Moondale

Autor: Logan Villiers

  • No tengo todo el día para matarte

    LOGAN VILLIERS – BOSQUE DE LOS LOBOS

    No sé cómo me ha convencido Mia de escribir esta tontería del diario, pero ya que he llegado hasta este punto, supongo que tendré que seguir.

    Voy a ahorrarme un párrafo lacrimógeno sobre lo mucho que nos cambió ese día o la pena que sentía por la gente que murió. Si, las guerras eran una mierda, moría gente y casi todo el mundo sufría, pero no iba a lamentarme por defender a quien me importaba. Y si para eso tenía que llevarme por delante a alguien, lo haría.

    Cuando la Espada del Caos atravesó limpiamente el torso del tipo de piel negra – no lo digo en plan racista, su piel era negra azulada – seguía moviéndose como un condenado, con esos ojos rojo sangre fijos en mí mientras intentaba morderme con dientes como los de una piraña. Pero su ánimo empezó a decaer cuando la hoja empezó a alimentarse de su oscuridad hasta que dejó un cascarón vacío.

    No era la primera persona con la que acababa ese día. Tenía unos cuantos más, tanto de la Iniciativa como de Z. Para mí eran la misma mierda en dos colores diferentes. Por si queréis detalles, recuerdo a: uno que parecía un champiñón de roca, uno con pinta de serpiente, el cara de pasa con dientes afilados, un pez al que nadie querría follar, un demonio rojo con cuernos, unos cuantos vampiros, varios robots que parecían humanos y alguno más que no recuerdo.

    Los Moondies y sus Satellites – me negué en redondo a que me metieran en el mismo saco – se contenían más, intentando incapacitar a los que se enfrentaban en lugar de acabar con el mal de raíz. Con los únicos con los que habían empezado a contenerse menos era con los vampiros con el cerebro lavado que llegaron en cuanto anocheció.

    No íbamos del todo mal teniendo en cuenta que éramos muchos menos, era una ventaja de que los otros se estuvieran matando entre ellos, si hubiéramos tenido que ir contra uno solo de los bandos la cosa se habría puesto más complicada.

    Miré el móvil para ver si Mia había puesto algo y maldije a esos hijos de puta de la Iniciativa por habernos frito los teléfonos. Si su mayor miedo era que se viera lo que estaba pasando entonces era que no me habían conocido todavía.

    Volé por el claro en el que estaba el núcleo de la batalla, haciendo saltar por los aires de camino a los esqueletos que levantaba el tipo ese siniestro con cara de pervertido. De camino vi a los Moondies, no se les estaba dando mal. Sarah estaba peleando contra el Rey Blanco y sentí envidia. Cerca de ellos los otros dos aesir que habían salido menos favorecidos en el reparto genético estaban luchando contra un demonio. Al poco vi que no era un demonio cualquiera, cambiaba de forma y acarreaba a Sarah y a la novia maciza del aesir cabezón. Ese tenía que ser el hijo de puta del Rey Negro. Esbocé una sonrisa, le iba a devolver lentamente todo lo que le había hecho a Mia, multiplicado por cien.

    Cuando ya me estaba lanzando hacia él, sentí algo raro en mi cabeza. Entonces escuché la voz:

    – [April]Logan, Mia viene de camino, pero tenemos un problema.[/April] – dijo en mi mente. Era esa pelirroja tan alegre que leía las mentes. En cuanto nombró a Mia, tuvo mi atención.

    – [Logan]¿Qué problema?[/Logan] – pregunté, aunque ya no hacía falta. En ese momento, el sol volvió a salir, o al menos, lo pareció.

    Me giré para ver de dónde venía la luz y vi que dos figuras estaban volando, peleando entre sí soltando destellos de una luz de un verde no muy sano. A mis ojos no les hacía mucho daño la luz, así que pude fijarme en ellos. Uno era un viejo con barba y el otro el hombre radiactivo de la Iniciativa, el que llevaba una máscara y parecía que le iba el sado.

    – [Matias]George, el de la Iniciativa, está a punto de estallar por la energía que desprenden los dos.[/Matias] – dijo la voz del niño ese regordete que era tan listo. – [Matias]Es probable que a corto, medio o largo plazo nos mate a todos, pero a Mia y Beatrix las evaporará en el acto.[/Matias] – añadió.

    – [Logan]Yo me encargo.[/Logan] -pensé. No sabía como funcionaba del todo eso, pero según lo que nos habían enseñado, con eso valía para que April les llevara el mensaje.

    Sin perder el tiempo porque Mia estaba en peligro, desprendí energía para impulsarme a toda velocidad contra ellos. Cada vez los veía más cerca, pero ellos estaban enfrascados en su batalla de quién tenía la vara de uranio más larga. Cuanto más cerca estaba, más energía recibía mi cuerpo de la que ellos estaban lanzando. Si no hubieran estado volando tan alto las nuevas generaciones iban a salir con tres ojos.

    No frené y aproveché el impulso para chocar contra el viejo, que salió volando, inconsciente antes de tocar el suelo.

    – [Logan]Eh, Darth Vader, la despedida de soltera te espera.[/Logan] – sonreí, maldiciendo porque nadie hubiese escuchado esa frase.

    – [George]»El hombre superior es modesto en el hablar, pero abundante en el obrar.»[/George] – soltó como si estuviera en un teatro. Entonces me atacó.

    – [Logan]Dicen que vas a explotar y verás, no puedo permitirlo.[/Logan] – expliqué, evitando sus ataques y alimentándome de su energía. – [Logan]He conocido a una chica y viene volando de camino, así que no tengo todo el día para matarte.[/Logan]

    El radiactivo reaccionó con fuerza, lanzando su energía sin contenerse. Preparó un puñetazo en mi dirección y lo detuve con una mano. Luego repitió con la otra e hice lo mismo. Sin soltarle empecé a drenar toda su energía.

    – [George]»No pretendas apagar con fuego un incendio, ni remediar con agua una inundación».[/George] – su voz resonó en la máscara, burlona. Su energía parecía no terminarse nunca y no me hacía gracia ser yo el que explotase, así que empecé a ascender, sin soltarle, mientras dirigía mi energía en forma de calor hacia su cuerpo, colándose por cada hueco. Me sentí un poco sucio cuando mi imaginación se paró a pensarlo, pero no era una mala técnica.

    – [Logan]Ya, bueno, depende del fuego.[/Logan] – le sonreí. Seguí absorbiendo su energía y convirtiéndola en calor, hasta que empezó a sentir el fuego en su interior. No sé en qué punto lo supo, pero sus ojos cuando supo que se quemaba por dentro se me quedaron grabados.

    Ascendí más y cuando empecé a notar que no podía soportar la presión, dejé ir toda la energía que había acumulado en forma de un torrente contra él, elevándolo sin detenerse mientras su cuerpo se combustionaba. Subía cada vez más deprisa hasta que se perdió de vista.

    Su cuerpo debió congelarse al salir al espacio. Casi sentí pena por él, no me gustaba mucho el espacio. Descendí a suelo firme poco a poco, cansado por el esfuerzo que acababa de llevar a cabo. Me costaba caminar incluso, pero me recuperaría absorbiendo energía de aquí y allá. Lo importante era que Mía estaba a salvo. No sabía qué sería de mí si algún día le pasaba algo.

  • ESTUPENDA

    Logan Villiers | Hotel White Candle

    NOCHE | 19 DE ABRIL

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    Di gracias a que la ceremonia terminase para poder alejarme un poco de la multitud y echar una calada viendo cómo el sol se desvanecía en el horizonte. Siempre que veía la puesta de sol me sentía como un portátil que tiene que pasar a funcionar con baterías. Prefería el día.

    Volví junto al resto de invitados cuando empecé a escuchar voces más nerviosas, seguramente alguna sorpresa de la boda, imaginé. Llegué a tiempo para ver al bibliotecario y la hermana de Sarah marcharse acompañados de ese tipo grandote y serio que también había estado en las Pruebas, Bill o algo así.

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  • HACIENDO AMIGOS E INFLUENCIANDO GENTE

    HACIENDO AMIGOS E INFLUENCIANDO GENTE

    LOGAN VILLIERS | BARRIO RESIDENCIAL SUR

    TARDE

    logancuadros

    Mientras el bramido del motor de Cassandra se detenía, observé a través de las gafas de sol el edificio que tenía frente a mí. No tenía tan mal aspecto como el de mi apartamento, pero seguía siendo un edificio del barrio sur. Feo como un demonio si lo ponías en cualquiera de los otros barrios de la ciudad.

    Guardé el casco y sopesé coger una de las latas de cerveza que llevaba en el portaequipajes, pero después pensé que no era la mejor presentación, especialmente con los antecedentes.

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  • EL NO TAN PEQUEÑO NICK

    EL NO TAN PEQUEÑO NICK

    NICK ROMAN | LITTLE NICKY, REFUGIO

    NOCHE

    colefuturoiniciativa

    Eché un vistazo al local que ahora era de mi madre y mío y sonreí al verlo tan concurrido. La gente bailaba en la pista para liberar todas sus tensiones y mi madre sonreía al verles, con sus alas extendidas como un ángel guardián de sus ilusiones.

    Técnicamente Mía era mi madrastra, pero teniendo en cuenta cómo se había portado conmigo, merecía que la llamase madre. Lo que había creado junto a mi padre había sido una idea estupenda. No por el negocio en sí, porque dirigir un bar en un gueto subterráneo en el apocalipsis no da muchos frutos. La gente pagaba con objetos que encontraban cuando salían, si podían, y si no, al menos se llevaban una cerveza gratis al día. No, la idea era estupenda porque era el único sitio en el que la comunidad del Refugio podía aliviar tensiones, y cada día había más.

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  • VIAJE POR LA CARRETERA DE LOS RECUERDOS

    VIAJE POR LA CARRETERA DE LOS RECUERDOS

    Logan Villiers | Graveyard Creek, USA

    MEDIODÍAlogancuadros

     

    Siempre me encantaba la sensación de emprender un viaje en ‘Cassandra’ hacia lo desconocido, con el viento golpeando mi cara incluso en días o lugares de mucho calor como ‘Graveyard Creek’. Pero como siempre hay una excepción que confirma la regla, esta vez, volviendo a Ripper con el rabo entre las piernas para conocer a mi hijo con una mujer que me lo había ocultado, ver quizá a otra que me había rechazado, ayudar a un grupo de gente que se creía mejor que yo y llevando al japonés de paquete en la moto, este viaje no tenía tan buena pinta.

    La verdad era que el tipo, Hiroshi, no me caía mal del todo, aunque nunca lo admitiría. Supongo que todo se debía a que, después de haber visto mi pasado, a mi «padre», no había visto esa mirada de pena, de compadecerse de mi vida o de mi situación, como probablemente habría hecho otro. Además, su infinita paciencia y su seriedad hacían muy divertidas las bromas.

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  • MALDITA ESPADA

    Logan Villiers | Graveyard Creek

    MAÑANAlogancuadros

     

    Abrí los ojos al sentir la luz tras los párpados. Aparté las sábanas y me senté en el borde de la cama mientras me llevaba las manos a las sienes, me dolía la cabeza, resaca seguramente, aunque la ventaja de no ser humano es que se pasaba un poco más rápido, sobre todo si seguía bebiendo cerveza.

    Entonces me vino a la mente un flash de una forma oscura, con dientes afilados, y me di cuenta de que algo no terminaba de encajar. No es que no estuviese acostumbrado a levantarme desconcertado sin saber exactamente qué había pasado la noche anterior, especialmente con una chica al lado – miré y no hubo suerte – pero no con el último recuerdo de enfrentarme a un monstruo, normalmente lo que olvidaba era lo que pasaba después.

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  • LEJOS DE TODO

     Logan Villiers| Graveyard Creek, Condado de Bent, Colorado

    nochelogancuadros

     

    La noche era cerrada en ese pequeño pueblucho de mala muerte, pero tranquila, demasiado. Otra gente habría agradecido una noche así, despejada, pudiendo ver incluso las estrellas, pero yo era diferente, muy diferente.

    Pese a todo lo que había pasado, echaba de menos las noches de Ripper, en las que también podías ver el cielo lleno de estrellas, pero que tenían un aire  peligroso y emocionante que se añadía al saber que por la noche era cuando la mayoría de las cosas peligrosas salían a cazar, y una de ellas era yo, solo que yo cazaba a los cazadores.

    Ahora estaba fuera de mi elemento, buscando un lugar donde seguir cazando, pero por el momento solo me había encontrado con unos cuantos pueblos aburridos y bares de carretera, algunos, eso sí, con unas chicas moteras muy interesantes.

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  • SER UN HÉROE NO ESTÁ MAL

    [align=center][b][font=Bookman Old Style][SIZE=7]Moondale will return in a moment…[/SIZE][/b][/font]

    [b][font=Bookman Old Style][SIZE=4]Logan Villiers | Pico Tantree

    [color=#000000]Noche[/SIZE][/color][/b][/font]

    loganbadassmodafaca

    Continué bajando por la ladera de la montaña, entre las piedras afiladas. El camino no era el mejor, eso estaba claro, pero desde el momento en el que volvimos a salir a través del lago de la montaña, quise alejarme de todos ellos, llegar a casa, acabar con todas las cervezas que me quedaban en la nevera, salir del condado de Ripper de una maldita vez y olvidarlo todo.

    Después de un rato caminando, con la cabeza embotada, sentí que llevaba algo duro y pesado en el bolsillo. Metí la mano y saqué un pequeño disco que parecía hecho de una mezcla entre piedra y metal, con un agujero en el centro. Cuando el demonio grandote, Daakka o como se llamase, metió su colgante en el pedestal, el resto hicieron lo mismo, y yo, con resignación, les imité mientras sentía que pulsaba un botón para darle la inyección letal a esa chica que se había sacrificado por un mundo que no merecía la pena.

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  • ¿POR QUÉ DEMONIOS ME HABÍA MOLESTADO?

    [align=center][b][font=Bookman Old Style][SIZE=4]Logan Villiers| Templo de los Guardianes, ‘Axis Mundi’| Prueba de Virtud | Parte I de II

    [color=#000000]Noche[/SIZE][/color][/b][/font]

    Stir-2

    Por fin estaba solo, sin ninguna persona que me mirase por encima del hombro, sin juicios de gente que no se paraba a mirar sus propios defectos antes de señalar los de los demás. Agradecí la oscuridad, porque el silencio ya estaba ahí desde que habíamos salido de la prueba, y el hecho de poder relajarme. Me llevé una mano a la mejilla, tenía un corte por dentro que me dejaba un sabor metálico y salado en la boca, por culpa de uno de los golpes del Ken.

    Lancé un fogonazo de calor hacia el delante y vi que el pasillo era largo como un día sin pan. Tenía ganas de que esas malditas pruebas acabasen de una vez, y seguía sin saber cómo demonios me habían convencido para meterme en eso.

    Después de un buen rato, el pasillo «explotó», seguía siendo un pasillo, pero ahora había luz por todas partes, porque las paredes y el suelo se habían cubierto de fuego en un momento, igual había sido culpa mía por el fogonazo de antes, pero era imposible que hubiese echado a arder justo cuando pasaba por él.

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