Moondale

Categoría: Diario de Kaylee Echolls

  • LA MALDICIÓN ECHOLLS

    Kaylee – Bosque del Crepúsculo

    ¿Tarde?

    Ezra y yo habíamos hablado poco. No era un tío de palabra fácil y su pasado traumático, tan cercano que era casi su presente, le hacían un interlocutor difícil. Con estas líneas parece que me caía mal, pero no hay nada más lejano a la realidad. Me caía bien. El problema es que tenía tantos muros construidos a su alrededor, que no tenía tiempo ni ganas de derribarlos todos.

    Bastante esfuerzo me costaba ya mantener la boca cerrada para no comerme todo lo que había en la nevera de la nave. «La maldición MacLeod» le llamaba yo a eso. Los nervios me daban hambre y con el poco movimiento que teníamos, me estaba poniendo más curvilínea de lo que me habría gustado. Leo decía estaba estupenda, pero mis vaqueros de antes de la nave no opinaban lo mismo.

    Repasé la habitación cochambrosa una vez más: una cama maltrecha, paredes de piedra mal pintadas, una palangana para hacer mis necesidades (SOCORRO) y unos grilletes en la pared. Apostaba la casa de mi familia a que llevaba sin limpiar desde hacía una buena temporada. Por eso evitaba sentarme sobre la cama, pero es que el suelo tampoco era muy buena opción. Si hubiera tenido agua, me habría puesto a limpiar, pero no podía conjurar nada. Mi magia estaba desconectada. Allí dentro era poco menos que una chica cualquiera y eso me incomodaba, pero preferí desterrar ese pensamiento para no entrar en un bucle que me perjudicase.

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  • EL COSTE DE HACER LAS COSAS BIEN

    Kaylee – Cabaña de Noah

    Tarde

    Estábamos en la cabaña de Noah el susodicho y yo intentando avanzar en la investigación para encontrar algo que pudiera parar al otro grupo, ya que quedaba claro que las palabras no eran suficientes. Hacía una tarde de sol brillante que invitaba a liberar las domingas al sol, pero claro, si el post fuera sobre eso, nos subirían a InfiniPorn.

    Por los altavoces de la vieja radio (esto de luchar contra Infinity nos tenía en el Paleolítico) empezó a sonar «Bien por ti» de Viva Suecia, así que me levanté, me estiré la falda y cambié de canción de malas formas.- [Kaylee]Sorry not sorry[/Kaylee].- solté volviendo a sentarme, pero la música a Noah se la debía buscar su hermano, porque los primeros acordes de «Home» me taladraron los oídos.- [Kaylee]Pues sin música, coño[/Kaylee].- la apagué y mi amigo enarcó las cejas.

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  • LA MÚSICA AMANSA A LAS FIERAS

    Kaylee – Cabaña

    Noche

    Era tarde. Tan tarde, que esperaba que Leo no llevase durmiendo un par de horas. Lo único que tenía a mi favor para no pensar eso, era que Leo seguía siendo una estrella del pop y esperaba que se comportase como tal.

    Cuando Dante me dejó en las inmediaciones de las cabañas, me sentí ridícula. Noah me había dejado en Escocia para que empezase a recuperarme y, en lugar de eso, tenía que salvarle el culo por haber jugado la carta del héroe.

    Tomé aire. Me centré, disfruté del fresquito de la noche y recordé que había decidido venir, que no estaba enferma y que la ansiedad no me daba permiso para comportarme como una gilipollas. Abrí la verja y avancé por el jardín. Vi a Daakka y a Cara dormir delante de la tele y la cabaña de Noah con todo apagado. Después, llegué a la de Leo.

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  • BIEN JODIDA

    Kaylee – Casa

    Mañana

    Me encontraba mal y tenía que disimularlo como si fuera una actriz de método, porque en casa de un ex alcohólico, tener resaca no estaba muy bien visto. Así que en cuanto Ellie se fue, después de pasarse la noche durmiendo a mi lado, bajé a la cocina a desayunar con todo el sigilo del mundo, pero me tomé el camino a la cocina con calma y fui revisando todas las fotos que mi madre tenía colocadas a lo largo de la casa. Ver a mis padres tan jóvenes, a mí misma antes de creerme la reina del instituto y a mis hermanas tan sonrientes, me hizo recordar todo lo que estaba mal en mí.

    ***

    FLASHBACK – LA NOCHE ANTERIOR

    Había fiesta en casa de Tina y eso significaba ir en bañador y beber hasta que «La cárcel de plata» me pareciese un temazo y me diese por llorar, pero como tenía -3000 ganas de ponerme en bikini porque tenía la regla, me planté un vestido de lentejuelas que me tapaba el culo de milagro y con el que era imposible llevar sujetador. Además, Owen pasó a recogerme caminando, porque se ve que estábamos en 2006 y no me había dado cuenta.

    La cuestión es que la fiesta no era tan deprimente como había imaginado en mi cabeza, porque Tina tenía una casa enorme, dos padres que nunca estaban y había un montón de gente guapa, pero tenía el día torcido y me apetecía irme a mi casa a ver ‘Dirty Dancing’ y llorar porque nadie ponía a Baby en una esquina, así que cuando Owen se fue a desplegar sus armas de ligue masivo, cogí un vaso de cerveza peleona de la que le gustaba comprar a la anfitriona y me fui a darle la turra a Dante, que tenía la gracia de una hemorroide y estaba al lado de la mesa de las bebidas.- [Dante]Hola, Kay.[/Dante] – él también estaba bebiendo cerveza en un vaso rojo de plástico. Supongo que a todo el mundo le gusta fingir de vez en cuando que está en la fiesta de una serie, porque estos vasos eran el doble de caros.

    – [Kaylee]Hola[/Kaylee].- le sonreí con coquetería, porque no voy a mentir ahora y a decir que Dante no está bueno, porque sí lo está. Además, corría el rumor de que se había enrollado con Mike Solo-Novak y quién no ha fantaseado con la idea de tener un novio con el que hablar de tíos.

    – [Dante]¿Empezando el curso con fuerzas?[/Dante] – comentó moviendo la cabeza con disimulo al ritmo de la música. Estaba sonando una balada del año de la polca que se llamaba ‘The man who can’t be moved’ y era algo así como la peor canción de la historia para poner en una fiesta.

    – [Kaylee]No se pueden perder las buenas costumbres[/Kaylee].- di un sorbo y él sonrió. Observé sus vaqueros desgastados y su camiseta negra «made in Dante». Hecho esto, me quedé esperando a que dijera algo más, pero es tan soso que tuve que irme a increparle a friki que hacía de DJ, porque si seguía poniendo esa mierda nos íbamos a cortar las venas.

    No sé qué cable se me cruzó, que cuando vi a mi primo Alexander, cerca de la mesa del tío de la música, me dio por hablarle. A lo mejor la cerveza se me había subido a la cabeza.- [Kaylee]Eh, ¿qué haces aquí?[/Kaylee]

    – [Xander]Hola, Kaylee.[/Xander] – llevaba una camisa de cuadros y un pantalón chino, que le daban la pinta esa que sabes que le gustaría a tu madre. Bueno, a mi madre no, porque es mi primo y déjate de endogamias raras.- [Xander]Dante me ha arrastrado. Supongo que me iré en un rato.[/Xander]

    Si me paro a pensarlo, supongo que fue porque era obvio que le caía mal y necesitaba sentirme bien, pero en realidad, estaría excusando mi comportamiento.- [Kaylee]Así me gusta[/Kaylee].- dije y le aguanté la mirada.

    Sé que me miró decepcionado, porque nos conocíamos demasiado bien. – [Xander]No sé si nos ha pasado por encima la adolescencia o un tractor.[/Xander] – soltó un suspiro y vi que miraba a Tina, que en teoría era su novia, pero a la que no le estaba haciendo ni caso.

    – [Kaylee]¿Por qué hablas en plural cuando eres tú el que no se habla con su mejor amiga?[/Kaylee]- inquirí de malos modos.

    – [Xander]Kaylee, ¿de verdad te tengo que decir lo evidente?[/Xander] – me preguntó, sin perder un ápice de la bendita paciencia que le caracterizaba. – [Xander]Puedes atacarme lo que quieras, me va a dar igual.[/Xander]- la fiesta estaba en pleno apogeo: la gente bailaba, bebía y se tiraba a la piscina como si mañana no fuera a existir, pero nosotros estábamos revolcándonos en nuestra miseria.

    – [Kaylee]¿Y qué es lo evidente según tú?[/Kaylee]- al escucharme, negó con la cabeza. – [Xander]Te sientes querida por tus aduladores pero no les importa como eres en realidad, tienes que fingir, tienes que ser cruel con los que no te iban a juzgar.[/Xander]

    – [Kaylee]Deja el psicoanálisis para quien quiera escucharte[/Kaylee].- farfullé. Eso había dolido.

    – [Xander]Como quieras. Te lo digo porque te conozco y te quiero. Pero no todo el mundo tiene la misma paciencia[/Xander].- supuse que hablaba de la nueva.

    – [Kaylee]¿Me quieres tanto como quieres a Jane? La dejaste sola cuando su vida saltaba por los aires[/Kaylee]. – que Owen fuese mi mejor amigo me daba mucha ventaja para atacar a Alexander con el tema de Jane.- [Kaylee]Dale consejos a los demás cuando seas un ejemplo, pero no antes[/Kaylee].

    – [Xander]No te falta razón, Kaylee. Precisamente por eso te lo digo. Sé lo que hice mal con Jane y ya no tengo opción a arreglarlo. Hazlo mejor que yo.[/Xander] – lo dijo tan de verdad, que noté cómo sus palabras golpeaban la pared de falsa seguridad que tenía a mi alrededor.

    Ni siquiera me molesté en contestarle. Lo dejé solo con su halo de salvador y todas sus basuras de psicólogo de medio pelo, porque me había hecho daño.

    Así pues, estuve un rato sola, bailando y bebiendo, hasta que vi que Owen estaba en el jacuzzi rodeado de un grupo de chicas y me jorobó la idea de perder a mi cheerleader personal. Esto dicho así suena fatal, pero es otro comportamiento de mierda de mi lista interminable de comportamientos de mierda.- [Kaylee]Quita, bicho[/Kaylee].- le solté a Blue Stevens para que se fuera y se llevara a su séquito. – [Kaylee]A ver, la bacanal la dejáis para luego. Ahora, que corra el aire[/Kaylee].- hice un gesto con las manos y se largaron.

    Owen me devolvió su sonrisa especial de «ya llevo cuatro cervezas más de las que debería», porque él decía que su genética de aesir le hacía ser inmune al alcohol, pero yo no lo tenía tan claro.- [Owen]¿Por que no te metes?[/Owen]- me preguntó cuando me senté en el borde, pero a su lado, mientras me miraba las piernas.

    – [Kaylee]No, que nos conocemos y eres capaz de hacer pis[/Kaylee].- la cerveza ya estaba caliente, así que la dejé a un lado. Me notaba un poco borracha y bastante triste y eso, con Owen cerca, siempre era una mala combinación. Pero que conste en acta que jamás me había puesto una mano encima sin mi consentimiento y con él creo que tampoco.

    – [Owen]Eso solo pasó una vez cuando era pequeño. Y todo el mundo se mea en las piscinas, por eso es mejor el jacuzzi[/Owen].- le dio un sorbo a una piña colada que tenía por ahí y deduje por qué estaba un poco chuzo: las mezclas no le vienen bien a nadie.

    – [Kaylee]El jacuzzi es una piscina pequeña[/Kaylee].- le miré y puse los ojos en blanco.- [Kaylee]¿Qué hace aquí tu amigo?[/Kaylee]- sí, hablaba de mi primo.

    – [Owen]Sacarlo a pasear, que le dé el aire, que se divierta.[/Owen]- lo buscó con la mirada y se encontró con que estaba enrollándose con Tina. Ya veis, el mártir que tanto quería a Jane.- [Owen]Además, Tina está con él[/Owen].

    – [Kaylee]Suerte con eso[/Kaylee].- no pude disimular el desdén en mi forma de hablar.- [Kaylee]Le gusta tu hermana desde que nació, más o menos[/Kaylee].

    – [Owen]Suerte con eso. A mi hermana no le gusta nadie.[/Owen]- intentó aparentar que le daba igual, pero el tema de su hermana le dolía y mucho. Al final, mi mejor amigo no dejaba de ser un osito de peluche con esteroides al que le gustaban demasiado el alcohol y las personas moderadamente atractivas.

    – [Kaylee]No sé cómo podéis compartir genes[/Kaylee].- él fue a decir algo, pero cambió de tema.- [Owen]Por cierto, ¿y tu que tal estas?.-[/Owen]- salió del jacuzzi dejándome un plano fantástico de sus abdominales y se sentó a mi lado.- [Owen]He oído lo que ha ocurrido[Owen].- me pasó un dedo por la mejilla  y me dejé querer. Algún día debería plantearme no jugar con él, pero no había llegado aún.

    – [Kaylee]Sobreviviré[/Kaylee].- le resté importancia. Lexie no me supondría un problema a la larga o eso quería creer.- [Kaylee]Esa novata piensa que todos hemos salido del gueto[/Kaylee].- le sonreí y a él le brillaron los ojos.

    – [Owen]Está celosa de tu belleza[/Owen].- noté cómo la vergüenza ajena se apoderaba de mí y me ruboricé como una quinceañera de una novela cualquiera.- [Kaylee]Owen[/Kaylee].- le reñí.

    – [Owen]Si no estuviese ya medio desnudo, lo estarías haciendo con la mirada[/Owen].- como he dicho, pese a que tenía buen cuerpo, no era mi tipo, pero no quería herir sus sentimientos.

    Chasqueé la lengua.- [Kaylee]No te iba a decir eso[/Kaylee].- suspiré.- [Kaylee]Estoy un poco triste y bastante borracha, así que necesito que me acompañes a casa[/Kaylee].

    Él asintió.- [Owen]Me seco y nos vamos.[/Owen].- como todo el mundo pasaba de nosotros, se secó con su poder y se puso la camiseta.[Owen]¿Lista?[/Owen]

    Me tendió la mano y le di un beso en la mejilla al incorporarme.- [Kaylee]Gracias[/Kaylee].

    – [Owen]Lo que sea por mi reina[/Owen].- y deseé que lo dijera porque iba a ser mi pareja para el baile y no porque estaba enamorado de mí.

     

    ***

    Un carraspeo de mi padre me devolvió a la realidad. Estaba sentado en la mesa de la cocina leyendo al lado de la ventana un periódico electrónico, mientras se tomaba un café solo. Me parecía una costumbre súper antigua (sin el rollo guay que tenía lo vintage), pero no me atreví a decírselo, porque sabía que me estaba esperando. Que Amy, Vera y mi madre no estuvieran por allí era una señal inequívoca de que me la iba a cargar, porque era un día entre semana y todavía quedaba un buen rato para que empezasen las clases.

    Musité una especie de «buenos días» con la esperanza de darle pena y fui hasta la cafetera para poner una cápsula. -[MacLeod]Winnie, tenemos que hablar.[/MacLeod] – en su voz se notaba el cansancio y la culpa de que estuviera así la tenía yo. No era la hija que esperaba y no le juzgaba por sentirse así, porque yo tampoco era la Kaylee que me gustaría.

    – [Kaylee]Papi, ahora no[/Kaylee].- susurré echándome la leche después de calentarla. Tenía la garganta dolorida y los ojos hinchados de tanto llorar. Ellie había convencido a Owen para acompañarme a casa y me había abrazado hasta que no me quedaron fuerzas para llorar y nos quedamos dormidas.

    – [MacLeod]Cariño, lo hemos evitado mucho tiempo.[/MacLeod] –  comentó haciéndome una seña para que me sentase frente a él y eso hice.

    – [Kaylee]Es que ya sé lo que me vas a decir[/Kaylee].- suspiré arrastrando los pies y sentándome frente a él con el café en la mano.

    – [MacLeod]Si lo sabes, ¿por qué sigues fingiendo ser alguien que no eres?[/MacLeod]- mi padre me miró directamente a los ojos y sentí todo el peso de su juicio sobre mis hombros. Mi padre había sido mi ídolo durante toda mi infancia, pero cuando me cansé de demostrarle al mundo que era más inteligente que la mayoría, me alejé de él y a estas alturas éramos poco más que dos desconocidos con un apellido en común.

    – [Kaylee]Porque no me iba muy bien cuando era yo misma[/Kaylee].- cada frase que articulaba, me taladraba el cerebro.

    – [MacLeod]Ahora tampoco.[/MacLeod] – espetó con seriedad y di un sorbo del café que me supo a culpa.

    – [Kaylee]Tengo amigos[/Kaylee].- me defendí con debilidad, porque sabía que tenía razón.

    – [MacLeod]¿Quién te trajo anoche y se quedó contigo?[/MacLeod]- sabía que Ellie había estado en casa y quizás me hubieran oído llorar, por lo que no tenía sentido mentir, pero lo intenté igualmente.- [Kaylee]¿Owen?[Kaylee]

    – [MacLeod]No ibas tan mal como para no acordarte.[/MacLeod] – me recordó y supe que le parecía mal que hubiese bebido tanto. – [MacLeod]No encontrarás a tus verdaderos amigos fingiendo ser otra persona.[/MacLeod]- se refería a los Moondies. Los famosos Moondies que eran tan amigos que se consideraban familia, pero eso había pasado hacía veinte años y el mundo había cambiado muchos. Nosotros no éramos los Moondies, ni lo seriamos jamás.

    Pensar en eso, hizo que empezase a llorar sin darme cuenta y él se puso de pie, se sentó a mi lado y me abrazó. La cocina, de muebles rústicos de madera y azulejo blanco, me pareció un sitio un poco más bonito. Incluso el mantel de cuadros verde parecía diferente si papá me abrazaba.- [MacLeod]No es tarde, cariño. Cuanto antes vuelvas a ser tú misma, mejor.[/MacLeod]

    – [Kaylee]Le he hecho daño a todo el mundo[/Kaylee].- solo me aguantaban Elle y Owen. Ella porque era tan buena que debía tener un pase de acceso directo al Cielo y él porque quería meterse en mis bragas (y en las del resto de la humanidad).

    – [MacLeod]Todos tenemos que pedir perdón alguna vez.[/MacLeod] – me dio un beso en el pelo. – [MacLeod]Rectificar es de sabios.[/MacLeod]

    Lloré un poco más en sus brazos y me incorporé.- [Kaylee]¿Y no pueden fingir que no ha pasado nada?[/Kaylee]- estaba negociando conmigo misma, no con él.

    – [MacLeod]No sé si eso te va a funcionar con todo el mundo.[/MacLeod] – me explicó con paciencia. – [MacLeod]No va a ser fácil, cariño, pero será mejor a la larga. [/MacLeod] – y me besó en la frente.

    – [Kaylee]Mucha gente me dejará de hablar[/Kaylee].- me quejé secándome las lágrimas y descubrí que no me había desmaquillado la noche anterior, por lo que debía parecer un panda borracho. – [Kaylee]Volveré a ser la Kayleepedia[/Kaylee].

    – [MacLeod]Y quien no se marche, quien te defienda, lo hará por quién eres.[/MacLeod]- apretó mi mano con cariño.

    – [Kaylee]Al final solo me hablará Owen, porque se quiere casar conmigo desde que teníamos tres años[/Kaylee].- solté una carcajada. Pobre Owen, eran buen chico, pero me atraía tanto como una caracol.

    – [MacLeod]Owen no es mal niño, pero tampoco le venía mal dejar de fingir. [/MacLeod] – asentí dándole la razón – [MacLeod]Y nada de casarse.[/MacLeod] – él también sonrió y se le formaron unas arrugas muy graciosas alrededor de los ojos.

    – [Kaylee]Tranquilo, no es mi tipo[/Kaylee].- admití.

     – [MacLeod]Sal con quien tú quieras, cariño, pero hazme un favor y sé siempre tú misma. Que nadie te haga cambiar así.[/MacLeod]- le di un abrazo fuerte y me senté sobre sus rodillas, como si volviera a tener cinco años.- [Kaylee]Papi, necesito un vestido que vi ayer en una web y lo necesito urgentemente[/Kaylee].- era de tipo camisero y de rayas. El vestido perfecto para enseñar piernas y escotazo.

     – [MacLeod]Cuando hables con tu madre, así os compráis uno cada una.[/MacLeod]- por todos era sabido que mi madre y yo éramos adictas a las compras, pero lo llevábamos sin ninguna dignidad y sucumbíamos a ellas en cuanto teníamos oportunidad.

    – [Kaylee]Eres el mejor papi y el más guapo de todos[/Kaylee].- me puse en pie y terminé de beberme el café, justo cuando Vera y mi madre volvían con unas bolsas del InfiniBucks en la que traerían un desayuno carísimo para toda la familia.

    – [Diana]¿Ya se ha acabado la Macguerra mundial?[/Vera]- preguntó mi madre al vernos sonreír.

    – [Kaylee]Estoy intentando volver a ser normal[/Kaylee].- no es que en ese momento lo pareciera mucho, porque llevaba el pelo todavía peinado de la noche anterior y restos de maquillaje, atuendo que remataba con un pijama de Winnie The Pooh.

    – [Diana]¿Pero has sido normal alguna vez?[/Diana].- bromeó mi madre y la pequeña Vera, que ya no era tan pequeña, esbozó una sonrisa sabihonda y fue colocando el desayuno en la mesa.

    Me lo pensé, pero al final me senté junto a ellos y vi mi reflejo en la ventana: llevaba las gafas, tenía los ojos hinchados y no quedaba rastro de mi coraza. Volvía a ser Kaylee MacLeod, la Kayleepedia. Como si Willow Rosenberg, en lugar de juguetear con la magia, se hubiese dedicado a alimentarse del daño ajeno. Pero iba a cambiar, porque se lo había prometido a mi padre, a Ellie y a mí misma.

    Ahora, solo me quedaba esperar que me recibieran como la hija pródiga o iba a estar bien jodida.

    Ese cristalito roto

    yo sentí cómo crujía 

    antes de caerse al suelo

    ya sabía que se rompía.

    (Malamente, Rosalía Vila).

     

  • LA VERDAD DUELE, MISS CELOFÁN

    [align=center][b][font=Bookman Old Style][SIZE=4]Kaylee Echolls| Templo de los Guardianes, ‘Axis Mundi’| Prueba de Virtud

    [color=#000000]Noche[/SIZE][/color][/b][/font]

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    Caminaba al lado de Cara, pero no era capaz de mirarla a la cara, a pesar de su incesante parloteo que me daba dolor de cabeza. Ni siquiera sabía qué decía, porque no me apetecía nada perder el tiempo. Cada minuto que pasaba estaba más cerca de mi muerte y sí, puede que fuera una obviedad, porque cada minuto que pasa cualquiera está más cerca de la suya, pero la diferencia estaba en que la mía era inminente, además del hecho de que yo no era nada, sólo un recipiente que contenía la fórmula secreta para salvar el mundo.

    Las antorchas volvieron a apagarse y la perdí de vista. Por una parte, fue un alivio, porque pude disfrutar del silencio, pero por otra, si tanto mi colgante como el suyo estaban completos, carecía de sentido que nos separasen, salvo…que ya hubiera llegado el momento.

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  • UN ADIOS A LO QUE QUEDA ATRAS

    [align=center][b][font=Bookman Old Style][SIZE=4]Campeon en las Sombras| Templo de los Guardianes, ‘Axis Mundi’| Prueba de la Destruccion

    [color=#000000]Noche[/SIZE][/color][/b][/font]

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    [spoiler]Aviso: Este post debe leerse sin haber leído comentarios, pues contiene SPOILERS[/spoiler]

    [SIZE=3]
    Mentiría si dijera que el Campeón en las Sombras no dejó escapar un resoplido de fastidio cuando las luces se apagaron y su compañero hasta el momento, Hiroshi Sato, se perdió en la negrura. Le hubiera gustado poder hablar más con él, porque el hecho de estar cubierto por el hechizo protector le había ayudado a entablar conversación con lo que para él, era un extraño. Aunque también influía el hecho de que le había acompañado en su salto al vacío y eso, parece que no, pero une bastante.

    En eso estaba pensando el Campeón cuando las antorchas se encendieron nuevamente, iluminando la galería de piedra y frente a él se encontró con Diana Echolls, que tenía mal aspecto, a pesar de que intentaba disimularlo esbozando su habitual amplia sonrisa de dientes blanquísimos.- [b][i][color=#843181]Deduzco que eres el Campeón en las Sombras[/SIZE][/i][/b].- Bromeó pasándose una mano por la barbilla, como si fuera Sherlock Holmes.

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  • ZAPATOS DE TACON PARA IMPRESIONAR A ED

    [align=center][b][font=Bookman Old Style][SIZE=4]Kaylee | HabitaciÓn de Ed | Parte III de ¿II?

    [color=#5AA6BB]MaÑana[/SIZE][/color][/b][/font]

    kayleeblanco

    [SIZE=3]

    [i]Ahora…[/i]

    La luz del sol se filtraba en el dormitorio por las rendijas de la persiana de manera implacable, clavándose en mis ojos y obligándome a despertar. Me dolía la cabeza horrores, seguramente por el vino blanco de la cena y tenía los pies destrozados, eso sí que era culpa de los altísimos zapatos de tacón que me había puesto para impresionar a Ed, pero él seguramente ni se había dado cuenta…
    [/SIZE]

  • OJALA LE HUBIESE QUERIDO COMO SE MERECIA

    [align=center][b][font=Bookman Old Style][SIZE=4]Eli | Futuro del Soberano

    [color=#5AA6BB]MaÑana[/SIZE][/color][/b][/font]

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    [SIZE=3]
    Cuando [i]Eli[/i] se despertó, con la primera luz del día, saltó como un resorte de la cama, no sólo porque tuviese mucho que hacer, sino porque siempre había sido muy poco amante del sueño: “quien mucho duerme, poco vive”, se repetía a sí misma cuando tenía muchos sueños por cumplir y toda la vida por delante. Quería ser muchas cosas, pero el mundo se fue a la mierda mucho antes de que pudiese si quiera, empezar a cumplir una.

    Sin perder mucho tiempo, se aseó como pudo y fue hasta la planta de abajo a toda prisa, alertada por un llanto desconsolado. La pequeña June se había despertado y aunque hacía unos días que había cumplido tres años, los terrores nocturnos seguían apareciendo en sus horas de sueño, seguramente porque la vida en ese mundo era tan dura para los pequeños como para los mayores.

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  • LOCO POR MI

    [align=center][b][font=Bookman Old Style][SIZE=3]Kaylee Echolls | Hospital de Louna

    [color=#4fb1bd]MaÑana[/SIZE][/color][/font][/b]

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    [SIZE=2]
    Me desperté tumbada en una cama que no era la mía, sino la de un hospital. En mi mano derecha tenía un medidor de pulso y en el brazo izquierdo, un gotero que me inyectaba suero. A mi lado, sentada en una incómoda butaca estaba Mel, Melinda Chase, una de mis compañeras de trabajo que estaba empeñada en ser mi amiga. Era el prototipo de secretaria: Alta, de melena morena y larga, sonrisa fácil y un vestuario que hacía que sus generosas curvas se marcasen. Es decir, todo lo contrario a mí.

    – [b] [color=#77AF68]Por fin te despiertas, pensabas quedarte así para cogerte vacaciones antes que nadie, ¿eh?[/SIZE] [/b]- Dejó escapar una risotada resuelta que hizo que su larga melena oscura se moviese.

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