[align=center][SIZE=3][b]Cecil Anwalt | Biblioteca de la Universidad de Moondale[/b][/SIZE]

[SIZE=2]Estar tanto tiempo allí encerrado me estaba pasando factura. Y no, no era únicamente por la tormenta, por el estar escuchando de forma constante y perpetua el aire y el agua azotando todo a su paso. Era, simplemente, por estar [i]allí[/i].
Al principio todo iba bien. Estábamos tranquilos, charlando, comiendo y buscando pasar estas horas muertas hasta que todo pasase. Pero una vez que la puerta se cerró y no pudimos salir, todo cambió.
El silencio se adueñó de nosotros, infectándonos como si de un virus se tratase. Intercambiábamos palabras, miradas, gestos breves, o al menos, en un principio. El tiempo comenzó a avanzar con mayor lentitud, el ambiente recargado junto al ruido incesante del maldito viento conseguían ponerme cada vez más nervioso. Intenté hablar, sacar algún tema de conversación o algo para hacer, pero nadie me contestaba, ninguno parecía querer escucharme lo más mínimo.
Intenté quitarme esta sensación del cuerpo, por lo que me levanté y caminé. No mucho, ya que debíamos de permanecer juntos, pero lo suficiente como para sentirme menos presionado, o al menos, un poco. Pero no fue así. No hubo mente en blanco ni una sensación mínima de satisfacción. Todo volvía al mismo punto. Un único punto que, aunque últimamente habría procurado tolerar y tratar con normalidad, [i]ahora[/i] no conseguía quitármelo de la cabeza.
(más…)