Moondale

Autor: Destino

  • I EAT BOYS UP

    [align=center][b]~ Silver Wolfe | Casa Echolls | Surprise! ~[/b]

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    Aquella habitación estaba a punto de estallar, yo sentía que, por muy contenta que me encontrase, toda esa felicidad que se respiraba no iba a durar mucho. Era como el Big Bang: el ente crecía y crecía, hasta que llegaba a un límite y explotaba.

    Era el mejor cumpleaños al que había asistido, aunque para ser sinceros, no asistí a muchos. La comida estaba deliciosa, la música (aunque en el volumen 2, para permitir las conversaciones y demás) era agradable, el olor a dulces recién hechos, la decoración de aquella casa tan maravillosa, los invitados, es decir, todo eso y mucho más componían un cumpleaños inolvidable. Y, para qué mentirnos, el hecho de que los invitados recibiesen regalos añadía un punto más a su favor.

    Mirase a dónde mirase solo veía caras alegres, sonrientes, con un brillo especial en los ojos o una emoción que se exteriorizaba en el movimiento de las manos o de las piernas. Yo me había contagiado, porque era imposible oponerse, y me sentía muy a gusto. Claro, lo raro se viene a entender cuando aclaro el hecho de que nunca he sido partidaria de permanecer más de una hora en una habitación repleta de personas y fingir que formo parte del grupo: porque nunca sucedía. Siempre fui la rara, la apartada, la que hablaba en susurro, la que llegaba primero y se iba antes que nadie, cuyo vestuario pasaba de la explosión erótico-festivo a ropa encontrada en un mercadillo de domingo, etc. Pero esta vez era distinto: era yo, Sylver, la que formaba parte del grupo, cuyos comentarios sin sentido formaban parte de la conversación.

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  • REGALOS. QUINTA PARTE

    [align=center][SIZE=6][font=Book Antiqua][b]Diarios de destino. Parte V (y última)[/b][/SIZE][/font][/align]

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  • REGALOS. CUARTA PARTE

    [align=center][SIZE=6][font=Book Antiqua][b]Diarios de destino. Parte IV[/b][/SIZE][/font][/align]

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  • REGALOS. TERCERA PARTE

    [align=center][SIZE=6][font=Book Antiqua][b]Diarios de destino. Parte III[/b][/SIZE][/font][/align]

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  • REGALOS. SEGUNDA PARTE

    [align=center][SIZE=6][font=Book Antiqua][b]Diarios de destino. Parte II[/b][/SIZE][/font][/align]

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  • REGALOS. PRIMERA PARTE

    [align=center][SIZE=6][font=Book Antiqua][b]Diarios de destino. Parte I[/b][/SIZE][/font]

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    Al aplauso de Daniel se unieron los demás mientras Daniel agarraba a Sarah para que se quedase con los cumpleañeros. La pobre estaba muy roja, pero se le veía una gran sonrisa en la cara. January aprovechó para acercarse y darle un achuchón rápido, para después volver a su sitio.

    Así quedaron los cuatro en el improvisado escenario de Nickleback, ahora le tocaba el turno a los demás de repartir los regalos.

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  • BAILAR Y CANTAR

    [b]Suzanne Sommerville | Casa de las Echolls {Con Edward Maclay}[/b][/align]

    annsommerville

    Bailar con [b]Sylve[/b]r, [b]Diana[/b] y [b]Cecil[/b] es lo más divertido del mundo, o casi. Porque aquí a cada cual está más loco y aún no soy capaz de decidir cuál de nosotros se lleva la palma. La verdad, pero desde luego, estoy segura de que son ellos lo que necesito para alejar de mí los pensamientos funestos que me asaltan cada vez que bajo la guardia.

    En determinado momento, mientras saltamos un poco como locos, [b]Diana[/b] se acerca a [b]McLeod[/b], y sonrío al mirarlos. No tengo muy claro el por qué, pero instintivamente sé que entre ellos hay algo mucho más fuerte de lo que se puede ver a simple vista. Y no es por la forma en que se miran, ni por sus posiciones… giro sobre mí misma, un tanto confusa, porque, aunque no tenga muy claro como explicármelo ni a mí misma… es como si algo flotase en el ambiente. Respiro profundamente, y me vuelvo a girar. No entiendo por qué a veces pasa esto (como que siento más despierto a mi pequeño amigo lobuno), pero sé que no debo asustarme. Debo aprender a vivir con ello. Convivir con el lobo. No huir de él.

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  • DEMONIOS QUE TE HACEN BEBER

    [b][Jamie Smith || Casa Echolls || {Con Ben McBeth, Sarah Echolls y Dominic Williams}][/b][/align]

    jamiesmith

    Es preocupante saber que puedo visualizar exactamente las palabras y movimientos corporales de Nana. Sé exactamente como estaría su actitud corporal y sus palabras cubiertas de presión, un poco hirientes y demasiadas desesperadas. Muy preocupante tenerlo en mente. Miré hacia donde estaba un hombre solo en la mesa. ¿Qué sería? me pregunté. ¿Un vampiro, un licántropo, un demonio? volví a preguntarme.

    La Nana de mi cabeza me miraba, como si la situación fuera muy obvia y yo no pillaba qué me estaba queriendo señalar. Carolina apareció, acercándose a alguna parte de mi cerebro y susurrándome, como si los de la fiesta le fueran a oír.

    «Pregúntale», fue lo que me dijo mi tía y mi abuela levantó las manos hacia el cielo, frustrada por tener una nieta lenta. Le lancé una mirada asesina a Nana, remarcándole que yo no era lenta, sólo tímida. Carolina me sonrió y sacó a Nana de mi cabeza. Volví a la realidad, observando la fiesta. Inspiré aire, buscando valor que no tengo y doy un paso detrás de otro hasta quedarme situada al lado de él. Me debatí unos pequeños segundos para llamarle o no, hasta que mandé al diablo (un poco) la timidez y le toqué el hombro con suavidad.

    – [b]Disculpa…pero…¿qué eres?[/b]- pregunté, quizás demasiado honesta. Luego noté como el color se me subía por las mejillas y bajé la cabeza, avergonzada.- [b]Perdona, no debí…[/b]

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  • SONRISA ARREBATADORA

    [b][ January Allard | Casa de las Echolls | [color=green]{ con Alexander Fenris}[/color] ][/b][/align]

    januaryallard

    [QUOTE]-[b][i]Menos mal que mi regalo no es una cena.[/i][/b]

    Levanté la vista y no pude evitar esbozar una gran sonrisa.[/QUOTE]

    -[b]Si tu regalo fuera una cena, tendrías que regalarme después una falda tres tallas más grande[/b] -contesté.

    No me había sorprendido encontrarme a Alexander allí. Ya sabía que iba a ir; al fin y al cabo, Sarah, en su infinito talento para el disimulo, me había pedido a mí su número. Pero sí me había sorprendido a mí misma lo mucho que me había alegrado encontrármelo allí, y que estuviese allí en parte por mi cumpleaños, y ahora que lo tenía delante de mí por primera vez en toda la velada, no podía evitar sonreír como una tonta, aunque fuera totalmente consciente de ello.

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