Moondale

Autor: Owen Williams

  • LAS MUJERES MAS IMPORTANTES DE OWEN

    OWEN WILLIAMS – Nave

    Mañana

     

    No era mi primera vez dentro del cuerpo de una mujer… vale, dejadme reformular esto porque con lo que viene a continuación queda demasiado raro. No era la primera vez que mi alma se veía anclada en el cuerpo de una mujer, como podréis recordar de pequeño por un día fui mi madre, y no era uno de sus mejores días precisamente. Desde aquel día supe que las mujeres son un ser superior al hombre y que la menstruación duele más que una patada en los huevos sin ninguna duda.

    Cuando pensé en pasar más tiempo con ella no imagine que sería de esta manera, pero visto por el lado bueno de esto modo no podrá huir de mí para vigilar su cuerpo, lo cuál dicho sea de paso duele un poco porque no se por que clase de depravado me toma.

    Ser Amy estaba resultando toda una experiencia desde luego, siendo mi madre no podía tocar a nadie, sin embargo con Amy percibía un montón de cosas, la seda de su bata cayendo por los brazos con delicadeza, una amplia gama de olores, o que en alguna parte de aquella nave alguien se había transformado en licantropo, lo que me hacia sentir algo por dentro y no eran ni flores ni gases.

    – [Owen]¿Te parecen bien unos cereales?.-[/Owen] Ella se limitó a encogerse de hombros sentada en un taburete delante de mí. Por lo general solía desayunar un vaso de proteínas y alguna fruta, pero en el caso de Amy no sabía lo que desayunaba así que tire por el desayuno universal de un niño menor de 10 años, soy un genio como podréis comprobar. Nota: compensar a Amy con un desayuno sorpresa cuando todo esto haya pasado.

    – [Owen]Puedes darte un caprichito ahora que esta en mi cuerpo, ya quemare las calorías luego.-[/Owen] Clase de como cagarla con tu crush 101.

    – [Amy]¿Me estás llamando gorda?[/Amy]- Pregunto poniendo los ojos en blanco algo que me dio mucho repelús porque no era algo que yo soliera hacer, de pequeño pensaba que los ojos se te podían acabar metiendo hacía dentro.

    – [Owen]No, en todo caso te estoy llamando delgada.-[/Owen] Así se arregla Owen. Los cereales que había preparado comenzaron a convertirse en una mezcla pastosa, maldita comida futurista. – [Owen]Esto sabe a cartón.[/Owen]

    – [Amy]No necesito que hagas apreciaciones sobre mi físico[/Amy].- Amy cogió una fruta que parecía una ciruela, pero azul en su interior. – [Amy]De hecho, podemos estar en silencio hasta que acabe todo[/Amy].- Por lo general era un tío sonriente, pero esa en concreto que acaba de poner no era una que soliera utilizar, la sarcástica.

    – [Owen]Si nos quedamos en silencio será más violento. -[/Owen] Los cereales estaban comenzando a resultar imposibles de tragar y creo que comenzaba a entender por qué. Amy compartía su cuerpo con otro ser, y un bol de leche con arroz inflado no era precisamente lo que quería. – [Owen]Oye, ¿siempre tienes antojo de carne?.[/Owen]

    – [Amy]Para tener antojo de carne, te estás poniendo fino a cereales[/Amy].- Pues si tenía antojo, pero no sabía de que tipo. En una escala del 1 al 10 en cosas estúpidas que solo podría ocurrirseme a mí, como de estúpido seria el morderme a mi mismo para que Amy dejara de atormentarse con que podría matarme y así estar juntos.

     – [Owen]Lo decía por la loba.-[/Owen] No pude evitar olfatear y me llegaron varios olores, por lo visto era una destilería andante porque daba la sensación de que desprendía ron por los poros de mi piel, pero por encima de eso me llegaron otros más suaves de Amy  – [Owen]Vaya, pues sí que es bueno ese champú espacial.[/Owen]

    – [Amy]Evita hacer esas cosas[/Amy].- No hacía falta ser un genio para notar que aquello le había incomodado. Maldita sea Owen, acaso ves a Amy lanzar fuego, pues deja de usar sus habilidades claramente superiores a ti. – [Amy]Y si tienes ganas de hacer pis: te lo haces encima y ya está[/Amy].

    – [Owen]Evitare más líquidos por hoy. Si tú necesitas ir al baño, puedes ir si problemas.-[/Owen] Le guiñe un ojo, lo cual al estar en su cuerpo resultaba algo violento.

    – [Amy]Prefiero reventar o provocarte una infección de orina[/Amy].- Amy ignoro el guiño de ojo y saco un lápiz y papel en el que comenzó a escribir. No dejaba de sorprenderme, no tenía ni la más remota idea de donde los había sacado porque eran cosas que no solía llevar encima. Ella, guapa, lista, maga. Pero sobretodo me sorprendía que fuera capaz de sacar algo de esta situación como para poder hacer una canción.

    – [Owen]Esto es lo más raro de todo, nunca me había visto tan concentrado en algo.-[/Owen] Dije hincando los codos en la encimera inclinándome un poco hacia ella/él.

    – [Amy]No me observes[/Amy].- Me pidió con las mejillas encendidas. Note como su corazón, o el mío, se aceleraba.

    – [Owen]Si vas a escribir sobre esta maravillosa experiencia, puedo ayudarte. Aunque no se me da bien tocar ningún instrumento.-[/Owen] El talento musical se lo había llevado Elliot, el culinario Jane y el intelectual ambos. Yo solo era Owen.

    – [Amy]No necesito ayuda, Owen. Necesito silencio[/Amy].- Se quedo pensativa unos segundos, tal vez pensando en algo que escribir.- [Amy]Pero gracias[/Amy].

    [Owen]Vale, soy una tumba.-[/Owen] Añadí imitando el cerrar de una cremallera.

    Me senté en el otro lado de la cocina ojeando una revista de cocina, de vez en cuando Amy alzaba la vista por encima del hombro, vigilandome, o tal vez inspirándose para lo que estaba escribiendo, vale puede que mi talento sea el de ser musa de cantantes.

    Me alegraba de haber cambiado de cuerpo con Amy, era algo que podría unirnos más, además no tenía nada de malo ser mujer. De hecho las tres personas más importantes de mi vida eran mujeres. Una me había educado de una manera fenomenal a pesar de todos los quebraderos de cabeza que le había dado. Otra había sido mi media mitad toda mi vida y lo seguiría siendo por siempre. Y la última alegra mis días con una simple mirada, o en este caso con un vistazo por el rabillo del ojo.

     

  • ESCUPIENDO SOBRE TUS ANCESTROS

    OWEN WILLIAMS SOLID

    Dagerknot – Mañana

    Como no podíamos quedarnos en la nave toda la vida, y en algún punto claro esta tendríamos que volver a casa, nos preparamos para nuestra siguiente aventura bastante mejor que la primera vez, donde básicamente llegamos con lo puesto y desentonando allá donde íbamos.

    La nave tenía una impresora mágica, vale no era mágica, pero te podía imprimir lo que fuera, así que era casi mágica. Noah, que era el que más en serio se tomaba todo esto, nos fabrico unos trajes similares para todos pero con distintos colores. Me parece que alguien ha visto demasiado los Power Rangers, Kimberly crush de infancia, y Tommy.

    El caso es que estos trajes nos quedaban como un guante, eran ligeros y podíamos movernos con soltura, pero a la vez por su tejido eran sorprendentemente resistentes. Eran como armaduras del Medievo futuristas.

    Tras fabricar ropas para todos y no desentonar, madre mía lo que va a dar de sí esa impresora, nos encaminamos hacia los monolitos que nos llevarían a los diferentes mundos. Me hubiese gustado ir con Amy, para que engañarnos, pero como buen hermano que me gusta pensar que soy me ofrecí como tributo, digo voluntario, para proteger a mi hermano pequeño por algo de no sé que de Bill. Sí, me entero bien de las cosas.

    El monolito que iba a llevarnos hasta nuestro destino tenía el aspecto de un regio guerrero, llevaba un parche en un ojo y un par de cuervos en los hombros, no hacía falta ser un lumbreras para ver que se parecía a Thor. No espera ese es el del martillo, este tiene más pinta de el padre, Odín, eso.

    Tocamos el monolito y…. ¿alguna vez habéis estado en un parque acuático?. Qué tontería, seguro que si, menuda mierda de futuro de no ser así. El caso es que sin apenas darnos tiempo a reaccionar estábamos debajo del agua.

    Agarre a Elliot y subimos hasta la superficie. Observe como Xander tomaba aire y volvía a sumergirse. Ruby apareció cerca de nosotros y Xander regreso a la superficie cargando con Dante. Esas alas le daban un toque muy sexy, pero lo que viene siendo en el agua son un estorbo.

    – [Owen] Empezamos bien.-[/Owen] Debería haberlo pensando, aunque pensar nunca ha sido lo mío, que algo raro podía pasar. A diferencia del resto, el monolito hacia este lugar estaba cubierto de musgo, como si hiciera tiempo que alguien no lo usaba, abandonado vamos. Además no había mucha gente con pinta de vikingos en la Luna en comparación con el resto de culturas.

    – [Xander]Aquí hay algo raro.[/Xander] – Cuando Xander dijo esto note tintinear mi aracno… aesir sentido. Es raro de explicar, los aesirs tenemos afinidad por la magia y lo sobrenatural, no se en Xander y Dante como funcionara, pero en mi caso son como cosquilleos. Es gracioso, cosquilleos como si me estuviera riendo del peligro y la muerte.

    – [Ruby]Solo es un poco de agua, señoritos[/Ruby].- Añadió tirándonos agua. Me fije en que el maquillaje no se le había estropeado, o tal vez esos labios rojos y pestañas eran naturales.

    – [Dante]Lo dice porque hay algo muy chungo en este agua.[/Dante] – Todos agachamos la cabeza, pero no podía apreciarse nada más allá de la oscuridad en el agua.

    – [Ruby]Puedo bajar y mirar a ver qué hay[/Ruby].- Esta tía no sabe lo que es el miedo, bravo su… o dios Cole… o dios la cocina. Sacudí la cabeza para quitarme esa imagen de la mente. Unos chillidos nos sobresaltaron, parecían humanos, pero con la oscuridad y la tormenta que se acercaba no veíamos nada.

    – [Owen]Menos chachara y más nadar hacia la orilla.-[/Owen] La cabeza de Dante se hundió un segundo bajo el agua.

    – [Dante]¡Algo me ha agarrado el tobillo![/Dante] – Añadió moviéndose como loco. A ver, entendedlo, si de por si en una playa te dan varias infartos cuando te roza un alga, imaginaos que algo os agarra de los pies y pretende arrastraros a las profundidades. Pues chapoteas como un descosido. Porque tenía las alas hundidas por el peso del agua, que si no salía escopetado hacia el cielo.

    – [Xander]No te muevas así o nos hundiremos.[/Xander] Xander intentaba calmarlo mientras tiraba de él y se tragaba la mitad del agua que iba salpicándole Dante.

    – [Dante]¿Y qué coño quieres que haga, dejar que me coman?.-[/Dante] Los misterios de la naturaleza espacial en la que peces se comen a aves, el plot twist.

    – [Xander]¿Veis algo?[/Xander] – Xander hundía la cabeza en el agua para ver si daba con ese misterioso ser.

    – [Ruby]Agua[/Ruby].- Nosotros lidiando con algo extraño de las profundidades y seguramente en su cabeza esto será como un prado de Ponis, esta chica no conoce el miedo.

    ¿Recordais lo del algo? Pues se me paro el puto corazón cuando note como unas manos, si, manos, se aferraban a mis pies y tiraban de mi. – [Owen]No es por alarmaros, pero algo me ha agarrado de los pies.[/Owen]

    – [Xander]Elliot, ¿puedes nadar?[/Xander] – Ruby agarro a Dante y siguieron nadando hacia su salvación.

    – [Elliot]Si.-[/Elliot] Le eche un vistazo a mi hermano. Si algo le agarraba de los pies no iba a notarlo. Asentí para que se marchara y nado hacia Ruby para ayudarle con Dante.

    Xander, que recordemos sabe nadar rápido porque es un tío preparado, se acerco hacia mi estirando el brazo, pero me hundí en el agua antes de poder alcanzarlo.

    Tranquilos que no he muerto, sino no tendrías este diario entre vuestras manos y hubiese parado de escribir hace tiempo. Pero si estuve a punto, la presión en los oídos al notar cómo me iba hundiendo cada vez más y más, junto a esa sensación de no poder respirar, como intentas contener el poco aire que te queda y el pecho se contrae al intentar no respirar.

    No podía usar mi poder, de nada valía el fuego en el agua. Pero al intentar crearlo podía hacer hervir el agua a mi alrededor. Xander apareció junto a mí y aun con la presión del agua fue capaz de darle un tajo a esa especie de cruce de Ursula de la sirenita y tiburón de Street Shark. Liberado nadamos hacia la superficie. En cuanto note como se llenaban mis pulmones nade con fuerza junto a Xander rumbo a la orilla.

    – [Xander]¿Has visto cuántas había?[/Xander] – Pregunto entre brazada y brazada.

    – [Owen]Demasiados ojos inyectados en sangre como para contarlos.-[/Owen] Era una mezcla entre hermoso y aterrador. Si no tienes ni puñetera idea de que es cuando lo ves por primera vez es hermoso, pero si ves venir a uno de esos bichos…

    – [Xander]No sé, solo nos ha atacado uno. Si hubieran sido todos…[/Xander] – Se le veía agobiado, en cuanto llegamos a tierra, o más bien a la ciénaga porque el agua nos llevaba hasta los tobillos, recuperamos el aliento.

    – [Ruby]Señores, un poco de calma[/Ruby].- Ruby seguía en su mundo de cero peligro mientras se secaba su melena plateada con las manos.- [Ruby]No hace falta demostrar de forma constante por qué sois el sexo débil[/Ruby].

    – [Dante]No me jodas Ruby, acaban de estar a punto de comernos unos putos peces demonio, o lo que coño sea.[/Dante] – El pobre Dante parecía un pollo pasado por agua con sus alas empapadas. Se meneo un poco como los perros para secarse.

    – [Ruby]¿Estás en esos días del mes?[/Ruby]- A pesar de venir de un mundo en el que las mujeres eran claramente superiores a los hombres, las mujeres seguían padeciendo, quizás con menos dolor al ver Ruby, los estragos de la menstruación. Así que al referirse esos días en Dante debía de hablar de follar. O Dios la cocina… BASTA.

    – [Dante]Puto agua.[/Dante] – Con el fango apenas podía mover los pies, hasta que levante la pierna más de la cuenta y otra mano me aferraba el pie. Xander asesto otro tajo y corto la mano seguido de un grito.

    De el fango aparecieron unas criaturas diferentes a las del agua, bípedas y de un color azul como el agua cubiertos de musgos y fango. Hicimos un circulo y metimos a Elliot en el centro. Lo note decepcionado, quería ayudar como los demás, pero no sabía pelear como el resto.

    No eran muchos, así que entre los mandobles de Xander, mi fueguecito interior, los puñetazos de Dante y Ruby, la cual se movía como si estuviera danzando con dos cuchillos, acabamos con todos.

    Se escucho  unos chapoteos, a lo que pensamos que serian más de esas criaturas, pero solo eran dos tipos ataviados con cuerdas con pintas de vikingos. Xander se saco el auricular multilinguistico del bolsillo, Henry se iba a hacer de oro como patentara todo lo que estaba creando, y me lo dejo en la mano. – [Xander]Tú eres el sociable.[/Xander]

    – [Ruby]Esto es un trabajo de mujeres…[/Ruby]- Nadie niega la ferocidad de las mujeres vikingas como la que parecía tener Ruby, pero Xander había confiado en mí y no le iba a defraudar.

    – [b]Eh. Buen trabajo con esos comefango.[/b] – La gente tenía mucha facilidad para nombrar a las cosas, es como esa serie con zombies en la que nunca los llamaron zombies. – [b]Se han comido a tres de los míos. ¿Os interesa trabajar en un barco?[/b] – Pregunto señalando hacia atrás al bote del que estaban tirando para pasar por la ciénaga. La motivación de los Vikingos con poca cosa era admirable.

    – [Owen]No buscamos trabajo, pero podemos echaros una mano con esas cosas si nos lleváis a tierra firme.-[/Owen] Propuse, seguro que agradecían una ayuda y encima no tendrían que pagar en baratijas, porque esta gente lo que viene siendo dinero poco.

    – [b]No sois de por aquí, ¿eh?[/b] – Escupió al suelo y no supe muy bien como tomarmelo. – [b]Si no fuera por vosotros seríamos carne de comefango, así que vamos, subid. Tengo ganas de volver a casa de una puta vez.[/b] – Ahora sonaba como Dante así que no podían estar muy enfadados, solo eran… ¿racistas?. No digo que Dante lo sea, era la forma de hablar. Parecia el tatatatatatatatatatatatatarabuelo de Dante.

    – [Owen]Gracias.-[/Owen] Añadí escupiendo también al suelo. Lo mismo era una especie de saludo o me estaba cagando en todos sus muertos como él había hecho conmigo. O tal vez solo tenía mocos en la garganta, mucha humedad por aquí y duermen con el culo al aire, así que los resfriados abundan.

    – [Xander]Por eso te he dejado de portavoz.[/Xander] – Me susurro Xander mientras subía al bote salvavidas, capacidad máxima para 18 personas.

    – [Ruby]Señores señoreando[/Ruby].- Ruby se sentó cruzándose de brazos. Nos presente por los nombres en clave y note como a Xander le brillaban los ojitos de emoción.

    – [Owen]No te enfades, ya tendrás oportunidad de salvarnos más adelante.-[/Owen] Añadí mientras cogía uno de los remos y nos poníamos rumbo a tierra firme a ritmo de melodías nórdicas.

  • NO ME GRUÑAS QUE NO TE ENTIENDO

    OWEN WILLIAMS

    ESFERA KOURAS

    Íbamos con prisa y apenas había podido disfrutar de mi estancia en el viejo oeste más allá de ser capturado y dejado en una tienda que parecía una sauna. No me había dado tiempo de probar esa pipa que iban pasándose unos a otros en un reducido corrillo, aunque por las risillas más que tabaco me daba a mí que era otra cosa.

    Gracias a Lekwaa, ya podría la gente ponerse nombre más normales, habíamos conseguido algo de ropa para no llamar tanto la atención en este mundo, cosa que ya habíamos hecho. A Vera el rollito india le quedaba bien, pero yo con el chaleco marrón con el pecho al descubierto parecía más un stripper que otra cosa.

    En la caminata por la montaña para dar con el Daë de nombre impronunciable empecé a pensar en lo que haría cuando saliera de allí. Una buena hamburguesa, una ducha para apaciguar este calor y una charla con Amy, debía ser el calor porque me imagine a ambos en una ducha comiendo hamburguesas.

    Pero esto no iba a ser tan fácil como estaba pensando y en cuanto pensé en cómo le iría a los demás algo me vino a la mente.  – [Owen]He estado echando cuentas, y si los Daesdi nos han dividido en equipo de cuatros… me parece que esto no va a terminar aquí.[/Owen]

    – [Vera]Tienes razón.-[/Vera] Lo mismo era por Lekwaa, pero parecía más callada que antes, lo mismo le gustaba.

    – [Hotah]¿Cuántos sois?[/Hotah] – Pregunto Lekwaa mientras iba a la cabeza guiándonos el camino. Estas cuestas montañosas le tenían que proporcionar buenos glúteos a esta gente.

    [Owen]Pues veamos…-[/Owen] Estire los brazos y me dispuse a enumerar en voz alta. – [Owen]…esta mi crush, mi hermana, mi hermano, el que le hizo daño a mi crush, un primo del futuro de mi crush, una ex que es hermana de mi crush y Vera…-[/Owen] Me fije en que Vera tenía los ojos como platos pero no tenía tiempo de decirle nada que entonces perdía la cuenta y tenía que empezar de nuevo. –[Owen]…Speedy, la que tiene mucha pechonalidad, mi hermano de otra madre, su hermana ultra sexy salida de la nada, míster y miss simpatía…-[/Owen] Lapsus mental porque me ha venido a la mente Elle subiendo la montaña. –[Owen]…mi otro hermano de otra madre, el hermano de este que es ninja, el otro hermano de este que canta o algo así…-[/Owen] Por las caras de ambos me parece que estaba empezando a perderlos. –[Owen]…los tres de la isla que están de Erasmus, el único con carrera de todos y futuro… ah y Nate.[/Owen]

    – [Hotah]Sois…unos cuantos. ¿Y dices que hay…catorce mundos?[/Hotah] – Medite un segundo, porque tampoco soy muy de pensar las cosas, cuanto podía decirle. No es que lo conociéramos muy bien, podía ser uno de los malos. O peor, que se le fuera la olla cuando descubriera los demás mundos.

    – [Owen]Bueno, eso aquí. En realidad el espacio es infinito.-[/Owen] Me sentía un poco sabelotodo al decirle esto. Seguro que su mente estaba explotando por dentro.

    – [Hotah]Owen, que también vengo del futuro.[/Hotah] – Vale igual no estaba explotando tanto.

    – [Owen]Eso se te había pasado mencionarlo.-[/Owen] Me dirigí a los dos pero ambos pasaron de mi. Ya tienen que estas las cosas jodidas en el futuro como para acabar en mitad del oeste o en un presente un tanto precario. – [Owen]¿Qué pasa, estaban de descuento los viajes al pasado?[/Owen]

    – [Hotah]Llevo casi cuatro meses aquí.[/Hotah] – Comento encogiéndose de hombros. – [Hotah]Me guiaron hasta un portal mágico y me encontré en mitad del desierto.[/Hotah]

    – [Owen]Si están cansado de la vida en el desierto puedes venir con nosotros si quieres. No creo que los demás pongan pegas.-[/Owen] En su día nuestros padres acogieron a Nate y acabo siendo como un padre para todos. Seguro que ahora a algunos no les importaba tener un hijo más.

    – [Hotah]Creo que mi destino era encontraros. Por eso nos hemos cruzado.[/Hotah] – que mala leche tiene el destino para echarte por un portal mágico y dejarte a tu suerte con unos indios que te podrían haber arrancado la cabellera. – [Hotah]¿Cuál es vuestra misión exactamente?[/Hotah]

    – [Vera]Reclutar Daë.-[/Vera] Vera debía de estar en piloto automático, o tal vez tenía un cortocircuito en su poder que le impedía articular más de dos palabras.

    – [Hotah]¿Para qué? ¿Qué son?.-[/Hotah] Intente buscar algún símil con superhéroes, pero al venir del futuro lo mismo se enteraba de menos.

    – [Owen]Entre todos deben enfrentarse a un gran mal que podría consumir los 14 mundos del nexus.-[/Owen] Evite la parte en la que mueren salvándolos. No sabía cuánto podría aguantar guardándome esa información, lo mismo se me escaba a alguno de los Daë, pero siendo algo que está escrito dudo que cambiase nada.

    – [Vera]Y también el nuestro.-[/Vera] Siempre olvidaba que el nuestro también estaba en peligro, como si no fuera suficiente con la versión corrupta de mi hermana.

    – [Hotah]Supongo que después de perder mi hogar tiene sentido que os ayude a salvar el vuestro.[/Hotah] – Espera, eso quiere decir que el futuro del que viene es de uno de los planetas del nexus. No tuve tiempo de preguntarle porque se adentro en una cueva.

    Al cabo de unos minutos que resumiré en que me destroce el trasero en una roca enorme esperando, Lekwaa reapareció seguido por una figura enorme que le sacaba otro cuerpo.

    – [Hotah]Este es Ugg’Krah.[/Hotah] – Me limite a asentir, no pensaba ni intentar pronunciar su nombre no fuera a mosquearse. Parecía un gatito asustado, un gatito enorme oculto tras Lekwaa.

    – [Vera]Te necesitamos.-[/Vera] La siguiente conversación está traducida por Vera, pero en su momento todo eran gruñidos de tener la rabia y demás ruidos de cavernícola.- [Vera]Por favor.[/Vera]

    – [Uggkrah]No puedo marcharme, humanos malos vienen por piedras preciosas y atacan pueblo de Hotah.-[/Uggkrah] Puede que no le entendiera, pero ahora comprendía los gestos hacia la cueva y Lekwaa.

    – [Vera]El destino de quince mundos depende de ti.-[/Vera]

    – [Hotah]Hay un gran grupo dirigiéndose hacia aquí. Y…dos personas un poco más adelante.[/Hotah] – Mire hacia la dirección que se dirigía él. Solo veía una enorme nube de polvo.

    – [Owen]¿Si te ayudamos a vencer a esos hombres malos, vendrás con nosotros?.-[/Owen] Vera se dispuso a traducir lo que había dicho, pero por como me observaba diría que me había entendido.

    – [Uggkrah]Pueblo de Hotah libre. Ugg’Krah no tener a nadie. Ugg’Krah ir con vosotros si ayudar.-[/Uggkrah] Así que lo único que teníamos que hacer para que viniera con nosotros era zurrarle a un par de vaqueros.

    Jane y Elliot llegaron a la carrera hasta donde nos encontrábamos, tras casi echar el hígado recuperándose nos contaron que básicamente casi toda la ciudad había salido a dar caza al bueno de Ugg.

    Mi ayuda consistió en lanzar llamas por el terreno elevado impidiendo así el avance de los vaqueros. Por muy mezquinos que fueran no eran más que simples humanos. Lewkaa y Ugg por su parte no pensaban igual. El primero lanzaba una flecha detrás de otra acertando mortalmente en todas. El segundo se abalanzo por la ladera levantando una nube de polvo y tierra, lanzando por los aires a todo el que se encontraba por su camino.

    Unos cuantos vaqueros flanquearon la montaña y llegaron por detrás. A Jane no le pillo por sorpresa y le soltó tal puñetazo a uno que le volaron dos dientes. Tampoco es que tengan muy buena higiene bucal. Mi hermana se había estado entrenando desde pequeña con mi padre en boxeo, no quería que ningún gamberro le hiciera daño a su princesa.  – [Jane]Aún a riesgo de parecer un cliché: gracias, papi.[/Jane]

    Encendí un par de flechas que Lekwaa lanzo sobre los carruajes cargados de dinamita haciéndolos estallar por los aires. La cuesta estaba repleta de cuerpos inertes y de lamentos agonizantes.

    Aviamos conseguido reclutar a nuestro primer Daë, ahora solo faltaba lo más importante que nadie había pensando. ¿Cómo leches salimos de allí?. Una pena no tener en marcación rápida a los Daesdi en el móvil.

  • LA LOBA DE MIS SUEÑOS

    OWEN WILLIAMS

    TARDE – ESCUELA LEGADO

    Me encontraba en el bosque de los Lobos y francamente no sé cómo había llegado hasta allí cuando hacía solo un momento estaba con Xander preparando las mochilas para nuestra improvisada “acampada”.

    Se escuchaban grillos y el ulular de los búhos en las profundidades del bosque. El crujido de las hojas secas a mi espalda me estremeció, al girarme me encontré con una imponente loba la cual se acerco lentamente hacia donde me encontraba y giro alrededor mío un par de veces olfateándome y rozando su cuerpo contra mis piernas.

    La loba se alejo un poco y pasó por detrás de un árbol, pero ya no era una loba, en su lugar había aparecido una figura femenina oculta por la niebla. ¿De dónde había salido tanta niebla?.

    La misteriosa figura femenina comenzó a andar grácilmente hacia mi posición, cuanto más se acercaba la niebla a su alrededor se disipaba. Escuche un estruendo pero la noche estaba despejaba. Cuando volví a mirar al frente tenía a Amy a escasos centímetros de mi cara.

    Incline la cabeza un poco hacia abajo, la niebla aun revoloteaba a su alrededor en ciertos puntos estratégicamente colocada. Sople y sople, pero no se disipaba. Escuche mi nombre como si lo arrastrara el viento. Amy se mordió el labio con una leve sonrisa e inclino la cabeza, yo cerré los ojos y puse morros…

    …el portazo de una puerta sacudió todo mi cuerpo. Abrí los ojos de golpe para encontrarme de nuevo en la escuela legado. Xander estaba a mi lado en la mesa mirándome extrañado, estaba claro que me había visto poner morritos mientras dormía. Evidentemente no podía dejar que este sueño se disipara y olvidara así que por eso esta apuntado en el diario.

    – [Jane]Owen Dominic Williams, le voy a decir a papá y a mamá que piensas ir de aventura suicida con tu amiguito[/Jane].- Jane entro dando zancadas enormes en la habitación, todo lo enorme que le permitía su cuerpo. Me quite la baba que aun me caía por la boca y a mi lado Xander se comenzaba a escurrir en su silla.  – [Jane]Sí, tú eres el amiguito, amiguito[/Jane].- Dijo señalando hacia Xander que le hizo caer más aun en su silla, donde estaba Dante y sus agujeros negros cuando hacían falta estaría pensando.

    – [Owen]No vas a decir nada porque no te hablas con ellos Jane Jessica Willams Lee.-[/Owen] Me estirace en mi silla y bostece exageradamente, no entiendo porque me invitaban a investigaciones de libros si siempre acabo sopa entre ellos.

    – [Jane]Por detenerte soy capaz de hablarme con quien sea menos con tu amiguito[/Jane].- Añadió seria. Eso me había dolido hasta a mí. Xander se levanto y se marcho al fondo de la habitación como si fuera un niño al que acababan de castigar. Un niño que lleva castigado más de diez años.

    – [Owen]En vez de detenernos deberías ayudarnos, después de todo estamos intentando encarcelar a tu doble.-[/Owen] Me fije en el cordón que llevaba alrededor del cuello que le caía por sus… mejor no seguir por aquí que es mi hermana de la que estoy hablando. Debía de tratarse de él colgante de papá. Cuando llegue para cogerlo prestado de encima de su cómoda, porque últimamente no llevaba nada encima puesto, había desaparecido. Jane se había adelantado.

    – [Jane]¿ME ESTÁS ECHANDO LA CULPA DE LO QUE HAGA MI DOBLE?[/Jane]- Las mayúsculas suelen expresar gritos, por eso las pongo. Pero por si no queda claro, si, alzo la voz, bastante. Podría haber reventado algún vaso de cristal de haber tenido alguno a mano.

    – [Owen]No, repito. Encarcelarla para que no dañe a nadie más y así tú puedas vivir tu vida tranquila. ¿mejor?.-[/Owen] Jane pareció calmarse y se quedo mirándome muy fijamente seguramente pensando que era un estúpido por intentarlo, pero su estúpido.

    – [Jane]Amiguito, como le pase algo a mi hermano, no soy de Louna pero te juro que te rajo de arriba a abajo como si lo fuera[/Jane].- Volvió a añadir muy seria en dirección a Xander. Creo que era el comentario más chungo que había escuchado decir a mi hermana, y mira que hay gente chunga en Louna.

    – [Xander]No soy un inconsciente, Jane, a mí también me importa tu hermano.[/Xander]- No si ahora resultara de que le importo a todo el mundo. Anda Xander tontorrón no me digas esas cosas y díselas a mi hermana.

    – [Jane]¿Quién te ha dicho que puedes hablarme?.-[/Jane] Me empezaba a flipar un poco esta Jane chunga, ella podía dirigirse a quien fuera, pero no le repliques u oses mirarla.

    – [Owen]Cuanto todo esto se acabe os voy a dejar en una isla desierta, veras como os acabáis arreglando.-[/Owen] Lo dije en un susurro casi inaudible pero por la mirada que me estaba lanzando mi hermana estaba claro que me había escuchado. Una isla de cocos y taparrabos es lo que les hacía falta, un poco de trabajo conjunto de supervivencia y veras como tenían que acabar hablándose y cooperando.

    – [Jane]A mí no me puedes obligar a nada porque soy mayor que tú.-[/Jane] Cuando no estaba conforme con algo que había dicho siempre sacaba a relucir eso. Pero era mayor por segundos, estoy segurísimo de que me arreo una patada en el momento del parto y ella salió primero.

    Xander aprovecho para escaquearse y marcharse mientras Jane y yo discutíamos tranquilamente, todo lo tranquilamente que puede discutir un Williams. La verdad es que me vino bien pasar un poco de tiempo con ella porque por dentro era un flan muerto de miedo por lo que estaba por venir y podría llegar a ocurrir.

  • PARTY WILLIAMS

    Owen Williams – Casa de los Williams

    Noche

    Seguro que os estáis preguntando, ¿un momento, esto es otra entrada con viajes al pasado?. Nada más lejos de la realidad. Lo mismo en el futuro vuelve a contar batallitas del pasado, pero por ahora estamos en el tiempo presente.

    Tras una tarde agotadora limpiando la piscina entre el trío Williams, decidimos hacer una fiesta para celebrar nuestro cumpleaños, el de Jane y el mío, que no somos trillizos, pobre mi madre si hubiésemos sido tres.

    Estábamos todos, o casi todos. Amy no era muy dada a fiestas y Xander no iba a venir por razones obvias, lo cual me parece una gilipollez, todo el mundo sabe que van a acabar juntos, y no, no estoy narrando esto desde el futuro ni soy nostradamus, simplemente es un hecho.

    Hubiese molado que viniera Leo, un famoso en nuestra fiesta de cumpleaños. Pero llevaba meses desaparecido, no se sabía nada de su grupo. Cole era otro que llevaba tiempo en paradero desconocido, lo último que sabíamos por Dante es que estaba en Japón. Cualquier día se presentaba con la cabeza rapada y unos hábitos de monje budista.

    Y Tina llevaba como media hora en el baño, seguramente esperando a que llegara Kaylee para no estar sola y encontrarse con Jane. Hubiese ido a ver como estaba, pero era el encargado de la barbacoa con mi flamante delantal de tío en bolas. Evidentemente las partes bajas estaban pixeladas como en los sims para no herir la sensibilidad de los menores.

    – [Owen]¿Quien quiere probar mi salchicha?[/Owen] Pregunte a voces llamando la atención de todos mientras movía una salchicha en el aire con las pinzas. Si os habías pensado otra cosa tenéis la mente muy sucia. – [Owen]También tengo pinchitos, bacón, un pescado muy raro…[/Owen]

    – [Dante]A mi dame uno de cada, menos de tu salchicha.[/Dante] – Me dolió que Dante no quisiera probar mi salchicha, pero se lo perdonaba por el pedazo de casco que me había regalado con llamas por lo lados.

    – [Jane]Owen, no seas ordinario.[/Jane]- Perfeccionista mi otra mitad se preparo una hamburguesa que poco tenía que envidiar a las de Hannibal´s. Mientras todos íbamos en bañador o en short las chicas, Jane recatada como ella solo llevaba un vestido de playa y a pesar de ser ya tarde un pequeño sombrero a juego.

    – [Idris]A mí ponme una salchicha y dos albóndigas.[/Idris] – Idris me puso el plato delante para que le sirviera entre risas. Llevaba un bañador con estampados de cocos y una camisa hawaiana medio desabrochada.

    – [Owen]No tengo albóndigas. Te puedo freír dos huevos en la sartén.-[/Owen] La salchicha bailoteo en su plato sola sin ningún acompañamiento.

    – [Idris]Con Coquito en bikini me los puedes freír encima.[/Idris] – Busque a Ellie e iba con la parte de abajo del bañador y una camisa amarrada a la cintura. Me recordó a las pintas de Amy en la playa de Merelia, solo le faltaba el sombrero playero.

    – [Lexie]¡Se lo voy a decir a tu madre![/Lexie]- Allie, la cual conocía solo un poco de vista de juntarse con Noah amenazo a Idris mientras llenaba su plato de comida para ella y Noah.

    – [Owen]El del fuego aquí soy yo. A ti los huevos se te quedan fríos.-[/Owen] Le chasquee los dedo en modo gueto como solía hacer él y salieron un poco de chispas de entre los dedos.

    – [Idris]¿Quieres que te haga cubitos la barbacoa?[/Idris] – Pregunto entre risas mientras posaba un dedo en la barbacoa dejando una fina capa de nieve.

    – [Owen]No, pero ve enfriando las bebidas que se ponen calentorras.-[/Owen] Las neveras donde estaban las bebidas era ya todo agua. Idris habitual en él se vino arriba e hizo una pista de hielo.

    -[Jane] Voy a ir arrancando el coche para cuando os abráis la cabeza.[/Jane]- Jane siempre pensaba en la seguridad, pero en el fondo estoy seguro de que le hubiese encantado patinar un poco en esa pista improvisada. De pequeños habíamos visto unas 100 veces Frozen. Ella era Elsa y un servidor Anna.

    – [Idris]Aguafiestas.[/Idris] – Idris derritió la pista interrumpiendo así a Elliot y Vera que eran los únicos que estaban patinando.

    – [Elle]Que alguien le quite a Jane el control de la música, por favor.[/Elle]- Pidió Ellie sonriendo mientras mordía la pajita de su refresco.

    – [Jane]¿Por qué, no os gusta Raphael?[/Jane]- Mi hermana se hizo la ofendida y cambio de canción a un grupo con nombre de condimento.

    – [Dante]DJ Villiers entra en la sala.[/Dante] – Dante se levanto de su zona en la que se encontraba apartado con una sonrisilla que le duro poco en cuanto vio la mirada fulminante que le echo Jane. Dante cambio de dirección y se marcho al centro de la pista de baile.

    – [Idris]¿No bailas?[/Idris] Le pregunto a Allie la cual estaba con los brazos cruzados mientras casi todos bailábamos.

    – [Lexie]¿Esto se baila?[/Lexie]- En realidad la muchacha tenía razón. Idris se encogió de hombros y siguió bailando con sus particulares pasos. El de repartir cartas, el de del salero…

    – [Owen]Noah, baila con la muchacha o lo hago yo.-[/Owen] Le advertí quitándome el delantal dejando al descubierto mi cuerpazo esculpido por Dioses griegos. Me pareció ver a Noah vibrar a toda velocidad calculando posibilidades y se arrimo a Allie para bailar con cierto aire de preocupación.

    – [Idris]¿Bailas conmigo entonces?[/Idris] – Idris me ofreció la mano y yo acepte encantado.

    – [Owen]Pensaba que nunca me lo ibas a pedir.-[/Owen] A pesar de no ser un baile lento nos arrimamos y nos pusimos a bailar despacio. A nuestro alrededor se escuchaba alguna risilla.

    – [Mike]Vaya, ¿entonces Ellie está libre?[/Mike] – Mike, el medico, o futuro medico, no estaba claro aun, apareció por la corredera del salón cual caballero andante.

    – [Elle]Te estaba esperando.[/Elle]- Elle se lanzo encima de él y se quedo colgando de su cuello. Buen trapecio tenía Mike.

    – [Mike]¿Me echabais de menos?[/Mike] – Me pareció ver a Dante mover las alas contento. Mike tenía cierto porte de realeza. Lo mismo acababa gobernando algún país.

    – [Tina]Vale, acaba de pasar una cosa super fuerte.[/Tina]- Tina apareció convirtiéndose en el centro de atención de todos.

    – [Owen]¿Que se ha roto?.-[/Owen] Le pregunte. A lo que ella me agarro por un brazo y tiro de mí hasta la puerta de la cocina. Escuche un gemido y me dio un escalofrió. Empecé a echar cuentas de quién faltaba en la fiesta. Quien se podría haber escaqueado. Me puse a enumerar con los dedos, lo mismo era Owen. Que digo, Owen soy yo. Abrí poco a poco la puerta entrecerrando los ojos. Lo que encontré en frente mía no se lo recomiendo a nadie. Mi padre, encima de mi madre, ambos encima de la mesa de la cocina. Dándole, dándole muy fuerte al tema.

    – [Tina]Qué flexibilidad.[/Tina]- Escuche decir a Tina detrás de mí. Se había puesto de puntillas y había apoyado su cabeza en mi hombro. Me puse delante de ella y le hice girarse para que volviera con los demás. Cuando me volví habían parado, mi madre estaba tapada con un mantel de la cocina y mi padre se estaba tapando sus partes con una olla. Ambos respiraban agitados.

    – [Owen]En la mesa que comemos todos, so marranos.-[/Owen] Enrolle una revista y le di golpes a la puerta para que se pusieran las pilas. Poco más y le prendo fuego a la cocina para eliminarlo todo – [Owen]Anda largo de aquí antes de que os vea Jane.[/Owen]

    Le arree con la revista a mi padre en el culo y los dos salieron como un cohete hacia el dormitorio. Supongo que volvía a ser de ambos.

    – [Jane]¿Dónde están? Que los mato.-[/Jane] Jane apareció ante mí con las mejillas encendidas. Sorprendentemente Tina había tardado segundos en cascarlo todo en la fiesta. Si yo podía manipular el fuego Jane ahora mismo podía incendiar a alguien con la mirada.

    – [Owen]Están arriba. Pero tal vez no sea el mejor momento para ir.-[/Owen] Le sugerí cogiéndola por un brazo, mientras le hacia un gesto a Elliot para que no entrará nadie dentro de la casa.

    – [Jane]¿Que no? Madre mía, te digo yo a ti que sí.[/Jane]- Note como el brazo se le hinchaba y echo a andar hacia las escaleras arrastrándome detrás de ella. Subía las escaleras de dos en dos y cuando llego a la parte de arriba iba dando tumbos de un lado a otro mientras yo me comía las paredes a su espalda.

    Entro en la habitación como un huracán. Los cuadros que estaban colgados en la pared temblaron. Corrimos hacia la ventana y vimos a mi padre volar por los aires en bolas con mi madre en brazos aun tapada con el mantel.

    – [Jane]Seguid volando, que como os pille en tierra, se os van a quitar las ganas de trincar.[/Jane]- Jane alzo el puño al cielo agitándolo.- [Jane]¡Guarros![/Jane]

    Escuche algo de cristal hacerse añicos. Desde la entrada de la casa comenzó a llegar un olor fuerte a colonia. Cuando miramos hacia abajo en la entrada de la casa con cara de pavor y vestidos como si fueran a la gala de los Oscars, estaba Laura, una amiga de Jane de la universidad con la que había congeniado y su más uno. El olor venía de una caja de regalos que estaba tirado en el suelo. Mi padre había causado tal impresión que se les había caído el regalo.

    [Owen]Bienvenidos.-[/Owen] Les grite desde la ventana. – [Owen] Pasad, la puerta está abierta. La fiesta es en el jardín.[/Owen]

  • LO QUE NECESITAS ES A… OWEN

    Owen Williams – De Farra en casa

    Sótano/Apartamento de soltero

    No siempre he vivido en el sótano de casa. Al principio, muy al principio, compartí cuarto con Jane. Y si, tenemos fotos de pequeños a juego con la misma ropa. Más adelante me traslade con Elliot y como con Jane acabe dejándole para que tuviese su intimidad.

    Así que me mude a la única parte de la casa donde yo tendría mi espacio. El sótano estaba bien, era como un pequeño apartamento de soltero. Tenía una pequeña nevera con birras, una lavadora espacial por compañera de habitación y una tele de esas viejas enormes por detrás.

    Así que allí estaba, tirado en el colchón, medio en pelotas por una calor sofocante y viendo la reposición de un programa de citas más viejo que matusalén.

    Paige había pasado de Brian porque en la sala oscura le palpo las gafas de la cara y se pensó que iba a ser un empollón fijo. Nada más lejos de la realidad, bueno si, Brian era un cerebrito, era ingeniero, pero estaba petado. La cara de Paige fue todo un poema.

    El caso es que la muchacha al final acabo con un pavo con mechas rubias, algo escuálido y ropa chillona. El amor era ciego, o en este caso daltónico.

    Mientras echaban anuncios empecé a darle vueltas a la cabeza, yo también quiero algo de amor y no, no estoy hablando de darle al  asunto mentes sucias. Quería a alguien que amar y ser amado. Siempre me ha dado miedo abrirme a otra persona, enamorarme, después de todo he crecido en una relación rota, así que lo mismo eran las birras las que estaban hablando por mí.

    Así que estimado diario, como los cuadernos del colegio cuando los niños se aburren y se dedican a garabatear las últimas páginas, vas a tener el honor de portar a mi lista de gente con la que podría mantener una relación.

    Elle: Que empiece por ella no quiere decir nada, que quede claro que no estoy siguiendo un orden preestablecido. Elle es guapa, tiene una sonrisa preciosa, es cariñosa, divertida y en el apartado físico no es que tenga mucho pecho pero lo compensa con un trasero que ni sacado de clases de yoga. El inconveniente es que esta por Idris. Lo que me lleva a…

    Idris: Es alto, si más que yo. Punto macarra. Chocolate sexy. El carisma por encima de las nubes y una sonrisa como la de Elle. No si encima hacen buena pareja y todo. Bueno nunca he probado con un trío ni sé si funcionaria, aunque…

    Sarah, Daniel y Sasha: Puestos a tríos mejor meterse en uno ya establecido, seria la cuarta rueda de ese coche y ya van con bastante experiencia servida. Sería el punto joven y le daría chispa a esa relación. Además solo sería cambiar un sótano por otro. Pero claramente sería un poco violento para Elle y Xander, así que…

    Xander: Lo pongo solo porque estoy barajando todas las posibilidades, puedo intentarlo, hacerle quedarse en medio de la acera, salir de su heterosexualidad preestablecida, y si quiere un Williams aquí tiene a uno. Pero la verdad es que resulta un poco violento porque Xander es algo así como un primo lejano y no quiero quitarle la única opción de ser feliz a Jane.

    Y no, no voy a poner a Jane en esta lista, que compartamos una conexión y que le quiera mucho no tiene nada que ver con esto. El incesto está mal. Continuemos con la casa de Elle y Xander porque tiene posibles pretendientes para un rato como estamos viendo.

    Dante: Ya hemos tenido algún que otro escarceo. Dante es un despreocupado, con él podríamos vivir la vida padre, aunque nunca sería una relación de amor, simplemente sería física, lo mismo muchos en vuestras casas estáis gritando SI, pero busco algo más que eso.

    Rainow: ¿La habéis visto bien? Porque yo sí. Parece una maldita super modelo. Proporcionalmente perfecta. El problema es que no está muy puesta en esto del amor y que literalmente tiene meses de vida, puede ser un poco demasiado raro.

    Henry: Parece simpático, pero es más hetero que Xander. Con este muchacho he sido escueto.

    Laura: Sensual, una impresionante piel café con leche y rica. Tachad esto último que parece que me estoy interesando en ella solo por su dinero. Laura no está mal, aunque como con Dante, creo que nos parecemos demasiado.

    Sophie: Tiene cara de ir siempre enfada con la vida, o tal vez es demasiado seria. La isla esa de Z debe de ser un lugar paradisiaco porque también tiene una piel impresionante, café con galletitas de chocolate. Esta bastante enfocada en su carrera así que si lo nuestro funcionara seria una relación a larga distancia. Y me ha entrado hambre ahora vuelvo.

    Tina: Es dulce, simpática, sensible, cariñosa. ¿Por qué parece que tiene todo lo que busco? Pero es la ex de Xander, y las ex de los colegas son sagradas… aunque también lo son las hermanas… y Xander está por Jane… intrincada cuestión acabo de plantear.

    Leo: Seriamos una pareja de guapos. Posiblemente el tío más sexy de esta lista. Tiene un rollo lacónico que pone mazo porque no sabes si te está haciendo caso o no. Posibilidades de rollo, sí, claro, si él quiere. Como algo serio, me parece a mí que no.

    Noah: Algo esmirriado, pero es simpático. Dicen que las trancas Rakkthathor son algo bastante impresionante de ver, pero es escamoso, como la cuestión. Y besarle posiblemente seria como besar un enchufe.

    Lexie: A ver esta claro que esto no es lo apropiado, ¿pero habéis visto que pechos? Y que ojazos. Es guapa a rabiar. Pero claro viendo este principio hacia su persona está claro que tal vez soy demasiado capullo para ella.

    Niall: Nuestras veladas irían acompañadas de buena música. Chocolate sexy 2.0. El problema que veo es que es gay y a la mínima que me fijara en otra chica esa relación acabaría.

    Cole: Tiene unos ojos claros “penetrantes”, penetrantes entre comillas sí. La segunda mejor barba tras la de Leo. Punto negativo, es medio lagarto, como  Noah.

    Ezra: Tiene pelazo rubio alborotado. Algo serio y reservado. Pero apuesto. Se ha pasado dos décadas congelado, demasiada tensión acumulada en ese cuerpo.

    Vera: Es menor de edad, sácatelo de la cabeza Owen. Aunque puedo hacer como Idris y esperar. Pero como con Jane, es la mejor amiga de Elliot.

    Kaylee: Mi gran crush de la juventud. Creo que quedo claro que nunca llegaríamos a nada la noche del baile. Proceso de sanación de corazón roto al 98%.

    Amy: No sé muy bien qué decir de Amy. Es reservada y misteriosa. A veces siento que le falta algo en la vida, como a mí. Algo que podríamos complementar. Pero Houston, tenemos un problema. Gordo. Si me mordiera podría matarme. Pero a quién no le gusta jugar con fuego.

    Bueno, esto ha sido un entretenimiento curioso y francamente no sé si he llegado a alguna conclusión, pero acaba de volver el programa tras los anuncios y Brian ha vuelto en busca del amor que no le dio Paige. Ojala yo siendo Brian. Encontrando el amor quiero decir.

  • ¿QUÍMICA CON AMY?

    Owen Williams – ¿De Farra?

    Hannibal’s Meat Grill

    Acabábamos de ganar nuestro sexto partido consecutivo, estábamos invictos y como venía siendo habitual fuimos a celebrarlo al Hannibal´s, que menudo nombre también para un local que sirve carne, y el dueño debía de ser checoslovaco o de algún país perdido de esos de Europa del este con ese nombre.

    No entendía tampoco esa fijación por la parrilla que tenían mis compañeros de equipo, el futbol americano era popular en Texas, pero tampoco era necesario que le copiáramos también sus gustos gastronómicos.

    Quizás se debía también al cambio del local en los últimos años, al principio parecía más un restaurante de carretera para el descanso de los camioneros, ahora resultaba más familiar con sus bufandas, banderas y demás parafernalia dedicada al futbol.

    El caso es que mientras estaban vitoreando a Xander por su última carrera, nadie recuerda nunca al que da los pases, la melena castaña de una mujer en la puerta del restaurante me distrajo. Como en una de esas películas típicas, en cuanto me levante para cerciorarme de que no se trataba de ella, alguien paso por delante de mí y la mujer de la entrada se había desvanecido como un fantasma…

    Hace poco, muy poco, de verdad…

    Amy se encontraba en la puerta del Hannibal´s, llevaba un cigarrillo sin encender en la mano con el que jugueteaba con los dedos y miraba hacia la más absoluta nada en dirección al bosque, tuve que girar la cabeza un par de veces para ver si venía algún colgado con motosierra de entre los arboles detrás de mí.

    – [Owen]¿Dime que aun no habéis cerrado?.-[/Owen] Con las ansias pegue la cabeza y las manos a la cristalera manchándola de dedos, alguien iba a tener que limpiarlos de nuevo.

    – [Amy]Está cerrado.- [/Amy] Añadió sin más. Seguía con la mirada perdida en el bosque, era como si su cuerpo estuviera allí pero su espíritu hubiese salido volando.

    – [Owen]¿Incluso para los colegas? Vamos Amy, necesito un par de hamburguesas y alcohol, ha sido un día peculiar y quiero celebrarlo.-[/Owen] Habían cancelado mi suspensión con el equipo de futbol. No fue por sustancias prohibidas, mi cuerpo es un templo, salvo para la bebida. Digamos que le cruce la cara a un compañero de equipo por cierto comentario ofensivo hacia mi otra mitad.

    – [Amy]Háblalo con Hannibal.- [/Amy] Hizo un gesto con la cabeza para que pasara y tras una conversación de besugos con frases cortas y remarcadas no conseguí nada.

    – [Owen]Me ha dicho que la parrilla ya está limpia y no tiene ganas de mancharla otra vez. Pues habéis perdido un cliente… A quien quiero engañar esas hamburguesas están demasiado buenos, ¿qué clase de sustancia adictiva le echáis?.-[/Owen] Fijo que era alguna guarrada de salsa mezclada con unos adictivos para darle más sabor o algo así.

    – [Amy]Escupitajos.- [/Amy] Por primera vez desde que había llegado aparto la mirada del bosque y me observo muy seria seguido de un ligero atisbo de intentar sonreír.

    – [Owen]Vaya, y yo pensando que lo que llevaba era salsa de aguacate.-[/Owen] Fue lo único verde que se me ocurrió sano en contraparte a la guarrada de los escupitajos.

    – [Amy]¿Por qué me estás dando charla? -[/Amy]  Parecía extrañada. Recuerdo como las luces exteriores del local jugueteaban con su pelo dándole destellos rojizos. Era como la pira de un fuego a punto de extinguirse.

    – [Owen]Somos amigos, eso es lo que hacen los amigos. Hablan.-[/Owen] Nos conocíamos desde pequeños y a pesar del distanciamiento entre todos siempre la he visto como una amiga, igual que al resto.

    -[Amy] No somos amigos.- [/Amy]  Me encogí de hombres y juguetee con las llaves de la moto mientras me movía lo más lentamente posible. – [Amy]Eh, no te vayas.- [/Amy]  Me detuve teatralmente mirando yo esta vez a la nada como si ella no estuviera.- [Amy]  Es que…no estoy en mi mejor momento.- [/Amy]  Nadie lo estaba, quizás necesitábamos quedar todos y hacer un intervención para soltar todo lo que nos comía por dentro. En el caso de Amy hacia tiempo que no sabía nada del único miembro de su manada y eso debía de ser como si te faltara algún miembro u órgano.

    – [Owen]Crecen tan rápido.-[/Owen] Bromee intentando animarla aludiendo a que Leo era como su hijo. -[Owen]Deberías haber ido con él, Leo no vale para cantar.[/Owen]

    – [Amy]No me lo pidió.- [/Amy]  Intentaba aparentar que no le molestaba, pero sus mejillas se movían como si las estuviera mordiendo por dentro.

    – [Owen]Menudo cretino, se ve a leguas que la banda no es lo mismo sin ti.-[/Owen] La realidad, Leo estaba nadando en una piscina de billetes con un puñado de groupies que le tiraban bragas y calzoncillos al escenario mientras nosotros estamos allí helándonos el culo en un restaurante de carretera.

    – [Amy]Que le den.- [/Amy]  A él y a todos sus billetes de 100 perfectamente colocados debajo de su colchón con sabanas egipcias.- [Amy]  Algún día deberías dejar de besar el suelo por el que pisa mi hermana.- [/Amy] Me miro y aparte la vista.

    – [Owen]Todo el mundo piensa lo mismo, quizás debería hacer caso.-[/Owen] Desde pequeño he tenido un crush con ella, su inteligencia y que yo era más bobo que un saco de piedras. Supongo que en el fondo era consciente de que nunca llegaría a nada con ella.

    – [Amy]No nos merecen.- [/Amy]  Tiro el cigarrillo que no se había fumado y lo pisoteo como si de una cucaracha de tratara probablemente pensando en la cara de Leo.- [Amy] Que se líen entre ellos y nos dejen en paz. [/Amy]

    – [Owen]¿Te apetece comer algo? Conozco un japonés buenísimo, tienen karaoke y todo, y sake.-[/Owen] Nos iba a acabar dando bajona como siguiéramos hablando de gente que pasaba de nosotros por las que nosotros perdíamos el culo. Así que opte por reconducir la noche a un desenfreno de canciones cutres en un local pequeño rodeados de empresarios ebrios con las corbatas en la frente.

    – [Amy]¿Pagas tú? -[/Amy]  Llevaba cuatro perras contadas, lo mismo todo se reconducía a mucho sake y canciones.

    – [Owen]Si cantas en la máquina de karaoke si.-[/Owen] Pensé que eso la animaría, que no se sentiría infravalorada, que ella también valía para cualquiera banda que quisiera.

    – [Amy]Depende de lo bueno que sea el japonés.- [/Amy]  Recogió una mochila del suelo en la que llevaría su uniforme y avanzamos hasta la vespa rosa que le compre a la madre de Amy. Si, rosa, y sin problemas, no se me han caído los huevos ni nada.- [Amy]  Y no se te ocurra pensar que esto es una cita. [/Amy]

    – [Owen]No lo pensaba. Solo somos dos amigos, colegas, conocidos, que van a ir a desfasar a un japonés y que un puñado de gente les mirara raro cuando se pongan a cantar.-[/Owen] Amy asintió y me quito las llaves de la moto. En un abrir y cerrar de ojos se hizo un moño, se coloco el casco y tenía la moto arrancada. Me senté de paquete detrás de ella sin arrimarme mucho dejando una fina capa para que corriera el aire, Amy siempre ha necesitado su espacio con los demás, espero que se encuentre bien y recuerde que por una noche, a pesar de ser un antro, corearon su nombre y fue más popular que Leo.

  • QUÍMICA CON LEO

    Owen Williams – De Farra

    INSTITUTO HEDY LAMARR

    Cuando no me quedo en la residencia suelo ser el último en llegar a casa todas las noches, ya sea por haber salido de fiesta o por echar horas en el pub sirviendo copas para conseguirme algo de dinero. Cuando llego a casa a horas intempestivas, (menudo palabro, Kaylee estaría orgullosa), siempre suelo encontrar a mi madre dormida en el sofá con uno de los libros que está estudiando encima de ella. Ha renunciado a mucho a lo largo de su vida y la carrera Filología Inglesa es una de esas cosas, ahora tiene un trabajo de mierda por las mañanas y hace lo que puede con sus estudios por la tarde.

    Tras llevar a mi madre a su habitación pase por el cuarto de Elliot. Siempre encendía una luz por las noches que inundaba su cuarto de estrellas. No era por miedo a la oscuridad, Elliot le temía a pocas cosas en la vida, simplemente le relajaban a la hora de dormir. En una esquina tras su batería tenía colgado de la pared varios posters de grupos, entre ellos uno de una banda local que dio bastante que hablar hace años, Red Riding Wolf.

     

    Hace menos años que la vez anterior…

     

    Seguro que estáis pensando que en mi etapa estudiantil era el típico cachas popular sin cerebro que se dedicaba a acosar a los demás, bueno no vais mal desencaminados. La pubertad me había bendecido con un buen cuerpo que utilice para el futbol americano de donde nació mi popularidad, pero no era un acosador, no mangoneaba ni pegaba a los empollones de la clase, eso implicaría ser un capullo como los que acosaban a Elliot y me negaba a ser así.

    Tampoco era el mejor estudiante del mundo, de hecho de no ser por la beca deportiva y el copiarme descaradamente de Xander no hubiese ido a la universidad. Química era una de esas asignaturas que no aguantaba, la tabla periódica presidia la clase escoltada por un puñado de fotos de tíos barbudos con nombres raros. También tenía el típico esqueleto el cual a día de hoy sigo sin comprender que pintaba en una clase de química.

    Aquel día el profesor de química decidió mandar trabajos por parejas, lo que vendría a ser Xander haciendo el trabajo mientras yo le animaba con la tarea. Pero todo se fue al traste cuando el profesor decidió montar el mismo las parejas. Jane se separo todo lo que pudo de Xander cuando se sentó con ella, era como si tuviera la peste.

    Mientras que a mí me toco con Leo, con el cual nunca había tenido mucho trato. Ni de pequeños, ni por aquel entonces, ni en la actualidad. Pero por alguna extraña razón aquella clase sirvió para cambiar la percepción que teníamos de ambos.

    – [Owen]Espero que la química se te de tan bien como a tu hermano.-[/Owen] No era ningún secreto que Noah había heredado el cerebro en esa familia. Leo era el apuesto de ellos, tenía un rollete melancólico que hacia suspirar a las chicas, y chicos. Y mientras el resto teníamos una pelusilla de mierda por la cara él tenía lo que venía a ser los primeros brotes de una barba perfecta.

    – [Leo]Algo.[/Leo] – Se le notaba en la mirada que estaba tan emocionado como yo de trabajar juntos, es decir nada.

    – [Owen]Pues estamos apañados.-[/Owen] Tras un rato mirando la roña acumulada en las ventanas, y tamborilear con dos bolígrafos que seguramente estarían haciendo sangrar los oídos de Leo recordé que era un apasionado de la música. – [Owen]Por cierto os he escuchado tocar, sois bastante buenos.[/Owen]

    Creo que rompí a Leo porque soltó el bolígrafo y se me quedo mirándome unos segundos. – [Leo]¿Qué canción escuchaste?[/Leo] – Había conseguido sacarle más de dos palabras a Leo. Recordad que habéis leído esto aquí primero.

    – [Owen]Esa de una chica de cabellos rojos y una cárcel de plata.-[/Owen] La recuerdo muy bien porque la tocaron en acústico, Leo solo a la guitarra y poniendo los coros mientras Amy cantaba. Quién iba a decir también que Amy ocultara semejante voz. La gente del local saco los mecheros y se movían balanceándose, parecían una banda profesional.

    – [Leo]’La herida invisible’.[/Leo] – Se incorporo en su asiento y parecía que se le hinchaba el pecho de orgullo. Había despertado a la bestia. – [Leo]Es una de mis favoritas.[/Leo]

    – [Owen]Se nota, no he visto tanta pasión en un escenario desde que la profesora de música nos hiciera tocar Titanic con la flauta al principio de curso.-[/Owen] Fue lamentable, había más pitidos de flautas que otra cosa. Por suerte después salió un amigo de Noah que tocaba el violín para arreglar el estropicio que hicimos. Leo hizo una mueca con la boca, parecía el atisbo de una sonrisa.

    – [Leo]Quizá saquemos algunas nuevas ahora que empiezan a contratarnos.[/Leo] – Me alegre por él, Leo era un tío con las ideas claras que sabía lo que quería en la vida.

    – [Owen]Pues con estos dos lo mismo se te ocurre alguna.-[/Owen] Con las confianzas le di un codazo, el cabrón estaba fuerte, y le señale con la cabeza a Xander intentando dialogar con Jane – [Owen]Acuérdate de mí cuando seáis famosos, por si necesitáis un guardaespaldas, porque para científico desde luego no voy.[/Owen]

    Leo se quedo mirando a Xander y Jane cuando esta ultima se levanto marchandose. Xander salió pocos segundos después tras ella.  – [Leo]¿Has intentado hablar con ella?[/Leo] – La pregunta del millón, en alguna ocasión lo había intentando pero era como hablar con una pared, Leo estaba resultaba más accesible que mi propia hermana.

    – [Owen]Es difícil hablar con alguien que no quiere escuchar.-[/Owen] Intente centrarme en el trabajo porque era algo de lo que no quería hablar.

    – [Leo]No sé, a veces vemos a las personas de una forma que no es.[/Leo] – Note como me observaba Leo, parecía que podía ver a través mi alma, pero era perturbador también porque el tío no pestañeaba.

    – [Owen]¿Tengo algo en la cara?.-[/Owen] Me frote la cara por si me había manchando con el bolígrafo o con alguna de las mierdas que estábamos estudiando.

    – [Leo]Un moco.[/Leo] – Mi infancia de sacamocos me perseguiría para siempre, en mi defensa diré que no era el único crio que lo hacía, no daré nombres. – [Leo]Disimula.[/Leo] – Leo toco uno de los materiales y la punta, de su dedo no pensemos mal, se convirtió en lo mismo que el material. Era un poder que molaba, imaginaos a este tío cubierto de oro, Dios dorado.

    – [Owen]Leo haciendo una broma, el infierno se acaba de congelar.-[/Owen] Deje de reir cuando observe que me miraba fijamente serio.

    – [Leo]Apunta.[/Leo] – Hice caso y fui anotando todas las palabras que me iba diciendo que sonaban a chino.

    – [Owen]Dime, utilizar nuestras habilidades se consideraría hacer trampas o utilizar todos nuestros recursos para aprobar la materia.-[/Owen] Intentaba ir de guay calentando una de las probetas para que viera que mi poder también era la caña y casi la hago reventar.

    – [Leo]No creo que haya nada de malo en aprovechar algo con lo que nacimos.[/Leo] – El profesor solía dejar salir de clase a los que terminaban los trabajos antes de tiempo así que entre eso y la habilidad de Leo fue motivación más que suficiente para tomarme en serio la materia, al menos por aquel día. Fue maravilloso ver la cara del profesor, evidentemente saque a relucir mi mejor sonrisilla de suficiencia mientras le dejaba nuestro trabajo, Leo simplemente hizo una inclinación de cabeza y salió de clase.

    – [Owen]Bueno, creo que esto ha sido gratificante para ambas partes. Te he dado algo con lo que trabajar en tu próxima canción y tú me has ayudado con este sopor de clase. Ha sido… satisfactorio.[/Owen]- Leo asintió ligeramente, le había vuelto a comer la lengua el lobo.

    – [Leo]Hasta otra entonces.[/Leo] – Lo cierto es que no volvería a saber de él hasta un tiempo después. – [Leo]Por cierto, probablemente escriba: ‘Hermanos separados’.[/Leo]

    – [Owen]Otro éxito seguro. Recuerda, quien fue otra de tus musas para cuando el éxito llame a tu puerta.-[/Owen] Le di un manotazo en el hombro, seguía pareciendo de mármol, y me marche. Cerca de la salida Jane volvió a entrar con los ojos llorosos, no se percato de mi presencia y entro en el baño de chicas. Sabéis eso que dicen de la conexión que tienen los mellizos, pues bueno, era bastante doloroso ver a mi hermana sufrir sin poder hacer nada por ella más allá que dejarla que se desahogara todo lo que quisiera conmigo ignorándome.

  • DE TAL PALO…

    Owen Williams | De Farra

    Hacia como una hora que Xander y Dante se habían marchado dejándome tirado solo en el bar. Les quería, eran mis mejores amigos, pero tenían menos aguante que Elliot, y mira que Elliot salía poco, solo salía cuando quería jugar la baza del hermano preocupado y responsable.

    Me termine mi sexta copa de roncola, cualquiera a estas alturas iría de bruces de un lado a otro buscando bronca, a mi apenas me afecta, bendita genética aesir. El DJ se vino arriba y soltó la espuma en el centro de la pista, la gente saltaba como loca, porque saltar no es precisamente bailar. Por mi parte prefería permanecer en la barra, esa noche iba de misterioso seductor.

    En el otro extremo de la barra toda una señora mujer bebía de su copa con la ayuda de una pajita mientras pasaba de los buitres que le rodeaban, reconocí la bebida por su color rosa, la madre de Dante la puso de moda e incluso hizo algún que otro anuncio de la bebida. Mantuve contacto visual con ella un segundo y parte la vista.

    -[Owen] Caliente…-[/Owen] Balbucee en un paupérrimo español, después de todo la de los idiomas era mi hermana. Me recoloque mi cazadora negra, estaba un poco raída de todos los años que tenía encima, y si lo estáis pensando si, es la de mi padre. Pase por su lado sin mirarle pero asegurándome de que se fijaba en mi tropezando con algunos de esos lamebotas que tenía alrededor. Me escondí en el baño un par de segundos para darle suspense a la situación y cuando me dispuse a salir la encontré delante de la puerta. Tenía el pelo corto moreno a la altura de los hombros con unos mellones rubios casi blancos y unos ojazos azules cristalinos. Llevaba unos pantalones de cuero que debían de estar cortándole la circulación en las piernas con un corsé negro a juego y una chaqueta blanca. Me agarro por el cuello de la camisa y tiro de mí hacia el callejón del local, donde comenzaron los toqueteos y los morreos esos en los que parece que te van a arrancar los labios. Durante cierto momento me palpo las muñecas como buscando algo. Coloco uno de sus brazos contra mi cuello, era sorprendentemente fuerte, y en cuestión de segundos adiós a toda la magia, sus ojos se tornaron en un amarillo pis y su cara paso a parecer la de una setentona.

    -[b] ¿Tus últimas palabras?.-[/b] Me pregunto relamiéndose los colmillos con una sonrisilla de superioridad.

    -[Owen] ¿No tendrás un cigarrillo?.-[/Owen] Ella se echo a reír y saco un paquete del bolsillo de sus pantalones, estire el brazo y cogí uno llevándomelo a la boca –[Owen]¿Por casualidad no tendrás fuego?. Espera déjalo, ya lo enciendo yo.[/Owen]

    De mi dedo índice salió una llama y encendí el cigarrillo, ella retrocedió un par de pasos chocando con unos contenedores de basura. Le di una caladita pequeña al cigarro y lo tire, mi madre me había educado bien, fumar es malo. La vampiresa echo a correr por el callejón intentando huir, le lance dos bolas de fuego, la horrible música del local ahogo sus gritos y en cuestión de segundos solo quedaron sus cenizas.

    -[Owen]¿Porque siempre a las macizas?. ¿Por qué?.-[/Owen] No hacia frio pero note un escalofrío – [Owen]…Dejavu.[/Owen]

    Se lo que estáis pensando, esta historia me suena. Bueno quizás habéis oído hablar de mis padres y de los padres de los demás. Esta historia no empieza aquí, ni es nueva, es una continuación y me acaba de venir a la mente una historia muy divertida.

    No hace muchos años, que tampoco soy tan viejo…

    La Escuela Legado era como una segunda casa para nosotros, probablemente pasáramos más tiempo allí que en nuestras propias casas. Merendábamos, jugábamos y hacíamos los deberes del colegio allí.

    – [Elle]Mi mamá va a salvar el mundo otra vez[/Elle].- Elle era la niña más adorable que te podían tirar a la cara y bueno, actualmente lo seguía siendo solo que había ganado con los años como el buen vino y tenía una sonrisa que podía matarte.

    – [Xander]Ellie, te va a escuchar todo el mundo.-[/Xander] Recuerdo al mini Xander y esos choques entre dedos de nerviosismo.

    – [Elle]¿Estás paranótico?[/Elle]- Aun puedo escuchar esas eses como zetas por la falta de una de sus paletas.

    – [Kaylee]Se dice «paranoico», no «paranótico»[/Kaylee].- Kaylee era la más pequeña del grupo por aquel entonces y ya tenía más vocabulario que todos nosotros juntos. Llevaba unas gafas que le ocupaban toda la cara, ahora había cambiado sus gafas por lentillas y en su cara solo había un maquillaje muy cuidado.  – [Kaylee]No cuesta nada hablar correctamente[/Kaylee].

    – [Owen]Eso… eres un parasonico.-[/Owen] Yo tampoco es que fuera un genio de la palabra por aquel entonces.

    – [Noah]Bueno, realmente es un hecho que el gobierno nos escucha. –[/Noah] Ahora que recuerdo esto quizás es Noah el que debería estar en modo ermitaño en un bosque con papel de aluminio en la cabeza y no su hermano Leo, aunque miradlo, tirado en el sofá con los cascos de música puestos pasando de todos.

    – [Amy]Deberíais casaros y tener un montón de bebés empollones[/Amy].- Es sorprendente como Amy no ha cambiado nada con los años, sigue siendo más sosa que un bocadillo de aspirinas. Y no lo digo solo yo, lo dice todo el mundo. Por cierto, este comentario me dolió en su día porque era yo el que quería casarse con Kaylee.

    – [Idris]¿No deberíais estar jugando o algo?[/Idris] – El puñetero Idris. No me entendáis mal, es un tío que me cae de puta madre vulgarmente hablando, pero es otro de esos que podrían matarte con una sonrisa, no sé si me entendéis.

    .- [Amy]Hablamos de lo que nos da la gana[/Amy].- Amy era sosa sí, pero tenía más valor que cualquiera de nosotros, nadie osaba meterse con Idris, ni siquiera Cole.- [Amy]Vete a meterte con gente de tu edad[/Amy].

    – [Idris]Siempre has sido de mis favoritas.[/Idris] – Idris tenía un sentido del humor innato, era como un supepoder y siempre se partía de risa, era la felicidad echa persona.  Amy por su parte siempre parecía estar enfada con el mundo y le dedico una gloriosa peineta a Idris. Mi hermana y Elle se tapaban la boca para reírse por lo bajo siempre que veían algo obsceno.

    –  [Cole]¿Jugar a qué? Estamos en una puta biblioteca.-[/Cole] Dicen que soy la viva imagen de mi padre cuando era joven, bueno, Cole siempre se ha parecido a su padre incluso desde pequeño.

    – [Kaylee]¿Es necesario que seáis tan soeces?[/Kaylee]- Cada vez que Kaylee se enfurruñaba, las gafas se le iban hacia delante y las mejillas se le sonrojaban.

    Noah combatía el aburrimiento montando y desmontando piezas de Lego a toda velocidad. Dante se entretenía viendo los dibujos, una serie animada en la que salía su madre, sorprendentemente no sexsualizaron su dibujo, igual de sorprendente era esa tele cuadrada, por aquel entonces ya viejas y obsoletas.

    – [JJ]Si no os vais, le diré a mi papá que nos estáis molestando[/JJ].- Si yo me parezco a mi padre, JJ es clavada a mi madre, sus gestos a tan temprana edad eran igual que los suyos. Elliot por otro lado no se parece en nada a ellos, sin embargo ha sacado lo mejor de ambos.

    – [Nate]¿También me vas a delatar a mí?.-[/Nate] Nate tenía una voz tan ronca que parecía que se había pasado la vida fumando cartones de tabaco, sin embargo nunca le había visto con un cigarrillo. Nate era buena gente, ninguno sabíamos de donde había salido pero se convirtió en un miembro más de la familia de los Moondies y en segurata de la nave y niñero ocasional.

    – [Cole]Nate, ¿me has traído lo mío?.-[/Cole] El nerviosismo no solía ser algo habitual en Cole, pero eso que le pedía con tantas ganas a Nate no era más que un batido de chocolate. Al parecer el chocolate estaba muy racionalizado en casa de los Villiers por Mia, por esa leyenda urbana de que producían granos. Nate alzo por los aires a mi hermana y se la llevo a los hombros.

    – [JJ]Si los mayores nos siguen molestando: te quedas sin trabajo[/JJ].- A JJ le gustaba utilizar la calva de Nate a modo de tambor.

    Nate le dedico una sonrisa y nos pregunto a todos echándonos un vistazo. [Nate]- ¿Que estáis tramando?.-[/Nate] Nate le paso una mano por la cabeza a Michael pero no separo la vista de su libro, juro que ese tochazo de libro que tenía delante ya era de medicina.

    Nadie le hizo caso a Nate, a Cole se le quedo un bigote de chocolate por el batido. Mi hermana le tapaba los ojos a Nate para que no viera por donde iban entre risas con Elle. Xander cual alma en pena iba detrás de Nate con las manos en alto preparado por si el gigantón se caía de espaldas, lo que su cerebro no supo procesar es que si esto ocurría lo aplastaría. A mí me picaba tanto la nariz que me saque un moquete, no me lo iba a comer, eso era asqueroso, mejor pegárselo a la niña que te gusta, cosas de críos.

     

    Es ahora donde la cosa se puso bizarra. Un temblor sacudió la habitación, Nate nos metió bajo la mesa por si se trataba de un terremoto. Conocéis esa sensación de estar a punto de quedarte dormido y notas un sobresalto como si alguien te hubiese tocado, pues más o menos fue eso lo que sentí. Algo o alguien nos había cambiado de cuerpo al lugar de nuestros padres.

     

    – [Dante]¿Dónde están mis tetas?[/Dante].- La voz de Dante sonaba distante al estar en la habitación de al lado, pero no paraba de repetir esta frase una y otra vez.

    – [Mia]¡TENGO TETAS![/Mia]- Nunca olvidare la reacción de felicidad de Mia al mirar hacia abajo y ver sus pechos, solo que claro, no era Mia sino Dante, y esto me acaba de confundir aun más.- [Mia]Mierda, pero son las de mi madre[/Mia].

    – [Owen]¿Porque tengo un moco en el dedo?.-[/Owen] Era mi voz gritando pero yo aun no había abierto la boca.
    – [Dom]Oh… DIOS…MIO.-[/Dom] Delante de mí estaba mi padre tocándose los bíceps con un dedo con la boca abierta. A Sarah le brillaban los ojos de felicidad y Daniel comenzó a brillar de emoción. Cara sacudía las manos alterada y Daakka se rascaba todas las escamas con nerviosismo.

    – [Rebecca]Me duele la barriguita…-[/Rebecca] Mi voz sonaba aguda, más que la mía propia de niño. Del dolor me senté en la silla y os tengo que decir una cosa, una patada en los huevos no es nada comparado a que te baje la regla en el cuerpo de tu madre.

     

    Tal vez otro debería de continuar con esta fascinante historia de cambios de cuerpo, porque yo me estoy poniendo malo solo de recordarlo…