Edward MacLay | Su apartamento, Louna, Condado de Ripper
NOCHE
Miré el reloj, eran casi las doce de la noche y ahí estaba, abriendo la puerta de mi apartamento, solo, como siempre, pero con una ligera sonrisa dibujada en los labios, pese a todo lo que había pasado, lo que había perdido, y había sido mucho, demasiado.
Cerré la puerta tras de mí, eché los pestillos y murmuré un par de conjuros que me ayudarían a dormir un poco más tranquilo por la noche, eso si conseguía conciliar el sueño, aunque lo dudaba, porque las pesadillas estaban allí siempre, esperándome. ‘Siempre’ era una palabra que parecía perseguirme, pero para lo único para lo que había debido tener sentido, su significado se había desvanecido.