Moondale

SUMERGIDO EN LA OSCURIDAD

DANTE VILLIERS

NOCHE – TALLER

El taller estaba vacío, silente salvo por el ruido de mis manos y mis herramientas bajo el Shelby del ’67. Me encantaba ese coche, quizá porque era muy parecido al Mustang Fastback del mismo año de Daniel, y debería estar disfrutando al arreglarlo para un cliente que no se preocupaba por el grueso de la factura ni por el tiempo, pero en lugar de eso estaba siendo torturado por el maldito ruido de las agujas del reloj.

Salí de debajo y me limpié las manos en un trapo. Miré el reloj y fruncí el ceño. Ya habían pasado más de cuatro horas para lo que en teoría iba a ser entrar y salir rápidamente.

Suspiré. En teoría yo me había quedado en la retaguardia para asegurarnos de que había un plan para que pudieran salir. La realidad es que esa era la excusa que el propio Xander me había dado, a sabiendas de que no me interesaba meterme en una situación así por gente a la que no conocía de nada.

Pero ahora los que estaban dentro me importaban y mucho, eran de la poca familia que me quedaba, y no podía permitirme el lujo de quedarme allí y dejar que se me escaparan de entre las manos como mi madre.

De pronto me vi allí, al lado de aquél coche, mientras los demás corrían peligro, y me pareció absurdo. Al principio no había querido ir porque una parte de mí disfrutaba de la adrenalina de una lucha así, pero la rehuía para no ser como él. Y al final estaba haciendo algo más propio de él todavía, que era mirar sólo para mí. Pensarlo me dio un escalofrío.

Empecé a darle vueltas. No podía sacarles de allí yo solo si ellos no había conseguido hacerlo, y no era un genio de la estrategia, así que necesitaba ayuda. Mi cabeza asoció enseguida genio con ayuda y pensó en Kaylee, el problema es que Noah se la había llevado a Escocia y no tenía tiempo para vuelos.

Respiré profundamente e intenté calmarme. No, en realidad le pegué una patada a un cubo de metal que quedó tirado en el suelo a unos metros. Tenía medios para ir a por Kaylee, pero no quería usarlos, en mi vida había querido.

Era mi secreto mejor guardado. En el exterior, me importaba todo más bien poco, hacía gala del orgullo de mis alas siempre que podía y no ocultaba mi atracción por las personas para aprovechar la vida. La verdad era que llevaba mucho tiempo guardando un secreto que no sabían ni siquiera los Echolls, un secreto que solo conocía mi hermano Cole, porque fue el que me encontró.

Fue un día, poco después de empezar la pubertad, en parte eso tuvo mucho que ver. Estaba en el supermercado de la esquina, cerca de casa. Había ido a comprarme un refresco pero me quedé mirando la sección de revistas X. Pensé que nadie me veía y me escondí una. No es que me diera vergüenza que me pillasen en casa con una revista porno, mi padre era bastante abierto en sus gustos con las mujeres. Pero en esta, no solo salían mujeres. Al poco rato de cogerla vi al guardia de seguridad venir a por mí. Me puse nervioso, no sabía qué hacer, así que corrí entre dos pasillos hasta toparme con uno sin salida. Me refugié en una esquina y cerré los ojos. Cuando volví a abrirlos, estaba en un lugar que no me atrevo a describir.

Pasé allí varias horas, solo, muerto de miedo con las cosas que veía, hasta que conseguí volver, apareciendo justo en el salón de casa. No recuerdo cuanto tiempo estuve en el suelo. Cole me encontró, sé que tenía fiebre. Cuando desperté se lo conté todo, él me había escondido la revista. Con el paso del tiempo me di cuenta de que podía manipular la oscuridad, que mi poder no eran solo las alas de mi madre. Nunca llegué a practicar, siempre me horrorizaba el recuerdo de aquél frío que me devoraba por dentro en ese lugar.

Me senté y empecé a pelear conmigo mismo buscando excusas para no hacerlo. En el fondo esperaba un mensaje de Xander diciendo que ya habían salido, pero no llego nada. Silencio total. Cuando no pude soportarlo más, hice que la oscuridad se abriera a mi alrededor.

El frío reptó por mi columna como si una mano estuviese a punto de arrancármela y entonces, me engulló. Temí por unos segundos lo que iba a ver, así que fijé la vista en la salida y corrí sin mirar a ambos lados de ese Reino de la Oscuridad.

Lo siguiente que vi fueron los árboles de los Bosques del Lobo. Tardé en ubicarme y cuando lo hice me acerqué a la linde para ver la sede de Infinity. Vi soldados patrullando alrededor del edificio y entrando y saliendo por las principales salidas, armados. No tenía buena pinta. Volví a sumergirme en las sombras.

Aparecí en la verde pradera en la que estaba la casa de los MacLeod, la de sus parientes y un poco más allá la del tío abuelo de Owen. Había estado allí una vez, los Moondies habían decidido recordar viejos tiempos y nos habían llevado de vacaciones. Fue algo menos de una semana y hacía muchos años, pero recordaba cuál era la casa de los MacLeod, así que llamé.

Delia MacLeod abrió la puerta. Le pregunté por Kaylee al instante, sin dejar casi hablar a la pobre mujer.

– [Delia]Hija, ha venido un chico a verte.[/Delia] – la llamó, marcando bien lo de chico. Sonreí ligeramente, Kaylee y yo éramos tan improbables como ella y…Leo. – [Delia]Pasa, no te quedes ahí. ¿Quieres un café?[/Delia] – me ofreció. Estaba mayor de lo que la recordaba, pero se la veía bien. El que estaba más avanzado de edad era Arthur, por eso Noah la había llevado allí, para verlo.

– [Dante]No gracias, tengo un poco de prisa.[/Dante] – confesé, pasando al cálido interior de la casa. Fuera hacía una bruma fría que me había helado por culpa del sudor del viaje. Dentro se estaba bien, se escuchaba una televisión con murmullos como de un concurso.

– [Delia]Me sabe mal que te quedes ahí…[/Delia] – comentó, preocupada. Me encogí de hombros y le sonreí cordialmente, no sabía qué decir. Kaylee bajo en ese momento.

– [Kaylee]¿¿Dante??[/Kaylee] – preguntó, casi gritando. Delia nos miró una vez más y se fue a la sala contigua a seguir limpiando mientras tarareaba, seguramente para que no pensáramos que nos escuchaba.

– [Dante]Tenemos un problema. Gordo.[/Dante] – primero hablé y luego pensé, quizá no era lo mejor que podía decirse a alguien que se había tenido que ir de la fiesta por una crisis de ansiedad. Se escuchó una puerta en la sala de al lado.

– [Arthur]Voy a ir a arrancar la furgoneta porque con este frío se va a estropear el motor…[/Arthur] – escuché decir a Arthur MacLeod. Sonaba a tener unos cuantos años a sus espaldas, pero se le oía bien.

– [Delia]Calla ya, Arthur. [/Delia]- escuché reñirle a Delia, mandándole callar.

– [Dante]Buenas, Sr. MacLeod[/Dante] – saludé, asomándome a la habitación. Si la cosa iba bien no ibamos a tardar en irnos y no me apetecia que pensaran que era un desagradable o que solo saludaba a Delia.

Kaylee tiró de mí y caminamos hacia fuera. – [Kaylee]¿Ha pasado algo?[/Kaylee] – preguntó, preocupada e impaciente por mi respuesta.

– [Dante]Unos cuantos han entrado a Infinity porque tienen a una hija clonada de tu tía Sarah y tu tía Sasha y a un primo tuyo de otra realidad.[/Dante] – el resumen era un poco raro para cualquiera, pero a nosotros, pese a que los Moondies habían intentado que lleváramos una vida normal, nada nos pillaba por sorpresa.

– [Kaylee]Mi familia no es normal. [/Kaylee]- replicó negando con la cabeza. – [Kaylee]¿Y qué puedo hacer yo?[/Kaylee] – preguntó. Tenía el ceño fruncido.

– [Dante]Están tardando mucho. Fui al bosque y se ve mucho revuelo.[/Dante] – le expliqué. – [Dante]Así que va a hacer falta un grupo de rescate.[/Dante] – añadí. Nos quedamos unos segundos mirándonos fijamente.

– [Kaylee]Una cosa: ¿Cómo has llegado hasta aquí?[/Kaylee] – preguntó de pronto.

– [Dante]Necesito que me prometas que no se lo vas a contar a nadie.[/Dante] – era lo único que podía pedir, a fin de cuentas, si venía conmigo iba a tener que enseñarle mi poder.

– [Kaylee]Odio prometer cosas que me va a costar cumplir, pero vale.[/Kaylee] – asintió. A Kay le gustaban los chismes pero con un poco de suerte pasaría desapercibido. Llamé una vez más a la oscuridad y aparecí al otro lado. El frío era insoportable.

– [Kaylee]Es un poder de villano.[/Kaylee]- replicó con una sonrisa.

Asentí, como si no tuviera importancia. Ella no podía saberlo de todas formas. – [Dante]No quiero que nadie lo sepa.[/Dante] – le aseguré.

– [Kaylee]Tranquilo.[/Kaylee] – respondió. Supe que decía la verdad. Se marchó de nuevo a la casa para avisar a sus abuelos.

– [Kaylee]Abuela, me voy a salvar el mundo con Dante.[/Kaylee] – gritó desde la puerta. Tardó unos segundos más en los que tuvo que decir varias veces a Delia que no necesitaba llevarse nada y se marchó con un beso. Cuando llegó a mi lado, me agarró de la mano.

– [Delia]Arthur y yo también eramos así antes…[/Delia] – comentó su abuela con un suspiro. – [Delia]Pasadlo bien y tened cuidado.[/Delia] – nos animó. Kay me miró, esperando. No sabía si podía hacerlo delante de su abuela pero por sus señales, eso era un sí. La oscuridad nos engulló una vez más. Era algo habitual en mi vida.

 

Comentarios

2 respuestas a «SUMERGIDO EN LA OSCURIDAD»

  1. Avatar de Alph Lopez

    Vamos con Dante, que ha pasado un tiempecillo.
    – Miralo, ensuciandose las manos. Arreglando un coche del mismo año que el de Daniel. Ese señor tiene pasta, seguro que le regala a Dante unos buenos filetacos de carne.
    – Tiene todo el tiempo del mundo para arreglar con coche y precisamente es eso lo que le esta recarcomiendo. El tic tac del reloj mientras el resto se la juega.
    – A Dante no le interesa jugarse el tipo por gente que no conoce de nada. Asi hablamos de tu futuro cuñado, muy bonito Dante, muy bonito.
    – Que putada ser Dante. Que no ayudas, eres Logan. Que te mola liarte a hostias con alguien, eres Logan.
    – Puto Noah llevandose a la lista al extranjero. Genio xD
    – Su poder se activo en la pubertad. Las revistillas porno. No tiene nada que esconder, Logan seguramente tendria su coleccion por alli tirada.
    – Era una revista de tios en bolas. De esas no tiene Logan. xD Se paso horas en la mundo de las sombras. Mal rollete.
    – Pues no. No tiene pinta de que salieran y se les olvidara llamar a Dante para avisas de que todo estaba bien xD
    – Escocia. Lugar habitual de veraneo de los Moondies. Dante recuerda la casa de los Mac. Si, es esa. La mansión xD
    – Delia esta poniendo la oreja seguro. Que manda callar a Arthur cuando dice lo de arrancar el coche xDDD
    – El resumen de la situación es oro.
    – A Kaylee le molan los chismes. Ojala Kaylee y Allie se hagan BFF y se empiecen a soltar todos los chismes que conocen xD
    – Que grande Delia. Es mis tiempos tu abuelo y yo haciamos lo mismo. El que abuela. Salvar el mundo o salir de farra por los bares de cita xDDD
    Postazo.

  2. Avatar de Stefy

    A comentar a Dante aprovechando que el setorrio está con sus abuelos.

    – Dante hablando de coches y yo leyendo MIAU MIAU MIAU, porque no distingo uno.
    – Aunque vaya de duro, se preocupa por los demás y están tardando.
    – Empieza a darle vueltas al hecho de sacarlos y piensa en su poder, en EL SECRETO.
    – Me flipa el párrafo de las revistas X en las que «no solo había mujeres». Gracias por tanto y perdón por tan poco.
    – Es normal que le dé miedo su poder, porque da MAL ROLLO.
    – La casa de los MacLeod <3
    – Delia está mejor que Arthur ._.
    – Me encanta cómo Delia añora la juventud y Arthur tiene sus manías.
    – ¿DANTE KAYLEE? DANTE KAYLEEEE.
    – «Es un poder de villano» y Dante en plan BIIIITCH,
    – A Delia le da igual que te vayas a salvar el mundo, porque ella ESTÁ HASTA EL COÑO.

    SUPER POST. Dante me gusta mucho, pero no me fío de quererlo que luego me lo jodes como a Logan.

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