[align=center][b][font= Book Antiqua][SIZE=4][color=black]Christopher McLeod | Moondale.[/SIZE][/color][/font][/b]
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Frente a mí se hallaba la ciudad que se había convertido en mi hogar, la que nos había reunido a todos y que ahora estaba destrozada, irreconocible. Era como si hubiese vuelto a saltar en el tiempo y el caos que había presenciado antes, el temor, se hubiese convertido en vacío, en un eco de la vida que una vez hubo aquí.
No sabía si era un truco más de mi delirium tremens, si había perdido la cabeza o si todo esto era algo más, algo diferente, quizá fruto de la magia o de algo que no se me hubiese pasado por la cabeza. No tenía ni idea, pero ya no importaba. Tanto Diana como “el círculo” me hicieron darme cuenta de que tenía que dejar los errores atrás, pero sin olvidarlos, y el futuro adelante, pero teniéndolo siempre presente. No debía dejar que ninguno influyera en el presente, porque es entonces cuando el futuro estaría condenado. Todo lo relacionado con Mason era un ejemplo de mi preocupación por el futuro, que me había sumido en un estado en el que ni siquiera yo me reconocía, y había hecho que me alejase de los demás. El pasado también había contribuido: los errores de mi juventud, la muerte de aquellas dos chicas, el sentimiento de impotencia, la frustración…todo eso se había unido a lo demás haciendo que no tomase las mejores decisiones, aislándome de los demás y ocupando mi cabeza de tal forma que no podía ni siquiera pensar con claridad. Quizás si lo hubiese hecho diferente ya habría encontrado una solución para Mason o al menos habría aprovechado el tiempo con Diana, nunca se sabe, pero ya no era momento de arrepentirse, era algo de lo que había aprendido. En lugar de eso debía seguir adelante. Me había liberado.