Moondale

Categoría: Diario de Diana Echolls

  • EL MACIZO CON LAS GAFAS DE HARRY POTTER

    EL MACIZO CON LAS GAFAS DE HARRY POTTER

    Diana | Universidad

    MEDIODÍA

    lizziehollis

    La meona se había pasado toda la noche bailando flamenco sobre mi vejiga, cosa que me habría parecido incluso razonable si el despertador no hubiese sonado a las siete de la mañana para recordarme que, a pesar de tener los tobillos del tamaño de dos columnas dóricas, me debía a mi obligación como consejera. Estaba un poco hasta las narices del embarazo, qué queréis que os diga, sería muy gratificante cuando mi preciosa vagina se desgarrase y diese paso a un melón de (esperaba) poco más de tres kilos, pero estaba cansada de vivir prácticamente a dieta, de revisiones médicas y de pilates para embarazadas. Era la versión preñada de Hulk y quería ser la versión madre de mí misma.

    Hablando de mi vagina, hacía una temporada que no la veía y empezaba a preocuparme que se hubiese convertido en territorio salvaje. Tendría que comentárselo a Christopher, que por cierto, me había llamado para decirme que le pidiera a mi madre que fuera a recogerme por la bruma extraña que me había puesto las pilas durante una centésima de segundo. Estoy segura de que cuando le dije que pasara a recogerme estuvo a punto de echarse a llorar.

    (más…)

  • UNA GOTA DE SANGRE

    Diana Echolls | Casa de las Echolls

    dianaecholls5438

    MADRUGADA

    Había pasado una noche de perros. Y por «noche de perros» quiero decir, una noche vigilando al perro del padre de mi futura hija, que roncaba como si no hubiese mañana. En cuanto amaneció, Dominic, que ahora la versión domesticada del rompebragas que una vez fue, me había convencido de que me viniera a casa para ducharme, quiero creer que porque estaba agotada y no porque olía que apestaba, aunque nunca se sabía.

    (más…)

  • UNA NOCHE ESTRELLADA

    SARAH ECHOLLS | PALACIO KVINNEBY, CIRTH, CONDADO DE RIPPER

    NOCHE

    SARAH5

    ¿Qué estarán haciendo todos? – pensé mientras, tumbada boca arriba en la cama observaba la recargada lámpara de lágrimas de la habitación que se había convertido para mí en refugio y prisión.

    Pensar en ellos hacía que sintiese una presión en el pecho que me dificultaba la respiración, pero era todavía peor no hacerlo, porque estaba sola pese a la buena gente que había conocido aquí, como un periquito en una jaula de oro al que le pones un espejo para que piense que no está solo.

    (más…)

  • UN MOTIVO PARA SONREÍR

    Diana Echolls | Su despacho, Universidad de Moondale

    MEDIODÍA

     dianaechollshair

    Con las piernas estiradas sobre la mesa de mi despacho, intentaba que la lata de té se mantuviera sobre lo que antes era mi vientre casi plano y ahora, una montaña que me impedía verme el moño (con «c»). Me daba la impresión de que hacía un par de semanas que había empezado a notarse de verdad, porque ya no podía usar mi ropa y después de verme con petos y vestidos anchos, la gente había dejado de tener miedo a preguntarme por si en vez de embarazada estaba gorda. Pero dejadme que os diga, que el mejor invento son lo vaqueros con la parte superior de tela.

    (más…)

  • UNA HOSTIA VERBAL O FÍSICA

    [align=center][b][font=Bookman Old Style][SIZE=4]Diana Echolls| Templo de los Guardianes, ‘Axis Mundi’| Prueba [s]de Virtud[/s] de pegarle tortas a Lila | Parte I de II

    [color=#000000]Noche[/SIZE][/color][/b][/font]

    gingergirl

    La chaqueta de Ed olía a él y eso era raro. No penséis que iba con la nariz pegada diciendo: “Oh, huele a Ed”, como si fuera una quinceañera a la que le han dado la sudadera del novio de turno. Simplemente, era suya y olía a él. Por suerte, nuestra relación era anterior a las hormonas y no era necesario que explicásemos que, pese a que estuviera completamente desnuda y llevase únicamente su chaqueta que me tapaba el culo de milagro, no significaba que nos hubiésemos dado un revolcón, cosa que sería asquerosa, como enrollarme conmigo misma (bueno, eso a lo mejor era más divertido, porque tenía una apariencia anterior y, teóricamente, ahora también había cambiado).

    Los minutos que caminamos juntos por aquella galería de piedra fueron extraños. No sólo por el hecho de que por mis partes íntimas entraba un fresquito que podría clasificar de “bastante agradable”, sino porque me notaba una extraña en mi propia piel. Me recordaba a una vez que fuimos a Zara y mi madre me compró un par de zapatos, pero no se dio cuenta de que eran uno más grande que otro y estuve meses con un zapato que me quedaba grande y otro, pequeño. Tenía el pelo demasiado largo, juraría que había menguado unos centímetros y los muslos me rozaban el uno contra el otro, provocando que tuviera que caminando como una pistolera. Por suerte, él iba delante y no había charcos con los que pudiera deleitarse con las vistas de mis encantos ocultos (excepto si te llamabas Christopher MacLeod y eras el bibliotecario sexy).

    (más…)

  • FORMANDO UN RECUERDO IMBORRABLE

    [align=center][b][font=Bookman Old Style][SIZE=4]Diana Echolls| Templo de los Guardianes, ‘Axis Mundi’| Prueba del Fuego

    [color=#000000]Noche[/SIZE][/color][/b][/font]

    samsara-2

    [SIZE=3]Kaylee se estaba muriendo. No estaba enferma, ni había sufrido un accidente, ni siquiera era una anciana, simplemente se moría porque Los Grandes Poderes la habían creado con ese propósito y eso era lo más duro.

    La muerte nunca es agradable y siempre te pilla desprevenida, haciendo que te sientas como si te hubieran arrancado un pedazo de tu alma, un pedazo que se lleva la persona que se marcha, pero esto era mucho peor, porque su vida carecía de sentido. Se llamaba Kaylee y era mi hermana, pero podría haber sido Cara, Ed e incluso Sarah, porque su apariencia era lo de menos. Los Grandes Poderes la habían creado con un propósito, como si fuese un cerdo al que se alimenta para después sacrificarlo.

    Siendo sincera, nunca me había gustado Kaylee. Primero, porque en la vida de Siobhan se llamaba Megan y nos odiaba, parecía como si hubiera venido este mundo a fastidiarnos a Sarah y a mí y segundo, porque en esta versión tenía un enorme palo en el culo. Prefería a Kaylee antes que a su versión dentuda, pero no encajábamos del todo, quizás porque era más [s]aburrida[/s] seria, y cerebral que yo. Éramos muy diferentes, pero no diferentes del tipo que encajan bien, sino diferentes del estilo que se ignoran para que no estalle una Guerra Mundial.

    Aún así, que solo fuese un peón en la batalla contra el Doctor me dolía tanto que ni siquiera sabía cómo expresarlo. Cada vez me costaba más recordar a Siobhan y a la rubia. Era como si la vida siempre hubiera sido así, como si Ed nunca hubiese venido de otra realidad en la que todos estábamos muertos y como si a mí no me hubieran ofrecido cambiar para no morir de Cáncer. Si me paraba a pensarlo, tenía sentido haber crecido junto a los tres, con Ed queriendo jugar a los Playmobil y nosotras obligándole a ser el padre de nuestros muñecos, porque para eso era el único niño. Tenían más sentido los veranos en Merelia en los que estábamos los cuatro que cualquier retazo que pudiera recibir de Siobhan o de la rubia. La vida estaba bien así, con Ed dando un poco de grima por haberse enamorado de una de sus mejores amigas con las que había pasado la mayor parte de su infancia y adolescencia, pero ahora nos lo querían arrebatar todo y no era justo.

    (más…)

  • UNA TORMENTA DE ÓRDAGO

    [align=center][b][font=Bookman Old Style][SIZE=4]Diana Echolls| Templo de los Guardianes, ‘Axis Mundi’| Prueba de la Tormenta

    [color=#000000]Noche[/SIZE][/color][/b][/font]

    taranis-3

    [SIZE=3]
    Siempre me han hecho mucha gracia todos esos libros o películas en los que la protagonista no se da cuenta de que está embarazada hasta que, prácticamente, el bebé asoma la cabeza entre sus piernas. Como si tener un cuerpo extraño dentro de tu útero no se notase, ni tuvieras náuseas que duran todo el día, las tetas como si te las estuvieran aspirando para que crezcan a marchas forzadas, la boca llena de saliva por lo que acabas pareciendo un perro delante de un filete, ganas de orinar constantes aunque hayas decidido no beber agua desde hace cinco minutos y esa sensación de que te vas a quedar dormida en cualquier esquina. Pero vamos, que por si fuera poco, no se suele olvidar el día en el que jugaste a “ponerle la colita al burro” sin utilizar nada. Eso solo puede pasar a) si eres tonta de remate o b ) si padeces amnesia. Pero esto no lo digo porque McLeod hubiese acertado en “la Diana”, porque un día no fue capaz de contenerse (sí, ya sé que es cosa de dos) y una corriente hubiese estado a punto de ahogarme dos veces, ni mucho menos. Es que me gusta quejarme.

    Así que cuando por fin el agua dejó de vapulearme y me llegó a la altura de las rodillas, estuve cagándome en la madre que la parió (qué apropiado) hasta que apareció Cara, que huía de la misma como si fuera ácido. Todavía nos costaba que se duchase a diario, pero lo hacía a cambio de palmeras de chocolate, así que cada vez que mi madre agitaba una palmera delante de sus narices, se quitaba la ropa y se metía en la ducha, como una versión porno del perro de Pavlov. Me había dado cuenta de que Daakka la observaba atentamente, pensando en que si él agitaba una palmera de chocolate obtendría el mismo resultado. A ver si os creéis que el verde es porque nació así.

    (más…)

  • INTENTANDO NEGAR LO QUE HA PASADO

    [align=center][b][font=Bookman Old Style][SIZE=4]Diana | Casa de McLeod | Parte I de II

    [color=#5AA6BB]MaÑana[/SIZE][/color][/b][/font]

    diana88849

    [SIZE=3]
    [i]A la mañana siguiente de lo acontecido la noche en la vieron el futuro…[/i]

    Christopher aún no se había despertado y esperaba que no lo hiciese con los ruidos de ballena moribunda, porque estaba vomitando hasta la primera papilla. No me explicaba cómo era posible que, sin haber desayunado, mi cuerpo siguiese…pareciendo una fuente, pero ahí estaba yo, con la cabeza metida dentro de la taza del váter y la dignidad en el fondo de las tuberías.

    Cuando por fin hube terminado, me lavé los dientes y eché el pijama al cesto de la ropa sucia, porque aunque Dom nos había contado que Jamie acostumbraba a besarle después de potar, no me apetecía echarle el aliento a un licántropo con el olfato hiper desarrollado.

    (más…)

  • UNA MISION SUICIDA

    [align=center][b][font=Bookman Old Style][SIZE=5]Alexandra | Moondale en ruinas

    [color=black]Noche[/SIZE][/color][/font][/b]

    alexandra1

    [SIZE=3]
    El chico de raza negra, que según el otro respondía al nombre de Drizz, seguía sin bajar la ballesta y empezaba a ponerme bastante nerviosa. Estábamos en una sala amplia que se había quedado a medio construir y que era una mezcla entre un museo y la casa de un tío con Síndrome de Diógenes. Había muchísimos artefactos y armas, algunos expuestos y otros, tirados por el suelo sin seguir ningún orden lógico, porque no lo que era más bonito o estaba en mejor estado se encontraba expuesto.

    – [b][color=#ab4747]Mi pregunta es sencilla: ¿Puedo irme?[/SIZE][/b]- Pregunté echando un vistazo a mi alrededor y me quedé mirando a Henry. Esto no era lo que había planeado, se suponía que íbamos a pasar un buen rato haciendo como íbamos a salvar el mundo y dejar que las cosas “siguieran su curso”.

    (más…)