Moondale

UNA CURA DE HUMILDAD

Lexie – Kvasir

Mañana

Cuando Jane tiró el delantal hecho una bola, supe que la había cagado. Llevábamos mucho tiempo estirando el chicle de su paciencia y de la mía, así que lo raro es que no nos hubiéramos tirado de los pelos a estas alturas. Pero claro, una cosa es discutir con alguien a voz de grito y otra, herir sus sentimientos.

Por eso, una vez Xander terminó su charla motivacional, salí detrás de ella. No necesitaba que nadie me dijera lo que hacer, pero en Louna las cosas se arreglan a navajazos y empujones, no con una conversación civilizada y no estaba acostumbrada a la gente tan sensible.

Tomé aire y abandoné la cocina. No tardé mucho en dar con ella. Estaba sentada en la escalera con la cara entre las manos.- [Jane]¿Has venido para seguir riéndote de mí?[/Jane]- tenía los ojos hinchados por culpa del llanto que yo le había provocado. Joder, qué mal me estaba sintiendo en ese preciso instante.

– [Lexie]Venga, suéltalo todo, porque me lo merezco[/Lexie].- admití sentándome a su lado.

– [Jane]Estoy cansada, Lexie. Cansada de ti y de tu actitud de mierda[/Jane].- comenzó diciendo y vi lo mucho que le estaba costando no partirme la cara. Jane era fuego del que arrasa y lo quema todo, pero se estaba conteniendo para ser solo una antorcha que pudiera iluminarnos (hostia, vaya frase más inspirada).- [Jane]¿Quién te crees que eres? ¿Tú sabes el esfuerzo que supone para mí hacer la comida para todo el mundo?[/Jane]- buscó un pañuelo en el bolsillo y se limpió la nariz.

Asentí y dejé que continuara.- [Jane]A mí nadie me paga por hacer esto, ¿sabes? Y ni pagado, ni agradecido, que ya es el colmo[/Jane].

– [Lexie]L..si…to[/Lexie].- farfullé.

– [Jane]No todo se arregla con una disculpa y menos cuando eres incapaz de pronunciar la frase completa[/Jane].- enarcó una ceja.

– [Lexie]Que lo siento, tía[/Lexie].- conseguí decir y me sentí ridícula. No estaba acostumbrada a disculparme por mi carácter.

– [Jane]Tienes que dejar de pagar conmigo tus frustraciones[/Jane].- se limpió las lágrimas que le quedaban en los ojos y guardó el pañuelo en el bolsillo trasero para luego tirarlo.- [Jane]Yo no tengo la culpa de que estés acostumbrada a unos lujos ridículos[/Jane].- carraspeó.- [Jane]Me gustaría que te hubieras criado en una casa que se caía a trozos como la mía, con unos padres que discuten a voz de grito porque falta el dinero para curar a tu hermano enfermo y luego me cuentas cómo te sienta que una pija se queje «pirqui lis lintijis istín mis biinis si tinin quildi».

Al verla poner esa cara, me reí.- [Lexie]Perdona, pero yo no hablo así[/Lexie].

Ella se encogió de hombros.- [Jane]Te quejas por todo. Eres como un grano en el culo con tacones de veinte centímetros[/Jane].

– [Lexie]Que tú no seas capaz de llevarlos no implica que yo vaya a avergonzarme de mi estilo[/Lexie].- me eché el pelo hacia atrás y Jane puso los ojos en blanco.

– [Jane]Ese es tu problema, Lex. Solo miras el exterior y se te olvida que lo importante no va cubierto de brillos y purpurina[/Jane].- vi tanta verdad en sus palabras, que solo pude dejar que continuara.- [Jane]Si alguna vez te bajaras del pedestal, podríamos ser amigas[/Jane].

Un puñetazo me habría dolido menos. Casi estuve por pedirle que me diera un par de guantazos.- [Lexie]Soy insoportable, ¿verdad?[/Lexie]

Ella hizo un gesto con los dedos que indicaba que un poquito sí y le arreé un golpe en el hombro más cercano. Por suerte, iba cubierta por ropa o me habría dejado frita.- [Lexie]Capulla[/Lexie].

– [Jane]Tus privilegios se quedaron en casa[/Jane].

– [Lexie]Por desgracia[/Lexie].

– [Jane]Ahí es donde te equivocas otra vez[/Jane].- señaló a su alrededor.- [Jane]Tenemos una nave con unas vistas espectaculares y tú no paras de llo[/rar por Louna[/Jane].- fruncí el ceño.- [Jane]¿Qué pasa, que cuando salís de allí os desintegráis o cómo funciona eso?Jane].

Me mordí el labio inferior. Ese gesto me iba a costar una exfoliación más tarde.- [Lexie]Echo de menos ser alguien[/Lexie].

– [Jane]Eres la persona gracias a la cual no nos faltan los productos de primera necesidad. Bajo mi punto de vista, eres alguien y muy importante[/Jane].

– [Lexie]Dime más cosas bonitas[/Lexie].- puse morritos y ella continuó no sin antes poner una mueca.

– [Jane]Eres simpática, divertida y guapa hasta el punto que pareces una de las actrices de Euphoria, la serie esa vieja de adolescentes drogadictos que tanto le gustaba a Owen y creo que sé por qué[/Jane].- se rio.

Decidí que había llegado el momento de alabarla.- [Lexie]Yo admiro tu fuerza y lo entregada que eres para todo[/Lexie].- empecé.- [Lexie]Además, eres mucho más guapa de lo crees, pero esas cejas necesitan un repasito con mis pinzas de de depilar[/Lexie].

– [Jane]Olvídate[/Jane].

– [Lexie]Pareces el Yeti[/Lexie].

– [Jane]Y tú pareces un ama de casa de 1984[/Jane].

– [Lexie]Venga, ponte de pie que te voy a dar de hostias. Lo estás pidiendo a gritos[/Lexie].- moví las manos dándole puñetazos al aire.

– [Jane]¿Vamos…a intentar llevarnos bien?[/Jane]- preguntó con una timidez que no esperaba.

– [Lexie]No es que lo vayamos a intentar, es que lo vamos a conseguir[/Lexie].- sin decirle nada, conjuré una ilusión. En ella, se nos veía a nosotras mismas vestidas como Katy Perry y Taylor Swift en el final del pestiño ese de «Me!», que por lo que sabía le flipaba.

– [Jane]Siempre me he visto muy patatas fritas[/Jane].- apuntó al verse.

– [Lexie]Las mechas rojas te favorecen un montón. Si quieres…[/Lexie]

– [Jane]En tus sueños, morena[/Jane].

– [Lexie]En mis sueños la gente lleva menos ropa[/Lexie].- subí las cejas.- [Lexie]Míralas qué monas que se acaban de dar un abrazo[/Lexie].

– [Jane]Oye, oye, ese abrazo…[/Jane]- se quejó.

– [Lexie]Ya te he dicho que en mis sueños la gente lleva menos ropa[/Lexie].- me reí.

– [Jane]Bueno, pues ha llegado el momento de que me adueñe de ese poder, porque tú lo estás usando mal[/Jane].- al ver que se levantaba, eché a correr en dirección a la cocina, mientras la hamburguesa y las patatas fritas se lo montaban en la escalera.

Cuando llegamos, la ilusión se desvaneció. Xander ya tenía la pasta hirviendo y alucinó un poco al vernos riendo.- [Xander]¿Qué tal ha ido?[/Xander]

– [Jane]Lexie ha conjurado una ilusión en la que ella…[/Jane]- la risa no la dejaba hablar.

– [Lexie]Anda, ponte a cocinar que un día nos vas a matar de una cagalera[/Lexie].

– [Jane]Como te meta la cuchara de madera por el culo, vas a flipar[/Jane].

– [Lexie]Me gustaría ver cómo lo intentas[/Lexie].- me di una palmada en el trasero y volvimos a reírnos.

A lo mejor me había venido bien esa cura de humildad de mano de Jane, pero no lo confesaría ni en presencia de mi abogada.

Comentarios

Deja una respuesta