Moondale

Categoría: Diario de Elliot Williams

  • COMO PEZ EN EL AGUA

    ELLIOT WILLIAMS

    DAGRKNOT

     

    Los vikingos eran exploradores, surcaban grandes distancias en el océano en busca de nuevas tierras que conquistar, pero lo de este mundo resultaba exagerado. Alla donde miraras solo veías agua, las islas eran escasas y sus asentamientos se veían mermados por los ataques de las criaturas acuáticas.

    Al llevar más tiempo aquí que la primera vez descubrimos un modo de viajar entre islas sin quedarnos estancados en una de por vida. A pesar del peligro en las aguas, las comunidades vikingas comerciaban entre si para seguir subsistiendo, algunos asentamientos poseían más maderas que otras, mientras que otras tenían una zona más segura de pesca, por lo que predominaba el trueque para su supervivencia.

    Así que para buscar al guardián del que nos hablo Laura nos enrolamos en un barco de pesca y fuimos de isla en isla preguntando por un ser que solo conocían de cuentos antiguos. Por suerte un viejo marinero se ofreció a llevarnos a una tierra remota, un lugar olvidado por muchos y alejado de todo rastro de civilización.

    – [B]A partir de ésta isla no avanzo. El ojo de Odin no alcanza a ver esta tierra sombría.- [/B] Nos encontrábamos en una isla considerablemente alejada del resto. Si la tierra fuera plana seria una de esas islas que puedes ver al filo de la cascada del fin del mundo.

    – [Bowie]¿Y no puedes usar otro ojo?.-[/Bowie] El marinero observo extrañado a Bowie. Sin duda era lista, pero no estaba muy puesta en mitologías antiguas.

    – [Elliot]Está bien, gracias por acercarnos.-[/Elliot] Añadí con un profundo acento marcado. En este tiempo gracias a Bowie, que en cuestión de segundos fue capaz de procesar el idioma, aprendí lo básico de una lengua tiempo ya extinguida.

    – [B]No sé qué podéis querer de aquí, pero cuidado con esas cosas. Casi me llevan.-[/B] Bajo la capa que usaba para protegerse del agua del oleaje dejo entrever un brazo marcado por las cicatrices y algún que otro dedo perdido.

    – [Bowie]Pero no te llevaron.-[/Bowie] No sé si intentaba darle ánimos por su supervivencia, me resultaba difícil saber cuando Bowie hablaba en serio.

    – [B]Al resto sí.-[/B] Añadió alejándose en su barcaza siendo devorado por la niebla como Caronte tras dejarnos en la otra orilla del río del inframundo.

    – [Bowie]¿Tienes miedo?.-[/Bowie] Había tenido miedo toda mi vida, pero desde que llegue al Nexus con los demás había aprendido a depender más de mi mismo.

    – [Elliot]No, solo estoy preocupado por como vamos a dar con el guardián entre tanta masa de agua.-[/Elliot] Nuestro guardián era un pez, o al menos algo vagamente parecido. Tal vez estábamos buscando a una persona con un pez tatuado en su cuerpo y no un pescado literalmente.

    – [Bowie]¿Canto de sirena o alucinación?.-[/Bowie] Una voz proveniente de el centro de la isla llego hasta nosotros.

    – [Elliot]Yo también lo oigo.-[/Elliot] Era una voz suave acompañada de una delicada melodía. Nos fuimos internando en la isla hasta llegar a un lago.

    – [Bowie]Ve delante. Yo te espero aquí.-[/Bowie] Bowie se oculto tras un árbol y comenzó a hacer aspavientos con la mano para que me moviera.

    – [Elliot]¿Tienes miedo?.[/Elliot]

    – [Bowie]¿Tienes miedo tú?.[/Bowie]

    – [Elliot]No… es solo que, en la mitología las sirenas usaban su canto para que los marineros se acercarán a ellas y matarlos.-[/Elliot] La canción sonaba cada vez más alto, sin embargo en el centro del lago no parecía apreciarse ninguna silueta, ya fuera de una autentica sirena, humana o alguna otra criatura.

    – [Bowie]Venga.-[/Bowie] Bowie se paro detrás de mi y de un empujón me dejo al descubierto.

    – [Elliot]Pero porque tengo que ir solo, somos un equipo ¿no?.-[/Elliot] Añadí girando rápidamente solo para encontrarme un matojo de arbustos sin rastro de Bowie.

    – [Bowie]Muy bien. Pero si nos morimos los dos las misión habrá sido un fracaso por tu culpa.-[/Bowie] Bowie apareció de entre los arbustos sacudiéndose las hojas y las ramitas colgadas del pelo.

    Nos acercamos hasta el lago, el agua calmada nos hizo confiarnos. Estábamos tan tierra adentro que no pensé que los demonios podrían alcanzarnos aquí. Dos garras me agarraron por las piernas al igual que a Bowie y comenzaron a arrastrarnos hacia el interior del lago.

    El barro dificultaba nuestros movimientos al no ser capaces de agarrarnos a nada. Bowie luchaba por zafarse de ellos mientras que yo intentaba dar una última bocanada de aire. Bajo el agua mis movimientos se ralentizaron, sin embargo Bowie seguía pareciendo igual de ágil. Tras librarse de los demonios nado con rapidez hacia donde estaba y me ayudo con los que me tenían preso.

    Al agarrarme para ayudarme a nadar me fije en que unas branquias sobresalían de su cuello, había escuchado a los demás decir que experimentaron con ella y le añadieron mejoras, pero no había pensando en nada como esto. Los demonios marinos cortaban nuestro paso hacia la superficie, así que no nos quedo otra que sumergirnos.

    Encontramos una caverna subterránea y el agua nos sacudió con fuerza, con algo de suerte saldríamos a parar en mar abierto. La superficie parecía encontrase demasiado lejos, Bowie miraba a su alrededor buscando algo que pudiera darme oxigeno. Por mi parte notaba como me fachaba la vista.

    – [Bowie]Más te vale no estar muerto.-[/Bowie]Escuche la voz de Bowie y abrí los ojos, no sabía cuanto tiempo había pasado inconsciente. Bowie estaba arrodillada a mi lado, levante la cabeza y a nuestro alrededor un grupo de humanos nos apuntaba con armas rudimentarias. – [Bowie]Mi nombre es Bowie y él es Elliot. Venimos en son de paz.[/Bowie]

    Me reincorpore con cuidado en un intento de no alterar a los que nos rodeaban. Al echar un vistazo me percate de que seguíamos bajo el agua pero dentro de una cúpula de cristal. De un extremo del circulo de personas que nos rodeaban fueron abriéndose paso para dejar entrar a una joven rubia con mejores ropajes que el resto -[B]Bienvenidos a Vanaheim.[/B]

    – [Bowie]Gracias.-[/Bowie] La muchacha se parecía a Bowie, quizás ere uno de los requisitos para ser cazadora, el ser rubia.

    – [Elliot]¿Cómo habéis acabado aquí?.-[/Elliot] No sé si era lo más inteligente esconderse bajo el agua, aunque teniendo en cuenta que los demonios asediaban campamentos terrestres cerca del agua, esconderse delante de sus narices tal vez no era tan mala idea.

    – [B]Somos el pueblo de Ulf, el vanir corrupto por los Neidr.-[/B] Recordaba ese nombre, algo que Xander había encontrado relacionado con Elle. – [B]Pero me temo que llegáis en mal momento.[/B]

    Nos entrego unos binoculares para ver como esos demonios se acercaban hacia la ciudadela con una criatura encadenada con aspecto de ballena, sin duda iban a utilizarla como ariete – [Elliot]¿Crees que se trata del guardián?.[/Elliot]

    – [Bowie]Lo es.-[/Bowie] Bowie apretó los puños y se acerco hasta la fosa que empleaban como entrada. Se movía con rapidez, como si el agua fuera su elemento y comenzó a asestar golpes a los demonios.

    Si esa criatura era nuestra única forma de volver con los demás debía de ayudar a Bowie, pero no era tan fuerte o ágil como ella, tenía que afrontar esta situación de otro modo. Tome aire y salte a la fosa para salir, Bowie seguía golpeando demonios mientras intentaba llegar con rapidez hasta la ballena.

    Pose la mano en la criatura y note una descarga de dolor que me hizo apartarla al instante. Me fije en sus ojos cargados de tristeza, muy parecidos a los míos. Aún no sabía muy bien como funcionaba mi poder, si es que podía llamarse así, o lo mismo no era más que una evolución de mi desgracia al igual que la capacidad de adaptarse de Bowie.

    Volví a posar mi mano en la criatura, esta vez sin apartarla. Lo que sí sabía es que de este modo podía apaciguar su dolor y tal vez así se detuviera evitando atacar la ciudad subterránea. Pude sentir cada golpe, arañado y latigazo como si lo hubiera sufrido en mis carnes. Un remolino de sombras envolvió a la criatura y esta se convirtió en una especie de sirena.

    El sonido de su voz sonó alto y claro en mitad del agua, mientras que a Bowie y a mí no parecía afectarnos los demonios de agua se volvieron locos y escaparon con rapidez. La guardiana nado en círculos alrededor nuestro y un remolino nos acabo tragando, cuando subimos hasta la superficie dimos a parar a un lago con una nave familiar a lo lejos.

     

  • NO ME ESTOY MURIENDO, SIMPLEMENTE ESTOY…

    ELLIOT WILLIAMS

    DAGRKNOT

     

    Cuando aquel vórtice nos arrastro a todos no pensé que acabaría apareciendo de nuevo en este mundo. Quizás tenga que ver con aquel disparo que escuche, un miedo que me hizo aterrizar en el primer mundo que se cruzo por mi camino para examinar que no había sido yo el que había recibido el balazo. Bowie me confirmo que me encontraba bien salvo por el ligero temblor que tenía y era incapaz de sentir, ella lo asoció al frio, yo al miedo.

    No podía dejar de pensar en ese disparo, si Bowie y yo estábamos bien eso quería decir que alguien había recibido el impacto. Solo podía esperar que esa persona no estuviera sola en uno de estos mundos. Tampoco podía quitarme de la cabeza lo que había sentido al ayudar a mi hermano. Desconocía si era un efecto secundario del trato con Caitriona o algo que siempre había estado en mí.

    Nunca había estado en contacto con alguien que estuviera a punto de morir, y cuando toque a Owen lo sentí, todo el dolor que estaba soportando paso a través de mi, mi hermano se estaba muriendo y no podía hacer nada. Por lo general pescar  me solía tranquilizar, pero ni los recuerdos con mi padre en el lago podían tranquilizarme con todo lo que podía estar pasando en los otros mundos.

    Palpe el orbe que todos y cada uno de nosotros teníamos. Los mundos estaban cerrados entre sí y no podíamos comunicarnos con el resto. Pero por alguna razón podía hablar con Tina a través de él. Sin duda debía de tratarse de Caitriona. Tras mi trato descubrí que todo era una treta para alimentar a una entidad con nuestros acuerdos o rechazos. El mío al parecer iba más allá de no volver a sentir nunca nada, Caitriona era consciente de mis sentimientos hacía Tina y sin duda iba a explotarlos.

    – [Elliot]Siento molestarte otra vez, es solo que quiero saber que estás bien.-[/Elliot] Hablar con Tina me hacia más llevadero los días que pasaba en este mundo. Hablar con ella aunque fueran unos breves minutos era desconectar de todo y cuando no lo hacía solo podía esperar impaciente nuestra siguiente encuentro.

    – [Tina]Hola.-[/Tina] Añadió sonriendo. Ese simple gesto hizo que mejorara mi día en un mundo en el que a penas podía vislumbrarse la claridad del sol. – [Tina]Christopher y Diana me están cuidando muy bien.[/Tina]

    – [Elliot]Me alegra oír eso.-[/Elliot] Sabía que el señor MacLeod y La señora Echolls cuidarían de ella. Sus problemas venían por la ausencia de sus padres y dejarla sola en una casa vacía no hubiese ayudado.

    – [Tina]¿Tú como estas?.-[/Tina] Mentalmente agotado. Desolado. Que por encima de todas las cosas donde más ganas tenía de estar ahora mismo era allí con ella. Pero no alcance a decir ninguna de estas cosas.

    – [Elliot]No muy bien, Bowie y yo seguimos atrapados en este pantano.-[/Elliot] Gracias a Bowie habíamos conseguido eludir a esas criaturas del fondo del agua. Con su visión y oído agudizado, cada vez que esas criaturas estaban por salir nosotros ya nos habíamos alejado lo suficiente para que no nos encontrarán.

    – [Tina]¿Cuánto tiempo ha pasado ya?.-[/Tina] El tiempo era diferente en todos los mundos y en este conseguí llevar la cuenta de los días conociendo la diferencia de tiempo que había con la Tierra.

    – [Elliot]Un mes. Una semana aquí es un día en la Tierra. Debes de estar cansada de saber de mi todos los días…-[/Elliot]La segunda vez que hable con ella habían pasado un par de días aquí pero solo un par de horas en la Tierra. Debía de pensar que la estaba acosando o algo.

    – [Tina]Deja de decir tonterías.-[/Tina] Añadió restándole importancia. -[Tina]Christopher ha dejado caer que gracias a ti estoy aquí.[/Tina]

    – [Elliot]Si… ¿Cuánto recuerdas de aquello?.-[/Elliot] En cuanto le pregunte me arrepentí. Para ser una persona constantemente atrapada en el pasado tenía muy poca empatía con los demás. Quizás rememorar aquello no fuera lo mejor para ella.

    – [Tina]Más de lo que me gustaría.-[/Tina] Su expresión cambio por completo, Nunca había visto a Tina de esa forma, por lo general era una persona alegre, pero cada vez me quedaba más claro que era una fachada de lo que estaba pasando en realidad por dentro. – [Tina]He hecho cosas de las que no estoy orgullosa.[/Tina]

    – [Elliot]No te atormentes por eso, seguro que a partir de ahora todo va bien.-[/Elliot] No menciono nada de nuestro breve encuentro en la cabaña, tampoco quería sacarlo a relucir. Tal vez me estaba haciendo ilusiones y ella no me veía del mismo modo que yo a ella.

    – [Tina]Si, voy a ver si encuentro mi hueco.-[/Tina] En más de una ocasión había dicho que le gustaría ser trabajadora social y me parecía una idea estupenda. Yo solo podía alentarla a que siguiera sus sueños. [Tina]Seguro que algo se me da bien, aparte de salir de fiesta, claro.[/Tina]

    – [Elliot]Tina, no te dejes menospreciar por nadie, para mi… eres importante.-[/Elliot] Habíamos compartido mucho y abierto mutuamente entre nosotros. Tina sabía cosas de mi que nisiquiera había sido capaz de contar a Jane o Owen.

    – [Tina]Ay, que mono eres.-[/Tina] Añadió abrazando un cojín que tenía al lado y recordé nuestro encuentro en la cabaña de Caitriona.

    – [Bowie]Tu ritmo cardiaco ha aumentado.-[/Bowie] Bowie me sobresalto al aparecer en mi espalda. – [Bowie]Espero que no te mueras.[/Bowie]

    – [Elliot]Ten… tengo que marcharme. Hablamos pronto.-[/Elliot] Tina hecho su cabeza sonriendo sobre el cojín y se despidió efusivamente moviendo los brazos. – [Elliot]No me estoy muriendo, simplemente estoy…[/Elliot]

    No termine la frase. Nunca había creído en el amor. Se que mi familia me quiere pero siempre lo he asociado con mi condición. Para mi el amor siempre había sido un sinónimo de pena, quizás iba siendo hora de que me transmitiera felicidad.

  • MI HERMANO, MI HEROE

    ELLIOT WILLIAMS

    NEXUS

    Apenas nos dio tiempo a descansar algo tras regresar a la nave. Nos cambiamos de ropa para no destacar en Nexus y cogimos algo de comida de la cocina. Parecíamos una familia que estaba a punto de salir de vacaciones y que se quedaba dormida, lo que ocasionaba que fuéramos a toda prisa. Me sorprendió ver a tanta gente congregada alrededor de la nave y parecía que nos estaban vitoreando, al menos a algunos de nosotros.

    Llegamos al monolito que nos llevaría hasta el Nexus y tras cruzarlo aparecimos en una plaza. El lugar estaba desierto, no era más que una ciudad en ruinas, sin embargo el cielo estaba iluminado y no por estrellas precisamente. Toda la vida que faltaba en la zona que nos encontrábamos estaba en una futurista ciudad por encima del cielo.

    – [Xander]Por aquí, tenemos que ir con cuidado, dicen que nos esperan ejércitos de Antailtire.-[/Xander] Xander encabezo el grupo ya que era el único que sabía por donde debíamos de ir.

    – [Leo]¿Estamos preparados para eso?.-[/Leo] Leo no parecía muy convencido de nuestras opciones y entendía porque. A lo largo de los diferentes mundos por los que habíamos pasado nos habíamos enfrentado a diferentes criaturas, pero nada comparado al poder que nos estaba esperando en este mundo.

    – [Kaylee]Más nos vale.-[/Kaylee] Kaylee le paso la mano por el brazo a Leo en señal de animo. No puede evitar pensar en Tina, el tacto de su piel grabado a fuego en mi mente.

    – [Xander]Habrá que centrarse en llegar a la iglesia.-[/Xander] Nos especifico Xander, no podíamos hacer mucho más. -[Xander]No podemos enfrentarnos a tantos.[/Xander]

    – [Jane]Deberíamos trazar un plan.-[/Jane] Propuso mi hermana, pero andábamos demasiado ensimismados mirando entre la oscuridad de las esquinas como para pararnos a pensar en algo.

    – [Dante]Pues estamos jodidos porque los fuertes están ahí.-[/Dante] No me pare a debatir con Dante porque estas cosas solía guardarlas para mí, pero estaba equivocado. Mi hermana era la persona más fuerte que conocía, si se lo proponía podía acabar con todo en cuestión de segundos. Es fácil sucumbir ante tú poder, más difícil es contenerse a el.

    – [Kaylee]¿PERDONA?.-[/Kaylee] La voz de Kaylee resonó en el ambiente. Probablemente se estaba sintiendo como yo me había sentido la mayor parte de mi vida, menospreciada.

    – [Dante]Bueno todos menos tu y yo.[/Dante]

    – [Owen]Creído.-[/Owen] Dante sonrió con suficiencia.

    – [Xander]Elle y su grupo abrirán las puertas a la señal, así que preparaos para correr.-[/Xander] Xander desenvaino su espada, a su lado Amy y Ezra volvían a transformarse en licántropos, mientras que Leo optaba por su versión más hibrida recubierto de titanio. – [Xander]A Idris no le va a gustar que hayan acampado tan cerca de la nave.[/Xander]

    – [Kaylee]Algún día habrá que decirle que la nave no es suya.-[/Kaylee] Kaylee aprovecho el cuerpo de Leo y se cubrió tras él mientras avanzaba lanzando bolas de fuego. Amy y Ezra abrieron camino dando dentelladas a unas extrañas criaturas que eran casi todo huesos.

    – [Owen]Francis esta poniendo orden, cuando volvamos ya deberían de estar instalados.-[/Owen] Al parecer toda esa gente que se encontraba acampada en el exterior de la nave provenía del mundo en el que había estado Owen y puesto que lo nombraron líder de equipo se propuso no dejar a nadie atrás. Sus brazos se recubrieron de fuego, era como si las llamas salieran de él, nunca lo había visto usar su poder así.

    Observe como Dante a nuestro lado intentaba abrir la umbra para transportarnos más cerca de la iglesia, pero no era capaz. – [Dante]Puedo usar mi poder pero no entrar en la umbra.[/Dante]

    Amy y Ezra regresaron hasta nuestra posición. La primera cargo a Vera y Jamie mientras que Ezra rondaba cerca de mí para que hiciera lo mismo. Julia se adelanto y se subió encima de él.

    – [Julia]¿Te gusta como cabalgo, guapo?.-[/Julia] Pregunto mientras fingía que movía un sombrero imaginario en el aire. Amy se adelanto siendo cubierta por las bolas de fuego de su hermana.

    – [Elliot]No creo que pueda contestarte.-[/Elliot] Añadí subiendo tras ella. Cuando Ezra salió disparado a toda velocidad hacia la iglesia me agarre a la cintura de Julia inconscientemente. A nuestro lado paso Sophie a lomos de un leopardo.

    – [Julia]Suelo dejar sin palabras a todos mis amantes.-[/Julia] Ezra no podía responderle pero el lobo negó con la cabeza como su pudiera entenderla. Idris desde el otro extremo creo dos muros de hielo haciendo un pasillo para que nos resultara más sencillo llegar a todos.

    – [Xander]Vale, ya estamos aquí pero si cerramos las puertas no van a aguantar.-[/Xander] Añadió Xander tras separarse del abrazo de su hermana. Algunos nos refugiamos en la iglesia mientras otros seguían en el exterior impidiendo que entraran en ella. Cole y Ruby se cubrían las espaldas entre ellos como si llevaran toda la vida peleando juntos.

    – [Dante]¿Siempre tienen que hacerse de rogar?[/Dante] Dante cerro el portal que había creado delante de él cortando a un demonio por la mitad. -[Dante]No estamos en una puta peli, siguen llegando.[/Dante]

    – [Owen]Tal vez si nos hacemos los vencidos aparezcan. Les gusta hacerse los héroes.-[/Owen] Owen lanzaba llamas en un extremo, cortando el paso de un grupo de amazonas.

    – [Jane]Owen, tú deberías de estar descansando.-[/Jane] Al lado de mi hermana, Elle lanzo una espada contra el marco de la entrada impidiendo que un grupo de guerreros entrara en la iglesia.

    – [Xander]Pensad que cuando esto acabe puede que volvamos a casa por fin.-[/Xander] Creo que nada deseábamos más ninguno de nosotros. Habíamos llegado muy lejos como para caer ahora, entregado demasiado en el juego de Caitriona.

    – [Owen]Me encuentro bien.[Owen]

    – [Jane]Tú cara no dice eso.-[/Jane] Algo debía de haber pasado en el mundo que habían visitado. Es cierto que la cara de Owen era de esfuerzo, pero lo estaba asociando el descomunal uso de su poder.

    – [Owen]Mi cara es de que como no lleguen los puñeteros Daës estamos muertos.-[/Owen]

    – [Nate]No os aconsejo desanimarnos.-[/Nate] Nate se encontraba rodeado. Su poder se concentraba en los pensamientos positivos de los demás, como perdiéramos toda esperanza de ganar Nate no podría hacer nada.

    – [Owen]La vida es maravillosa Nate.-[/Owen] El fuego en mi hermano era cada vez menos intenso.

    – [Nate]Así me gusta.-[/Nate] Con las palabras de animo de mi hermano Nate comenzó a rebosar energía y se deshizo de las gárgolas que tenía encima lanzándola por los aires. Lexie creo un montón de copias de si misma peleando. En realidad era una estrategia para que el enemigo pensará que éramos demasiados, ya que las ilusiones de Lexie no eran corpóreas y no golpearían a nadie. Pero no se vieron muy amedrentados cuando entre sus filas aparecieron las manos.

    – [Cole]Esto se pone feo.-[/Cole] Nos fuimos replegando hasta la iglesia mientras el ejercito de Antailtire nos asediaba cada vez más. Estábamos atrapados en una ratonera, no teníamos ninguna otra forma de escapar. Jane salió corriendo en dirección opuesta, cuando me gire encontré a Owen de rodillas. Me lance junto a mi hermana para cargar con él. Cree un escudo a nuestro alrededor con el anillo y lo fui alternando con una espada como me enseño Ezra mientras avanzábamos hasta la iglesia.

    – [Owen]Mi hermano, mi héroe.-[Owen] Añadió sonriendo entre dientes arrastrando los pies. Pose mi mano junto a la suya que llevaba en el costado. Y entonces lo sentí por primera vez, un dolor atroz, un dolor como si me estuvieran desgarrando el costado.

  • LOS RECUERDOS

    LOS RECUERDOS

    ELLIOT WILLIAMS

    AMANECER – BOSQUE DEL CREPÚSCULO

     

    Despertar sobresaltado era algo habitual en mí, en esta ocasión junto al temor de la inmovilidad y la falta de aire se sumo el desconcierto. Lo último que recordaba era llegar junto a Vera y James al centro del laberinto donde nos encontramos con el resto. Jane era una mezcla de sentimientos entre alegre por verme y enfadada por no haberme marchado.

    El caso es que el miedo se volvió a apoderar de mí cuando todos comenzaron a desplomarse delante mía. Era como si la muerte deambulara entre nosotros. Allá donde fijaba la vista, alguien caía al suelo. Vera cayó justo delante mía y llegue a cogerla antes de que tocara el suelo. Era incapaz de articular palabra, me aferre a ella mientras parpadeaba más de la cuenta, me negaba a cerrar los ojos por completo, pero al final acabe sucumbiendo como el resto.

    Intente centrarme y tranquilizarme, seguía vivo, de eso estaba seguro, si el cielo existía desde luego no iba a ser una cabaña y mi vida ya había sido todo un infierno como para acabar en el. Recupere la movilidad de mi cuerpo y me reincorpore en la cama. Los golpes en la puerta me sobresaltaron y solo deseaba que se tratara de alguno de mis amigos.

    [Caitriona]- Hola, Elliot.-[/Caitriona] Una mujer que no había visto en mi vida apareció por el umbral de la puerta. [Caitriona]- Mi nombre es Caitriona.[/Caitriona]

    [Elliot]- ¿Donde estoy? ¿Y Vera?.-[/Elliot] Me preocupaban todos, pero el recuerdo de Vera en mis brazos persistía con fuerza en mi mente.

    [Caitriona]- Estás en mi casa y Vera está bien. Luego iré a verla.-[/Caitriona] No  me gustaba como había sonado eso. Todos estábamos separados los unos de los otros y una mujer misteriosa se iba a presentar frente a ellos para sabe Dios que.

    [Elliot]- ¿Que hago aquí?.-[/Elliot] Me levante de la cama y me quede de pie en medio de la sala, si esta era realmente su casa me resultaba un poco violento quedarme sentado en su cama.

    [Caitriona]- He venido a hacer un trato.-[/Caitriona] Sonaba cordial, sin embargo había algo en su mirada. Quizás era el hecho de que no apartaba la vista de mí como solía hacer la gente.

    [Elliot]- ¿Que clase de trato?.-[/Elliot] Desconfié la verdad. En mi vida había tenido muy mala suerte en general y los tratos más allá de pequeñeces con Jane y Owen no habían salido bien. Dudo que esta mujer quiera que le friegue los platos a cambio de un par de monedas para las recreativas.

    [Caitriona]- Uno en el que puedes ayudar a una amiga a cambio de algo muy pequeño.-[/Caitriona] Vera, fue lo primero que paso por mi mente, su cuerpo inerte en mis brazos. Si el trato consistía en devolver a la vida a alguien y quizás alguien más ya lo había hecho conmigo, eso era jugar con ventaja.

    [Elliot]- De que se trata.-[/Elliot] Caitriona alzo una mano y en ella apareció la típica bola de cristal que usan las adivinas en las ferias. La imagen de una tormenta comenzó a difuminarse dando paso a una discoteca, la verdad nunca había puesto un pie en una.

    Observe como la gente bebía en exceso, consumían drogas sin miedo a que nadie les dijera nada y allí, en medio de la pista de baile, rodeada de gente y un par de tíos observándola como el cazador que mira a su presa, ella. Tina. [Caitriona]- Parece que necesita ayuda.[/Caitriona]

    [Elliot]- ¿Que quieres a cambio?.-[/Elliot] Apreté los puños con fuerza, y estoy seguro que clave mis unas contra las palmas de mi mano.

    [Caitriona]- Hoy me siento generosa.-[/Caitriona] A través de un portal mágico hizo aparecer a Tina, estaba tan sorprendida de verme como yo de verla a ella.

    [Tina]- ¿Elliot? Me dijo tu hermana que estabas muerto, pero en mis sueños estáis todos vivos.-[/Tina] Me dolió verla así, no era la Tina que yo conocía. Arrastraba un poco las palabras y le costaba mantenerse en pie a causa del cansancio o la bebida.

    -[Elliot] Esa no era Jane. Todos estamos bien…-[/Elliot] Le explique de manera breve. Cuando saliéramos de aquí tenía que sincerarme con Tina, no me parecía correcto mentirle sobre lo sobrenatural, si bien era por su protección creo que estaría más segura siendo consciente de ello, después de todo Omega ya había dado una vez con ella.

    [Caitriona]- No le hables porque ahora mismo no te oye[/Caitriona].- Hizo desaparecer a Tina y no me gusto la sonrisa que se dibujo en el rostro de Caitriona, era como si lo estuviera disfrutando. [Caitriona]- Bien, ahora te voy a explicar el pequeño trato que quiero.[/Caitriona].

    – [Elliot]Te escucho.[/Elliot]

    [Caitriona]- El mundo es caos y probabilidad. -[/Caitriona] Soy consciente de ello, mi vida seria muy diferente si mi abuelo no hubiese optado por maldecir a su propia hija. . [Caitriona]- Si aceptas el trato, esa noche un fotógrafo de ese sitio le tomara una foto que muestra su estado. Saldrá en el periódico por un incidente que tendrá lugar. -[/Caitriona] No quería saber que es lo que podía pasar allí, pero es sabido que los padres de Tina son famosos, que se viera involucrada en un escándalo o algo peor pondría en peligro su relación con ellos. [Caitriona]- Con eso bastará para que Christopher MacLeod la reconozca y vayan a por ella. -[/Caitriona] Hizo una pausa para ponerme más nervioso. [Caitriona]- Si no aceptas, el fotógrafo se decidirá por otro enfoque y ella seguirá si espiral de autodestrucción.[/Caitriona]

    [Elliot]- ¿Que hay que hacer para que el señor MacLeod vaya a por ella?.-[/Elliot] Temía no ser capaz de darle lo que pidiera. ¿Mi relación con Jane y Owen? ¿Mi conocimiento? ¿Una vida de más sufrimiento?.

    [Caitriona]- Acércate a ella: empápate de su olor, de su tacto, puedes incluso pedirle un beso si ella acepta.-[/Caitriona] Nunca siento cuando me ruborizo, pero soy consciente cuando pasa, como en esta ocasión en la que una desconocida me ha dicho que puedo besar a la chica por la que siento algo si lo quiero.[Caitriona]- Pero no volverás a sentirlo nunca más. Ese es el precio a pagar.[/Caitriona]

    Me pare a sopesar su propuesta. De todo lo que podía pedirme, esto me pareció lo más extraño. He vivido con esta condición todo mi vida y tengo más que asumido que me acompañara hasta el mismísimo final, así que el ofrecerme el poder sentir algo, aunque fuera brevemente era casi como un regalo. El no volver a sentir no era el precio a pagar, quería mi sufrimiento, mi añoranza por este momento, mi lamento. Si eso es lo que quiere es suyo, que es una carga más de cientos. [Elliot]- Está bien… Acepto.[/Elliot]

    [Caitriona]- Os dejo solos. Tenéis unos minutos..[/Caitriona] Hizo reaparecer a Tina y ella salió de la cabaña.

    [Tina]- ¿Elliot? -[/Tina] Note un chispazo en el cuello al escuchar mi nombre y como los pelos de mis brazos se erizaban. [Tina]- Pensé que te habías vuelto a ir.[/Tina]

    [Elliot]- Todo va a ir bien, el señor MacLeod estará pronto allí. Yo estaré allí…-[/Elliot] Parecía que estaba más lucida. Mi corazón latía con fuerza, tenía la sensación de que se iba a salir de mi pecho y las piernas me temblaban de tal manera que apenas era capaz de andar hasta ella. Pase una mano por su mejilla, era suave y estaba fría.

    [Tina]- ¿Cuándo vas a volver? -[/Tina] Pregunto abrazándome con fuerza. Note su pecho contra el mió y un zumbido en los oídos. Su corazón estaba tan acelerado como el mio y latían al compás.

    [Elliot]- Pronto, te lo prometo.-[/Elliot] Note un olor a galletas que procedía de ella. Mi cerebro me estaba dando toda la información que tenía retenida durante todos estos años pero que nunca había experimentado.

    [Tina]- ¿Cuánto tiempo llevas fuera? He perdido la cuenta…-[/Tina] No quise pensar en cuanto llevaba fuera, quería recordar esto, cada momento, cada detalle, cada tacto y suspiro de ella.

    [Elliot]- No mucho. El tiempo, es diferente donde estoy.-[/Elliot] Tina dejo sus brazos sobre mis hombros y yo pose mis manos en su cintura, nos quedamos un rato mirándonos, era como si bailáramos sin música.

    [Tina]- ¿Me das un beso? -[/Tina] La cara me ardía, por primera vez sentía lo que era ruborizarme.

    [Elliot]- Nada me gustaría más, pero.. ya sabes…-[/Elliot] Balbucee.

    – [Tina]¿Ya sé…?[/Tina] Y mira que fue ella la que dijo que no quería meterse en líos, ni yo tampoco la verdad, pero que era un beso.

    [Elliot]- Aún tengo 17…-[/Elliot] Ella sonrío y me agarro la cara. Se fue acercando poco a poco y no te como me besaba en la frente, las mejillas, incluso en la punta de la nariz. Y para finalizar un medio beso cerca de los labios.

    [Tina]- Entonces así está bien.-[/Tina] Note un escalofrió, como si el tiempo se estuviera agotando. El vórtice mágico volvió a aparecer tras ella y me negué a soltarla, pero no sirvió de nada, lo último que alcance a ver fue su sonrisa. Y lo último que sentí el desgarro en el pecho al arrebatármela como si me hubieran arrancado el corazón.

    Caí de rodillas contra el suelo con la mano en el pecho, no lo sentía. Las lagrimas brotaron cayendo sobre la madera del suelo. Ahora solo me quedaban los recuerdos.

  • LAS LUCES DE MI CAMINO

    LAS LUCES DE MI CAMINO

    ELLIOT WILLIAMS

    LABERINTO – SELAS

    Jane y Owen habían decidido que marcharme con el resto era lo mejor, no me opuse, como todo en la vida comenzaba a pensar que esto me venía grande. No me imaginaba siendo un héroe como nuestros padres o como muchos de los de esa nave acabarían siendo cuando reunieran a todos los Daë. Pero cuando los demás fueron atacados de nuevo no pude seguir adelante, puede que no sea un héroe pero si Jane y Owen estaban en peligro no podía marcharme como si nada.

    Cuando llegamos en pleno epicentro de la batalla volví a quedarme paralizado como en la batalla vikinga, alguien se abalanzo sobre mi y en un acto reflejo me cubrí con los brazos cerrando los ojos. Seguía vivo, así que alguien debía de haberme salvado la vida. Pero cuando abrí los ojos todo a mi alrededor había desaparecido y una esfera azul delante de mí comenzaba a apagarse junto al destello de mi anillo.

    Por un segundo me sentí culpable, como si siendo completamente inconsciente hubiese acabado con la vida de todos los demás, pero Vera y James estaban junto a mi, así que esto debía de haber sido cosa de alguien más. Lo único que alcanzaba a ver eran arbustos y un camino delante nuestra, solo podíamos avanzar ya que cada vez que mirábamos atrás el camino era engullido por los setos, solo esperaba que al final del laberinto no hubiese ningún Minotauro.

    – [Vera]Tengo la sensación de que hace siglos que no hablamos.-[/Vera] Estaba tan ensimismado observando el anillo preguntándome como funcionaba que no me percate de que Vera había bajado el ritmo para ponerse a mi altura mientras Janes iba al frente.

    – [Elliot]Han pasado muchas cosas desde que nos colamos casi como polizones.-[/Elliot] Era como un recuerdo lejano, en mi cabeza sabía que apenas había pasado tiempo de aquello, pero con cada viaje, cada mundo que visitaba, tenía la extraña sensación de que llevaba meses entre idas y venidas a esa luna.

    – [Vera]No estoy segura de si fue buena o mala idea.-[/Vera] Al contrario que a mí a Vera siempre le había molestado que no contaran con ella simplemente por el hecho de ser «la pequeña». Eramos las dos caras de una moneda, incluso en nuestros estudios se veía reflejado. Ambos queríamos estudiar lo mismo, sin embargo en el futuro yo prefería estar sentado tras un escritorio impartiendo clases mientras ella prefería ver el mundo.

    – [Elliot]Fue idea tuya, yo solo te seguí. Piénsalo de esta manera, ahora estaríamos en casa preocupados con nuestros padres por los demás.-[/Elliot] Vera era como un fuego fatuo, tal vez no es la mejor analogía teniendo en cuanta como se originaban, pera ella era la luz que guiaba mi camino. Siempre un paso por delante de mi ayudándome en la vida. Sin ella, el instituto hubiese sido mucho más difícil.

    –  [Vera]¿Me estás echando la culpa? Muy bonito.-[/Vera] Se cruzo de brazos como si estuviera enfadada, pero se hecho a reír.

    – [Elliot]Sueles tener esos prontos. Te recuerdo que de pequeños nos metimos en un lío cuando nos colamos en la oficina de tu padre.-[/Elliot] Apenas teníamos la altura para llegar al pomo de la puerta y la aupé a cuestas para que llegara. Se había cansado de leer cuentos de princesas y principes que siempre las salvaban y pensó que el libro que estaba escribiendo su padre sobre los Moondies era una mejor lectura. Al final nos libramos porque que clase de monstruo es capaz de resistirse a la sonrisa desdentada de su hija.

    – [Vera]Tú eres el bueno y yo…-[/Vera] Movió una mano en el aire. No es que fuera precisamente mala, tampoco es que fuera una mala influencia.

    –  [Elliot]Son tus ansias de conocimiento.-[/Elliot] Cuando tu cerebro es capaz de procesarlo todo y retenerlo debe de llegar un punto en el que pienses que te estas limitando.

    – [Vera]¿Echas de menos la Tierra?. A Tina o tus padres.-[/Vera] No sabía en que momento lo mío con Tina se había convertido en algo de dominio publico, no es que fuéramos pareja. Pero si, la echaba de menos. Ambos compartíamos una soledad que se esfumaba cuando estábamos juntos, salimos bastantes veces juntos tras la fiesta de cumpleaños de Jane y Owen, no en plan citas, más bien a comprar ropa o a tomar café. Tina era divertida, y pocas cosas en la vida podían hacerme sonreír, sin embargo ella era capaz de conseguirlo.

    – [Elliot]Esto esta bien, pero no podría vivir aquí. No quiero preocupar a mis padres mas de lo que ya estarán.-[/Elliot] Obvie mencionar a Tina de nuevo, no porque me diera vergüenza, simplemente que como buen Williams era incapaz de expresar mis sentimientos… bueno a excepción de Owen.

    – [Vera]No sabemos si podremos volver.-[/Vera] Parecía preocupada, algo raro cuando esa es precisamente una de mis cualidades.

    – [Elliot]Confío en que haya un modo cuando todos los Daës estén juntos.-[/Elliot] No es que esperara que se abriera otro agujero que nos absorbiera de nuevo hacia la Tierra cuando todos estuvieran juntos, pero quizás si algo mas. Además dudo que nuestros padres nos dejaran aquí, seguro que se les acababa ocurriendo algo. Para ser una persona pesimista tenía bastante fe que no nos quedaríamos atrapados aquí.

    – [Vera]Eso espero. No me gustaría que tuvieras que odiarme por haberte traído a la otra punta del universo.-[/Vera] Se mordió el labio de abajo como si fuera a echarse a llorar. Es curioso como funciona el cuerpo humano, como una persona es capaz de llorar de felicidad o tristeza. En mi caso no soy capaz de percibir las lagrimas, pero si se que están más relacionadas con lo último, las manchas de tintas en mi diario hablan por ellas.

    – [Elliot]No podría odiarte, nos conocemos de toda la vida.-[/Elliot] No era una persona rencorosa, vale, en alguna ocasión había fantaseado con ponerme en modo Edmond Dantes y vengarme de todos los que se habían reído de mí. Además mis dotes sociales tampoco es que fueran muy altas, no podía perder a mi única amiga.

    – [Vera]Eso díselo a tu hermana, que estuvo cinco años sin hablarle a tu hermano y a su mejor amigo.-[/Vera] Para llevarse mal con nuestra madre es curioso como Jane se parecía a ella en ese aspecto.

    – [Elliot]Eso en parte fue culpa mía…-[/Elliot] Jane nunca soporto que Owen no le diera importancia a mi «enfermedad», pero era su manera de escudarse de la verdad. Jane era la escéptica, Owen el optimista, y yo en medio.

    – [Vera]Eso no es verdad.-[/Vera] Intentaba hacerme sentir bien, como siempre.

    – [Elliot]En parte si. Soy el epicentro del drama Williams. Yo y mi madre.-[/Elliot] Es curioso como una persona que lo había destruido todo a su alrededor tenía el cariño y apoyo de todo el mundo.

    – [Vera]No le des vueltas a algo que ya ha pasado.[/Vera] Tenía razón, para ser alguien con una idea tan clara de a lo que quería dedicarme solía centrarme demasiado en el pasado, y no solo de la historia, de la mía también. – [Vera]Ahora os lleváis bien y es lo importante.-[/Vera] James dio un sobresalto delante nuestras al asustarse por una sombra y a Vera se le escapo una risilla. – [Vera]Jane se equivocó, pero esta intentado arreglarlo.[/Vera]

    – [Elliot]Jane no quería venir y mírala ahora. Esta más feliz que nunca.-[/Elliot] Y no lo decía de mala manera, me alegraba que por fin Jane fuera feliz después de todo lo que había pasado conmigo y volviera a hablarse con Owen.

    – [Vera]¿Y tu eres feliz?.-[/Vera] Su mirada se desvió del camino y se fijo en mi. Vera era como Jane, sabía cuando algo me pasaba o no me encontraba bien conmigo.

    – [Elliot]Si. Todo lo que puedo serlo supongo.-[/Elliot] la felicidad era una sensación extraña para mí. Supongo que mi felicidad era la de los demás. Que Jane y Owen se llevaran bien al igual que mis padres.

    – [Vera]No pareces muy convencido.-[/Vera] Su mano se poso en mi hombro en señal de apoyo.

    – [Elliot]Es difícil de describir. Siento este vacío constante, pero a veces, hay pequeñas cosas que me hacen feliz.[/Elliot]

    – [Vera]¿No hay nada que te llene ese vacío?.-[/Vera] Pregunto con curiosidad.

    – [Elliot]Si, a veces cuando hablo con Tina…-[/Elliot] Me interrumpí y no seguí. Volví a notar lo mismo que cada vez se menciona su nombre o en mi mente aparece su sonrisa. Vera sonrió y no comprendía porque.

    – [Vera]Cuando vuelvas, se lo podrás decir.-[/Vera] No sabía a que se refería en ese momento, y tampoco pude preguntarle porque llegamos al final del camino.

     

     

     

     

  • NO TAN VALIENTE COMO EL RESTO

    ELLIOT WILLIAMS EDMOND

    NOCHE – DAGRKNOT

    Siempre me había considerado un apasionado de la historia, al no tener ninguna clase de poder como el resto ejercite mi mente con conocimientos que pudieran ser de utilidad en alguna situación, algo que me hiciera un hueco entre ellos. Aunque empezaba a pensar que quizás debería de haberme ejercitado más físicamente como Xander, eramos dos vertientes de un mismo río, el que no tiene poderes y el que los desactiva.

    Una cosa era leer la historia o ver como se tomaban demasiadas licencias en el cine con ella y otra muy distinta ser parte de ella. Cada paso en ese seudo mundo vikingo con demonios serpiente era una sentencia de muerte. Si no te mataban esas criaturas estaban el frío, la comida o una trifulca en la que en vez de acabar a puñetazos podía terminar con un hachazo en el pecho.

    Nos marchamos a la mañana siguiente de llegar a aquel poblado, al parecer no eramos muy bien recibidos. Da igual la época en la que te encuentres que siempre seras repudiado por el resto por ser extranjero. Al menos fueron lo suficientemente amables para decirnos donde encontrar al Daë, o simplemente nos dieron una localización aleatoria para librarse de nosotros.

    – [Dante]Ni puta gracia volver a montarme en un barco con esas cabronas ahí.[/Dante] – Llevábamos un rato en altamar y Dante no había apartado la vista del agua en tensión por si esos demonios aparecían de nuevo.

    – [Ruby]Eres un señorito de pies a cabeza.[/Ruby]- Ruby no parecía llevarse tan bien con Dante como con el resto, quizás era demasiado masculino para ella.

    – [Dante]A mí dame cosas con motor y ruedas, no impulsadas por barbudos borrachos.-[/Dante] Dante es una persona moderna, tal vez lo único antiguo que le guste sean los coches clásicos.

    – [Owen]Bueno al menos nadie se marea en barco.-[/Owen] Algo bueno tenía que tener el no sentir como el barco se zarandeaba por el golpe de las olas.

    – [Xander]No sé decirte, yo llevo bien el agua nadando, pero aquí.[/Xander] – Xander se aferraba al borde del barco con los ojos clavados en el mar al igual que Dante, esperando que esas cosas no volvieran a salir a la superficie. Mi hermano por otra parte no parecía tan intranquilo como ellos, siempre era demasiado despreocupado.

    Ruby se llevo la mano a la cara cubriéndose por completo, seguramente pensando que eramos los hombres más débiles con los que se había cruzado en su vida. Los vikingos comenzaron a entonar una canción mientras remaban con fuerza intentando mantener el rumbo por el fuerte oleaje.

    La isla se encontraba cerca, cada vez era más visible desde nuestra posición, pero con el temporal era como si se encontrara al doble de distancia.

    – [Dante]Más os vale que sea el jodido Daë.[/Dante] – Profirió cansado.

    – [Xander] Por lo que decían en el pueblo, tiene que serlo. No creo que haya muchos huérfanos náufrago con el pelo azul y más poderes que un aesir.-[/Xander] Uno de los guerreros vikingos se levanto y comenzó a pasarnos armas.

    –  [Ruby]Una pena de mundo entonces.[/Ruby]- apunto Ruby

    Uno de los vikingos hablo y todos nos giramos hacia Xander, la situación hubiese sido de lo más cómica si no fuéramos en un barco rumbo a una batalla contra unos demonios [Xander]- Dice que el hierro es bueno para las serpientes de Hel.-[/Xander]

    – [Owen]Podrían pulirlas un poco. No sé si esto es sangre o están oxidadas.-[/Owen] El hacha que sostenía mi hermano había perdido su brillo, ahora todo era de un color rojo oscuro. Por mi parte opte por portar un simple escudo, no era bueno con las armas y nunca lo seria.

    – [Dante]No quieras saberlo. -[/Dante] Dante se coloco un escudo en un brazo y agarro un hacha con su mano libre. Era como un arcangel apunto de entrar en batalla contra un grupo de demonios, parecía un pasaje recién sacado de la biblia. No es que fuese devoto más allá de acompañar a mi madre a misa o en sus oraciones porque me curara de mi «enfermedad».

    Con la isla cada vez más cerca comenzó a divisarse una columna de humo antes oculta por la tormenta. – [Elliot]Hemos llegado tarde…-[/Elliot] Xander observaba preocupado, era una mirada que conocía muy bien, era la mía propia que había mantenido durante toda mi vida, esa sensación de haber fracasado.

    – [Dante]Voy a mirar, estoy harto de barco.[/Dante] – Añadió mientras trepaba por el mástil y se lanzaba a volar. Debía de ser una sensación extraordinaria la de poder volar.

    – [Ruby]Se perderá…-[/Ruby] la fe de Ruby en los hombres era nula.

    – [Elliot]Solo tiene que seguir el humo.-[/Elliot] Pensaba que seria sencillo, pero con la tormenta lo mismo le costaba más llegar.

    – [Owen] Espera, llévame contigo… Eso ha sonado demasiado desesperado.-[/Owen] No pude evitar sonreír un poco. Esos comentarios fuera de lugar solo eran meros escudos de que él también estaba nervioso, pero los usaba para tranquilizar a los demás, y conmigo al menos lo conseguía.

    El trayecto de Dante no fue muy largo ya que nos encontrábamos a escasas millas. – [Dante]No están muertos pero les queda poco.[/Dante]

    – [Xander]Preparaos, no podemos dejar que el daē muera.-[/Xander] Me aferre a mi escudo con las dos manos con fuerza, como si fuera una parte más de mí.

    – [Ruby]Dejadme a mí.-[/Ruby] Fue tocar tierra el barco y Ruby se lanzo por la proa del barco de un salto evitando por completo mojarse mientras el resto desembarcábamos en grupo por los lados llegándonos el agua por las rodillas.

    – [Xander]Tenemos que abrirnos paso. [/Xander]- Grito Xander con fuerza para que le escucháramos por encima de los gritos de los vikingos que nos acompañaban. Acto seguido lanzó su hacha contra uno de los demonios acertando de lleno en el cráneo y desenvaino su espada.

    – [Owen]A las colas, que es lo que les jode.-[/Owen] Mi hermano iba dando hachazos a la altura de las piernas de un lazo para otro, parecía que iba dando golpes de ciego, pero ya era más de lo que estaba haciendo yo, completamente inmóvil sin ser capaz de moverme.

    – [Xander]Tenemos que encontrar al daē.-[/Xander] Volvió a gritar mientras asestaba cortes a esas criaturas. Un fogonazo tierra adentro de color azul ilumino el cielo.

    – [Dante]Lo tienen rodeado. [/Dante]- Nos informo Dante dando un par de vueltas por el aire mientras un grupo de demonios intentaban alcanzarlo por tierra . – [Dante]Hay una pitufina con él, que cuerpazos.[/Dante]

    – [Elliot]Voy yo.-[/Elliot] No sé porque lo dije, tal vez pensará que estaría más a salvo tierra adentro. El caso es que comencé a moverme entre la multitud, y esto no era una multitud de centro comercial, era puro caos, guerra.

    – [Xander]Ten cuidado[/Xander]. – Sabia porque lo decía, sus palabras sonaban con más miedo que la mirada que le lanzaba a esos demonios. Como me ocurriera algo Jane no se lo perdonaría en la vida.

    -[Owen] Jane nos mata a ambos. A Xander y a mi… Y a ti después.-[/Owen] Tratándose de Jane no descarto que de suceder algo cruzara espacio y tiempo para matarme, no había más que ver a su versión corrupta.

    Perseguí ese haz de luz azul entre cuerpos de demonios y vikingos por el suelo, cuando llegue me encontre con Keli, o más bien a su versión pasada. Era de lo más extraño que un demonio antiguo capaz de erradicar a la humanidad conviviera tan tranquila junto a ella en una pequeña zona residencial.

    Bill también se encontraba allí, se suponía que había venido a esta misión porque ambos nos encontramos. No sabía que decirle, pero se suponía que esto ya había pasado, así que para no crear una paradoja temporal me acerque hasta él e improvise.

    Tras la charla que mantuvimos él se marcho para continuar con el resto de sus pruebas y yo con la mía. Alistair estaba en la orilla de la playa, rodeado por esos demonios tanto por tierra como por mar. En un momento estúpido de valentía supongo, recogí una piedra y la lance contra lo demonios para distraerlos.

    Estos demonios no eran como yo que pasaban de los demás si les tiraban piedras, se giraron y avanzaron hacia mí, retrocedí hasta que no pude más al topar con el tronco de un árbol. Los demonios serpientes se cernían sobre mi, era el fin, hasta que una llamarada de fuego, no podía tratarse de Owen ya que las llamas eran azules, carbonizo a los demonios.

    A mi lado apareció Keli, daba tanto miedo como en la actualidad. No dejaba de mirarme de arriba a abajo evaluando si seria una amenaza o tan insignificante como parecía.

    – [Alastair]Keli no asustes al chico…-[/Alastair] Añadió un hombre sonriendo mientras le cortaba la garganta a una serpiente con total naturalidad.

    – [Elliot]¿Eres… eres Alastair?.-[/Elliot] Pregunte titubeante esperando que el resto de Daës aparecieran de la nada como otras veces y lo simplificaran todo.

    – [Alastair]La barba azul me ha delatado ¿verdad?.-[Alastair] Bromeo limpiando la sangre del cuchillo.

    – [Elliot]Se que sonara absurdo, pero debes embarcarte en una aventura con otros para derrotar a un gran mal.-[/Elliot] Seguro que cualquier otro se hubiese explicado mejor, pero estaba de los nervios.

    – [Alastair]¿Te refieres a ellos?.-[/Alastair] Pregunto señalando a un extremo de la playa a lo lejos -[Alastair]El de las orejas puntiagudas me ha comentado algo al respecto.[/Alastair]

    – [Elliot]¿Y vas a ir con ellos?.-[/Elliot] Pregunte esperanzado. Alistair se acerco hasta mi y comenzó a vendarme un corte en el brazo. No sabía en que momento me lo había hecho.

    -[Alastair]¿Bromeas? soy un pirata, nunca digo que no a una buena aventura.-[/Alastair] Apretó el vendaje con fuerza, al menos eso supuse por su esfuerzo.

    -[Elliot]¿Aunque eso suponga…?.-[/Elliot] -No sabía cuanto le había comentado Eldric, pero me hacia sentir mal el enviar a alguien a una muerte segura.

    – [Alastair]Eh, todos tenemos que morir en algún momento, que mejor que en una buena batalla.-[/Alastair] Añadió echándome un brazo por los hombros. -[Alastair]Me has caído bien chico, no todo el mundo es tan valiente cuando no es capaz de sentir nada.-[/Alastair] No sabría decir si bromeaba o no, mucha gente a lo largo de mi vida se había reído de mí por eso. Pero me fije en los cortes de sus brazo, y no pude evitar preguntarme si él era como yo. -[Alastair]Toma, estoy seguro de que le darás un uso correcto.[/Alastair]

    Dejo caer un anillo en mi mano y junto a Keli se unió al resto de Daës acabando con los demonios serpientes embarcándose hacía su inalterable final.

  • MI ANGEL GUARDIAN

    ELLIOT WILLIAMS

    MAÑANA – KOURAS

    Lo último que imagine que acabaría haciendo cuando me levante aquella mañana es que me vería transportado junto con los demás al mundo de los Daesdi con la misión de reclutar a los Daë.

    Fui algo escéptico cuando Vera se presento en la puerta de casa y me conto sus planes. No era ninguna clase de héroe como los Moondies, no poseía ningún tipo de habilidad y mi vida se resumía en evitar los conflictos.

    Pero entonces apareció Tina, o la que pensaba que era Tina, la cual quedo encandilada con la idea de Vera de hacer una acampada improvisada con los demás. Así que tras un repentino envalentonamiento acepte solo para descubrir que había sido engañado más tarde.

    -[Jane] Sois unos irresponsables.-[/Jane] Fue lo primero que dijo Jane tras levantarse del suelo y sacudiéndose el polvo del cuerpo. Uno podría pensar que se refería a Owen y los demás, pero tenía la sensación de que también hablaba por Vera y por mí.

    – [Owen] Te das por aludida a ti misma ¿no?.-[/Owen] Supongo que se refería al presentarse allí con los demás para detenerlos.

    – [Jane] Yo he venido a impedir todo esto.-[/Jane] Añadió encarándose a Owen a pesar de que le sacaba una cabeza de altura, mi hermana no se amedrantaba ante nada. Owen por su parte se rasco la cabeza despreocupado.

    – [Elliot] Dejad la discusión para cuando estemos en casa.-[/Elliot] Intentaba imponer algo de tranquilidad, pero al igual que en casa casi que mejor debería haberme quedado callado.

    – [Jane] ¿A qué habéis venido exactamente, Elliot? Pensaba que tenías más cabeza.-[/Jane] Yo también lo pensaba y me habían engañado por completo.

    – [Elliot] Vera me ha convencido de seguiros para ver que tramabais. Era eso o una redacción de historia.-[/Elliot] Me sabía mal echar a Vera a los lobos pero era consciente de que Jane no se enfadaría con ella.

    – [Owen] Y ahora estás viviendo la historia. El oeste…-[/Owen] Owen comenzó a disparar con sus dedos en dirección al cielo.

    – [Vera]Gracias por echarme la culpa, vendido.-[/Vera] Vera se quedo mirándome y enarco una ceja, las piernas me flojearon al ver su expresión.

    – [Elliot] No te echo la culpa… centrémonos a lo que nos han mandado, y antes podremos salir de aquí.-[/Elliot] Dije intentando cambiar la conversación y evitar acabar peor de lo que ya estaba quedando.

    – [Vera]Me acabas de echar la culpa, traidor.-[/Vera] Añadió riéndose, al menos ahora sabía que no se lo había tomado mal.

    – [Elliot]Pero no se enfadara contigo. –[/Elliot] Le susurre mientras Jane intentaba traer de vuelta a la realidad a Owen que no dejaba de disparar al aire imaginariamente.

    – [Jane]El oeste es peligroso y más para dos mujeres.-[/Jane] Jane arrastro a Owen hasta donde nos encontrábamos. Tenía mucha razón. El oeste estaba repleto de paletos e imperaba la ley del más fuerte. Eran un grupo de hombres codiciosos en busca de oro, indígenas a los que cazar y mujeres que profanar.

    – [Owen] Dos pistolas tengo…- [/Owen] Sacando a relucir de nuevo sus dedos índices recién desenfundados.

    – [Vera] ¿Cómo te has tomado lo de Tina? Me pareció entender que te gustaba. -[/Vera] Nadie sabía lo mío con Tina. Bueno ni la propia Tina creo que supiese que me gustaba. Había conocido a una persona completamente diferente a como la representaban los demás. Creo que solo necesitaba alguien que le escuchara y encontró ese alguien en mí.

    – [Elliot] Ahora que se que no la ha matado mejor. -[/Elliot] Ni con los abusones del instituto había sentido este sentimiento antes, una especie de ira que se apodero brevemente de mi persona, nunca había experimentado eso.

    – [Vera] Os podíais haber dado el número de móvil. No sé, digo por eso de que estamos en el futuro. -[/Vera] De hecho habíamos estado hablando por la InfinityBand, pero desde lo que ocurrió, todo el tema de retener sobrenaturales, espionaje y demás cosas no lo había utilizado. Lo primero que hice al llegar a este mundo fue comprobar los mensajes. No había señal, lo que hubiese sido un buen método de comunicación entre los demás. Pero tenía un par de mensajes pendientes de leer, entre los habituales de insultos de compañeros de clase había uno de Tina en el que decía que se ausentaría durante un tiempo. Se había ido con sus padres a remodelar una vieja casa en Atlanta.

    – [Owen] Así que Tina y tú ehh, Romeo.-[/Owen] Añadió dándome un par de codazos los cuales debían de ser bastante fuerte a juzgar por el modo en el que me hacían balancearme.

    – [Jane]¿¿¿Tina???.-[/Jane] Jane parecía escandalizada por el tono de su voz. Aun me veía como su hermano pequeño. – [Jane]¿Pero no te gustaba Vera? ¿Por qué nadie me cuenta nunca nada?[/Jane]

    – [Owen] ¿Así que Vera? .-[/Owen] Mi hermano se rasco la barbulla echándonos un vistazo a los dos. A saber que se le estaba pasando por la cabeza.

    – [Elliot]¿Qué?. No. Vera y yo solo somos….  ¿podemos dejarlo? tenemos que buscar algo de ropa para no llamar tanto la atención.-[/Elliot] Seguramente me había puesto rojo como un tomate, no puedo confirmarlo. Es cierto que había sentido algo por Vera desde pequeño, pero el miedo a no ser reciproco y perder su amistad me hizo no decir nada.

    -[Vera]Buena idea.-[/Vera] se quedo pensativa un momento. –[Vera] Deberíamos hacer dos grupos para no llamar tanto la atención e ir a dos puntos diferentes. Cuando terminemos, nos reunimos aquí.[/Vera]

    Los equipos parecían un poco obvios. Jane y Vera no podían andar solas por aquí así que debían ser grupos mixtos, y Vera parecía que me había leído la mente. – [Vera]Owen, ¿vienes conmigo? [/Vera]

    – [Owen] Me parece bien .-[/Owen] Acepto tras echarle un vistazo a Jane y pasarse la mano por el cuello, seguramente agradeciendo el haberse librado de las continuas collejas que hubiese recibido si hubiese ido con ella.

    – [Jane]Yo puedo ir sola si Elliot quiere ir con vosotros.-[/Jane] Se llevo las manos a los brazos escudándose mientras agachaba la cabeza.

    – [Elliot] No, tu y yo vamos juntos. -[/Elliot] Añadí agarrándola de la mano encaminándonos por un lateral hacia las casas de madera.

    – [Jane] ¿Estás seguro?.- [/Jane] Iba tirando de ella según avanzábamos. Vera y Owen se habían marchado por el otro lado.

    – [Elliot] Si. Vera tiene a Owen como musculo, yo me llevo la mejor parte. Solo… no le repliques a los tíos que se pongan insolentes. -[/Elliot] Jane era el cerebro y el musculo si había que incapacitar a alguien. Lo que más me preocupaba era que alguien se pusiera vulgar con ella, en ese caso estaríamos en un lio.

    – [Jane] Ja, sabes que eso es imposible.- [/Jane] Sonrió recuperando el ánimo.

    – [Elliot] Lo harás si quieres protegerme, y tu siempre te encargas de protegerme. -[/Elliot] Dicen que todo el mundo tiene su ángel guardián, bueno Jane es el mío. Siempre lo ha sido, desde que era un bebé hasta el hombre en el que supuestamente me he convertido. Siempre ha cuidado de mí, ha estado conmigo y luchado mis batallas a mi lado e incluso por mí.

    – [Jane] Ya no me necesitas.-[/Jane] Entendía porque podía pensar eso. De un tiempo aquí me he distanciado un poco, pero no solo de ella sino de todos, en un intento de valerme por mi mismo sin la ayuda de nadie.

    – [Elliot] Siempre te voy a necesitar. Eres la única persona cuerda con la que puedo hablar en esa casa.-[/Elliot] Bromee, papá y mamá estaban ocupados rebautizando la casa, solo esperaba que la limpiaran a fondo después. Y con Owen no podía hablar de mucho más que no fueran chicas, deportes o lo guapo que era.

    – [Jane] Lo peor es que es verdad. -[/Jane] Volvió a sonreír mientras llegamos a la trastienda de una tienda en la que tenían un par de conjuntos de ropa tendidos aireándose del polvo.

    – [Elliot] Ponte esto. Como vayamos de negro nos pegaran un tiro en cuanto nos vean.-[/Elliot] Vestir de negro en el oeste era sinónimo de ser un ladrón o un asesino. Tal vez ir de negro fuera una buena forma de evitar que la gente se nos acercara, pero no me la quería jugar a que algún vaquero se quisiera hacer el héroe. Así que al final nos pusimos unos trajes marrones propios de ganaderos. Jane se recogió el pelo y lo oculto en su sombrero.  – [Elliot] Toca mezclarse con los lugareños. Veamos que podemos descubrir en la taberna.[/Elliot]

  • LA SOLEDAD COMO ALGO COMUN

    Elliot Williams – Casa de los Williams

    Noche

    La fiesta de Jane y Owen se vio brevemente interrumpida. Típico  de los Williams, dando la nota siempre allá donde vamos, como todas las familias supongo. Por un lado quería que se arreglaran las cosas, que mi padre y mi madre volvieran juntos, después de todo estaban separados por mi culpa. Pero por otro lado no quería que Jane siguiera sufriendo por ellos.

    Todo el mundo estaba comentando lo que estaba ocurriendo dentro de casa y no quería convertirme en el centro de atención. No podía hacerme invisible aunque a veces lo parecieráa, así que podía esconderme dentro de la piscina o sacar la carne de la barbacoa antes de que se quemara. Opte por lo segundo.

    Me la estaba jugando dando la vuelta a la carne, solo con el calor que desprendían las brasas podía quemarme sin notarlo. Por lo general ni siquiera me dejaban usar los cuchillos de la cocina.

    – [Tina]Deja, ya saco yo la carne[/Tina].- Se ofreció Tina quitándome las pinzas de la mano. Le dio un par de vueltas para terminar de hacerlas y se preparo para sacarlas.

    – [Elliot]Gracias.-[/Elliot] Para no salir corriendo me quede allí a su lado poniéndole el plato para que fuera sacando toda la carne. Owen tenía un serio problema con la carne.

    – [Tina]¿Tus padres no estaban divorciados?[/Tina]- Deje el plato de carne en la mesa y Tina cogió una de las bebidas previamente enfriadas por Idris con el simple toque de un dedo. Si os lo estáis preguntando si, tampoco noto si un alimento está demasiado frio o demasiado caliente cuando lo ingiero.

    – [Elliot]Es lo que suele pensar la gente. Se separaron, pero nunca se llegaron a divorciar.-[/Elliot] En la época que mis padres se separaron mi madre se dedico a ver de nuevo una de sus series favoritas, y yo la vi con ella. En dicha serie dos de sus personajes se daban un descanso entre ellos.

    – [Tina]Jo, pues están recuperando bien el tiempo[/Tina].- Añadió riendo e inmediatamente intente sacar de mi cabeza la idea de mis padres intimando.

    – [Elliot]Poco les va a durar. Jane los va a matar.-[/Elliot] A Tina le hizo gracia el comentario, debió tomarlo a broma, cosa que no solía hacer.

    –  [Tina]Tu hermana es muy seria[/Tina].- Dijo acercándose a mí en voz baja. Era lo más cerca que había tenido a una chica obviando a Jane y Vera. -[Tina]Demasiado[/Tina].

    – [Elliot]Ha pasado por mucho… como todos.-[/Elliot] Recordé que Tina no tenía ni idea de lo que le rodeaba. Para ellas las alas que llevaba Dante no eran más que una prenda decorativa que le recordaría a su madre.

    – [Tina]Claro, has debido tener una vida muy dura[/Tina].- Añadió ella asintiendo de forma sarcástica.

    – [Elliot]No te haces una idea.-[/Elliot] Nos sentamos al borde de la piscina, debía de estar helada porque Tina hizo un par de muecas con la cara.

    – [Tina]Anda ya[/Tina].- Chocamos los hombros y nos balanceamos al compas unos segundos. – [Tina]Mis padres me compraron y me paso la vida sola.[/Tina]- Agacho la cabeza y movió los pies jugueteando con el agua. Recuerdo que Tina era popular en el instituto como Kaylee y Owen, pero resulta que teníamos la soledad como algo común.  –[Tina] Supera eso.[/Tina]

    – [Elliot]Soy incapaz de sentir nada físicamente. Podría quemarme con la barbacoa y no notarlo. Cortarme con algo y no sentirlo.-[/Elliot] Solté de golpe. Era la primera vez que me sinceraba con alguien ajeno al grupo de los moondies, supongo que nos estábamos sincerando entre ambos.

    – [Tina]¿Si te besan tampoco lo sientes?.-[/Tina] Pregunto observando su reflejo en el agua. Observe el mío, tenía las mejillas encendidas, rojas como un tomate.

    – [Elliot]Eh… no.-[/Elliot] Respondí nervioso con la voz entrecortada y un nudo en la garganta.

    – [Tina]¿Cuántos años tienes?.-[/Tina] Volvió a preguntar con la mirada perdida en el agua, parecía triste.

    – [Elliot]Casi 18…-[/Elliot] Respondí.

    – [Tina]Eso suena a que tienes diecisiete.-[/Tina] Dijo forzando una medio sonrisa.

    – [Elliot]Si, bueno. Pero cumplo 18 en Octubre.-[/Elliot] No sé porque me estaba defendiendo, supongo que estaba cansado de que todo el mundo pensará en mí como un niño pequeño.

    – [Tina]Estamos en junio.-[/Tina] Fijo sus ojos castaños en mí, como si me viera por primera vez. [Tina]- Eres menor aún.[/Tina]

    – [Elliot]¿A qué viene tanto interés por mi edad?.-[/Elliot] Le pregunte extrañado. Ella se recogió un poco el pelo y mordisqueo la pajita de su refresco con una sonrisilla.

    – [Tina]No quiero que me metan en la cárcel por besarte.[/Tina]- No pude evitar fijarme en sus labios ligeramente rosados sin pintalabios.

    – [Elliot]¿Qué?.-[/Elliot] Balbucee. Tina me guiño un ojo y se levanto para volver con el resto a la fiesta. Yo tarde un ratos más en volver intentando asimilar lo que me acababa de decir. Pensando si era una broma como todo el mundo solía hacer. O si realmente una chica guapa y popular queria besar al raro del grupo.

  • EL DOLOR NO ES SOLO FISICO

    Elliot Williams – Casa de los Williams

    Tarde

    Si he tardado tanto tiempo en empezar mi diario es porque no tengo nada especial que contar. Solo soy un chico normal como tú, o tal vez no como tú, seguramente cualquiera que lea esto tendrá alguna clase de habilidad sorprendente. Nunca salvare al mundo como mi padres y sus amigos o seré tan guay como Owen, Jane y el resto de hijos de los Moondies. Solo soy… Elliot.

    Siempre me ha interesado la historia desde pequeño, no eran ansias de conocimiento, era buscar respuestas a porque era diferente a mi padre y Owen, porque no era un Aesir como ellos. Al final llegue a la conclusión de que Owen lo era gracias a Jane, mientras que lo mío fue más bien un instinto de supervivencia para contrarrestar la habilidad de mi madre.

    Ser incapaz de sentir tiene algunas ventajas. Soy capaz de tocar la batería bastante bien y darle el tempo que tanto ansiaba al personaje de J.K. Simmons en Whiplash. Tengo una mayor resistencia ya que prácticamente no me canso y sin duda se encajar un golpe. Creedme, he recibido unos cuantos.

    Por lo contrario soy incapaz de sentir el calor. El frio. El cómo se siente el viento más allá de cómo lo percibe la gente a mí alrededor. La percepción de los objetos, cargar con algo y no ser consciente de que lo tienes. Aprender a escribir fue una odisea.

    Desde pequeño siempre he sido el raro, aquel del que reírse por lo bajo o huir en cuanto me ven. En preescolar jugando con el resto de niños tropecé y me disloque el brazo. Seguí jugando como si nada, hasta que los demás comenzaron a gritar y huir asustados. Ese fue el principio.

    Que sea incapaz de sentir nada físicamente no implica que no sea capaz de percibirlo mentalmente. Como he dicho soy capaz de encajar una paliza o que me tiren bolas de papel en clase o por los pasillos. Sin embargo que se rían de mi, los insultos, los cuchicheos. En mi caso duelen más las palabras que los golpes.

    Por suerte estoy rodeado de gente maravillosa. A pesar de los problemas, tanto mi madre como mi padre muestras su cariño hacia mí, ambos de manera completamente diferente. Cuando compartíamos centro, Jane y Owen siempre me defendían de los abusones. Y compartir clases con Vera siempre ha sido de gran ayuda.

    Vera es una de esas personas a la que me gusta observar, y no de un modo depravado como estaréis pensando. Me gusta ver como el viento juega con su pelo. Como entrecierra los ojos cuando observamos las nubes y el sol le molesta. Básicamente me gusta ver como ella percibe el mundo desde una manera que yo soy completamente incapaz de percibir.

    Hace unas horas escuche sobre un hechizo de sinceridad que había afectado a algunas personas. Ese hechizo en concreto había conseguido que Jane y Owen volvieran a hablarse y arreglaran esos problemas que llevaban años separándolos. Me alegre por ellos. Me hubiese gustado haber estado bajo ese hechizo también, sincerarme sobre un par de cosas. Pero por el momento creo que solo iba a hacer una de ellas.

    Baje las escaleras con cuidado, ya que uno de los tablones estaba suelto y el día menos pensado me partía el cuello. Mi madre estaba en el salón rodeada de libros estudiando. Me gustaba pensar que había heredado esa pasión por los libros de ella, que había muchas cosas buenas que había sacado de ambos más allá de… esto.

    – [Elliot]Mamá, ¿podemos hablar?.-[/Elliot] Le pregunte sentándome enfrente de ella en la mesa. La de veces que había empezado una conversación así seguidas por un, no quiero ir más al colegio, soy un bicho raro, papá y tú estáis peleados por mi culpa.

    – [Rebecca]Claro[/Rebecca].- Ella levanto la vista de los libros y se quito las gafas dejándolas por la pagina en la que iba. Me sabia fatal molestarla ya que este era el único momento que tenía para estudiar, pero si no se lo decía ahora no lo haría nunca.

    – [Elliot]Me gustaría dejar los tratamientos.-[/Elliot] Solté de carrerilla como si no llevara horas preparando esa frase en frente del espejo del baño. Las tiritas tienen que quitarse de golpe y no poco a poco. – [Elliot]Nunca van a surtir efecto y estamos tirando el dinero.[/Elliot]

    Mi madre se quedo mirándome fijamente, como si aun estuviera intentando procesar lo que acababa de decir. Soltó un leve suspiro y añadió. – [Rebecca]Eso lo dices porque estás un poco desanimado, pero estamos cada vez más cerca de encontrar la cura[/Rebecca].

    – [Elliot]No, no lo estamos. Esto es algo que no se puede curar, no al menos por la ciencia.-[/Elliot] Era consciente de que la ciencia no me iba a ayudar. Al igual que tampoco me iba ayudar el rezarle a cualquiera de los supuestos dioses que coexistían en el mundo. Ni la ciencia ni la fe iban a conseguir que fuera capaz de sentir algo. Eso es algo que solo quizás la magia podría hacer, y posiblemente a un alto precio.

    – [Rebecca]¿Has hablado con tu padre?[/Rebecca]- Pregunto serie y visiblemente dolida, lo que hizo sentirme mal. Para alguien que no siente nada se me da especialmente bien hacer sufrir a los demás.

    – [Elliot]No, es algo que llevo pensando mucho tiempo.-[/Elliot] Dentro de poco seria mayor de edad, iría a la universidad, seguramente a la de Moondale que es la más barata. Si iba a seguir siendo una carga económica prefería que esos ingresos fueran hacia mis estudios más que hacia sueños inalcanzables.

    Volvió a hacerse el silencio. Estaba visiblemente molesta y en su cabeza seguramente seguiría pensando que todo esto era culpa de mi padre. – [Rebecca]Si dejas los tratamientos ahora, todo lo que hemos hecho habrá sido en vano[/Rebecca].

    – [Elliot]Mamá, siempre lo ha sido.-[/Elliot] Estire un brazo para que agarrara mi mano en busca de una muestra de afecto, pero no lo hizo. Desconozco como es el dolor físico, pero si se parece en algo a esta tristeza no lo quiero. – [Elliot]Por favor. Coge el dinero, termina tu carrera y haz lo que siempre has querido.[/Elliot]

    – [Rebecca]Lo que quiero es que te cures y puedas ser feliz[/Rebecca].- Intente no prestar atención a esto último. Ella tenía también una habilidad que podía ser perjudiciar para el resto y aun asi era feliz, al menos hasta que llegue yo.

    – [Elliot]¿Y qué ocurre con tu felicidad?. Yo soy feliz. Te tengo a ti, a Jane, Owen… papá.-[/Elliot] Pronuncié esto último en voz bajo. No solía hablar de papá con ella. También obvie a ciertas personas que me alegraban el día, que hacían las mañanas menos grises.

    – [Rebecca]Mi obligación es preocuparme por vosotros, no que vosotros os preocupéis por mí[/Rebecca].- Si me había oído mencionar a papá está claro que lo ignoró. – [Rebecca]Así que si lo que quieres es dejar los tratamientos, así se hará[/Rebecca].

    Se volvió a colocar las gafas dando por finalizada la conversación. Me marche a mi habitación sin saber muy bien como sentirme. Estaba claro que había decepcionado a mi madre.

    Pero por otro lado me había quitado un peso de encima, me sentía más ligero, aliviado. Se acabaron las agujas, lo brazos como un colador, la horas interminables en el hospital sufriendo por algo que no tenía remedio.

    Por primera vez en mi vida nadie había decidido por mí. Nadie tenía porque seguir preocupándose por mis problemas. Por primera vez podría ser simplemente yo. Elliot.