Amy – Nexus
Mañana
Dejé a los cachorros jugueteando entre ellos, me interné en la maleza y me puse la ropa del lugar. Una vez salí, vi que en la plaza de aquel poblado de madera que ahora era mi hogar, Lekwaa miraba a Owen como el que acaba de ver a un fantasma.
Me costaba creer que ya lleváramos un mes en este sitio y mi relación con el que había sido un buen amigo, pareciera rota para siempre. Al principio, estaba convencida de que no me hablaba porque no quería nada romántico con él y, aunque quizás en parte fuera cierto, Owen estaba lidiando con algo que le atormentaba y a mi nariz no se la podía engañar.
– [Lekwaa]No habéis perdido el tiempo[/Lekwaa].- dijo el recién llegado a modo de saludo. La gente de la aldea siguió a lo suyo. Un sobrenatural más no era una novedad.
Lekwaa era un tío guapo, con los rasgos de su tribu marcados y el pelo largo. Aquel día aún llevaba a ropa de cuando el vórtice nos atrajo: unos vaqueros y una camisa de flores.
Le saludé con un movimiento de cabeza y me defendí.- [Amy]Eh…te equivocas[/Amy].- me molestó más por mi amigo que por mí. No me gustaba jugar con los sentimientos de nadie y sabía que los de Owen eran una olla a presión a punto de explotar. Con él, todo habría sido fácil y a mí me gustaba lo complicado.
– [Lekwaa]¿No son…?[/Lekwaa]- paré su pregunta con un gesto de la mano y miré de reojo al mayor de los chicos Williams, que parecía concentrado en su dolor.
– [Amy]Uno: ¿cuánto crees que llevamos aquí? Y dos: ¿no se supone que una persona LGBT debería ser un poco menos básica?[/Amy]
– [Lekwaa]No sé cuánto lleváis vosotros aquí[/Lekwaa]. – se defendió. Si lo que decía era cierto, los demás a saber dónde estaban y cuánto tiempo llevaban allí.- [Lekwaa]Yo tardé más que el resto en salir de la brecha[/Lekwaa]. – carraspeó. – [Lekwaa]Y eh, parecía lógico[/Lekwaa].
– [Amy]Owen y yo no estamos juntos[/Amy].- apunté.- [Amy]Ya hemos superado esa fase, ¿verdad, Owen?[/Amy]
El aludido se enderezó por un momento y sus ojos me dijeron un montón de cosas. Fue una conversación sin palabras. – [Owen]Tengo que seguir ayudando a los herreros. Buenos días[/Owen].- tenía la frente perlada de sudor y hacía tiempo que el rubor no hacía acto de presencia en sus mejillas.
Cuando iba a irse por una de las callejuelas, lo detuve con un toque en el hombro y él se quedó con nosotros.- [Amy]¿Ves? Estamos genial. Estupendamente[/Amy].
– [Lekwaa]¿Cuánto dices que lleváis aquí?[/Lekwaa]
– [Amy]Un mes. Más o menos[/Amy].- me crucé de brazos.
– [Lekwaa]¿Cómo te encuentras, Owen?[/Owen]
– [Owen]Me siento como si llevara una eternidad aquí[/Owen].- oírle decir eso me hizo sentir mal y agaché la cabeza. Siempre sería un estorbo.
– [Lekwaa]Supongo que queréis ir al grano[/Lekwaa]. – y, acto seguido, Hotah sintetizó. – [Lekwaa]Yo llevo tres días. Pero he descubierto algo[/Lekwaa].
– [Amy]No sé por qué lo dices. Si estamos genial[/Amy].- farfullé.
– [Lekwaa]Yo estuve perdido en la brecha porque los espíritus no podían decidirse por un mundo. A vuestro lado, se llevan bien[/Lekwaa].
– [Amy]No nos llevamos mal. Es que no nos llevamos. Pero bueno, eso no importa[/Amy].- suspiré.- [Amy]Cuéntanos lo que querías decir[/Amy].
– [Lekwaa]La oscuridad de Dyavol se ha extendido. Es la culpable de que no se pueda viajar[/Lekwaa].
– [Amy]¿Por eso no funcionan las esferas?[/Amy]- quise saber.
El chico asintió.- [Lekwaa]A menos que liberemos el nexo de portales en cada mundo[/Lekwaa]. – hizo una pausa. – [Lekwaa]Estará protegido[/Lekwaa].
– [Amy]¿Cómo lo hacemos?[/Amy]- insistí.
– [Lekwaa]Los espíritus pueden guiarnos, pero dudo que sea una lucha fácil[/Lekwaa].- nos miró como si no confiara en que fuéramos capaces de hacer lo que teníamos que hacer.
– [Amy]Aquí nada es fácil[/Amy].- evité mirar a Owen para no poner las cosas peor.- [Amy]Cuenta conmigo[/Amy]
– [Lekwaa]Quizá deberíais volver a ser un equipo antes. La oscuridad se alimenta de cada pequeño rencor[/Lekwaa].- propuso y alcé una ceja.
– [Amy]Es que nunca hemos sido un equipo[/Amy].- mentí. Cuando ni yo misma me aguantaba, él estuvo a mi lado.
– [Lekwaa]Os daré un rato. Necesito descansar un poco[/Lekwaa].- y así sin más, se sentó en el suelo con las piernas cruzadas y se puso a meditar.
Carraspeé incómoda.- [Amy]Voy a despedirme de Mae y Goran. Si se despierta antes de que vuelva, avísame. Gracias[/Amy].- mi tono de voz era monocorde, sin emoción alguna. Ni siquiera lo estaba mirando mientras hablaba.
– [Owen]¿De verdad vas a marcharte? Parecías bastante cómoda aquí. Nunca te he visto tan..feliz[/Owen].- le costaba hablar conmigo o quizás solo le costaba hablar.
– [Amy]Parezco feliz, pero en realidad, nunca lo estoy. Eso va conmigo[/Amy].- le señalé mi sien.
– [Owen]¿Vas a dejarlos aquí? Podrías llevarlos contigo[/Owen].
– [Amy]Este es su mundo[/Amy].- le recordé.- [Amy]Además, tendrían que quedarse en la nave para siempre[/Amy].
– [Owen]O no. La nave no es nuestra casa[/Owen].- compuso una mueca de dolor y sacó una petaca plateada de la que dio un trago. La gente en la aldea pensaba que era un alcohólico más, pero yo lo conocía bien.
– [Amy]Puedes engañar a todo el mundo, pero a mí no. Te recuerdo que mi padre tomaba Matalobos[/Amy].- me acerqué a él.- [Amy]Al principio, pensé que estabas molesto conmigo porque te dije que no. Por suerte o por desgracia, no tardé en oler esa mierda[/Amy]
– [Owen]No quería que te culparas por lo que me había pasado. Por eso me alejé cuando llegamos aquí[/Owen].
Solté una carcajada mientras mientras él guardaba la petaca.- [Amy]Pedí no ser yo la que te mordiese. Lo que no sabía es que te mordería otro[/Amy].
– [Owen]Qué ironía, ¿verdad? Hubiese preferido que fueras tú, de aquellas al menos sabía dónde me estaba metiendo[/Owen].- mi madre habría hecho un chiste con eso y sentí una punzada de tristeza terrible.
– [Amy]Hubieras preferido que fuera yo porque iba con sobeteo de regalo, que nos conocemos[/Amy].- sonreí ignorando la congoja.
– [Owen]Joder, pues claro. A mí se me tiró encima un perro enorme y no era para nada sexy. Si al menos hubiese sido Leo…[/Owen]
– [Amy]El puto Leo. Qué bueno ha estado siempre[/Amy].- me tapé la cara entre risas.
– [Owen]Entiendo por qué le mordiste. Yo habría hecho lo mismo[/Owen].- soltó un gruñido que me hizo reír más. Había echado de menos esto. Le había echado de menos a él.
– [Amy]Mi primer instinto fue mearle encima, pero contuve[/Amy].
– [Owen]Amelia MacLeod Echolls, nunca te habría tomado por una de esas[/Owen].- se llevó una mano al pecho de forma teatral. Era gracioso pensar en lo que estábamos hablando con un Lekwaa medio inconsciente en el plano astral.
– [Amy]A ver si te piensas que no tengo libido, chato[/Amy].- le di un golpecito en el hombro.
– [Owen]¿También te va el sado?[/Owen]- preguntó acariciándoselo como si le doliera.
– [Amy]Te recuerdo que nunca lo sabrás[/Amy].- subí las cejas.- [Amy]¿Demasiado pronto?[/Amy]
– [Owen]Me estás matando, pero matando[/Owen].
– [Amy]Te está matando el mordisco, no yo[/Amy].- le aclaré con una sonrisa burlona.- [Amy]Venga, vamos a ver si Lekwaa despierta o lo enterramos directamente[/Amy].
Gracias a un recién llegado, habíamos arreglado en diez minutos algo que durante un mes parecía roto para siempre. Por suerte, con Owen todo era fácil. Qué pena que a mí me gustase lo complicado.
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