Moondale

Autor: Sasha Elliot

  • UN ACTO DE REBELDÍA

    Sasha | Apartamento

    Mañana

     

    Toc, toc.

    Por un momento, creí que seguía soñando, así que me di la vuelta entre el amasijo de sábanas y seguí durmiendo.

    Toc, toc.

    Abrí los ojos con cuidado, con miedo a una resaca que era prácticamente imposible que tuviese. Estaba todo cerrado a cal y canto, así que podían ser las diez de la mañana, las tres de la tarde o las doce de la noche. Me fijé en la mierda de apartamento en el que estaba y del que ya debía dos semanas: ropa tirada por el suelo, latas de cerveza, envoltorios de comida rápida y colillas. Empecé a tener recuerdos fugaces de la noche anterior: cigarrillos, labios rojos, rubia, tetas pequeñas. Se llamaba Stacy o quizás Tiffany. Ah no, que era Miranda. Decía que no le gustaban las tías, pero que quería experimentar y yo que siempre había sido una amante de las causas perdidas, me la traje a casa. También es verdad que estaba de un humor de perros después de la fiesta de los amigos de Sarah. Por suerte, ya se había ido cuando me desperté. Supongo que fue una mierda de polvo de rebote para las dos.

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  • TU SAETA

    TU SAETA

    Sasha | Hotel White Candle

    NOCHE | 19 DE ABRIL

     

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    Miré un par de veces la instantánea que tenía entre mis manos. Sarah me había convencido para pasar por la zona que llamaban ‘Photoshoot’ y me había animado a hacerme unas cuantas fotos, una de ellas con unas enormes gafas blancas en la que aparecía poniendo morritos. En otra, que se había quedado Sarah, salíamos las dos espalda contra espalda, formando una pistola con las manos. A veces me preguntaba si cuando estaba junto ella era yo misma o una versión mejorada y no podía evitar sentirme abrumada.

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  • LA LUZ Y LA POLILLA

    LA LUZ Y LA POLILLA

    Sasha | Palacio

    ATARDECER

    sarasha290116

    Seguí a la Cazadora y a su grupo hasta que se fueron con el tipo de piel oscura y mis opciones se limitaron a quedarme esperando en los jardines hasta que salieran. Si ellos, que eran ciento y su puta madre, no habían sido capaces de hacer nada más que pasearse por allí y dorarle la píldora a Z: ¿Qué podía hacer yo? Claro que tenía ganas de entrar y de partirle la cara al tío que estaba permitiendo que toda esa escoria se escondiese tras sus muros recubiertos de oro, pero había que ser realista y por mucha fuerza y resistencia que tuviera, si no conseguía ser una líder, si no tenía un equipo, difícilmente podía arriesgarme. Supongo que tendría que apuntarme a charlas de motivación, porque estaba claro que la gente no te seguía por mucho miedo que dieras.

    Escuché unos pasos detrás de mí y agarré el bastón con fuerza.- [Sarah]¿Sasha? No te esperaba por aquí[/Sarah].- comentó Sarah Echolls a mi espalda y me giré despacio, esperando que fuera un truco, pero no, era ella. Noté cómo empezaba a ponerme nerviosa. Menuda gilipollez, sobre todo si tenía en cuenta que medía medio metro y llevaba unos vaqueros, unas deportivas blancas y una sudadera con unas flores. Parecía una adolescente recién salida del instituto y a mí me gustan las mujeres.

    – [Sasha]Esa era la idea[/Sasha].- evité echarme hacia atrás, pero las palmas de las manos me estaban sudando.- [Sasha]A nadie le gusta que le obliguen a ir a una misión suicida, ¿sabes?[/Sasha]- le aclaré.

    – [Sarah]Lo siento[/Sarah].- sus ojos azules se cruzaron con los míos y recordé el encuentro que habíamos tenido gracias al influjo de ‘Easy’.

    – [Sasha]No todo fue malo[/Sasha] -no quise dar muchos detalles, pero hacía unos meses que Bianca había muerto y desde entonces, estaba de sequía. Una no es de piedra.

    – [Sarah]Espero que no lo digas por nuestro «acercamiento»[/Sarah].- sonrió apartándose el pelo.

    – [Sasha]Entre otras cosas, sí.[/Sasha] – esbocé un amago de sonrisa y la observé, en medio de aquel bosque parecía como si brillara. Podía entender que la gente la siguiera, porque tenía algo especial que no sabía identificar. Algo que yo no tenía. Y ese algo, me había hecho acercarme hasta donde estaba como si fuera una polilla y ella, la luz.- [Sasha]No es algo que me molestaría repetir.[/Sasha] – me acerqué un poco más e intenté acariciarle el pelo. Estábamos tan cerca, que mi top de cuero negro casi rozaba su sudadera.

    – [Sarah]Estoy con Daniel, pero gracias por la oferta[/Sarah].- me apartó la mano con delicadeza.- [Sarah]Y gracias por ayudarnos[/Sarah].- observé sus labios, que no eran tan gruesos como los de Bianca y aún así, me apetecía besarlos.

    – [Sasha]No podía hacer otra cosa.[/Sasha] – me encogí de hombros.

    – [Sarah]Eso dices tú, pero estás equivocada[/Sarah].- aclaró y se quedó en silencio, mirándome de arriba a abajo: ¿Estaba segura de que le gustaba el pelirrojo?.- [Sarah]Por cierto, deberías probar a ir de blanco. Lucy…mi…eh…una amiga, tiene una tienda de ropa y creo que podría hacerte un traje bastante más acorde a tu estilo[/Sarah].- me crucé de brazos y sonreí. – [Sasha]Buena idea. Quizá así tenga más suerte.[/Sasha] – le guiñé un ojo.

    – [Sarah]¿Más suerte?[/Sarah]- preguntó extrañada.

    – [Sasha]Cuando me veas de blanco, lo averiguaremos.[/Sasha] – me mordí el labio mientras intentaba imaginar cómo habría acabado esta escena si hubiéramos llevado menos ropa.- [Sasha]Por cierto, ¿tienes un boli? Apúntame en la mano el teléfono de esa Lucy[/Sasha].- ella sacó uno de su mochila de cuero marrón y escribió el número en el dorso de mi mano, después de comprobar que era el correcto. Cuando noté la calidez de sus manos, en comparación con la frialdad de las mías, noté cómo empezaba a ponerme.

    – [Sarah]Ahora eres una Moondie, que no se te olvide[/Sarah].- dijo sin soltarme las manos y se giró, dispuesta a irse. A lo lejos, la esperaban el pelirrojo y toda su corte.

    – [Sasha]Una Moondie…no suena tan mal.[/Sasha] – murmuré mientras le miraba el culo cuando se iba.

    «Nunca te enamores de una hetero, siempre acaba mal», me repetía Bianca miles de veces cuando hablábamos de lo triste que era cómo la mayoría de las bolleras acabábamos pillándonos por una amiga. Pero ella no era hetero.

    Nunca me habían gustado las rubias, ni las buenas, ni las bajitas. Pero con Sarah era diferente, porque era como una luz y yo, como una polilla.

  • DESDE ARRIBA

    Sasha Elliot | Calles de Moondale

    Madrugada

    sashafighting

     

    Desde arriba, sobre el tejado de un edificio de cuatro pisos, Moondale parecía casi más fea que desde abajo. Era una mierda de mezcla entre ciudad y pueblo, pero no era ni lo uno, ni lo otro. Intentaban venderlo como un sitio tranquilo, en el que podías mudarte con el primer paleto que te hubiera tocado las tetas para tener hijos como una coneja, pero en realidad, era mucho más insegura que Louna, Chicago o Nueva York. En cualquier esquina, te podían rajar el cuello, pero no para robarte, sino para dejarte seco. Eso si tenías suerte y era un vampiro, porque los demonios nunca sabías por dónde te iban a salir.

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  • DOS MAÑANAS DIFERENTES

    Sasha Elliot | Su apartamento

    MAÑANA

    sashaelliot

    Riiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiing.

    Llevé la mano a tientas por la mesita y con un golpe seco, se hizo el silencio. A tomar por culo el despertador, pensé notando cómo habían salido disparadas todas las piezas de su interior. Era el segundo que me cargaba en lo que iba de semana y eso que no había hecho nada más que empezar, pero era mejor eso que destrozar móviles, como aquellos que se hicieron añicos en mis manos intentando marcar un puñetero número de teléfono.

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  • ALGUIEN SE ACERCA

    [align=center][b][font=Bookman Old Style][SIZE=4]Alguien se acerca | Interludio

    [color=#000000]Noche[/SIZE][/color][/b][/font]

    alguienviene1

    Aceleró la moto un poco más. Necesitaba sentir el aire fresco acariciándole la cara, pero el maldito casco no la dejaba respirar.

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