Jane – Cabaña de Caitriona
¿¿??
Soñé que navegaba en un barco a través de un mar en calma. Quizás nunca llegase a mi destino y, por raro que pueda parecer, no me importaba. Remaba sola y no tenía miedo. El sol brillaba y sabía, aunque no pudiera verles, que toda mi familia estaba bien.
De pronto, el día cambió y una tormenta me tiró de la barca. Caí al agua. Me ahogaba y tuve miedo.
Cuando abrí los ojos, tomé aire con avidez. Estaba en una cama incómoda, de algo parecido a paja con unas sábanas que recé porque estuvieran limpias. Me notaba cansada y había sudado. Era una sensación parecida a cuando te baja la fiebre.
Miré a mi alrededor, confusa y vi a Alexander sentado en una ajada silla a los pies de mi cama. Estábamos en la cabaña de Caitriona. La mugre era inconfundible.- [Xander]Jane…[/Xander]- musitó cuando sus ojos se encontraron con los míos. – [Xander]¿Cómo te encuentras?[/Xander]- estaba ojeroso y pálido. Parecía enfermo.
– [Jane]Fatal[/Jane].- sonreí con dificultad y me incorporé. Me sentí tan flojucha, que temí marearme. Por suerte, no pasó.- [Xander]Has tenido fiebre. Es normal[/Xander].
– [Jane]Aún me siento…rara[/Jane].- me notaba la boca seca y busqué una jarra con agua con la mirada. Xander, al ver mi cara, fue hasta la mesa, sirvió un vaso y me lo tendió.- [Jane]Gracias[/Jane].
– [Xander]Puede que sea por la magia que Caitriona usó para curarte la herida[/Xander].- de manera instintiva, me llevé la mano al hombro y lo recordé todo.
Asentí y me bebí el agua. Después, coloqué el vaso vacío en la mesita desvencijada. Caitriona era un desastre para la decoración.- [Xander]Cuando te encuentres mejor, podremos irnos[/Xander].- me sugirió él.
– [Jane]Estamos bien aquí[/Jane].- intenté reprimir el impulso de que me dejara algo para mirarme.
Xander esbozó algo parecido a una sonrisa. Algo me estaba ocultando y se le daba de pena.- [Xander]Tenemos que encontrar a los demás, pero con tiempo, lo primero es que te recuperes[/Xander].
Le pedí que se acercara y se sentó a mi lado. Repasé sus rasgos: sus ojos verdes, su nariz pequeñita y la barba que tan bien le quedaba.- [Jane]Tienes mala cara[/Jane].
– [Xander]Estaba preocupado. Pero ya estás bien[/Xander].- le pasé una mano por la cara y él cerró los ojos, disfrutando de la caricia. Ya daba igual si éramos amigos o algo más.
– [Jane]Voy a dormir un ratito más. Me noto débil aún[/Jane].- susurré y me eché hacia atrás.- [Jane]Gracias por cuidarme[/Jane].
No escuché su respuesta, porque estaba demasiado cansada. Cuando me desperté, su mano estaba encima de la mía.
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