]Algún día se te pasará[/Jane].- Owen se merecía a una persona que le quisiera de verdad. Y sí, el uso de «persona» ha sido consciente.- [Jane]A lo mejor cuando estés bajo tierra[/Jane].
Vi que me miraba como si quisiera decir algo, pero no se atreviera, por lo que le hice una seña para que soltara lo que tuviera dentro.- [Owen]Deberías hablar con Xander, porque también se siente mal por todo lo ocurrido. Se vio envuelto en medio de una guerra Williams y no supo ser Suiza[/Owen].- lo que para mi hermano era «no saber ser Suiza», para mí era haberme dejado sola en la peor etapa de mi vida.
Evité enfadarme y conté hasta cuarenta (tres veces).- [Jane]Lo de Alexander es otro tema[/Jane].- espeté de malas formas y luego rectifiqué un poco, porque no estaba la relación como para volver a cargársela.- [Jane]No le importaré tanto cuando está con Tina[/Jane].- solté pensando en todas las veces que les había visto meterse mano en cualquier esquina. Que no es que me molestase, porque a mí ese tío ni fu ni fa, pero podían cortarse un poco, porque Tira era más tonta que las piedras y tenía la nariz que parecía la cerdita Peggy. Pero vamos, que me daba igual del todo, porque Alexander solo te podía gustar si te iba la música de Ed Sheeran y que te mirasen como se te fueran a entregar el corazón envuelto en papel celofán. Lo dicho, 100% igual. Vamos, por mí como si se lo montaban en cualquier momento. Que se lo monten ahora mismo, aquí en mi diario, que me importa tres cojones. – [Jane]Cambia de tema, por favor[/Jane]
Como si estuviera programado para obedecer a mis órdenes, mi hermano hizo lo que le había dicho.-[Owen]¿Sabes que esta canción habla de nosotros?[/Owen].- se su InfinityBand empezó a salir la melodía de una balada.- [Owen]Fui la musa de un músico[/Owen].- comentó con orgullo.
Era una canción que hablaba de dos hermanos que estaban distanciados. El cantante, que parecía Leo Arkkan, cantaba con una voz rasgada que ponía los pelos de punta.- [Jane]Que te dé el 50% de los beneficios[/Jane].- sonreí cuando terminó.
– [Owen]Una demanda y lo arruinamos.[/Owen]- propuso mi hermano y me eché a reír.
Pedimos un frapuccino más y seguimos hablando. Dicen que el tiempo perdido no se recupera, pero teníamos que intentarlo.
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