Jane – Esfera Senatus
Mediodía
Voy a ser sincera: el oeste es una mierda pinchada en un palo. Solo te puede gustar si eres un tío blanco y heterosexual. Para el resto del mundo, es una época racista y misógina en la que nadie se duchaba y todo se solucionaba con disparos. Y que conste que intenté organizar a las mujeres para que hubiese una revolución feminista (a la mierda los anacronismos), pero ni por esas. Qué alivio cuando toqué un resto de muralla romana y aparecí en otro sitio.
Durante una décima de segundo me preocupé por Owen, Elliot y Vera, pero si habían tenido tan poca cabeza como para venir aquí de manera voluntaria: se las podían arreglar sin mí.
Miré a mi alrededor para comprobar que estaba junto a una granja de una época indeterminada. Sabía que era antigua, porque no había coches, ni nada que indicara progreso, pero no hasta qué punto. Hacía calor, pero no en exceso y parecía que todavía era mediodía. Mis ropas negras de vaquera no eran las más apropiadas, pero tampoco destacaban tanto como lo habría hecho mi ropa del presente.
Me alejé del camino por si aparecía alguien que no fuera muy amigable y fui hasta la granja para ver si la suerte había querido que no tuviese que buscar al resto durante demasiado rato. Me encontré con Elle poniendo la mesa en el exterior de aquella granja de piedra. Al verme, dio un grito y vino corriendo.- [Jane]No grites, que solo hace unas horas que no me ves[/Jane].- le pedí.
– [Elle]Te he echado TANTO de menos…[/Elle]- me abrazó con el cuidado que da la práctica y se separó.- [Elle]Pareces La Parca, tía[/Elle].- comentó al ver mi ropa. Ella, por su parte, llevaba una toga blanca que la hacían parecer una presencia angelical. – [Jane]Y tú pareces sacada de un ‘Assasins Creed'[/Jane].- enarqué una ceja.
– [Elle]¿A que sí?[/Elle]- me mostró su ropa con orgullo.
– [Jane]Vengo del Oeste[/Jane].- suspiré.- [Jane]¿Huelo a tabaco, sudor y maculinidad tóxica?[/Jane] – le pregunté y ella se acercó para olerme.
– [Elle]A sudor un poco sí, pero es normal. Luego te duchas en el río y yo te vigilo[/Elle].- me guiñó un ojo.- [Elle]¿Todo bien por ahí? ¿Con cuántos vaqueros ha «conectado» tu hermano?[/Elle]- me preguntó moviendo las cejas con rapidez.
– [Jane]Con ninguno, porque se fue con Vera al campamento indio. Solo nos hubiera faltado que se muriera de sífilis por no poder controlarse[/Jane].- le expliqué con rapidez.- [Jane]Por allí, bien. Tenemos al Daë y hay un chaval que parece tu tío Ed 2.0[/Jane].
Nate no tardó en venir a darme un abrazo enorme y con él, Bowie. Después, conocí a las hermanas que eran las dueñas de la granja: Eleanor y Calliope. No hacía falta ser una lumbrera para saber que Xander estaba también allí, así que cuando volvió de cortar leña, mientras los demás ayudaban con la comida, yo aproveché que me había quedado a poner la mesa para acercarme a él. No sabía qué era lo que me estaba impulsando a hacer las cosas bien, pero decidí no ignorar mi instinto.
– [Xander]Hola, Jane.[/Xander] – también llevaba una toga blanca y esbozó una sonrisa tímida al verme. Siempre había sido el más guapo y siempre lo sería, porque su interior iba a juego con ese exterior que marcaba la toga.
– [Jane]Hola[/Jane].- Durante el tiempo que habíamos estado peleados, había evitado reflejarme en sus ojos, porque se le daba muy mal mentir. Dejó la leña en una pila y se lavó las manos con una jarra que habíamos colocado sobre la mesa.
– [Jane]Acabas de dejarnos sin agua para la comida[/Jane].- le anuncié.
– [Xander]Yo estoy muerto de sed[/Xander].- venía sudoroso. Lo más probable que fuera por el esfuerzo de cortar leña. Me ahorré el discurso sobre la deforestación, porque no era el momento.
– [Jane]Pues no hay agua.[/Jane]- le recordé poniendo los brazos en jarras.- [Jane]Gracias a ALGUIEN[/Jane].
– [Xander]Puedo ir a buscarla. Creo que vi una fuente en los bosques.[/Xander] – quise corregirle por no haber utilizado el tiempo verbal correcto. ¿Controladora yo? Casi nada.
– [Jane]¿Y si no es potable?[/Jane]- a saber qué podíamos pillar en un sitio desconocido, que ni siquiera estaba en la Tierra a juzgar por algunas plantas que no había visto en mi vida. «Por favor que no haya animales que den miedo. Por favor».
– [Xander]Puedo probarla yo primero y si no lo cuento…[/Xander] – intentó bromear, pero la graciosa de la familia era Elle.
– [Jane]No es que no lo cuentes, es que te dará cagalera y puede tardar unos días en aparecer.[/Jane]- le expliqué. No era el sitio más apropiado para llevar a cabo una dieta blanda e hidratarse de manera casi constante.
– [Xander]Sería la Daenerys de aquí.[/Xander] – puse los ojos en blanco. Me apostaba algo a que se había dedicado al onanismo con las imágenes de La Madre de Dragones, pero prefería no tener la confirmación de mis pesquisas.
– [Jane]Esa referencia es muy vieja.[/Jane]- me quejé. De pequeños, por culpa de la influencia de Cara y a escondidas de nuestras familias, habíamos visto «Juego de Tronos». Todavía recuerdo los gritos de Owen en «La boda roja». También hubo que convencerle de que por más que deseara casarse con Ygritte no era posible, porque tenía unos treinta años más que él y estaba casada.
– [Xander]Tengo un alma vieja.[/Xander] – cogió un par de jarras y me miró. Ay Xander, qué fácil era leer lo que estabas pensando. – [Xander]¿Quieres…acompañarme?[/Xander] – me preguntó con timidez.
– [Jane]Solo para asegurarme de que no bebas agua en mal estado.[/Jane]- anuncié y caminé a su lado. No me giré para comprobarlo, pero podía apostar algo que a Nate y Elle estaban pegados a la ventana.
Estuvimos un rato sin decirnos nada, hasta que él rompió el hielo.- [Xander]¿Lo pasasteis muy mal en el Oeste?[/Xander] – el sol de mediodía se reflejaba en su pelo y hacía que pareciera que llevaba mechas.
Nos adentramos en el bosque sin dificultad. Xander sabía por dónde iba o disimulaba muy bien.- [Jane]Intenté concienciar a las mujeres de allí con una charla feminista y no salió como en las películas.[/Jane]- me encogí de hombros.
– [Xander]Bueno, a veces solo hace falta un pequeño cambio y tiempo.[/Xander] – me dijo. – [Xander]Quizá ahora no, pero en el futuro, consigas un cambio.[/Xander]
– [Jane]Lo dudo.[/Jane]- admití. El Oeste era una época rancia por definición y yo no era nadie para cambiar nada.- [Jane]Los Williams somos los Reyes de no ser buenos en nada.[/Jane]- le expliqué.- [Jane]Somos Samuel L. Jackson en El Protegido.[/Jane]- Éramos la familia de los inútiles en «Villa Perfecto». Lo único que habían hecho bien mis padres en su vida era elegir a sus amigos.
– [Xander]Eso también es viejo.[/Xander] – meditó. – [Xander]Eso…no es verdad, Jane. Hay muchas cosas que se te dan bien.[/Xander]
– [Jane]Sí, mis enfados son épicos.[/Jane]- admití y sentí cómo me libraba de una carga pesada.
– [Xander]No se puede decir que seas la única culpable.[/Xander] – volvió a mirarme a los ojos y aparté la vista.
– [Jane]Deja de mirarme así.[/Jane]- agaché la cabeza.
– [Xander]Lo siento. Solo quería disculparme.[/Xander] – se excusó.
– [Jane]La que se tiene que disculpar soy yo.[/Jane]- le aclaré.
– [Xander]Por mí no hace falta que lo hagas.[/Xander].
– [Jane]Pues tú tampoco lo hagas.[/Jane]- sentencié.
– [Xander]Es un buen trato.[/Xander] – extendió su mano.
– [Jane]Te daría la mano, pero prefiero que sigas vivo.[/Jane]- no podía llevar los guantes para no llamar mucho la atención y el contacto directo no era seguro. Él, ignorando mis advertencias, cogió mi mano y la acercó a la suya. Sentí su tacto. Lo sentí de verdad sin telas de por medio. Fue como si hasta ese momento hubiera visto la vida en blanco y negro y de pronto, me conectaran la visión de color. Como un sordo que escucha una canción de ‘Withim Temptation’ por primera vez. Como beberte una Coca Cola en pleno mes de julio en Merelia.- [Jane]No te estás muriendo.[/Jane]- dije nerviosa. ¿Estaba un poco cachonda? Pues…sí.
– [Xander]Por eso a nuestros padres no les preocupaba que jugásemos solos.[/Xander].- me explicó. Tracé círculos en la palma de su mano. No podía creerlo.
– [Jane]¿Eres como tu madre?[/Jane]- subí la mano por su brazo. Me estaba viniendo arriba.
– [Xander]Menos interesante. Yo no tengo un área de efecto. Solo soy…yo. Inmune.[/Xander] – le estaba costando concentrarse.
– [Jane]No te quejes, que podría ser peor.[/Jane]- le solté el brazo porque lo próximo iba a ser lavarme una camiseta en su barriga.
– [Xander]Pedí un poder, pero no especifiqué que fuese para luchar.[/Xander] – me explicó cuando dejé de hacer cosas raras como tocarle sin permiso.
– [Jane]Un gran poder conlleva una gran responsabilidad.[/Jane]- recité con orgullo.
– [Xander]Soy el responsable de poder tocarte….perdón, no quería decir…[/Xander] – se sonrojó.
– [Jane]En tus sueños, Alexander.[/Jane]- me puse un poco tensa.- [Jane]Que me puedas tocar no implica que tengamos que estar juntos.[/Jane]
– [Xander]Por eso precisamente no te lo conté.[/Xander] – me confirmó.
– [Jane]Hace unos meses habría usado el poder para darte un par de guantazos.[/Jane]- no me sentía orgullosa de ello, pero era la verdad.
– [Xander]Te sirve de desahogo. Siempre que no des muy fuerte.[/Xander] – se señaló la mejilla con una barba muy cuidada que le iba a durar dos días en este mundo sin cuchillas. La última vez que habíamos hablado sin discutir, no tenía ni pelusilla. A veces, no nos dábamos cuenta de que la vida pasaba mientras estábamos concentrados en hacer otras cosas.
– [Jane]No pienso pegarte.[/Jane]- sentencié.- [Jane]Ya te he hecho bastante daño.[/Jane]
– [Xander]Lo estabas pasando mal y no supe ayudarte.[/Xander] – parecía muy triste. – [Xander]Y encima creí a la otra.[/Xander]
– [Jane]Es normal que pensaras que era yo.[/Jane]- llegamos a la fuente, llenamos las jarras y comenzamos a desandar el camino.
– [Xander]No sé, había cosas raras, pero estaba tan seguro de que pensabas eso mismo que no me paré a pensarlo.[/Xander] – se culpaba tanto que podía ver su dolor desde lejos.
– [Jane]No le des más vueltas.[/Jane]- le pedí.
– [Xander]¿Podemos intentar…volver a donde lo dejamos?[/Xander] – me preguntó con un intento de sonrisa en los labios.
– [Jane]Supongo.[/Jane]- no estaba segura de si una relación de amistad tan rota se podía arreglar, pero si no lo intentábamos, nos quedaríamos con la duda.- [Jane]Pero no creo que a Owen le haga gracia perder su estatus.[/Jane]- me reí.
– [Xander]Me alegró que lo arreglarais. Te echó de menos.[/Xander]
– [Jane]Owen es así.[/Jane]- mi hermano se había llevado todos los sentimientos.- [Jane]Echa de menos hasta el bocadillo que se acaba de comer. Es el más sensible de todos los Williams.[/Jane]
– [Xander]Tú siempre fuiste la segura.[/Xander]- eso no era del todo verdad, pero no iba a entrar en matices.
– [Jane]Alguien tenía que serlo en una casa de locos.[/Jane]- tener a una madre incompetente y a un padre que si te descuidabas no era capaz ni de freírse un huevo, te hacía madurar.
– [Xander]A mí me hacía falta, no te creas.[/Xander]
– [Jane]¿Quién, yo?[/Jane] – creo que lo dije chillando, porque un par de pájaros alzaron al vuelo. Esperaba que fueran pájaros.
– [Xander]Eras una de las personas más importantes de mi vida.[/Xander] – cuando dijo eso, me tropecé, pero por suerte, no me caí ni tiré el agua.
– [Jane]Dios, Xander.[/Jane]- suspiré.- [Jane]No empieces con las moñadas a lo Echolls.[/Jane]- tuve que reírme.
– [Xander]Vale, no has cambiado tanto. Creo que podré acostumbrarme.[/Xander]
– [Jane]En serio, parecéis los Teletubbies, qué horror.[/Jane]- negué con la cabeza.
– [Xander]Pues espera a volver a ver a mi padre y mis madres.[/Xander] – me devolvió una sonrisa.
– [Jane]Una parte de mí está convencida de que eso tiene que estar mal, pero en realidad, me parece bien.[/Jane]- haber crecido en una familia bastante más conservadora que el resto, me hacía mirar con extrañeza todo lo que se saliera de la norma. Por suerte, teníamos a Owen que siempre había estado dispuesto a disfrazarse de Anna cuando yo quería ser Elsa y que no tenía problemas en decir que un tío estaba bueno si se lo parecía.
– [Xander]Es diferente. Y siempre cuesta acostumbrarse a lo diferente. Pero el amor es así.[/Xander]
-[Jane] Para ya con las moñadas.[/Jane]- tracé una línea en la tierra con la puntera de mis deportivas. Eso era lo único que me había negado a cambiarme.- [Jane]Lo Disney de aquí para allá.[/Jane]
– [Xander]Vale, vale. Defecto profesional. Me he acostumbrado a hablar abiertamente de lo que siento.[/Xander] – levantó los brazos.
I will go down with this ship
And I won’t put my hands up and surrender
There will be no white flag above my door
I’m in love and always will be
– [Jane]Los sentimientos se guardan hasta que no puedes más y cuando te da una crisis de ansiedad, lloras un rato y vuelves a acumular.[/Jane]- le expliqué el modo de hacerlo de los Williams.
– [Xander]Eso explica muchas cosas.[/Xander] – me miró con cariño. Era tan obvio que me daban ganas de decirle que se guardara un poco los sentimientos. – [Xander]Lo bueno de haber estado peleados es que ahora puedes contarme lo que sea. Si hago algo que te moleste…dímelo[/Xander]
– [Jane]No te voy a contar nada, tío raro.[/Jane]- le miré sin dar crédito. Habíamos vuelto a ser amigos hacía cinco minutos.
– [Xander]Si me llamas tío aro te vacío la jarra.[/Xander] – bromeó.
– [Jane]Eso ya me parece más normal.[/Jane]
Cuando llegamos a la granja, Owen también estaba allí. El tío no podía vivir sin mí.- [Elle]¿Habéis tenido que venir al imperio romano para hablar?[/Elle] -me preguntó Elle, que ya tenía la mesa puesta.
– [Xander]Los romanos eran bastante civilizados.[/Xander] – sonrió el muy tonto.
– [Elle]No sé mataros o daros un abrazo.[/Elle]
– [Xander]Vas a hacer lo segundo, seguro.[/Xander]- conocía a su hermana.
– [Jane]Conmigo lo segundo deriva en lo primero[/Jane].- le recordé. En realidad, ella sabía darme abrazos sin que su vida corriera peligro, pero me gustaba hacerme la dura.
Me fijé en mi hermano, que parecía muy concentrado.- [Elle]¿Owen estás bien?[/Elle]
– [Owen] Sí, es solo agua.[/Owen] – negué con la cabeza al ver que tenía los ojos llorosos. De verdad, qué persona más sensible.
– [Jane]Había que haberte abandonado en una caja en la puerta de los Echolls.[/Jane]
– [Owen] Me echaríais de menos.[/Owen]- se defendió.
– [Jane]No.[/Jane]- mentí.
– [Owen] Claro que sí: soy encantador.[/Owen]
– [Jane]No, no lo eres.[/Jane]- fruncí el ceño.
– [Owen] Xander, díselo tú.[/Owen]- pidió ayuda.
– [Xander]No no, yo otra vez no me meto entre vosotros.[/Xander] – tuve que reírme.
– [Jane]Eso dice tu padre algunas noches.[/Jane]- le guiñé un ojo y él se quedó desarmado.
Owen fue a abrazar a Jane y vi que Nate nos miraba con orgullo.- [Owen] Por fin.[/Owen]
– [Elle]Las pelis no se acaban hasta que sale el cartel de «fin».[/Elle] – Elle se soltó de los brazos de Owen, porque mi hermano era como una lapa.
– [Jane]Como este post…[/Jane]- suspiré y vi llegar una fuente con carne salada, otra de fruta y otra unos panes recién horneados.
– [Elle]¿Qué has dicho?[/Elle] – Ellie me miró extrañada, pero era tan tarde que solo pensaba en comer.-[Elle] Anda, mira. La comida.[/Elle]
Me senté al lado de Xander y estuvimos hablando de videojuegos antiguos. De todas las partidas que nos quedaron pendientes. Calliope y Eleanor no entendían nada, pero se lo explicamos.
Comimos tranquilos, charlamos y disfrutamos como hacía tiempo.
Estábamos en el ojo del huracán, así que la calma no duraría mucho.
I know I left too much mess and destruction
to come back again
And I caused nothing but trouble
I understand if you can’t talk to me again
And if you live by the rules of «it’s over»
then I’m sure that makes sense
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