Diarios de Destino | Subterraneo tres, Bloque Epsilon
Tras el segundo disparo el tiempo pareció detenerse, los rostros de la gente variaban desde el miedo hasta el asombro, una cosa estaba clara, nadie había permanecido impasible.
El teniente Preston se hallaba en el suelo con un agujero de bala atravesándole el estómago, su sangre se derramaba por todo el suelo logrando una escena digna de cualquier serie procedimental de asesinatos. La persona que había disparado contra él se encontraba a unos metros de distancia, era uno de los guardias que habían llegado con la doctora Saunders y ahora tenía un gran agujero en la cabeza cortesía del segundo disparo. A unos metros de él, cerca del cuerpo del teniente Preston se encontraba la mano derecha de éste, su investigador, aún con una pistola de gran calibre en la mano.
El investigador enfundó el arma y se acercó hacia el guardia tendido en el suelo. Después se quitó la bata, dejó ver un traje gris debajo y se acercó hacia la zona central.