Moondale

LA SONRISA DEL LADRÓN DE CUERPOS

HOTAH TEIKWEIDÍ ‘LEKWAA’

LA KVASIR – MEDIODÍA

Miré mis manos una vez más. Yo mismo en un cuerpo extraño. Y sin embargo, seguía sin estar solo. Los espíritus que me acompañaban y me convertían en ‘Lekwaa’ parecían estar unidos a mi espíritu y habían saltado conmigo a ese nuevo cuerpo. Discutían entre sí, preocupados por aquella aberración de magia, pero estaba demasiado ocupado pensando como para escucharles. No dejaba de dar vueltas a la idea de que igual que me habían seguido a este cuerpo, podrían estar conmigo mientras fuese consciente, quizá también en la otra vida si es que había algo. Sin un momento de soledad, sin un segundo de paz.

Fijé la vista en el chico nuevo, el que ahora ocupaba mi cuerpo. No le conocía de nada, pero para ser sinceros tampoco conocía en exceso a ningún otro como para haberme sentido más cómodo con el cambio. Quizá hubiera sido mejor incluso así.

– [Lekwaa]¿Cómo lo llevas?[/Lekwaa] – le pregunté. Estaba perdido en sus propios pensamientos, supongo que todos lo estábamos teniendo en cuenta las circunstancias.

– [Jack]Es extraño. No sabría describirlo. ¿Y tú?[/Jack] – respondió él. Desde el principio me había parecido un muchacho simpático y agradable. En otro tiempo quizá habría comprobado su espíritu antes para saberlo a ciencia cierta, pero me parecía una falta de confianza respecto a Vera y los demás que habían estado en su mundo. Ellos habían decidido que era de fiar así que yo no podía ponerlo en duda. Y de todas formas, no habría dado tiempo a hacerlo antes del cambio.

– [Lekwaa]Más o menos lo mismo. Y lo de estar encerrados no ayuda.[/Lekwaa] – en mí habían cambiado muchas cosas respecto a mi yo pasado. Una de ellas era que desde mi tiempo con la tribu, necesitaba pasar ratos al aire libre. Tranquilizaban mi alma.

– [Jack]Podemos salir si quieres.[/Jack] – sugirió él.

Negué con la cabeza. – [Lekwaa]Nos han pedido que nos quedemos por parejas mientras dure esto, y creo que tienen razón.[/Lekwaa] – expliqué. Éramos muchos en aquella nave y había que entender que para ellos algunos éramos desconocidos unos cuantos. Con el caos habría muchas cosas que podrían salir mal, secretos que nadie quería que se supiesen, cambios negativos en las relaciones…

– [Jack]Ya, pero si esto dura mucho va a ser horrible seguir aquí dentro sin nadie más con quien hablar.[/Jack] – razonó él. No le faltaba razón. – [Jack]¿No echas a nadie en falta?[/Jack] – preguntó al poco, antes de que me diese tiempo a responder. Al final resultó que no era tan tímido como parecía.

Sentí un eco rondar mi cabeza y decidí ignorarlo, los espíritus llevaban alterados desde Terra, primero por la magia oscura de un bando, luego por las armas que sesgaban un sin fin de vidas en el otro y ahora por este cambio.

Decidí pensar en la pregunta de James. – [Lekwaa]La verdad es que apenas conozco a nadie. Solo en las misiones y no demasiado.[/Lekwaa] – resumí. Henry era un buen tipo, me caía bastante bien, pero apenas habíamos hablado. Con Ezra había coincidido muy poco, mucho menos con Robin. Julia era simpática pero me provocaba un poco de miedo, especialmente cuando me miraba como si fuese comestible. Owen había estado ocupado casi todo el tiempo que estuvimos en la nave la última vez. Así que supongo que se podía decir que mi mejor amiga era Vera.

– [Jack]¿No tienes más relación con nadie?[/Jack] – insistió, no me lo tomé a mal, tendría curiosidad, en especial siendo él uno de los más nuevos. Pensé en la fiesta, con el único con el que me había parado a hablar un poco más había sido con Niall. Me había llamado la atención al momento, pero estaba demasiado aturdido tratando de controlar la opinión de los espíritus. Volví a sentirlo, un eco, como si estuvieran llamando a la puerta de mi cabeza. Lo rechacé, pensar en Niall me había traído malos recuerdos de ellos.

– [Lekwaa]No mucha. Quizá iría a intentar hablar con Niall, pero suele estar siempre con más gente y es difícil.[/Lekwaa] – confesé, evitando decirle que me acompaban los espíritus de los grandes líderes de mi pueblo y no estaban de acuerdo en aceptar mi orientación.

James asintió, pensé que quizá estaría pensando en alguien. – [Jack]Puedo acompañarte y entretener a la persona con la que ha cambiado.[/Jack] – sugirió sin mirarme. Le observé y el me miró y me dedicó una sonrisa.

Pensé en su propuesta, no era descabellado tampoco, seríamos cuatro y sería fácil identificar quien era quien. Además tampoco podría pasar nada grave. – [Lekwaa]Supongo que es mejor que quedarse aquí no sabemos cuanto.[/Lekwaa] – admití, aliviado. – [Lekwaa]Se ha cambiado con Henry creo, que es buen tipo.[/Lekwaa] – me escuché decir con aquella voz que no reconocía. Era desagradable que mi rostro y mi voz estuvieran delante de mí.

– [Jack]¡Estupendo![/Jack] – sonrió, levantándose. – [Jack]Así puedo aprovechar para conocer mejor a todos.[/Jack] – así que eso era lo que le pasaba, no quería ser un desconocido. Lo entendía bien, pero yo era más solitario, podía acostumbrarme a serlo porque de todas formas, no solía estar solo nunca.

Asentí y resistí un impulso de mirarme en un espejo antes de ir a ver a Niall. No habría servido de mucho y casi que prefería que no le gustase demasiado esa cara. – [Lekwaa]Son buena gente por lo que he podido ver. Son muy diferentes, pero buenas personas.[/Lekwaa] – dije acercándome a la puerta.

Escuché cómo cogía algo y lo siguiente que noté fue un golpe punzante en la nuca. Fue tan fuerte que caí al suelo. Los parpados me pesaban y el dolor empezó a ser lo único que percibía. Notaba un zumbido, un eco en mi cabeza, esperando que fueran los espíritus, les dejé entrar.

– [b]¡Traidor! ¡Ladrón de cuerpos![/b] – dijo la voz de un viejo líder del clan Wooshkeetaan. En mi mano, la de mi cuerpo real, estaba mi arco, partido ahora en dos después del golpe que me había propinado con él y que para el cuerpo del chico pelirrojo había sido demasiado.

– [b][i]Otro ha tomado el lugar de ese pobre muchacho. [/i][/b] – dijo la voz de mi madre. Dejé que los espíritus concedieran más visión a los ojos de aquél chico cuyo cuerpo había ocupado y del que ahora no sabía que habría sido.

Su cuerpo estaba ocupado en ese momento palpando en una de las paredes hasta dar con un mecanismo que hizo que esta se deslizara mostrando un compartimento oculto. Parecía conocer la nave mejor que nosotros. Vi su aura, intensa, con una forma extraña, como un ardor que se extendía hacia el exterior con un núcleo más oscuro. No era del todo malvado, pero tampoco inocente.

– [Jack]Ningún villano se ve a sí mismo como uno.[/Jack] – dijo arrodilándose sobre mí. La musculatura de mi cuerpo evitó que pudiera librarme. Aquél chico no era especialmente fuerte.

Mis ojos se inundaron de pánico cuando vi que en su mano derecha empuñaba una jeringuilla que pinchó en mi cuello. Empecé a ver borroso y la consciencia se me escapó de entre las manos. Esperé que aquél líquido solo me durmiera y no fuera mortal, confié en que de querer matarme, lo habría hecho de otra forma, pero no podía estar seguro. Me despedí del mundo con el corazón encogido, dejando todo en manos del resto. Pero nadie me conocía tanto, el impostor podría hacerse pasar por mí incluso si deshacían el cambio.

Lo último que vi fue la sonrisa de aquél ladrón de cuerpos, que de pronto, ya no parecía tan amable.

Comentarios

Deja una respuesta