Moondale

Autor: Destino

  • CONECTADOS. SEGUNDA PARTE

    CONECTADOS. SEGUNDA PARTE

    DIARIOS DE DESTINO | CONDADO DE RIPPER

    MEDIODÍA

    dreameater

    La bruma se había disipado, al menos en apariencia, porque permanecía en el interior de todos los Campeones y sus efectos todavía perduraban.

    Karen, Mara y Ed llevaban horas pendientes de Lucy, que parecía sumida aún en su profundo sueño, y poco podían hacer para despertarla. Mientras tanto Bill y Vincent habían estado tratando de sonsacar información a la demonio acerca de lo que había pasado. El problema era, que ella estaba tan desconcertada como ellos, nunca le había pasado nada parecido con esa magia, y tenía una amplia experiencia en la condición de Lucy porque ella misma había sido la causante.

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  • CONECTADOS. PRIMERA PARTE

    Diarios de Destino | Louna, Condado de Ripper

     MAÑANA

    dreameater

    En la casa de Vincent Solo reinaba el silencio, marcado por la tensión de todos los asistentes, reunidos allí observando a la demonio sin apartar la mirada. Frente a la demonio, descansaba plácidamente sobre la cama Lucy, inerte ya desde hacía cuatro días, pero viva, como una Blancanieves de fábula, o una Bella Durmiente, pero a ella no la despertaría un beso de su príncipe, para eso había venido la demonio.

    Mara no se apartaba de su paciente, velando por sus constantes vitales, mientras que Bill y Vincent vigilaban constantemente a la demonio. Karen permanecía cerca de Mara, por si se la necesitaba para algo, aunque esperaba que no fuese hablar con el espectro de esa pobre muchacha.

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  • CIENCIA CONTRA NATURALEZA

    Diarios de Destino | La Iniciativa

    NOCHE

    DOLLHOUSE

    Las botas militares del General Preston resonaron por el pasillo que conducía la ‘Dollhouse’, donde una de sus jefes de investigación, la Doctora Zoë Cooper le esperaba.

    Había sido una buena idea aprovechar la impronta almacenada de la Doctora Saunders y realizar unas pequeñas modificaciones para mejorar a la Doctora Cooper, de esa forma los pocos escrúpulos de una se sumarían al intelecto de la otra, no había sido una completa pérdida la marcha de Saunders, al menos podía confiar en que Cooper hiciese su trabajo, porque lo disfrutaba, no había más que ver que ella misma se había ofrecido a recibir la impronta modificada de Saunders. Admiraba esa clase de dedicación a la causa.

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  • OSCUROS METODOS

    Diarios de Destino | Sede de Wolfram&Hart, Louna

    MAÑANA

    johnscott

    El señor Scott atravesó el pasillo vestido con su impecable e inmaculado traje de los viernes de los meses de invierno. Su armario era amplio, su posición en la firma lo permitía, tanto por su generoso sueldo como por el hecho de que la propia firma se encargaba del coste de los trajes de un miembro de su estatus, Director del Grupo de Proyectos Especiales.

    Pero no era el dinero y la buena vida lo único que acompañaban a su posición, también estaba el poder. Como Director, el señor Scott supervisaba él mismo diferentes «proyectos» en los que Wolfram&Hart se embarcaba.

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  • EL IMPULSO DEFINITIVO

    Cordelia Chase | Plano Superior

    Flashforward | Noche, 30 de diciembre

    queenc

    Por todos era sabido que, cuando Cordelia Chase se aburría, se dedicaba a enviarles regalos a los Moondies. Los Oráculos no la entendían, pero a ella no le importaba, lo que pensaba, lo decía y lo que decía, lo hacía.

    A pesar de que, por su condición de Ascendida, estaba más allá del tiempo y del espacio, la Navidad era un momento especial para ella. En parte porque echaba de menos las lujosas Navidades cuando era una niña rica de Sunnydale, pero sobre todo, por las que pasó en Los Ángeles: ¿Quién iba a pensar que un vampiro y un friki iban a ser los mejores amigos que iba a tener en su vida? ¿Quién le iba a decir que su vida no iba llegar hasta los treinta? Seguramente por eso, se sentía responsable de ese grupo de chicos y chicas que ahora estaban pasando por un mal momento.

    No era Navidad, pero ¿acaso no era más divertido que fuese, por ejemplo, un 30 de diciembre cuando les enviase algo importante?

    Avanzó hasta la sala que parecía hecha del propio Vacío, sin paredes ni techos y se concentró en todos y cada uno de ellos: Daniel, Sarah, Christopher, Diana, Edward, Dominic, Rebecca, Daakka y Cara. Los Moondies.

    Una vez visualizó sus caras, se concentró para que todos cayeran plácidamente dormidos, sin pensar en que en algunos casos, podía ser peligroso. Y entonces, la magia empezó a brotar, era un sueño, el más maravilloso de todos:

     Era el cumpleaños de Daniel y todos estaban en casa de las Echolls, en la que no cabía un alfiler. Sólo faltaba una persona, pero tenía que llegar, estaban seguros. Elizabeth corría de un lado a otro llevando bandejas de comida que había preparado Mara, todo tenía que ser perfecto. Daniel sonreía avergonzado con el gorrito que le habían puesto en el que podía leerse «cumpleañero», mientras que Diana se acariciaba su abultado vientre rondando el árbol de Navidad en el que había regalos para todos, porque aunque fuera el cumpleaños de Daniel, era un día especial.

    Christopher terminaba de poner la mesa con ayuda de Dominic y Rebecca, mientras Daakka y Cara encendían las luces del árbol y del Belén, porque Moondale había sido una colonia española.

    Y entonces, como por arte de magia, alguien tocó a la puerta: Éowyn y Freya empezaron a ladrar a coro. ¡Había llegado, ya sí que iba a ser todo perfecto!

    – [Diana]¡Ya vaaa![/Diana]- exclamó Diana echando a correr en dirección a la puerta. Al abrirla, su rostro se iluminó.- [Diana]Justo a tiempo[/Diana].- comentó dándole un abrazo, pero no venía solo, una chica rubia de enorme sonrisa estaba también ahí.

    – [Edward]Familia, os presento a mi…a…Lucy[/Edward].- comentó el chico sonriente.

    – [Lucy]Encantada de conoceros, Edward me ha hablado mucho de vosotros[/Lucy].- sin saber por qué, Sarah y Diana corrieron a abrazarla. Olía a melocotones.- [Diana]¿Se puede saber por qué tienes esos dientes tan blancos?[/Diana]- comentó entre risas.

    – [Daniel]¡Venga rápido, que por aquí hay hambre![/Daniel]- recordó el pelirrojo saludando a su amigo.

    Impulsados por lo que había dicho Daniel, se fueron sentando y entre risas, lágrimas de alegría y conversaciones a media voz, sin darse cuenta, fueron poco a poco conscientes de que era Navidad. Porque en Navidad es cuando estás con tu familia.

    Y ellos eran una.

    Una vez acabó el sueño, Cordelia asintió satisfecha. Vaya, se le habían escapado unas lágrimas de emoción, pero es que esos chicos y chicas se merecían ser felices.

    ¿Sería este regalo el impulso definitivo para ellos? Sólo el tiempo lo diría.

    Feliz Cumpleaños, Dani. 

  • EXPUESTO

     Duke Rivera | La Nave, Moondale

    MEDIODIA

    DUKERIVERA

     

    El sol se filtraba a través de un minúsculo hueco entre las nubes, proyectándose hacia los ventanales del estudio y bañándolo de su clara luz pero sin ningún ápice de la radiación ultravioleta. No dejaba de ser curiosa esa elección de ventanas, esa inversión de dinero  en que todas y cada una de ellas, excepto la recepción, fuese necrotemplada. 

    Lo normal era pensar que alguno de ellos tenía una enfermedad de la piel extremadamente grave que impedía que le tocase el más mínimo rayo de sol, pero también surgían preguntas sobre sus contactos, sus fondos, porque ahora no parecía sobrarles el dinero y sin embargo esas ventanas…ni siquiera sabía que existían hasta que las vi.

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  • RADIO SOBRENATURAL FM

    Elizabeth Echolls | De camino a la Nave

    TARDE

    elizabethpretty3

    Lo único que no me gustaba de conducir, era tener que usar gafas en público. Me hacían sentir vieja y fea, en parte porque en mi generación, el que llevaba gafas era un cuatro-ojos, cosa que que (por suerte), no compartían las generaciones actuales. Y claro, al decir «mi generación» estaba evidenciando que me hacía mayor a pasos agigantados y ahora, encima, iba a ser abuela. No penséis que no me alegraba la idea de tener a mi nieta entre los brazos, pero cada vez que me imaginaba la palabra «abuela», veía a una señora con moño y pelo canoso, no a una mujer que estaba a punto de casarse y que todavía tenía unas piernas lo bastante bonitas como para poder utilizar una minifalda.

    Aún así, la pena por haber perdido a mi hija había dejado una huella que jamás se me olvidaría y eso, se notaba en mi cara, en mi alma y en mi sonrisa. «Elizabeth, no eres la de antes» me decía Delly cuando, mientras estaba en Escocia, iba por las tardes a su casa a tomar café «Mira que vamos a ser abuelas y tienes que animarte» , repetía y a pesar de que sabía que lo hacía con la mejor de las intenciones, no podía evitar sentirme un poco molesta. Sí, su hijo Paul se había marchado y no llamaba nunca, pero al menos, estaba vivo. No digo que fuera fácil, pero era más sencillo. El enfado es llevadero, la pena no.

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  • DEMON CITY

    Ésa es la historia de un grupo que se reunió de una forma inesperada. El Destino llevó a Bill y Vincent a Louna, una par de semanas después de las Pruebas, dónde como veis, Karen les encontró y terminó forjándose una extraña alianza.

    El tiempo pasó y con ayuda de Karen, Bill y Vincent empezaron a resolver casos extraños o sin explicación, la mayoría de ellos archivados o dejados por imposible por el Departamento de Policía de Louna. Por eso el Capitán Turner terminó delegando a los dos últimos a una sección especial dedicada a ese tipo de casos, con la ayuda como consultora, remunerada evidentemente, de Karen.

    TRES MESES DESPUES

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  • LA DECADENCIA DE UNA PRINCESA

    Alice Byron | MansiÓn de Z

    NOCHE

    alicebyron65

    El coche de Mors apestaba a tabaco y aunque no quería que eso estropease la impresión de mi jefe, podía soportarlo. Esa noche podía soportar cualquier cosa, incluso la presencia de Hal, . Desde que Dylan se había marchado con la esperanza de hacerse famoso después de que Maxilian se estacase a sí mismo con el cabecero de la cama, me sentía sola, ya ni siquiera me divertía jugar con Naga.  A estas alturas todo era aburrido y rutinario, porque conocía cada recoveco de su cuerpo como si fuera el mío. Necesitaba un nuevo juguete y estaba claro que no lo iba a encontrar en Mors (demasiado viejo) ni en Hal (demasiado protestón), aunque todo era cuestión de planteárselo según el grado de aburrimiento al que llegase.

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