Daniel Arkkan | Subterraneo tres
Cuando amaneció el guardia hizo la ronda como de costumbre y se abrió el compartimento de la comida. Fui incapaz de probar bocado, sentía los nervios en el estómago y eso me quitaba toda el hambre que pudiese tener. En lugar de eso traté de hablar con Sarah. Ella me respondió, pero estaba como en otro lugar. No la culpaba en absoluto, no debía quedar mucho para que el cabrón de Preston llegase así que decidí no hablar más, sería mejor que estuviese distraída, así todo pasaría más rápido para ella.
Tal y como me temía, Preston y su equipo atravesó la sala en dirección a la zona de torturas. Me quedé completamente inerte, no imaginaba que el momento hubiese llegado tan pronto.