[align=center][SIZE=2][b]Diana Echolls | Lago Ness[/b][/SIZE]
[SIZE=2]El día M sólo era un eco lejano que resonaba en mi cabeza de cuando en cuando. Ya no me despertaba de madrugada para mirarme al espejo durante horas para asegurarme de que mis ojos seguían siendo verdes y no una mancha oscura. Aún así, no había vuelto a hacer magia. Ni siquiera yo sabía por qué. La lección que debía haber aprendido era que confiase en mí misma, pero me asustaba enfrentarme a un hechizo y me asustaba aún más convertirme en…eso.
Estar en casa de los McLeod era como ir de vacaciones con la tribu de los Brady, sólo que más simpáticos y sin aquel aire extraño que tenía aquella serie. O quizás era como ir a comer con los Fisher sólo que sin familia estrambótica ni funeraria…vale, entonces dejarían de ser los Fisher. Está bien, estas vacaciones suponían un respiro para todos, una forma de desconectar de lo que nos había pasado.
Además, las estaba utilizando como terapia. Me había dado de plazo hasta la vuelta para utilizar la magia aunque fuese para cerrar las ventanas como si de una bruja de tercera regional me tratase.