Moondale

DIFICULTADES

XANDER ECHOLLS

ESFERA SENATUS

Los músculos de mis brazos se tensaron mientras me incorporaba con dificultad. Aturdido, como si hubiese dormido más horas de las habituales, miré a mi alrededor tratando de reconocer el terreno.

Estábamos en la linde de un bosque. No era ningún bosque de Moondale porque pese a no ser un experto, las diferencias entre los árboles de unos y otros eran notables. A mi alrededor no había nadie, así que un miedo por el destino de los demás se me había instalado en el pecho.

Mientras me ponía de pie y estudiaba la zona, rememoré los acontecimientos recientes. Omega nos había atacado, había activado los discos y eso nos había llevado al mundo de los Daesdi. El recuerdo de los discos hizo que instintivamente llevase la mano al bolsillo interior de la chaqueta, donde guardaba el disco. Ya no estaba, pero en su lugar había una esfera que parecía hecha de un cristal muy resistente. Blanco plateado y un insondable negro se cruzaban, dando lugar a diferentes tonos según sus movimientos.

Volví a guardarme aquella orbe por el momento y seguí recordando mientras repasaba el inventario de mi mochila. Los Daesdi nos habían encomendado una misión, guiar a los Daë del Cúmulo, así que ahí debían haberme transportado, junto a los demás, aunque no entendía por qué estábamos separados, quizá para cubrir más terreno. Necesitábamos volver a casa cuanto antes, pero habían dicho que no era nuestro momento. Les habíamos visto tomar el aspecto de algunos de nosotros y según sus palabras, solo tomaban la apariencia de los Daë, así que quizá nuestro camino fuese convertirnos en Daë y desterrar a Omega definitivamente. Quizá no había sido una idea desesperada que se me había instalado en la cabeza.

Oteé el horizonte. Al lado contrario al bosque se veía un muro del que no podía ver su fin. Tras él, se apreciaba el humo de lo que parecía una granja. Un ruido me distrajo, parecía metálico pero bajo él se escondían voces cuyo idioma no conseguía identificar.

Lo primero que pensé fue en refugiarme, pero no había tiempo, segundos más tarde un grupo de personas salían de las profundidades del bosque ataviados con trajes de soldados romanos. Mi mente tardó en procesarlo mientras analizaba su ropa. El metal limpio pero desgastado de los combates, el gladius colgando al cinto, el blanco grisáceo de la lana de las capas de la mayoría de ellos. Eso me permitió distinguir al «líder», con su capa de color rojo gastado y su casco adornado con un penacho, un centurión. Incluso allí, en una situación de tensión como aquella, fui consciente de que no era un disfraz, estaba ante auténticos soldados romanos.

Eran una cuadrilla de una docena, así que decidí que lo mejor que podía hacer era esperar. Venían directos hacia mí con un orden y una precisión militares casi inhumanos. Cuando llegaron, formaron a mi alrededor, impidiéndome huir. Ellos iban armados y para cuando yo quisiera sacar a Ocaso de la vaina ya me podrían haber clavado sus pilum o sus gladius.

– [b]Loquetur lingua illustrata?[/b] – noté la entonación de pregunta del centurión, pero no tenía la menor idea de lo que acababa de decir. ‘Lingua illustrata’ parecía ‘lengua ilustrada’, latín, seguramente, pero ni sabía que era ‘loquetur’ ni podía disimular fingiendo que sabía latín. Era consciente de que estaba en un problema porque para los romanos el equivalente al racismo era con los que no compartían su lengua.

Pensé durante unos instantes, deseando tener el poder de Noah para que todo aquello hubiese sido más fácil. No sabía latín, llevaba ropas de otro tiempo y estaba rodeado y solo.

– [Xander]Lo siento, no hablo latín.[/Xander] – dije, esperando que mi lengua les recordase al menos al inglés antiguo. Quizá no fue mi mejor movimiento, más tarde me explicaron que el inglés antiguo vino de las tribus germanas y yo, rubio y con ojos azules, tenía bastante pinta de alemán. Nunca ha sido una nación excesivamente bien vista, pero para los romanos eran poco más que bárbaros.

– [b]Barbarus.[/b] – dijo a sus compañeros. – [b]Es homo?[/b] – ¿que si era hombre? ¿humano? Vi movimientos a mi espalda, varios de los soldados me apuntaron con sus pilum.

Alcé las manos para indicar que estaba indefenso pero uno de los soldados debió tomarlo por un ataque y se abalanzó con su arma. Esquivé, agarré su muñeca con una mano y aproveché mi fuerza para tumbarlo en el suelo.

– [b]Omnia mutantur, nihil interit.[/b] – gritó el centurión. Los soldados se abalanzaron hacia mí. Esquivé como pude, pero eran demasiados, muy precisos, muy entrenados. Habría acabado allí, muerto por soldados romanos en un mundo al otro lado de la galaxia, fallándoles a todos. Pero tuve un golpe de suerte.

Algo golpeó a dos soldados, arrastrándolos como si los hubiese arrollado un tranvía. Cogió las armas con sus manos y las arrojó lejos. Se giró y sonreí, era Nate. Aún quedaban soldados atacándome, así que dejé el saludo para más tarde. Un puño golpeó a un soldado que me atacaba por un flanco. Me giré instintivamente y vi a mi hermana Elle sonriéndome. Sentí un alivio que no podría describir.

Antes de que pudiera defenderme, alguien lanzó lejos a dos soldados que tenía frente a mí. Era Bowie, totalmente sonriente, como si no acabase de lanzar a dos adultos por los aires. Entre los cuatro acabamos rápidamente con el resto de soldados y el centurión.

– [Bowie]Te he salvado la vida.[/Bowie]- me sonrió Bowie. Le di un abrazo a cada uno de ellos y por mi mente se cruzó la idea de que Bowie debía estar pensando que había hecho algo mal.

– [Xander]Gracias.[/Xander] – les dije. – [Xander]Por un momento pensé que estaba solo en…¿Roma?[/Xander] – comenté. Ellie se encogió de hombros, esto le resultaba tan extraño como a mí.

– [Bowie]Si estuvieras solo estarías muerto.[/Bowie] – razonó Bowie, todavía teníamos que enseñarle que a veces había que ser un poco menos lógico.

– [Xander]¿Dónde estábais?[/Xander] – pregunté. Miré a los soldados, algunos parecían inconscientes y otros sencillamente no debían querer levantarse.

– [Bowie]Robando ropa.[/Bowie]- respondió ella, levantando un atillo donde llevaban al menos seis túnicas de algodón. Una suerte que se hubieran guardado las espaldas cogiendo de más.

– [Nate]Bowie y yo despertamos juntos. Elle estaba un poco más lejos. Y tú, mucho más.[/Nate] – explicó Nate. Esperaba una mirada de reprimenda, pero supongo que se la guardaba para cuando estuviéramos a salvo. – [Nate]Hemos cogido togas de una granja.[/Nate] – señaló el atillo de Bowie.

– [Xander]Tenemos que tener cuidado.[/Xander] – les recordé. Si esos soldados nos habían atacado con tanta facilidad, iba a ser complicado llegar hasta el Daë. Por mucho que lleváramos togas, no hablábamos latín.

Como si les hubiese invocado, otro grupo de soldados, quizá miembros del mismo batallón al que habíamos derrotado, vinieron hasta nosotros en actitud de guerra. Una de ellos, vestida con una capa de color rojo, se adelantó a los demás y miró en actitud defensiva a los que teníamos a nuestros pies. Con un gesto suyo una decena de arcos nos apuntaban, con pinta de que no iban a fallar.

– [Calliope]Barbarus, imperium transire malo.[/Calliope]- dijo la mujer de melena rubia.

– [Bowie]Bárbaros, habéis elegido un mal día para pisar el Imperio.[/Bowie]- tradujo Bowie al instante. La mujer la miró. Aún teníamos mucho que aprender de Bowie. Henry nos había dicho que tenía mucha información almacenada en su cerebro, mejorado con implantes y tecnología. Al parecer parte de esa información era traducir otros idiomas, al menos el latín.

– [Xander]Nos han atacado sin avisar.[/Xander] – traté de explicar. – [Bowie]Subito adorti.[/Bowie] – puntualizó Bowie.

– [Calliope]Mentiras.[/Calliope]- la mujer habló en latín, pero mi mente empezó a quedarse solo con las traducciones de Bowie.

– [Xander]No entendía su idioma, me ha atacado uno, me he defendido y los demas me han atacado después.[/Xander] – me defendí. Iba a resultar difícil, por no decir imposible, convencer a un soldado romano de darle la razón a un bárbaro en lugar de a un ciudadano.

– [Calliope]Me estoy cansando de tus mentiras, bárbaro.[/Calliope]  – sentenció. Una cicatriz le cruzaba la mejilla, junto a otras en retazos de piel que tenía al descubierto. Que vuestra imaginación no desborde, era una mujer pero llevaba una armadura lógica para ser mujer, no una que dejase mucha piel al descubierto como pasaba todavía a menudo en los juegos. Se la veía curtida en batalla.

El centurión se incorporó y nos echamos hacia atrás con un gesto de la mujer. – [b]Decurión Calliope, ordena a tu unidad que acabe con todos ellos. Son monstruos del otro lado del muro.[/b] – era extraño entender sus palabras de boca de Bowie, pero aún más todo lo que estaba pasando. Sin tener un contexto de ese mundo era casi imposible defenderse, estaba completamente perdido.

La mujer, Calliope, asintió.- [Calliope]Formación, preparados para el ataque.[/Calliope] – los soldados, incluso los que se habían incorporado a sus filas de entre los que habíamos derribado, se colocaron en formación con sus scutum para atacarnos. No había forma de que pudiéramos hacer nada.

– [Nate]Solo nos hemos defendido.[/Nate] – intervino Nate. – [Nate]Venimos de muy lejos y no sabemos qué está pasando.[/Nate] – su sinceridad me llamó la atención. Quizá era el mejor enfoque, pero costaba ser sincero cuando

– [b]Decurión, no escuches a estos monstruos. Nuestra labor es acabar con ellos.[/b] – el centurión parecía decidido a no dejarnos escapar, no había opción al diálogo y me estaba empezando a preocupar.

– [Xander]Si fuéramos demonios, nos defenderíamos.[/Xander] – respondí, aferrándome a hablar antes de golpear. Me coloqué delante de Bowie y Elle y Nate hicieron lo mismo. – [Xander]Iremos con vosotros, demostraremos que no somos peligrosos.[/Xander] – les ofrecí. No era la mejor idea, adentrarse en un territorio hostil, pero necesitaba opciones y ahora mismo no tenía ninguna más.

Calliope, la Decurión, nos observó atentamente. Su mirada pasaba de nosotros a Bowie, a la que teníamos cubierta y resguardada. Parecía que podíamos llegar a hablar las cosas, pero entonces el Centurión decidió iniciar la carga junto con varios soldados que estaban a su lado.

Nos defendimos, claro está. Bowie probablemente tuviera más aptitudes que nosotros para librar ese combate, pero era nuestra hermana menor así que ni mi hermana ni yo dejamos que se acercaran a ella. Nate por su parte nos protegía a los tres con su descomunal tamaño.

Tratamos de no ser letales, de incapacitarles, pero ellos iban armados y estaban entrenados, así que cuando el filo de un gladius me rasgó el costado, empecé a temer por nosotros. Fue entonces cuando algo cambió. Calliope habló e intentó detenerlos, pero sigueron tratando de matarnos. Ella se colocó en medio y trató de protegernos del Centurión, que era el único que quedaba en pie. Discutieron, pero sin la traducción de Bowie, que estaba más apartada, no entendí nada. Finalmente, Calliope le incapacitó y cayó inconsciente al suelo. La miré, parecía contrariada, como si en su interior se librase una lucha para despejar la confusión.

– [Calliope]Cargad al centurión Faventino, someteremos este asunto a la ley romana.[/Calliope] – indicó al resto de sus soldados, que cogieron al Centurión y lo maniataron antes de subirlo a un carro. – [Calliope]Vendréis con nosotros a Nova Pompeya. El Legatus Tulio resolverá este asunto.[/Calliope] – aclaró. El nombre me dejó tan perplejo como a los demás. Calliope no apartaba la mirada de nosotros, pero esta vez no parecía tan confiada, algo le había provocado dudas, algo de lo que había hablado con el Centurión.

– [Xander]No tenemos más remedio.[/Xander] – dije a los demás. Teníamos una opción y debíamos aferrarnos a ella. – [Xander]¿Podemos cambiarnos de ropas?[/Xander] – le pregunté. Con las togas destacaríamos menos entre los ciudadanos romanos y quizá tuviéramos una opción con ese tal Tulio.

– [Calliope]Haremos un alto en el camino.[/Calliope] – indicó. Se dio la vuelta y caminamos casi una hora hasta otra parte de su destacamento, que custodiaba el campamento y los caballos. Allí, pudimos cambiarnos de ropa y emprendimos de nuevo la marcha con Calliope y un grupo de ocho soldados que nos rodeaba, asegurándose de que no escapásemos.

La marcha, sin descanso y a pie mientras ellos iban a caballo, no iba a ser fácil, pero algo me decía que nada de lo que nos esperaba en una temporada iba a serlo.

Comentarios

Una respuesta a «DIFICULTADES»

  1. Avatar de Alph Lopez

    Bueno vamos con Xander Echolls, que tras 5 años en una isla desierto… no calla que eso es otra serie xD
    – No hace falta ser un esperto en arboles para saber que en Moondale no estan. Mira en Moondale no tenemos pinos, esto esta mal xD
    – Mira tú que bien, todos despertando en grupito y Xander que se despierta solo, pensando que asi estan cubren más terreno. Xander pensando que lo mismo llega al peliculon de las 10 en Moontena 3 xD
    – Los Romanos le hacen todo el lio a Xander y le hacen la del donut dejandole sin salida. Se tiene que ser más rápido Xander.
    – Noah o cualquiera, que Dante te suelta una milonga y se queda tranquilo xDDDD
    – Xander de supremacista blanco con su pelo rubio y ojos claros xDDD
    – Señor Romano, hombre esta claro que es. Owen en esta situación le hubiese soltado un a quien estas llamando maricon cabeza escoba.
    – Oye este es el Team Echolls, que Nate también puede ser uno de ellos, aunque no sea rubio de ojos azules xDDDD
    – Aqui, robando togas para ir medio en bolas por roma xDDD
    – Bowie de traductora universal.
    – Xander recurriendo a la logica, si fueran demonios les estarian atacando y no dialogando. Aunque se vayan a meter en la boca del lobo ganara tiempo para pensar en algo.
    – Xander y Elle protegiendo a Bowie y Nate poniendose en medio de los 3 xDDD
    – Nueva Pompeya, que paso con la antigual? un volcan xDDDD
    – Menuda caminata se van a pegar todos. Van a acabar con un dolor de pies bueno xD
    Postazo.

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